La teoría de conjuntos difusos y las redes neuronales son herramientas de inteligencia computacional que cada vez tienen un uso más extendido en la ingeniería sísmica. En este artículo se desarrolla un método y una herramienta computacional que hace uso de estas técnicas para apoyar la evaluación del daño y de la seguridad de los edificios después de sismos fuertes. Se utiliza una red neuronal artificial de tres capas y un algoritmo de aprendizaje tipo Kohonen, así como conjuntos difusos para manipular información subjetiva como las calificaciones de los niveles de daño presentes en los edificios evaluados. También se aplica una base de reglas difusas para contribuir al proceso de toma de decisiones. Se ha desarrollado un programa de ordenador que utiliza estas técnicas, cuyos datos de entrada del programa corresponden a la información subjetiva e incompleta del estado del edificio obtenida por profesionales posiblemente inexpertos en el campo de la evaluación del comportamiento sísmico de los edificios. El método propuesto ha sido implementado en una herramienta de especial utilidad durante la fase de respuesta a emergencias, que facilita las decisiones sobre habitabilidad y reparabilidad de los edificios. Para ilustrar su aplicación, se incluyen ejemplos de aplicación del programa para dos clases diferentes de edificios.
The fuzzy sets theory and the artificial neural networks are computational intelligence tools which are nowadays widely used in earthquake engineering. This paper develops a method and a computer program which use these computational intelligence tools in order to support the damage and safety evaluation of buildings after strong earthquakes. The model uses an artificial neural network with three layers and a Kohonen learning algorithm; it also uses fuzzy sets in order to manage subjective information such as linguistic qualification of the damage levels in buildings and a fuzzy rule base to support the decision making process. All these techniques are incorporated in the developed computer program. The input data is the subjective and incomplete information about the building state obtained by possibly non experienced evaluators in the field of the seismic performance of buildings. The proposed method is implemented in a tool especially useful in the emergency response phase, when it supports the decision making regarding the building habitability and reparability. In order to show its effectiveness, two examples are included for two different types of buildings.
El criterio actual del diseño con base en la ductilidad y la redundancia estructural tiene como objeto el proporcionar a los edificios suficiente resistencia para evitar su colapso en caso de sismo, pero no para evitar que se produzcan daños. Por lo tanto, los códigos de construcción sísmicos aceptan daños severos sin colapso en los edificios en caso de sismos fuertes. En muchas zonas sísmicas se han construido innumerables edificios de acuerdo con códigos sísmicos obsoletos o sin ningún tipo de provisión sismo resistente. Como consecuencia, muchos de ellos pueden sufrir diferentes grados de daño durante terremotos fuertes y, en muchos casos, su seguridad puede llegar a ser dudosa. Para obtener un rápido diagnóstico del estado de un edificio después de un terremoto, que proporcione información fiable sobre su habitabilidad y reparabilidad, es necesario tener en cuenta no solo los diferentes niveles de daño en los elementos estructurales sino también su estabilidad. Por lo tanto, es necesario llevar a cabo un proceso preciso de evaluación de los daños que requiere la participación de profesionales expertos en el campo de las estructuras, de la mecánica de suelos, de la evaluación de daños y de la rehabilitación de edificios.
Para que se realice un buen proceso de evaluación de daños, es importante contar con evaluadores expertos con amplia experiencia. Sin embargo, cuando ocurre un evento sísmico severo, los daños en la zona pueden ser tan generalizados que no sea posible que los expertos se encarguen de hacer la totalidad de las evaluaciones. Este problema hace necesario que gran parte de estas evaluaciones sean realizadas por profesionales con poca o ninguna experiencia que, posiblemente, no están familiarizados con la evaluación de daños causados por movimientos sísmicos. Debido a esto, es común que dichos profesionales tiendan a sobreestimar o subestimar el daño existente, permitiendo la ocupación peligrosa o la demolición innecesaria de edificios. Además, la información obtenida mediante los diferentes métodos existentes de evaluación de daños es altamente subjetiva, debido a la definición de los niveles de daño mediante calificaciones lingüísticas como leve, menor, moderado, medio, severo, etc. El significado de estas calificaciones puede ser interpretado de una manera muy diferente dependiendo de la persona y la experiencia de quien los utilice.
