metricas
covid
Buscar en
Revista Iberoamericana de Micología
Toda la web
Inicio Revista Iberoamericana de Micología Un nuevo caso clínico de rinosporidiosis en Chile
Información de la revista
Vol. 27. Núm. 4.
Páginas 183-185 (octubre - diciembre 2010)
Compartir
Compartir
Descargar PDF
Más opciones de artículo
Visitas
21421
Vol. 27. Núm. 4.
Páginas 183-185 (octubre - diciembre 2010)
Original
Acceso a texto completo
Un nuevo caso clínico de rinosporidiosis en Chile
A new case of rhinosporidiosis in Chile
Visitas
21421
Pedro Brevisa,
Autor para correspondencia
pbrevis@utalca.cl

Autor para correspondencia.
, Erik Moralesb, Juan C. Bravoc, Valeria Monasteriob, Belarmino Mánquesb, Luis Zarord, Paulina Abacaa, Lorena Tolozaa
a Departamento de Microbiología, Universidad de Talca, Chile
b Servicio de Anatomía Patológica, Hospital Regional de Talca, Chile
c Servicio de Otorrinolaringología, Hospital de Talca, Chile
d Instituto de Microbiología, Universidad Austral de Chile, Chile
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Resumen
Texto completo
Bibliografía
Descargar PDF
Estadísticas
Figuras (3)
Mostrar másMostrar menos
Resumen
Antecedentes

La rinosporidiosis es una afección no contagiosa, granulomatosa crónica con desarrollo de pólipos, fundamentalmente nasales, altamente vascularizados que sangran con facilidad.

Objetivos

La exposición del caso de un joven de 14 años de edad que presentaba obstrucción y lesión en la fosa nasal derecha de forma polipoidea y de aspecto aframbuesado.

Métodos

Se realizó una resección quirúrgica amplia de la base de la lesión y posteriormente se efectuó el procesamiento histopatológico estándar y el análisis microscópico con tinción de hematoxilina-eosina y Grocott.

Resultados y conclusiones

El informe histopatológico indicó que el pólipo inflamatorio crónico era compatible con rinosporidiosis.

Palabras clave:
Rinosporidiosis
Rhinosporidium seeberi
Abstract
Background

Rhinosporidiosis is a chronic, granulomatous, and non-contagious infection, in which highly vascularized polyps (mainly present in the nasal cavity) appear. These polyps usually bleed easily.

Aims

To present the case of a 14 year-old male suffering from an obstruction and injury of the right nostril due to a polypoid shaped-lesion with a raspberry-like appearance.

Methods

A wide surgery resection of the base of the lesion was performed, as well as a standard histopathology procedure, including microscopic analysis with haematoxylin-eosin and Grocott staining.

Results and conclusions

The histopathology report indicated that the chronic inflammatory polyp was compatible with rhinosporidiosis.

Keywords:
Rinosporidiosis
Rhinosporidium seeberi
Texto completo

Rhinosporidium seeberi es un microorganismo que no se puede cultivar in vitro y puede infectar la superficie de las mucosas de humanos y animales. Fue descubierto por Seeber en Argentina en 190031. Se han descrito infecciones por R. seeberi en casi todo el mundo, principalmente en India y Pakistán, donde se observa el 88% de los casos, también en Sri Lanka, varios países árabes, Brasil, Argentina, Paraguay, EE.UU. y Europa4,16,28.

La rinosporidiosis es una afección no contagiosa, granulomatosa crónica con desarrollo de pólipos, con más frecuencia nasales pero también en conjuntiva, faringe y zona genital. Se observa una descarga nasal, con obstrucción e irritación y pólipos friables e irrigados, con aspecto de fresas, sésiles o pedunculados. Estos pólipos se ubican con preferencia en el septum nasal provocando una obstrucción respiratoria, o en el vestíbulo, con un estroma conectivo fibromixomatoso que contiene esporangios en diversos estados de desarrollo. Ocasionalmente hay eosinófilos y células gigantes. También se observa un infiltrado mononuclear de células plasmáticas, linfocitos e histiocitos y neutrófilos. El pólipo está altamente vascularizado y sangra con facilidad1,2.

R. seeberi se observa en el ser humano y en animales, tales como los équidos, bóvidos, cánidos y aves acuáticas, entre otros. Se sostiene que la infección se adquiere principalmente por contacto directo con aguas estancadas10, a través de la mucosa nasal (70% de los casos) u ocular (15%)18,32.

En áreas secas y de climas cálidos la forma ocular es la presentación más frecuente de rinosporidiosis y es generalmente unilateral. Típicamente hay lesión conjuntival móvil, granular, rosada a roja, sésil o pedunculada, adherida a los bordes de la conjuntiva. Se ha informado de casos raros de distribución sistémica en hígado, bazo, pulmón y cerebro26,27. No hay transmisión interhumana y no se sabe con certeza como se transmite, observándose una mayor incidencia en hombres que en mujeres5,25.

