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Vol. 47. Núm. 2.
Páginas 102-110 (mayo - agosto 2015)
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Vol. 47. Núm. 2.
Páginas 102-110 (mayo - agosto 2015)
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Procesamiento emocional en maltratadores de género mediante el Test de Expresiones Faciales de Ekman y la Tarea Stroop Emocional
Emotional processing in batterers as assessed by Test Ekman Facial Expressions and Emotional Stroop Task in intimate partner violence situations
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Natalia Bueso-Izquierdoa,b, Natalia Hidalgo-Ruzzanteb,c,
Autor para correspondencia
nhidalgo@ugr.es

Autor para correspondencia.
, Carlos Burneo-Garcésa, Miguel Pérez-Garcíaa,b,d
a Facultad de Psicología, Universidad de Granada, España
b Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC-UGR), Granada, España
c Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Granada, España
d Centro de Investigaciones Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), Universidad de Granada, España
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Tablas (3)
Tabla 1. Estadísticos descriptivos y análisis en hombres maltratadores y no maltratadores sobre las variables sociodemográficas y de consumo de drogas
Tabla 2. Categorías de palabras utilizadas en la tarea Stroop Emocional computarizada sobre violencia contra la pareja
Tabla 3. Procesamiento emocional en maltratadores y no maltratadores
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Resumen

La investigación actual en el campo de la violencia de pareja es escasa en lo que se refiere al papel del procesamiento emocional de los maltratadores. Sin embargo, ningún estudio ha investigado en la misma muestra la capacidad de reconocer las emociones y la influencia de las emociones en los aspectos atencionales. El objetivo de este estudio es investigar en una muestra de maltratadores la capacidad de reconocer las emociones de fotografías estandarizadas y analizar la interferencia de las palabras con contenido emocional en una tarea atencional. La muestra consistió en 90 hombres condenados por violencia de pareja y 77 hombres condenados por otros delitos. Se evaluaron las características sociodemográficas asociadas a nuestra muestra y el procesamiento emocional de las expresiones faciales con la prueba de Ekman y la Tarea Stroop Emocional, diseñada específicamente para evaluar el procesamiento emocional en situaciones de violencia contra la pareja. Los resultados mostraron un mejor reconocimiento emocional de los maltratadores en las emociones faciales de enfado y sorpresa. Para el procesamiento de palabras con contenido emocional, las diferencias no fueron estadísticamente significativas.

Palabras clave:
Violencia contra la pareja
Emoción
Maltratadores
Atención
Abstract

Current research in the field of intimate partner violence has been scarce as regards the role of emotional processing in abusers. Nevertheless, no study has investigated the ability to recognize emotions and the influence of emotions on attention-related aspects among the same sample. The aim of this study is to investigate the ability to recognize emotions in standardized photographs, and to analyze the interference that words with emotional content exert on an attention task in a sample of abusers. The sample consisted of 90 men convicted of intimate partner violence and 77 men convicted of other crimes. Demographic characteristics associated to the sample were evaluated, as were emotional processing of facial expressions with the Ekman Test and the Emotional Stroop task, specifically designed to assess emotional processing in situations of intimate partner violence. The results showed better emotional recognition among abusers in the recognition of facial emotions of anger and surprise. As for the processing of words with emotional content, differences were not statistically significant.

Keywords:
Intimate partner violence
Emotion
Abusers
Attention
Texto completo

La violencia de género es un grave problema social y de salud pública que sufren mujeres de todo el mundo (Ramos Lira, Saltijeral & Caballero, 2013; World Health Organization, 2013). El intento de comprender la etiología de dicha violencia nos sitúa obligatoriamente ante la necesidad de realizar un análisis multicausal. Entre las distintas perspectivas que en la actualidad intentan explicar este complejo fenómeno (feminista, transgeneracional y psicosocial), los autores Corvo y Johnson (2013) resaltan que el estudio de las variables psicológicas y neuropsicológicas podría simplificar el trabajo conceptual y ampliar el poder estadístico.

