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Vol. 8. Núm. 3.
Páginas 105-106 (julio 2010)
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Estrechando lazos: ASESA-FESS
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Ana Puigvert Martíneza, Miren Larrazabal Murillob
a Presidenta de ASESA
b Psicóloga especialista en Psicología Clínica y Sexóloga. Presidenta de la FESS
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Nuestra asociación, ASESA (Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva), siempre ha sido una sociedad multidisciplinar. En sus inicios, allá por los años ochenta y como sociedad científica de andrología, ya formaban parte de la misma profesionales de la medicina especialistas en diversas áreas: andrólogos, investigadores básicos, biólogos y psicólogos clínicos, todos ellos expertos en el área de la reproducción y de las disfunciones de la esfera sexual.

La medicina sexual siempre ha tenido en los psicólogos clínicos un importante baluarte, ya que fueron los iniciadores del estudio y tratamiento de los trastornos de la esfera sexual. En aquellos años, en que los conocimientos neurobiológicos y fisiopatológicos de los trastornos de la esfera sexual iniciaban su largo camino, la psicología clínica era la base del tratamiento de los diversos aspectos de la sexualidad. Desde aquellos años a la actualidad, hemos avanzado mucho en tales conocimientos médicos, mejorando significativamente el manejo diagnóstico y terapéutico de nuestros pacientes. Sin embargo, y afortunadamente, hoy en día siguen vigentes las psicoterapias y prueba de ello es la necesidad del trabajo conjunto entre clínicos y psicólogos para llevar a cabo el tratamiento integral del paciente afectado de trastornos de la esfera sexual.

En el área de la medicina reproductiva, la aportación de la psicología clínica ha sido siempre indiscutible y ha aportado a nuestras parejas, afectadas de infertilidad, el apoyo necesario para asumir y entender, emotivamente, la situación vivencial de la reproducción humana.

Llevamos ya algunos años, desde que nuestro amigo Paco Cabello nos invitó con una mesa de ASESA en el Congreso de la FESS (Federación Española de Sociedades Sexológicas), colaborando en sus eventos científicos bienales. La idea de unir nuestros esfuerzos surgió en una conversación con Miren Larrazabal, Presidenta de la FESS. Nuestro interés común, basado en la medicina sexual y la salud sexual, complementa nuestras actividades y ampliará nuestros conocimientos, enriqueciendo ambas sociedades con mutuas aportaciones.

Esta mutua colaboración se basará en participar en los foros científicos de ambas sociedades, publicación de artículos en nuestra REVISTA INTERNACIONAL DE ANDROLOGÍA, SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA y actuaciones puntuales, en las que ambas sociedades puedan aunar esfuerzos en beneficio de la andrología, la medicina sexual, la medicina reproductiva y la sexología clínica, todo ello en la consecución de la máxima difusión de la salud sexual.

Ana Puigvert Martínez

Presidenta de ASESA

Vivimos en una sociedad democrática, igualitaria y plural, donde los avances legales que hemos conseguido en materia sexual eran inconcebibles hace unas décadas. El conocimiento sexual y su difusión contribuyen a la transformación del modelo reduccionista de la sexualidad genitalizada por una visión humanista, global e integradora de la sexualidad concebida como un valor humano que permite construir un modelo sexual basado en la ética relacional y el respeto a la igualdad sexual. El estudio de la sexualidad todavía constituye un gran reto para los y las profesionales que nos dedicamos a la sexología. La dedicación profesional a la sexualidad humana implica desafiar creencias seudocientíficas, cuestionar dogmas establecidos y luchar frente a las inequidades sexuales en defensa de la salud sexual y la universalidad de los derechos sexuales.

Los mitos y tabúes que rodean a la sexualidad, todavía hoy en día, son caldo de cultivo para la desigualdad y el abuso del poder del más fuerte. El miedo y la ignorancia han lastrado profundamente el comportamiento sexual. No es posible desarrollar una ética sexual sin conocimiento libre de supersticiones y temores alrededor del sexo. La lucha de las sociedades científicas de sexología, del pasado y del presente, es la defensa de la salud sexual y de los derechos sexuales universales. Ya Augusto Compte, en 1850, mencionó el término sexología por primera vez. Y hemos andado un largo camino desde que Iwan Bloch, en 1908, proclamó que la sexualwisssencraft era una ciencia con metodología propia, pero todavía existe mucha confusión y dudas con respecto a la sexología como disciplina científica.