El diagnóstico es sencillo, pero requiere un diagnóstico diferencial con mucoceles, hemangiomas, condilomas y neoplasmas, entre otros11,19.

En Chile, son pocos los casos descritos: en el año 1967 en Valparaíso, se publicaron los primeros siete casos de pólipos nasales producidos por R. seeberi8. En el año 1988, se comunicaron dos nuevos casos de lesiones poliposas de mucosa nasal en dos hombres de 35 y 62 años24. En el año 1989, en Chillán, se describió el único caso conocido en Chile en un équido9. A continuación, se presenta un caso clínico de rinosporidiosis detectado en la ciudad de Talca, Chile.

Caso clínico

El paciente era un joven de 14 años de edad, habitante de un sector rural de la provincia de Talca. La madre informa de que viven a un costado de una laguna donde el joven ayuda a su padre en la crianza de ranas y, además, dicho lugar es utilizado por animales del sector para hidratarse. En abril de 2009, el paciente consulta en el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Base de Talca, por presentar dolor y obstrucción nasal de tres meses de evolución. Al examen físico se observó la presencia de una lesión en la fosa nasal derecha, de forma polipoidea y aspecto aframbuesado en la parte anterior del septo nasal (fig. 1). Dicha lesión fue resecada y la pieza quirúrgica fue remitida a la unidad de anatomía patológica. Para su fijación se utilizó formalina al 10% neutralizada. Se realizó procesamiento histopatológico estándar y análisis microscópico con tinciones de hematoxilina-eosina y de Grocott, que arrojaron resultados concluyentes. El informe histopatológico describía la muestra como un pólipo inflamatorio crónico compatible con rinosporidiosis. Los cortes histológicos teñidos con hematoxilina-eosina evidenciaron las típicas esferas de varios tamaños (50 a 150μm de diámetro), como se observan en las figuras 2 y 3. El examen histológico mostró una reacción inflamatoria crónica en submucosa y dermis con presencia de linfocitos, plasmocitos y tejido granular, células epitelioides, neutrófilos y células gigantes tipo cuerpo extraño.

Figura 1.

Pólipo nasal producido por Rhinosporidium seeberi.

(0.12MB).
Figura 2.

Esporangios de Rhinosporidium seeberi con endosporas coloreadas con hematoxilina–eosina, 100×.

(0.24MB).
Figura 3.

Esporangios de Rhinosporidium seeberi con endosporas coloreadas con Grocott, 40×.

(0.22MB).
Discusión

La rinosporidiosis es una enfermedad con buen pronóstico, aún cuando puede recidivar. Hasta la fecha no se ha logrado el aislamiento y el cultivo in vitro de R. seeberi22, y la serología no tiene valor diagnóstico3,16. Mendoza et al21 estudiaron el ciclo de R. seeberi. Este se inicia con la liberación de las endosporas de los esporangios maduros en el tejido del huésped. Una vez implantadas, las endosporas aumentan su tamaño progresivamente (formas juvenil, intermedia y madura). Los futuros esporangios liberarán las endosporas de su interior y, de esa manera, se reiniciará el ciclo in vivo. La estimulación de los esporangios en medio acuoso estaría relacionada con las condiciones húmedas del ambiente21. Herr et al15 investigaron por microscopía electrónica la inmunolocalización de los antígenos de R. seeberi, encontrando que la detección del antígeno ocurre solo en la etapa final de la maduración del esporangio. Por estudios de biología molecular basados en la subunidad pequeña 18S del ADN ribosómico se ha determinado que esta especie pertenece a la clase Mezomycetozoa14.

Característicamente produce un enfermedad granulomatosa crónica, con desarrollo de pólipos pediculados o sésiles, principalmente nasales (70%), periorbiculares, en el paladar, o más raramente en vagina o ano. Dichos pólipos son de superficie rugosa, presentan puntos blancos, se encuentran muy irrigados y sangran fácilmente2. En las lesiones se producen esporangios, inicialmente juveniles de 6μm de diámetro pudiendo llegar a 300μm en la etapa madura, que contienen en su interior hasta 12.000 endosporas que se diseminan una vez que los esporangios maduros se rompen15.

Arseculeratne et al3 estudiaron la producción de anticuerpos contra R. seeberi, encontrando que si bien estos anticuerpos se producen no son protectores, ya que detectaron títulos altos en pacientes con recidivas o con rinosporidiosis de larga duración.

Arunachalam et al5 evaluaron a 50 pacientes con rinosporidiosis encontrando una relación entre hombres y mujeres de 6:1. La gran mayoría (98%) tenía antecedentes de baños en lagunas y solo el 16% presentaron localizaciones extranasales.