En consonancia con ello, se ha comenzado a investigar las variables psicológicas propias del maltratador (para una amplia revisión en castellano, véase, por ejemplo, Calvete, 2012; Echeburúa & Amor, 2010; Sarto & Esteban, 2010; para una revisión en literatura anglosajona, por ejemplo, Farrell, 2011) incluyendo sus características de personalidad y psicopatológicas (Amor, Echeburúa & Loinaz, 2009; Holtzworth-Munroe & Stuart, 1994; Fernández-Montalvo & Echeburúa, 2005; Loinaz, Echeburúa & Torrubia, 2010; Loinaz, Ortiz-Tallo, Sánchez & Ferragut, 2011), la influencia de variables como el consumo de sustancias (Thomas, Bennett & Stoops, 2012), su funcionamiento neuropsicológico (Bueso-Izquierdo et al., 2012; Corvo & Johnson, 2013; Pinto et al., 2010; Romero-Martínez & Moya-Albiol, 2013; Walling et al., 2012) o su tipología (Capaldi & Kim, 2007; Cunha & Gonçalvez, 2013; Fernández-Montalbo & Echeburúa, 1997; Holtzworth-Munroe & Meehan, 2004). Sin embargo, apenas se han realizado trabajos sobre el procesamiento emocional de los maltratadores, definido en general como la capacidad para percibir estados emocionales en los demás y sentir estados emocionales propios (Carmona-Perera & Pérez-García, 2012).

Existen numerosas aproximaciones teóricas al estudio de la emoción, aunque recientemente se ha producido un intento integrador de los modelos tradicionales dimensionales (como el modelo de P. Lang) y categóricos (como el modelo de Ekman) (Izard, 2009). Sin embargo, desde un punto de vista neuropsicológico, la evaluación del estado emocional se centra en la evaluación de la capacidad para detectar estados emocionales en los demás y la capacidad de sentir estados emocionales propios (Carmona-Perera & Pérez-García, 2012).

En este sentido, la prueba más utilizada para evaluar la habilidad para detectar la capacidad emocional en los demás es el test de reconocimiento de emociones de Ekman (Young, Perrett, Calder, Sprengelmeyer & Etcoff, 2002). Por otro lado, la evaluación de la capacidad de sentir emociones se ha realizado a través de registros psicofisiológicos (Lang, 1985), tareas de interferencia emocional (Baños, Quero & Botella, 2005) o pruebas basadas en imágenes con contenido emocional (Aguilar de Arcos et al., 2008).

Aunque existe una amplia literatura sobre los problemas de control emocional de los maltratadores y cómo intervenir en ellos (Arce & Fariña, 2006), el número de trabajos que han evaluado el procesamiento emocional, tanto experiencia como reconocimiento de emociones, en maltratadores es muy escaso. En el caso concreto de la violencia contra la pareja, se ha encontrado que el reconocimiento de emociones faciales depende del tipo de maltratador, y oscila entre un déficit en la identificación de emociones y una mayor exactitud en dicho reconocimiento, especialmente en expresiones faciales de asco, de miedo o neutras (Babcock, Green & Webb, 2008). Otras investigaciones proponen un reconocimiento diferente de las emociones en las caras de sus esposas —frente a la cara de otras mujeres u hombres no familiares—, mediados estos sesgos por la existencia de psicopatía (Marshall & Holtzworth-Munroe, 2010).

En el caso de estudios sobre la capacidad de los maltratadores de sentir emociones, se ha realizado también un reducido número de trabajos utilizando registros psicofisiológicos (Gottman, Jacobson, Rushe & Shortt, 1995; Jacobson et al., 1994) o la tarea Stroop Emocional (Chan, Raine & Lee, 2010).

Usando registros psicofisiológicos, se ha encontrado que algunos maltratadores presentan una hiperreactividad cardiaca y de conductancia y otros, hiporreactividad cuando procesan imágenes de violencia de género (Gottman et al., 1995) y que la reactividad psicofisiológica predice la gravedad de la violencia (Babcock, Green, Webb & Yerington, 2005). Por otro lado, usando la tarea de Stroop Emocional, Chan et al. (2010) encontraron que los maltratadores tienen un tiempo de reacción ante la tarea de nombrar el color en palabras con contenido afectivo agresivo mayor que frente a las neutras (Chan et al., 2010).

Actualmente, no existen estudios que hayan investigado en la misma muestra la capacidad de reconocer emociones y la capacidad de sentirlas. Además, los escasos estudios realizados siempre han comparado el funcionamiento emocional de los maltratadores con sujetos controles no violentos, pero nunca se ha estudiado en comparación con otros violentos que no hayan cometido delitos de violencia de género.