La inteligencia computacional puede ser utilizada para superar este tipo de dificultades del proceso de evaluación de daños. Las redes neuronales han sido usadas para afrontar problemas complejos, simulando la función del sistema nervioso, imitando los mecanismos adaptativos y cognitivos del aprendizaje humano. La lógica difusa es una técnica innovadora que permite representar la información cualitativa o subjetiva en forma numérica y que es muy útil para las aplicaciones tecnológicas e ingenieriles donde se requieren conceptos criterios de expertos. Refiriéndose a la evaluación del riesgo, [11,13] aplicaron las técnicas de la inteligencia computacional para hacer evaluaciones del riesgo sísmico urbano antes de los terremotos (evaluaciones ex-ante[10,16]) y después de los terremotos (evaluaciones ex-post), así como para medir el desempeño y la efectividad de la gestión de riesgos de desastres a nivel nacional, subnacional y local [17]. Considerando estas características, la aplicación de las técnicas de inteligencia computacional y la necesidad de toma de decisiones para determinar la habitabilidad y reparabilidad de los edificios afectados después de un desastre sísmico, se diseñó un sistema experto para la evaluación post sísmica del daño y la seguridad de edificios, usando un modelo Kohonen y un algoritmo neuro-difuso de aprendizaje no supervisado. Este modelo considera la posibilidad de daños en elementos estructurales y arquitectónicos y los efectos sísmicos potenciales de sitio. También tiene en cuenta las condiciones pre-existentes que incrementan la vulnerabilidad del edificio, tales como la mala calidad de los materiales de construcción.
2Evaluación post sísmica del daño en edificiosA raíz de importantes terremotos ocurridos en diferentes países ubicados en zonas de amenaza sísmica alta, ha sido necesario desarrollar métodos para evaluar el daño de los edificios afectados, con el fin de determinar de forma rápida si son seguros o deben ser evacuados para proteger la vida de sus ocupantes y evitar que el número de víctimas sea mayor en el caso de réplicas. Normalmente, dichos métodos se aplican por medio de dos niveles o etapas: una de evaluación rápida (o de habitabilidad) con base en el nivel de riesgo que representa un edificio para la población, y una de evaluación detallada, que describe el nivel de daño estructural y su clasificación.
La formulación de una metodología y la elaboración de las herramientas necesarias para la evaluación de la habitabilidad de los edificios permite identificar, después de ocurrido un terremoto moderado o severo, los edificios que hayan sufrido daños graves y que puedan poner en peligro la comunidad, así como también edificios seguros que pueden servir como refugios temporales a personas que hayan perdido sus viviendas o que hayan sido evacuadas por estar comprometida la seguridad de los edificios que ocupaban. Este tipo de evaluación no solo debe permitir dar recomendaciones para la seguridad de la población definiendo la posible ocupación o no de las viviendas, sino también proporcionar recomendaciones técnicas sobre el acordonamiento de áreas inseguras, el apuntalamiento de los edificios o elementos inestables o la demolición de elementos en peligro de caer, entre otros. De manera complementaria, las evaluaciones detalladas de daño no solo deben servir para caracterizar los daños estructurales y no estructurales en los edificios, sino también permitir evaluar los efectos locales de los suelos, estimar de manera aproximada el impacto económico y social del sismo, y generar información para la toma de decisiones por parte de las autoridades, para la formulación posterior de proyectos de reconstrucción y definir estrategias que permitan reducir, a largo plazo, los efectos de futuros eventos sísmicos. Asimismo, deben conducir a mejoras de las normas sismo resistentes vigentes, identificando los defectos de los sistemas estructurales. Finalmente, posibilitan la construcción de curvas de vulnerabilidad observada útiles para el estudio sísmico de los edificios de la zona afectada y de otras zonas similares.
En el desarrollo de metodologías para la evaluación de daños causados por terremotos se destacan las realizadas en la ex República Yugoslava de Macedonia, Estados Unidos (California) [2–4], Japón [19], México [30,33], Italia [21], Turquía, Grecia y Colombia [5–7]. Los procesos realizados en los diferentes países no han sido independientes; por el contrario, los desarrollos de unos han servido como base para trabajos posteriores. Los primeros trabajos realizados en Japón y California sirvieron como punto de partida para los trabajos del [2] y, posteriormente, del [3] y del [4] en Estados Unidos. Los trabajos de la ex-República Yugoslava de Macedonia y Japón fueron utilizados en México en la evaluación de los daños del sismo de 1985 y sirvieron como base, junto con el ATC-20, para las diferentes versiones realizadas posteriormente en 1995 y 1998 [19,30,33]; y estos han sido la base para los desarrollos realizados en Colombia [5–7].
