La relación del Dr. Arrondo (fig. 1) con la Fundación Juan Bonal se produce a raíz de su visita a la muestra fotográfica "Filipinas infancia sin rumbo". Se trataba de una exposición en la que se denunciaba la explotación sexual que miles de niñas y niños filipinos sufren cada día en su país. La muestra la organizó la Fundación Juan Bonal, de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Impactado por las imágenes, de los niños y niñas sin sonrisa y con la mirada perdida, el Dr. J.L. Arrondo decidió donar los derechos de su libro para ayudar a esta causa.
Figura 1 El doctor J.L. Arrondo.
En la misma línea, desde la Junta Directiva de ASESA se propuso, y se aceptó por unanimidad en asamblea general ordinaria, que nuestra asociación también destinara parte de sus recursos económicos a apoyar este proyecto, lo que se hace desde hace ya 5 años. De esta forma, ASESA inició una campaña de apoyo al programa "Por una sexualidad libre y respetuosa", así se reafirmó Filipinas como una "tierra de sonrisas" (fig. 2). Hay que recordar al respecto, que Filipinas es una nación formada por un archipiélago de 7.107 islas, ubicadas en el Sudeste Asiático. Las islas se llamaron Filipinas en honor del rey Felipe II de España y es la única nación hispánica de Asia, con casi cuatro siglos de colonización española. Ello, entendido de forma positiva, nos compromete aún más si cabe.
Figura 2 Filipinas, tierra de sonrisas.
¿Qué son y qué significan la Fundación Juan Bonal y las Hermanas de la Caridad de Santa Ana? La Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana nace en Zaragoza (España) el 28 de diciembre de 1804, donde llega un grupo de doce hermanas procedentes de Cataluña, conducidas por el sacerdote Juan Bonal, para entregarse al servicio de los enfermos del Hospital de Nuestra Señora de Gracia. Actualmente, la Fundación Juan Bonal presta sus servicios sociales en el área de salud, educación, atención a niños y ancianos desprotegidos, promoción de la mujer, etc. Y todo ello en un entorno adverso, que conecta con la explotación sexual de las niñas y los niños filipinos. Cada día, más de un millón de menores son explotados sexualmente en el Sudeste Asiático. En Filipinas, según diferentes informes, se cifran en más de 100.000 los casos declarados de niñas y niños víctimas de la prostitución infantil. El turismo sexual se ha transformado en un negocio lucrativo. Organizaciones de carácter internacional actúan informando a los "consumidores" de prostitución infantil de las características de los niños y las niñas seleccionados. También atienden las peticiones personales de estos consumidores, intentando cumplir sus deseos personales. Algo deleznable. La pobreza, la desigualdad y las deudas contraídas por los padres se perfilan como las principales causas de explotación sexual en Filipinas. La selección habitual de los niños y las niñas se materializa, precisamente, en el pago de las deudas contraídas por las familias. Ello se lleva a cabo mediante engaños, ya que prometen a los padres que sus hijos trabajarán en casas, como sirvientes, mientras amortizan la deuda contraída. En la mayoría de los casos, nunca más saben nada de sus hijos. En otras ocasiones, cuando los padres se niegan a entrar en este trueque, simplemente raptan a sus hijos y son extorsionados para que no denuncien. Tampoco les serviría de mucho denunciar: ¿a quién? ¿cómo?
La Fundación Juan Bonal, junto con las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, tiene como objetivo ser cauce y expresión de solidaridad y cooperación en cualquiera de sus formas. Así se acerca a la realidad de millones de niños y niñas en el mundo, a la vez que destina sus recursos a combatir el hambre, la enfermedad y la esclavitud infantil.
Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana informan y educan a las familias del riesgo de la esclavitud sexual; educan a los niños y las niñas para que puedan optar por un futuro más prometedor; facilitan recursos para alimentar a las familias; dan cobijo en casas de acogida, a niños y niñas, que han sido víctimas de abusos sexuales; facilitan medios sanitarios a los más desprotegidos. Esta actividad se realiza en 4 zonas geográficas del archipiélago de Filipinas. Durante dos décadas, estas hermanas han cuidado de la salud de miles de niños y les han enseñado a leer y a escribir, apartándoles de un futuro que, en la mayoría de casos, habría acabado en la explotación sexual o en manos de las mafias internacionales.
