En los últimos años, han comenzado a aparecer publicaciones relacionados con el diagnóstico y el tratamiento de la disfunción sexual femenina. Las realizadas en el campo de la sexualidad masculina son 300 veces más que las relacionadas con la femenina. Parecería que la mujer, hasta ese momento, no haya tenido problemas en sus relaciones sexuales.
La investigación médica ha invertido mucho tiempo y dinero en solucionar las alteraciones en la esfera sexual del varón y, en la actualidad, la industria farmacéutica está recogiendo pingües beneficios por ello.
Lo cierto es que, mientras que el varón, desde hace unos años, cada vez acude más a las consultas solicitando estudio y solución de su problema, en parte debido al conocimiento público de los tratamientos de la disfunción eréctil, su desprendimiento de las connotaciones de poca virilidad y, por qué no, la presión de su compañera que ahora "le exige", la mujer aún no lo hace en la misma proporción, quizá por la falta de información, los aspectos culturales y porque, hasta hace poco, nadie se había preocupado de estudiar el trastorno del deseo, anorgasmia y vaginismo, afecciones más frecuentes en la mujer.
Estas enfermedades pueden afectar al 60% de ellas, en particular en ciertas etapas de la vida. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2030 habrá más de 1.200 millones de mujeres mayores de 50 años, edad en la que no son infrecuentes estos tipos de alteraciones.
El acceso de la mujer al mercado laboral le ha permitido una independencia económica y un rol en la sociedad totalmente diferente al de hace unas décadas. Si el disfrute sexual de una mujer no era bien visto hasta no hace tanto tiempo, en la actualidad la sexualidad femenina ha pasado, al menos, a equiparase en actividad y exigencia a la del varón.
Hoy por hoy, todavía existen muchos interrogantes acerca de la fisiología orgásmica y del deseo.
Con humildad, pero con el ánimo de crear una necesidad en la sociedad y ayudar en la divulgación de la disfunción sexual femenina, CEFIVA (Oviedo, España), en su XVII Simposio de 2006 organizó una Sesión sobre este tema, y lo abordó desde un punto de vista multidisciplinar, y que contó con un panel de invitados de reconocido prestigio, tanto nacional como internacional.
Estoy seguro de que estos trabajos los tendremos los andrólogos muy a mano en nuestras consultas.
Desde aquí quiero agradecer a todos los ponentes su generosidad, al compartir su tiempo y conocimientos en Asturias y ahora en esta Revista.