En casi todos los países los formularios y metodologías han sido sometidos a muchas revisiones debido al incremento de conocimientos después de cada sismo. En algunos casos, los procedimientos de evaluación de daños se aplican en diferentes etapas: evaluación rápida, evaluación detallada y evaluación de ingeniería. El objeto de este artículo son las dos primeras. La evaluación rápida o de habitabilidad de los edificios se utiliza comúnmente para definir la posible ocupación y utilización del edificio a corto plazo. Después de la evaluación, se define si los edificios pueden ser usados de manera segura después del sismo y, además se generan unas recomendaciones con el fin de reducir el riesgo de los habitantes. Las metodologías detalladas describen el nivel de daño estructural y su clasificación; se hacen con el objetivo de revisar la seguridad de aquellos edificios sobre los que se tiene alguna duda por los cortos alcances de la evaluación rápida y la poca experiencia de sus evaluadores. Los objetivos de este tipo de evaluación varían según el país; por ejemplo, en Japón se hace con el fin de definir el uso a largo plazo de los edificios, por lo que su resultado es una sugerencia al propietario para que repare, refuerce o demuela su edificio. En Italia el propósito es evaluar globalmente las pérdidas económicas directas y calcular funciones de vulnerabilidad de edificios, ya que la decisión del uso a largo plazo del edificio se hace mediante una evaluación de ingeniería, al igual que en Estados Unidos y México.
La toma de decisiones sobre la habitabilidad y reparabilidad de los edificios partiendo de los complejos patrones del daño observado es realmente una tarea difícil para profesionales inexpertos. Por ejemplo, durante sismos fuertes, en los edificios porticados de hormigón armado, en los pilares aparecen grietas diagonales a causa del cortante o la torsión; mientras que las grietas verticales, el desprendimiento y aplastamiento del hormigón y el pandeo de la armadura longitudinal se deben usualmente a la flexo-compresión. Los daños más comunes en vigas son las fisuras diagonales y la rotura de los estribos debido al cortante o torsión, así como grietas verticales, fallo longitudinal del acero y aplastamiento del hormigón debido a la flexión a cargas alternantes. Las uniones viga-pilar usualmente muestran grietas diagonales como resultado del cortante y su fallo se debe comúnmente a la falta de anclaje de la armadura longitudinal de las vigas en el nudo o debido a la flexión excesiva. Los forjados pueden presentar fisuras a cortante alrededor de los pilares y grietas longitudinales debidas a la flexión excesiva. El daño en los elementos no estructurales representa un gran porcentaje del daño total causado por un terremoto. Habitualmente esto se debe a la falta de conexiones apropiadas entre los tabiques, instalaciones u otros componentes no estructurales y la estructura. También se puede producir por la flexibilidad lateral excesiva de las estructuras, lo que se traduce en un excesivo desplazamiento relativo entre los pisos. Las grietas diagonales son comunes en los muros divisorios y en las fachadas de mampostería. El aplastamiento de las uniones entre estructuras y los elementos no estructurales, el desprendimiento de los acabados, la rotura de vidrios y de instalaciones de diferente tipo. El desprendimiento de elementos no estructurales puede representar un riesgo para la vida pero no genera, normalmente, el colapso de los edificios. Los niveles de daño en los diferentes elementos estructurales y no estructurales de edificios con diferentes tipologías están ilustrados en las figuras 1 y 2.
Problemas geotécnicos como los fallos en taludes, desprendimientos de rocas, asentamientos o licuación de suelos afectan la condición global de la edificación. Por lo tanto es importante tener en cuenta el efecto de estos aspectos sobre la estabilidad de los edificios a la hora de evaluar su seguridad; algunos ejemplos se pueden observar en la figura 3.
Las condiciones pre-existentes pueden presentar características que incrementan la vulnerabilidad del edificio ante un sismo. Este es el caso de una mala configuración estructural o de mala calidad en la construcción. En la figura 4 se muestran algunos ejemplos de malas condiciones preexistentes.
Condiciones preexistentes: a) mala calidad en la construcción, nudo débil, falta de cercos en el nudo; b) irregularidades verticales, piso blando, falta de conexión entre los muros de relleno y la estructura de hormigón armado; c) irregularidades en planta y altura; d) mala configuración estructural, pilar corto.