Las misioneras de la Caridad de Santa Ana trabajan en un programa de sensibilización contra esta lacra, desde dos frentes: la sanidad y la escolarización. "La única vía que puede cambiar las vidas de estos niños filipinos es la educación". Quizás eso les aleje de convertirse en objetos de trueque, llevado a cabo por sus propios padres, por una televisión, una radio o simplemente la comida de un día.
En un ámbito más profesional, en 2004 se llevó a cabo una primera aproximación de ASESA con la Sociedad Filipina de Urología, en el marco y la organización de una Jornada de Medicina Sexual, con un éxito de participación nunca visto en Filipinas. Durante esta jornada, se llevó a cabo un simpósium sobre salud sexual y reproductiva. El éxito de esta primera actividad científica abrió la puerta para el primer Encuentro Hispano-Filipino, que se materializó en el mes de febrero de 2011. Una delegación de 32 miembros de ASESA participaron en este encuentro científico, pionero en Asia, ya que era la primera vez que se producía un intercambio de actividad científica entre España y el Sudeste Asiático. La actividad científica se llevó a cabo en el Kidney Center de Quezon City (Manila [Filipinas]), donde nuestros colegas filipinos nos recibieron y pudimos intercambiar información sobre las distintas áreas de la medicina sexual y reproductiva. Los conferenciantes pudieron exponer sus experiencias y pudimos comprobar cómo se viven las disfunciones sexuales, cómo se diagnostica y cómo se tratan en ambos países (España y Filipinas).
El programa científico se planteó de forma dinámica con el objetivo de incitar la participación de los asistentes. Tras una disertación de ponentes de ambos países, durante la cual se exponían las características desde la visión de cada país, se presentaron casos clínicos abiertos, de tal modo que se abrió la posibilidad de preguntas de los asistentes. Con ello, pudimos aprender que en el Sudeste Asiático el índice de eyaculación prematura es mínimo, en Filipinas los varones casi no presentan este trastorno tan frecuente en nuestras latitudes; asimismo, la disfunción eréctil aún hoy día sigue siendo un tabú, ya que es difícil que consulten por esta enfermedad. Hay una elevada incidencia de factores de riesgo, ya que la diabetes mellitus es muy frecuente, debido a los hábitos alimentarios. La disfunción sexual femenina es prácticamente "inexistente". En cuanto a la infertilidad, tiene una incidencia equiparable en ambos países y las pautas de actuación es también similar.Además de la actividad científica, la delegación de ASESA pudo conocer una pequeñísima pincelada de este maravilloso país, tuvimos la oportunidad de conocer cómo viven los habitantes de las Filipinas. Viajando en el tiempo, pudimos visitar, en la ciudad colonial de Manila, las bellezas arquitectónicas legadas de la época española.
Sin ningún lugar a dudas, el momento más emotivo para todos nosotros fue cuando nos reunimos con las compañeras de la Congregación de Santa Ana, encabezadas por la hermana Chary, e hicimos entrega de la donación de ASESA (fig. 3), para que sigan con su increíble y solidaria actividad.
Figura 3 Momento de la entrega de la donación de ASESA a la Fundación Juan Bonal.
Además de la aportación económica, todos y cada uno de los participantes aportaron también medicación, juguetes y material escolar. La cantidad total del material transportado desde España superaba los 50 kg.
Durante el tiempo que estuvimos con las hermanas, pudimos comprobar lo importante que es la ayuda que reciben, ya que gracias a estas aportaciones desarrollan una actividad, impensable, en el ámbito de la protección de la infancia. A más de uno las experiencias que nos contaron nos hicieron saltar las lágrimas, pero también nos arrancaron sonrisas.
Con este acto quedó manifiestamente plasmado que todos y cada uno de los socios de ASESA tienen un bien muy poco frecuente, y altamente valorado en estos tiempos: la generosidad. Con este hecho, una vez más se demuestra que ASESA es mucho más que una sociedad médica. ASESA es amor a una especialidad ligada a la vida. ASESA es un colectivo de profesionales altamente cualificado en medicina sexual y reproductiva. ASESA es una sociedad viva, dinámica, abierta a todo tipo de inquietudes. ASESA es un grupo de personas que anteponen a sus intereses inmediatos otras circunstancias, en pro de la vida.
Solamente puedo dar las gracias a todos los socios de ASESA que aportan su calidad profesional, científica y personal para que seamos diferentes y mejores.
Correo electrónico: anapuigvert@asesa.org