CASO CLINICO
Paciente varón, de 59 años de edad, corredor de larga distancia (maratón), que desde hacia dos semanas sufría un dolor en la cara anterior de la tibia localizado en el trayecto del tendón del tibial anterior, de ritmo mecánico, que aparecía tras efectuar sus entrenamientos habituales.
El dolor es descrito como quemante, y localizado a punta de dedo, en el tercio inferior del tendón, sobre su paso bajo el retinaculo, con impotencia funcional moderada ala hora de realizar la dorsiflexion-inversión del pie.
En la valoración funcional inicial, se aprecia una zona edematica de unos 3 cm2, en la zona coincidente con el dolor. La dorsiflexion activa es dolorosa, así como la elongación activa del mismo músculo.
El paciente aporta una ecografía que revela una zona hipo ecoica en esa misma región y avanza él diagnostico de "tendinopatia aguda del tibial anterior".
No revela haber sufrido en ese período episodio coincidente de lumbalgia, que pudiera orientar sobre un algia de origen radicular, y se constata la normalidad en sus apoyos plantares mediante podoscopia estática de Unterreiner.
Se instaura un tratamiento de fisioterapia consistente en inmovilización funcional, ultrasonoterapia (0,5 w/cm2, a 3 Mhz) y masaje transversal profundo, con una nueva valoración a la 5.º sesión de tratamiento.
Al 4.º día de tratamiento, el paciente informa de la aparición brusca de dolor,con impotencia absoluta para efectuar la dorsiflexion del pie y de los dedos, sin relación con esfuerzo alguno, con un importante edema en la región peri-retinacular: se recomienda su ingreso en el Servicio de Urgencias concertado.
En el mismo y ante la presencia de la absoluta impotencia funcional en la dorsiflexion, es sometido a una RM lumbar que demuestra una estenosis del canal medular en la región L4-L5, por lo que se efectúa un electromiograma, que confirma alteraciones en los músculo inervados por las raíces L4, L5 y S1, en el miembro inferior afecto, en tanto que el contralateral, los registros son normales.
Por último la radiografía convencional de su tobillo no revela alteración alguna, en tanto que la ecografía insiste en la presencia de una amplia zona hipoecogena, compatible con una lesión de continuidad en el tendón.
Ante ese hallazgo, el paciente es sometido a una intervención quirúrgica, exploratoria, que revela la presencia de una colección inflamatoria en el entorno del tendón, así como una ruptura irregular del cuerpo tendinoso: el cirujano opta por hacer una biopsia del mismo, y difererir su sutura, hasta conocer el resultado de la misma.
La muestra es analizada histológicamente y se aprecia una elevada concentración de cristales con birrefringencia negativa a la luz polarizada, infiltrados entre las fibras del tendón, identificados como cristales de ácido úrico, rodeados de tejido hialino.
La conclusión tras estos hallazgos fue la de una ruptura espontánea del 1/3 inferior del tendón del tibial anterior, por depósitos de ácido úrico, tras lo que se procede a la reparación del tendón, mediante sutura simple de Bunnel, pasando posteriormente el paciente a ser sometido a un tratamiento de fisioterapia, según arte.
Tras dos meses de tratamiento, el paciente logro la total recuperación funcional de su tobillo, que le permitió continuar su actividad deportiva, participando posteriormente en la XV edición del Maratón Popular de Madrid, efectuando un registro de 3,45 hs.
DISCUSION Y REVISION
La rotura espontánea del tendón del tibial anterior ha sido observada en sujetos de edades comprendidas entre 45 y 60 años1-3.
Habitualmente se relaciona con esfuerzos bruscos en flexión plantar, existiendo una co-contracción previa de los dorsiflexores4,5.
Inyecciones locales de cortisona, diabetes mellitus y enfermedades reumáticas también han sido relacionadas con esta lesión por diverso autores1,5,7.
La afectación es mayor en hombres que en mujeres5,6, siendo común el síntoma de impotencia funcional en la dorsiflexion activa del tobillo, así como trastornos en la marcha, sobre todo en la fase de apoyo3-5,7.
En la exploración quirúrgica se parecía una lesión anatómica de continuidad entre los 0,5 y los 2 cms de la inserción distal2.
La asociación de esta lesión con hallazgos exploratorios positivos de lesiones neurológicas no es constante7,8 y tan solo un autor consultado8 relaciona esta lesión con un antecedente traumático.
AGRADECIMIENTOS
A L.G.R por su gentileza al aceptar que su lesión, fuera dada a conocer y formara el objeto de este trabajo.
A la Srta. Lacouture, por su labor de búsqueda en las bases de datos Med Line y PeDRO.