Los principales elementos para una metodología de evaluación de daños son: la clasificación de los daños, la definición de las posibilidades de uso de los edificios que sufrieron daños, la organización para la recogida de los datos y el análisis y procesamiento de la información. Por esta razón se considera útil no solo describir los diferentes métodos, sino comparar los formularios más recientes y los criterios de evaluación de las diferentes metodologías con el fin de identificar las principales diferencias conceptuales. Algunos ejemplos de guías sistemáticas y procedimientos para evaluar el daño en edificios, que se han desarrollado en varios países, se describen en [14,15,18].
Otros trabajos están relacionados con la identificación de los edificios afectados en áreas de desastre usando imágenes satelitales. Uno de ellos es el método propuesto por [26] que usa un satélite radar de apertura sintética (SAR) para identificar la distribución de los edificios afectados en el área después de un desastre mediante la comparación de imágenes pre y post evento. Esta herramienta ayuda a detectar la extensión y magnitud de los desastres y es útil para las actividades relacionadas con la gestión de desastres.
Los métodos de evaluación detallada se refieren especialmente a la inspección de cuatro grupos de elementos: estructura en general, elementos estructurales, elementos no estructurales y aspectos geotécnicos. Los aspectos que evalúan los diferentes métodos detallados se resumen en la tabla 1.
Análisis sobre la inspección de los daños del edificio en los formularios de evaluación detallada
Condición peligrosa | Elementos examinados | Yugoslavia (1984) | ATC-20-2 (1995) | Japón (1985) | México (1998) | Italia (2000) | Colombia (2002) |
Estructura en general | Colapso parcial o total | X | X | X | X | X | |
Inclinación del edificio o de uno de sus niveles | X | X | X | X | |||
Otros | X | X | X | ||||
Elementos estructurales | Cimentación | X | X | X | |||
Techos y pisos | X | X | X | X | X | ||
Pilares, pilastras | X | X | X | X | X | ||
Diafragmas y elementos horizontales | X | X | X | X | |||
Muros y elementos verticales | X | X | X | X | X | ||
Pórticos resistentes a momentos | X | X | |||||
Otro | X | X | X | ||||
Elementos no estructurales | Parapetos/ ornamentación | X | X | X | X | ||
Ventanas | X | X | |||||
Cielo rasos y luces | X | X | X | ||||
Muros interiores/ particiones | X | X | X | X | X | ||
Ascensores | X | X | |||||
Escaleras y salidas | X | X | X | X | X | ||
Chimeneas | X | X | |||||
Instalaciones eléctricas y de gas | X | X | X | X | X | ||
Otros | X | X | X | X | |||
Geotécnicos | Fallos de laderas | X | X | X | |||
Movimientos del suelo, grietas | X | X | X | X | X | X | |
Otros | X | X |
A pesar de las ventajas de las metodologías mencionadas y de los manuales y formularios relacionados para la evaluación del daño en edificios, siguen tomándose decisiones erróneas, como la demolición de edificios no críticos o la evacuación innecesaria de edificios, debido a la falta de experiencia y calificación de los evaluadores. Este hecho genera serios problemas, especialmente en el caso de edificios esenciales. Además, existe la posibilidad de que daños en edificios que puedan poner en riesgo la estabilidad estructural sean ignorados. Para enfrentar este problema, se ha desarrollado un sistema experto y una herramienta computacional para la fase de respuesta a emergencias frente a fuertes terremotos [12,15].
El sistema experto propuesto está basado en redes neuronales artificiales y conjuntos difusos [25,35–38]. El modelo utiliza un enfoque de lógica difusa requerido para procesar la información disponible que, en estos casos, además de ser subjetiva dado que está basada en calificaciones lingüísticas de los daños, puede ser incompleta.
Para evaluar el estado global de un edificio desde el punto de vista de su comportamiento sísmico se tienen en cuenta tres aspectos que tienen que ver con la seguridad del edificio: los elementos estructurales, los elementos no estructurales y las condiciones del suelo. Otro aspecto que se tiene en cuenta son las condiciones pre-existentes, relacionadas con la calidad de los materiales de construcción, las irregularidades horizontales y verticales del edificio y su configuración estructural, ya que estas son características imprescindibles para decidir sobre la reparabilidad del edificio.