La sexología, más que ninguna otra ciencia nueva, soporta muchas actitudes de rechazo por parte de la comunidad académica. Muchos de nuestros colegas nos miran con recelo, puesto que todavía, muchos de ellos, no creen en la sexología como ciencia con metodología propia sino más bien la consideran una disciplina de conocimiento común a toda formación académica humanística o sanitaria. Como consecuencia, es frecuente observar que un médico, psicólogo, filósofo, maestro, sociólogo o psiquiatra realice una comunicación en un congreso, declaración a la prensa, conferencia o coloquio sobre sexualidad, sin el conocimiento biopsicosocial del comportamiento sexual humano que implica esta disciplina. Si el profesional en cuestión es un habitual en esos entornos, y prolífico en sus opiniones, se le nombra y considera sexólogo y/o sexóloga, y por tanto dedicado a la sexología.

Este panorama desolador es frecuente en nuestro país, donde la sexología todavía no alcanza a considerarse como una disciplina científica institucionalizada y, por tanto, susceptible de aprendizaje, conocimiento académico, currículo y años de dedicación. Así planteada la cuestión, muchos y muchas pueden subirse al carro de esta ciencia y hacerse llamar sexólogos o sexólogas. Basta asomarse a los medios de comunicación, revistas, radio, televisión... y verificar la sencillez con que ellos y ellas adquieren su título de especialistas en sexología.

En este sentido, las sociedades científicas de sexología realizan una labor fundamental de acreditación de los sexólogos y sexólogas. No puede, ni debe, llamarse sexólogo a un profesional, por brillante que sea en lo científico, que no tenga la formación sistemática de la conducta sexual humana en su aspecto bio-psicosocio-cultural. El trabajo docente realizado durante todos estos años por las sociedades científicas de sexología para la formación de profesionales ha sido, y es, importantísimo e indiscutible. La sexología, como disciplina científica, se ha ido afirmando como tal durante los últimos 150 años y ello ha sido posible gracias al fruto de trabajos multidisciplinarios de biólogos, médicos, anatomistas, genetistas, psicólogos, pedagogos, psiquíatras, etc.

La multidisciplinaridad de nuestra ciencia es incuestionable, apunta a una visión holística e integradora de la sexología, sin embargo los dogmatismos científicos todavía señorean en nuestro campo de conocimiento e intentan suplantar el espíritu amplio, flexible e integrador que debe prevalecer siempre al abordar los temas sexológicos. Desde las sociedades científicas defendemos un enfoque bio-psicosocio-cultural del comportamiento sexual humano y un marco de actuación global y multidisciplinar.

Partiendo de esta multidisciplinaridad, creemos de suma utilidad crear una marco de colaboración con ASESA, sociedad hermana que defiende casi punto por punto los mismos objetivos de carácter científico que nosotros, entre otros, la lucha por la institucionalización de una especialidad necesaria: andrología, medicina sexual y medicina reproductiva, encargada del componente biomédico del ámbito sexológico en 2 de las 3 finalidades del sexo: placer y reproducción (disfunciones sexuales y reproductivas); al igual que nosotros defendemos la creación de la sexología clínica, encargada del entrono psicosocio-cultural, especialmente la psicología de la sexualidad, abordando específicamente 2 finalidades primordiales de aquellas 3: placer y comunicación sexual (de nuevo disfunciones sexuales y entorno de la pareja).

Dado el marco científico, holístico e integrador que caracterizan a ASESA y la FESS, entendemos que nos encontramos en una situación óptima para aunar esfuerzos en pro de una mayor eficacia, para conseguir nuestro objetivo primordial: la prevención y promoción de la salud sexual.

Miren Larrazabal Murillo

Psicóloga especialista en Psicología Clínica y Sexóloga. Presidenta de la FESS

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