Son numerosas las publicaciones de casos de pólipos nasales producidos por R. seeberi10,16,20,27. Otras localizaciones de rinosporidiosis son la uretral6,13,29,30 y la conjuntival23,28. También han sido reportados algunos casos con localización en muslos o piernas12,27. Se han observado episodios con lesiones en más de una localización11,12. Arseculeratne et al describieron por primera vez la presencia de linfadenitis en 27 casos de rinosporidiosis1.

La rinosporidiosis diseminada es una presentación clínica inusual de esta enfermedad. Sin embargo, se han descrito lesiones en pulmón en un paciente con pólipos nasales en tratamiento con dapsona26. De acuerdo a Venkateswaran et al33, la dapsona es efectiva al inhibir la división del microorganismo, acelerando su degeneración y evitando su propagación y recurrencia.

Nuestro paciente padeció un curso crónico de la enfermedad al presentarse un cuadro clínico de más de un año de evolución y de lento desarrollo. Es importante resaltar la relación del paciente con el sector agrícola, además de que realizará diversas actividades en la laguna cercana a su vivienda, lugar que se perfila como la más probable fuente de contagio10.

La resección quirúrgica del pólipo es el tratamiento adecuado10,16. La cauterización de la lesión o la crioterapia ayudan a prevenir las recurrencias7. En nuestro caso, el tratamiento consistió en la extirpación quirúrgica del pólipo con resección amplia de la base de la lesión sin electrocauterización del lecho quirúrgico. No se apreció una recidiva de la lesión en el lado intervenido, pero se descubrió una nueva lesión en la fosa nasal contraria que podría deberse a una inoculación con el instrumental quirúrgico contaminado al explorar la fosa nasal sana, situación sugerida previamente por Karunaratne17 pero también pudo producirse una autoinoculación.

Finalmente, se recomienda tener una especial precaución en la observación de pólipos de diversas localizaciones para no pasar por alto un diagnóstico que es fácil de realizar.