El modelo y la herramienta computacional propuestos utilizan una red neuronal artificial (RNA) compuesta por tres capas cuya estructura general se muestra en la figura 5. En la capa de entrada, las neuronas están agrupadas en cuatro grupos correspondientes a los elementos estructurales (ES), elementos no estructurales (NE), condiciones del suelo (CS) y condiciones preexistentes (CP). Cada grupo contribuye con información a una neurona en la capa intermedia en la que, de esta manera hay cuatro neuronas correspondientes a los cuatro grupos. El número de neuronas en la capa de entrada del modelo no es constante, puesto que depende del sistema estructural que se evalúa y de la importancia que se le da a cada grupo de variables. Por ejemplo, si el daño estructural es muy alto impidiendo la habitabilidad del edificio, resulta innecesario evaluar las condiciones del suelo o las condiciones preexistentes. La tabla 2 muestra las variables estructurales para cada uno de los sistemas estructurales considerados.
Elementos estructurales de acuerdo con el sistema estructural
Sistema estructural | Elementos estructurales |
Pórticos en hormigón armado o (con) pantallas a cortante | Pilares/muros, vigas, nudos y losas |
Pórticos en acero o madera | Pilares, vigas, conexiones y losas |
Mampostería no reforzada/reforzada/confinada | Muros de carga y losas |
Muros de tapia o bahareque | Muros de carga y losas |
Las neuronas de la capa de entrada están agrupadas en cuatro grupos, identificados como: elementos estructurales (ES), elementos no estructurales (NE), condiciones del suelo (CS) y condiciones preexistentes (CP). Los datos de entrada para esta capa son, en el caso de los elementos estructurales, el porcentaje de elementos correspondiente a cada nivel de daño y, en el caso de elementos no estructurales las calificaciones lingüísticas globales de cada elemento.
Se asigna una calificación a los elementos estructurales y no estructurales, dependiendo del daño observado utilizando cinco posibles niveles de daño, representados mediante conjuntos difusos: ninguno/muy leve (N), leve (L), moderado (M), fuerte (F) y severo (S). La figura 6 ilustra las funciones de pertenencia utilizadas por el modelo para estas calificaciones. Las funciones de pertenencia de los conjuntos difusos alcanzan su punto máximo de pertenencia para los valores de los índices de daño.
Las variables de condiciones del suelo y pre-existentes son también valoradas durante el proceso de evaluación y sus calificaciones lingüísticas pueden ser: muy buena (MB), media (M), y muy mala (MM). El daño en los elementos no estructurales no afecta la estabilidad de los edificios, pero puede poner en peligro la seguridad de los ocupantes.
Los conjuntos difusos [35–38] para cada variable i (por ejemplo para pilares, muros o vigas) en la capa de entrada son obtenidos de las calificaciones lingüísticas del daño a partir de una inspección visual del edificio, y proporcionan el daño Dj en cada nivel j y su extensión o peso wj. La extensión del daño, es decir, el porcentaje de elementos de un cierto tipo en cada nivel de daño varía de 0 a 100%,
la calificación acumulada del daño en cada variable Dj, se obtiene como la unión de los conjuntos difusos escalados, teniendo en cuenta las funciones de pertenencia del daño μDj(Dj) y su extensión o pesos asignados por el evaluadoren teoría, la unión de los conjuntos difusos está representada por una pertenencia o dependencia máxima (ver [27,23]). Mediante la desfuzificación, que se hace calculando el centroide del área de la unión de los conjuntos difusos, se obtiene un índice de calificación Ci para cada variable de cada grupo de neuronas (ver fig. 7)cada variable tiene predefinidas las funciones de pertenencia básicas de los conjuntos difusos correspondientes a los cinco niveles de daño posibles. Las calificaciones lingüísticas cambian en cada caso. La figura 8 muestra este proceso.
3.2Capa intermedia u oculta de la RNAEsta capa tiene cuatro neuronas correspondientes a cada grupo de variables: elementos estructurales, elementos no estructurales, condiciones del suelo y condiciones pre-existentes. La figura 7 muestra un esquema detallado del proceso de evaluación. En este modelo de red neuronal, las variables de entrada no influyen sobre todas las neuronas intermedias, solo lo hacen sobre la neurona que corresponde al grupo de variables al que pertenecen. Las variables de entrada de estas cuatro neuronas son las calificaciones Ci obtenidas de cada grupo de neuronas y su respectivo peso Wi o grado de importancia predefinido. Estos pesos han sido definidos con la participación de expertos en la evaluación de daño sísmico y sus valores se muestran en la tabla 3 para algunos sistemas estructurales. Las tablas 4–6 muestran los pesos de los elementos no estructurales, de las condiciones del suelo y de las condiciones pre-existentes. Usando estas calificaciones y pesos para cada variable i, se obtiene un índice global para cada grupo k a partir de la desfuzificación de la unión de los conjuntos difusos.
