Al margen de los sistemas elásticos de anclaje que incluyen el apoyo dual mediante tejido implantado1,2, la estabilización rígida utilizando barras microfresadas proporciona una modalidad de tratamiento alternativo para la estabilización de prótesis implantosoportadas superiores3. Recientemente se han evaluado, con toda suerte de detalles, los resultados clínicos implantológicos, incluyendo parámetros periimplantares para dos conceptos distintos que utilizan barras microfresadas para sostener las prótesis superiores. Los resultados evaluados demostraron que los implantes colocados para soportar una prótesis removible superior anclada tanto sobre una barra microfresada de una única pieza de arcada cruzada como colocados como apoyo de unas barras microfresadas bilaterales sin conexión, no difieren entre sí en cuanto a los parámetros periimplantares o a la tasa de supervivencia, con independencia de su colocación en determinadas regiones que hayan sufrido o no un aumento de tejido3.
Si se comparan los esfuerzos de mantenimiento prostodónticos que deben llevarse a cabo en las prótesis removibles implantosoportadas superiores para el apoyo de las mismas utilizando como soporte barras microfresadas de tipo elástico dual y una estabilización rígida, se ha registrado una incidencia más elevada de cuidados posteriores tras la inserción con el sistema de anclaje elástico4. Sin embargo, si consideramos el amplio abanico de posibilidades intraorales para situar las barras microfresadas constatamos que existe una falta de información respecto a la evaluación de las barras microfresadas en determinadas zonas y también respecto a los anclajes rígidos en cuanto al mantenimiento prostodóntico. Por ello, el objetivo de este estudio retrospectivo consistió en comparar una barra microfresada anterior de una sola pieza colocada posteriormente con cantiléver frente a dos barras microfresadas bilaterales sin conexión para las áreas de apoyo generadas por las barras y la incidencia y el tipo de mantenimiento prostodóntico necesario para conservar la función de las prótesis superiores durante un mínimo de 3 años tras su inserción.
Materiales y métodos
En este estudio se proporcionaron 31 prótesis removibles a un grupo de pacientes consecutivos que requerían la rehabilitación de su maxilar edéntulo. Quince prótesis fueron ancladas a una barra microfresada anterior de arcada cruzada soportada por cuatro implantes colocados en la región anterior respecto al seno maxilar y se incorporó una sección bilateral posterior con cantiléver (grupo 1, figura 1a) y se anclaron 16 prótesis a unas barras bilaterales soportadas por 6 u 8 (grupo 2, figura 1b). Todas las prótesis tenían que mantenerse in situ durante al menos 3 años (media: 4,6 ± 1,3 años, intervalo: de 3 a 8 años). La colocación apropiada de los implantes en el grupo 2 incluía el aumento bilateral del seno. El diseño de la barra microfresada tenía una inclinación de 2 a 4 grados y las prótésis habían sido reforzadas con una estructura modelada en yeso que consistía en 12 dientes de resina (figuras 2a y 2b). En ambos grupos las barras microfresadas disponían de unos dispositivos de retención adicionales (Preci-Vertex, Alphadent), como se había descrito ya en un estudio anterior3. Ambos conceptos se compararon en términos de área de soporte generado por la barra, y en cuanto a los requisitos de mantenimiento prostodóntico necesarios tras su inserción. Las áreas de soporte generadas por la barra se calcularon matemáticamente mediante unas líneas trazadas sobre el escáner a partir de las cuatro esquinas situadas en las posiciones más excéntricas de las barras (figuras 1a y 1b). Durante el período de seguimiento se registraron las complicaciones protésicas aparecidas, que fueron analizadas en base a dos categorías: (1) mantenimiento del componente del implante -pérdida o fractura del implante, aflojamiento del tornillo pilar, fractura de la barra o del pilar y (2) mantenimiento del componente de la prótesis- activación o sustitución de la matriz (matriz de acril-preci), fractura o sustitución de los dientes artificiales de la prótesis, fractura de la prótesis, adaptación del margen de la prótesis (reducción o rebase), rebase de la sobredentadura y mantenimiento del lado olluval de la prótesis (6).
Figura 1a Barra microfresada anterior de una única pieza y arcada cruzada con extensiones posteriores en cantiléver, que incluyen dispositivos para la retención y un área de apoyo definida y generada por la barra.
Figura 1b Barras microfresadas bilaterales sin conexión que incluyen dispositivos para la retención y un área de apoyo definida y generada por la barra.
Figuras 2a y 2b Base de una sobredentadura con estructura de refuerzo metálica para (a) la barra anterior y para (b) ambas barras posteriores.
Resultados
El área generada por la barra anterior de la arcada cruzada incluida la extensión de la barra distal fue de 962 ± 84 mm2; la de las barras bilaterales sin conexión fue de 1,015 ± 118 mm2. La tabla 1 muestra el mantenimiento prostodóntico necesario para las prótesis implantosoportadas retenidas mediante barras de los grupos 1 y 2. La zona de soporte generada por las barras, así como la incidencia de la intervención llevada a cabo tras la inserción, no difirieron en los dos diseños prostodónticos (grupo 1: 0,20, grupo 2: 0,22 sesiones de mantenimiento por año y por paciente).
Discusión
Puesto que los parámetros evaluados no mostraron diferencias significativas entre ambos conceptos, ninguno de los dos conceptos puede considerarse superior al otro en cuanto al grado (o la envergadura) del mantenimiento prostodóntico y al área de apoyo o soporte que proporcionan las barras3. Tanto las barras bilaterales sin conexión con la mayoría de los implantes colocados en el hueso sinusal aumentado, como la barra de una única pieza con extensiones distales anclada sobre implantes colocados anteriormente en regiones que no han sufrido aumento de hueso sinusal proporcionan un apoyo distal estable y consecuentemente, anclajes rígidos para las prótesis (o sobredentaduras)2-4. Este mecanismo de anclaje estable para las sobredentaduras, que incluye el diseño de la prótesis utilizando un sobremodelo friccional sin rotación de la prótesis, resulta ser el que ofrece la menor incidencia de mantenimiento tras la inserción utilizando ambos conceptos2,3. Cuando se cumplen los requisitos anatómicos para llevar a cabo la inserción de implantes en la región anterior pero sigue existiendo una necesidad estética o funcional para llevar a cabo una restauración removible, el concepto anterior ofrece unas ventajas quirúrgicas y técnicas obvias sobre el concepto posterior. De forma similar al concepto todo-en-cuatro para las restauraciones fijas, el concepto anterior descrito para las prótesis removibles rígidas constituye una opción de tratamiento restaurador económico y con una relación coste-eficiencia satisfactoria5.
Correspondencia: Dr Gerald Krennmair,
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