Bibliografía
[1]
S.N. Arseculeratne, R.G. Panabokke, D.N. Atapattu.
Lymphadenitis, trans-epidermal elimination and unusual histopathology in human rhinosporidiosis.
Mycopathologia, 153 (2001), pp. 57-69
[2]
S.N. Arseculeratne.
Recent advances in rhinosporidiosis and Rhinosporidium seeberi Indian.
J Med Microbiol, 20 (2002), pp. 119-131
[3]
S.N. Arseculeratne, P.V.R. Kumarasiri, R.P.V.J. Rajapakse, N.A.N.D. Perera, G. Arseculeratne, D.N. Atapattu.
Anti-rhinosporidial antibody levels in patients with rhinosporidiosis and in asymptomatic persons, in Sri Lanka.
Mycopathologia, 158 (2004), pp. 157-164
[4]
S.N. Arseculeratne.
Rhinosporidiosis: What is the cause?.
Curr Opin Infect Dis, 18 (2005), pp. 113-118
[5]
P.S. Arunachalam, P.S. Iyer, C.A. Kurian.
Clinico-epidemiological study of rhinosporidiosis.
Otolaryngol Head Neck Surg, 129 (2002), pp. 22
[6]
N.S. Azad, Z. Ahmad, N. Kayani.
Rhinosporidiosis presenting as an urethral polyp.
J Coll Physicians Sur Pak, 18 (2008), pp. 314-315
[7]
P.F. Borges Crosara, C. Goncalves, V. Antunes, F. Barbosa, H. Goncalves, R. Santos.
Nasal rhinosporidiosis: Differential diagnosis of fungal sinusitis and inverted papilloma.
Int Arch Otorhinolaryngol, 13 (2009), pp. 93-95
[8]
G. De la Rosa.
Hallazgo de 7 casos de rinosporidiosis.
Rev Méd Chile, 95 (1967), pp. 214-215
[9]
C. Farias, V. Cubillos, P. Hebel.
Rinosporidiosis equina, primera comunicación en Chile.
Pat Anim, 3 (1989), pp. 43-45
[10]
G.V. Franca Jr, C.C. Gomes, E. Sakano, A.M. Altemani, L.T. Shimizu.
Nasal rhinosporidiosis in children.
J Pediatr (Rio J), 70 (1994), pp. 299-301
[11]
A. Ghorpade, C. Ramanan.
Verrucoid cutaneous rhinosporidiosis.
J Eur Acad Dermatol Venereol, 10 (1998), pp. 269-270
[12]
A. Ghorpade.
Giant cutaneous rhinosporidiosis.
J Eur Acad Dermatol Venereol, 20 (2006), pp. 88-89
[13]
V.S. Hanchanale, A.R. Rao, G. Joseph.
A case of urethral rhinosporidiosis.
Urology, 66 (2005), pp. 1106-1107
[14]
R.A. Herr, L. Ajello, J.W. Taylor, S.N. Arseculeratne, L. Mendoza.
Phylogenetic analysis of Rhinosporidium seeberi's 18S small-subunit ribosomal DNA groups This Pathogen among Members of the Protoctistan Mesomycetozoa Clade.
J Clin Microbiol, 37 (1999), pp. 2750-2754
[15]
R.A. Herr, L. Mendoza, S.N. Arseculeratne, L. Ajello.
Immunolocalization of an endogenous antigenic material of Rhinosporidium seeberi expressed only during mature sporangial development.
FEMS Immunol Med Microbiol, 23 (1999), pp. 205-212
[16]
M.R. Hussein, U.M. Rashad.
Rhinosporidiosis in Egypt: A case report and review of literature.
Mycopathologia, 159 (2005), pp. 205-207
[17]
W.A.E. Karunaratne.
Rhinosporidium in man.
The Athlone Press, (1964),
[18]
G. Leeming, K.C. Smith, M.E. Bestbier, A. Benelet, A. Kipar.
Equine rhinosporidiosis in United Kingdom.
Emerg Infect Dis, 13 (2007), pp. 1377-1379
[19]
L.S. Loh, S.M. Chong, Y.T. Pang, K. Soh.
Rhinosporidiosis: Differencial dagnosis of a large nasal mass.
Otolaryngol Head Neck Surg, 124 (2001), pp. 121-122
[20]
M. Lörz, M. Heine, Rhinosporidiose.
Eine seltene Ursache für naselbluten.
HNO, 49 (2001), pp. 842-844
[21]
L. Mendoza, R.A. Herr, S.N. Arseculeratne, L. Ajello.
In vitro studies on the mechanisms of endospore release by Rhinosporidium seeberi.
Mycopathologia, 148 (1999), pp. 9-15
[22]
L. Mendoza, R. Vilela, P. Rosa, A. Fernandes.
Lacazia loboi and Rhinosporidium seeberi: a genomic perspective.
Rev Iberoam Micol, 22 (2005), pp. 213-216
[23]
N.K. Nerurkar, R.A. Bradoo, A.A. Joshi, J. Shah, S. Tandon.
Lacrimal sac rhinosporidiosis. A case report.
Am J Otolaryngol, 25 (2004), pp. 423-425
[24]
D. Oddo, T. Lobos.
Micosis inhabituales en Chile: Comunicación de 10 casos.
Rev Méd Chile, 116 (1989), pp. 1135-1142
[25]
K.R.P. Pang, J.J. WU, D.B. Huang, S.K. Tyring.
Subcutaneous fungal infections.
Dermatol Ther, 17 (2004), pp. 523-531
[26]
M. Rajakannu, G.S. Vengadesh, D. Pai, S. Jagdish.
Disseminated rhinosporidiosis- an unusual presentation with pulmonary involvement.
Int J Dermatol, 45 (2006), pp. 297-298
[27]
V. Raveenthiran.
Metastatic rhinosporidioma in a child.
J Pediatr Surg, 41 (2006), pp. 853-855
[28]
J.J. Reidy, A.B. Klafter, Ch. Olivia.
Infection of the conjunctiva by Rhinosporidium seeberi.
Surv Ophtalmol, 41 (1997), pp. 9-13
[29]
S.P. Sah, R.K. Singh, G. AshorkRaj.
Urethral rhinosporidiosis: report of a case presenting with a penile growth and urethral fistula.
Trans Soc Trop Med Hyg, 93 (1999), pp. 298-299
[30]
K. Sasidharan, P. Subramonian, V.N. Moni, K.P. Aravindan, R. Chally.
Urethral rhinosporidiosis: analysis of 27 cases.
Br J Urol, 59 (1985), pp. 66-69
[31]
Seeber GR. Un nuevo esporozoario parásito del hombre. Dos casos encontrados en pólipos nasales. Thesis. Universidad Nacional de Buenos Aires, Imprenta Librería “Boullosa”, Buenos Aires, Argentina. 1900.
[32]
V. Silva, C.N. Pereira, L. Ajello, L. Mendoza.
Molecular evidence for multiple host-specific strains in the genus Rhinosporidium.
J Clin Microbiol, 43 (2005), pp. 1865-1868
[33]
S. Venkateswaran, A. Date, A. Job, M. Mathan.
Light and electron microscopic findings in rhinosporidiosis after dapsone therapy.
Trop Med Int Health, 2 (1997), pp. 1128-1132
Copyright © 2009. Revista Iberoamericana de Micología
Descargar PDF
Opciones de artículo