Pesos para elementos estructurales de acuerdo al tipo de edificio
Sistema estructural | Vigas | Pilares | Uniones o conexiones | Muros | Muros de carga | Forjados |
Pórticos de hormigón armado | 19 | 46 | 25 | - | - | 10 |
Pórticos de hormigón armado con muros estructurales | 15 | - | 20 | 57 | - | 8 |
Mampostería confinada | - | - | - | - | 73 | 27 |
Mampostería reforzada | 73 | 27 | ||||
Mampostería no reforzada | - | - | - | - | 70 | 30 |
Muros en bahareque | - | - | - | - | 77 | 23 |
Pórticos en acero | 18 | 39 | 35 | - | - | 8 |
Pórticos en madera | 23 | 45 | 21 | - | - | 11 |
Las funciones de pertenencia μCki(Cki) y sus pesos Wki muestran la información de los grupos de elementos estructurales.
En la capa intermedia se obtiene un índice, mediante la desfuzificación, de cada grupo de variables. La desfuzificación significa que los valores de estos índices corresponden al centroide de área de las funciones de pertenencia relacionadas con cada nivel de daño. Teniendo en cuenta los cuatro índices obtenidos, es posible definir en la capa de salida el daño en el edificio utilizando reglas lógicas difusas con los resultados de las evaluaciones de los elementos estructurales y no estructurales. El cálculo de las reglas difusas se refiere a la parte de la lógica difusa más frecuentemente utilizada en aplicaciones prácticas [31,36,38], su uso es importante cuando las dependencias son imprecisas o cuando no se requiere un alto grado de precisión [31]. Una base de reglas difusas consiste de una colección de reglas lógicas del tipo SI-ENTONCES.
3.3Capa de salida de la RNAEn esta capa se asigna una calificación lingüística final a los índices globales obtenidos para los elementos estructurales, no estructurales, condiciones del suelo y condiciones pre-existentes. El nivel de daño se calcula de acuerdo con la proximidad del valor de las funciones globales de daño de referencia. En esta capa se realiza el proceso de entrenamiento de la red neuronal [24]. Los índices que identifican cada nivel cualitativo cambian de acuerdo con los índices calculados en cada evaluación que se hace con la red y con una tasa de aprendizaje. Una vez que se han realizado las calificaciones finales, es posible determinar el daño global de edificio, la habitabilidad y la reparabilidad mediante el uso de un grupo de bases de reglas lógicas difusas.
3.3.1Proceso de entrenamiento de la RNALa red neuronal es calibrada en la capa de salida cuando se definen las funciones de daño con relación a los índices de daño existente. Los valores iniciales se muestran en la tabla 7. La calibración se hace para cada nivel de daño y se calibran únicamente los índices correspondientes a los grupos de variables consideradas en cada caso. El aprendizaje de la red se realiza utilizando una red tipo [24]
donde Ikj es el valor del índice de daño del grupo de variables k recalculado en función de la tasa de aprendizaje α y la diferencia entre el valor Ikj(t) del índice de daño resultante de la presente evaluación y el índice previo en cada nivel de daño j. La tasa de aprendizaje está dada por la ecuacióndonde t es el número de veces que el índice que se calibra ha sido usado. La figura 9 muestra un resumen del proceso computacional que tiene que ser realizado de acuerdo al modelo propuesto.La calibración de los índices de daño parte de índices iniciales predefinidos considerando los propuestos en el [1], las curvas de fragilidad usadas en HAZUS-99 promovidas por [20], los índices de [29] y de [32]. Asimismo, se consideraron índices de daño con base en criterios estructurales de disipación de energía [8,9,22,28]. La tabla 7 presenta una comparación entre los índices propuestos en este trabajo y los propuestos por [29,32]. Valores cercanos a los puntos medios de los rangos de los índices de [29], se escogieron como valores iniciales debido a que han sido calibrados mediante estudios tanto experimentales como numéricos y que son los que cuentan con mayor aceptación. Sus autores consideran que el colapso ocurre para un valor igual a 0,8, aunque [34] afirman que el colapso se podría esperar a partir de 0,77. De acuerdo a este planteamiento, en este estudio se ha acordado utilizar un valor de 0,76 para el índice correspondiente al colapso o destrucción estructural. En la elección de los índices de daño para diferentes niveles de daño se ha considerado un criterio conservador, dadas las controversias existentes.
La red neuronal se calibró para estructuras en hormigón armado y mampostería no reforzada, utilizando las evaluaciones del daño por sismo realizadas después del terremoto del Quindío, en Colombia, en 1999, realizadas por la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica (AIS). En total se han utilizado 150 evaluaciones de edificios de hormigón armado y 100 de mampostería no reforzada en la calibración, estos registros fueron usados por ser las evaluaciones más completas sobre el daño estructural y no estructural. Sin embargo, se necesita mayor información para completar el entrenamiento de la red para otros tipos estructurales, especialmente para pórticos de madera y acero, pues este tipo de sistemas estructurales no son comunes en la zona afectada por el sismo. Los pórticos de hormigón armado con muros de cortante también son muy pocos y, por lo tanto, el número de evaluaciones de edificaciones para calibrar este sistema estructural fue insuficiente.
4Toma de decisiones usando una base de reglas lógicas difusasLa habitabilidad y la reparabilidad de las estructuras se valoran con base en los resultados obtenidos para el nivel de daño de los elementos estructurales y no estructurales, el estado de las condiciones del suelo y las condiciones pre-existentes. La figura 10 muestra el uso de las reglas difusas para estas estimaciones. El nivel de daño global del edificio se deduce a partir de los valores de los resultados del daño estructural y no estructural. El estado global del edificio y la habitabilidad se determinan teniendo en cuenta el daño global del edificio y las condiciones del suelo en dos diferentes bases de reglas difusas. Las calificaciones lingüísticas para la habitabilidad de la estructura tiene cuatro niveles posibles: habitable (inmediatamente habitable), uso restringido (habitable después de reparaciones), peligroso (habitable después de reforzamiento estructural) y prohibido (no habitable). La reparabilidad depende de otra base de reglas lógicas que contempla las condiciones preexistentes del edificio. La reparabilidad tiene cuatro posibles niveles: ninguna, reparaciones menores, reparación, reforzamiento y posible demolición.
5Programa de evaluación del daño sísmico en edificios (EDE)El modelo computacional propuesto ha sido implementado en el programa de ordenador Evaluación del Daño Sísmico en Edificios (EDE). Actualmente, el programa EDE es una herramienta de uso oficial de fácil utilización, en caso de emergencia sísmica, adoptada por las oficinas de gestión del riesgo de desastre de las ciudades de Bogotá y Manizales, en Colombia. Este programa busca apoyar la evaluación del daño usando como punto de partida descripciones y fotografías de los diferentes niveles de daño para cada elemento que se evalúa y mediante los cuales el evaluador hace su apreciación visual del edificio. La figura 11 muestra un ejemplo de cómo se califica el daño en los elementos estructurales y la figura 12 presenta el caso de estas ayudas para la evaluación del daño estructural en pilares. El modelo tiene en cuenta las condiciones preexistentes y las condiciones del suelo. Finalmente, la figura 13 muestra la calificación de la configuración estructural así como las descripciones y fotografías de ayuda para el usuario. Esta herramienta también puede ser de utilidad para el entrenamiento de los evaluadores antes de un terremoto.
Se presentan dos ejemplos de aplicación, ambos son edificios ubicados en la ciudad de l’Aquila, Italia, en el valle del rio Aterno, que es la capital de la región de l’Abruzzo y tiene cerca de 73.000 habitantes. Esta ciudad fue afectada, en la madrugada del 6 de abril de 2009, por un terremoto de magnitud local Ml=6,3 (Mw=5,3). En su mayoría, los edificios del área afectada correspondían a sistemas estructurales de pórticos en hormigón armado y mampostería no reforzada, muchos de ellos edificios monumentales del patrimonio cultural de la ciudad.
Después del terremoto fue necesario realizar una evaluación de daños y habitabilidad en cerca de miles de edificios. Los ejemplos que se presentan corresponden a dos de estos edificios.
6.1Ejemplo 1: edificio porticado de hormigón armadoEl edificio evaluado fue construido en 1980, tiene un sistema estructural de pórticos en hormigón armado con losa maciza. Es un edificio de cuatro niveles sin sótano ubicado en una esquina. El edificio presentaba una serie de defectos de configuración estructural como: pórticos planos transversales de hormigón armado con viga fuerte y pilar débil; los pórticos no están conectados entre sí en la dirección longitudinal, armadura trasversal insuficiente en los pilares, con separación uniforme y sin ganchos, lo que no asegura el efecto de confinamiento. El edificio ha sufrido también daños causados por golpeteo con el edificio vecino tal como se observa en la figura 14. La información de daños en el edificio y los resultados de la evaluación se presentan a continuación en las tablas 8 y 9.
6.2Ejemplo 2: edificio de mampostería confinadaEl edificio evaluado fue construido en 1995, tiene un sistema estructural de mampostería confinada y forjados con vigas planas. Este tipo de forjado es de común aplicación en España, y en detalle puede observarse en la figura 15. Es un edificio de tres niveles con un sótano, ubicado en una esquina. La información de daños sufridos por el edificio y los resultados de la evaluación se muestran en las tablas 10 y 11.
7ConclusionesSe ha desarrollado un método con base en un modelo de inteligencia computacional (soft computing), útil para la compleja tarea de la evaluación de daños en edificios después de un terremoto. Dicho método y el programa de ordenador correspondiente mejora las metodologías convencionales existentes y hace posible una evaluación más exacta del daño por parte de profesionales inexpertos, especialmente en los casos en los que puede haber dudas sobre la seguridad estructural. El modelo utiliza redes neuronales artificiales y la teoría de conjuntos difusos, lo que lo hace apropiado para la evaluación de los daños en edificios, caso en que la información es subjetiva y puede ser incompleta, lo que exige la utilización de calificaciones lingüísticas, las cuales pueden ser interpretadas apropiadamente por los conjuntos difusos. Se ha utilizado una red neuronal artificial para calibrar el modelo de inteligencia computacional partiendo del juicio de expertos. El entrenamiento de la red neuronal fue realizado usando una base de datos que contiene evaluaciones reales del daño sísmico hechas por ingenieros expertos después del terremoto de 1999 en Quindío, Colombia. El programa Evaluación de Daño Sísmico de Edificios, EDE, se utiliza como una herramienta oficial para la gestión de riesgo de desastre en las ciudades de Bogotá y Manizales, en Colombia, y es un componente del «Programa Nacional de Evaluación de Edificios» de Colombia, en donde se han desarrollado guías y formularios de inspección.
La calibración del modelo depende de la disponibilidad de bases de datos fiables de evaluaciones de daños en edificios, realizadas por expertos, las cuales son esenciales para el proceso de aprendizaje de la red neuronal artificial. Dado que actualmente no existen suficientes bases de datos de daños con la calidad necesaria, es necesario realizar en el futuro evaluaciones para todos los tipos estructurales que existen en las zonas sísmicas. De esta forma se podría completar el proceso de aprendizaje para aquellas construcciones de las cuales no se ha tenido información suficiente. También, es importante mejorar la técnica de recolección de datos de los daños en los edificios y la coordinación para la respuesta a emergencias sísmicas. Todo esto contribuirá a poder contar con una herramienta idónea para la evaluación de daños, la habitabilidad y la reparabilidad de edificios afectados por sismos. No es posible evitar los errores de evaluación cometidos por inexpertos después de un sismo fuerte, si en el futuro no se cuenta con programas de capacitación de potenciales evaluadores y con una herramienta como el sistema experto aquí propuesto.
La metodología de evaluación ex post del daño y habitabilidad no ha sido utilizada hasta ahora en una emergencia sísmica real. Los ejemplos presentados este artículo fueron tomados de evaluaciones de habitabilidad y daño hechas después del sismo de l’Aquila en el 2009 y se refieren a dos sistemas estructurales: pórticos en hormigón armado y mampostería no reforzada.
Los autores expresan su agradecimiento al Ministerio de Educación y Ciencia de España, programa CONSOLIDER, proyecto Safety and Durability of Constructions, SEDUREC, CSD2006-00060. Este trabajo se realizó también con el apoyo del Comisionado para Universidades e Investigación de Departamento de Innovación, Universidades y Empresa de la Generalitat de Cataluña (programa Beatriu de Pinos) y de la Comisión Europea (proyecto Methods for the Improvement of Vulnerability Assessment in Europe, MOVE, FP7-ENV-2007-1-211590).