Esto podría ser de gran interés, ya que permitiría obtener una mejor caracterización del procesamiento emocional de los maltratadores, ya que se ha descrito que las personas violentas en general presentan problemas de procesamiento emocional (Chan et al., 2010). Por otro lado, la investigación del procesamiento emocional de los maltratadores debe profundizarse comparando su respuesta ante estímulos relacionados con la violencia de género, ante otros estímulos emocionales negativos u otros estímulos emocionales relacionados con las relaciones de pareja. La utilización del Stroop Emocional permite estudiar estos aspectos, ya que es posible añadir estímulos de distinta naturaleza en la tarea.

Por ello, el objetivo de este estudio preliminar es investigar, por un lado, la capacidad para reconocer emociones a partir de las fotografías estandarizadas (Young et al., 2002) y, por otro, la interferencia emocional de palabras con contenido emocional positivo, contenido negativo, relacionado con las relaciones de pareja (funcionales), y ante palabras relacionadas con la violencia de género, que ejercen en una tarea Stroop Emocional en comparación con otras personas violentas que no han cometido delitos de violencia de género. La ausencia de un cuerpo consistente de resultados previos en este campo no permite hipotetizar la dirección de las posibles diferencias con otro grupo de personas violentas en general.

MétodoParticipantes

En este estudio participaron 167 sujetos, divididos en dos grupos: uno de hombres condenados por delitos de violencia contra la pareja (n = 90) y otro de hombres condenados por otro tipo de delitos (n = 77). Se reclutó a los sujetos en el Centro Penitenciario de Albolote (Granada, España) y el Centro de Inserción Social Matilde Cantos Fernández (Granada, España), previa autorización formal de Instituciones Penitenciarias.

Ambos grupos estaban igualados por edad y nivel educativo (tabla 1). Tampoco hubo diferencias entre los dos grupos (maltratadores y no maltratadores) en consumo de drogas (tabla 1). En consecuencia, no fue necesario el control de dichas variables en la comparación del procesamiento emocional de ambos grupos.

Tabla 1.

Estadísticos descriptivos y análisis en hombres maltratadores y no maltratadores sobre las variables sociodemográficas y de consumo de drogas

Variables  Maltratadores (n = 90)  No maltratadores (n = 77)  p (t o χ2
Edad (años)  36.70 (7.815)  37.12 (7.786)  .726 
Nivel educativo  1.39 (.624)  1.38 (.555)  .470 
Estado civil, %      .711 
Solteros  33  40   
Con pareja/casados  12.8  36.7   
Separados/divorciados  53.3  23.4   
CTS-2: gravedad < 11  2.58 (4.149)  .41 (1.110)  < .001 
Tipos de drogas (abuso/ dependencia), %       
Cannabis/marihuana  21.7  18.4  .457 / .323 
Alcohol  40.2  26.4  .309 
Heroína  16.3  13.2  .550 
Cocaína  19.8  22.4  .871 
Tranquilizantes (BZD)  1.1  1.3  .569 
Estimulantes (MDMA)  3.3  .158 

CTS: Conflict Tactic Scale.

Salvo otra indicación, los valores expresan media (desviación típica).

Con respecto al consumo de sustancias, dado que en el caso de la violencia contra la pareja el abuso/dependencia de drogas puede aumentar la gravedad de los actos violentos cometidos, también se controló dicha variable, y ambos grupos estaban igualados. Los principales datos sociodemográficos y de consumo de sustancias de los participantes se muestran en la tabla 1.

Los criterios de inclusión fueron ser mayor de 18 años y cumplir condena en uno de los dos centros penitenciaros anteriormente citados. Para el grupo de maltratadores, también fue un criterio de inclusión haber sido condenado por algún delito de agresión física, psicológica y/o sexual contra su pareja o expareja.

Los criterios de exclusión propuestos fueron ser analfabetos o tener dificultades para completar las pruebas escritas y antecedentes de psicopatología grave y/o de daño cerebral (pérdida de conciencia de más de 1 h) (Cohen et al., 2003). Para los no maltratadores, también fue un criterio de exclusión tener alguna condena por violencia de género u obtener una puntuación ≥ 11 en la escala de gravedad de violencia de la Conflict Tactic Scale-2 (CTS-2) (Cohen et al., 2003). Esta escala normalmente se utiliza en los estudios como cribado de violencia.

La participación en el estudio fue completamente voluntaria. Los participantes fueron informados sobre los objetivos del estudio y se los recompensó con 20 euros por el tiempo que duró la evaluación completa. Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética e Investigación Humana de la Universidad de Granada, España.

Instrumentos

Variables demográficas y relacionadas con la violencia Valoración de riesgo de violencia: entrevista de valoración de riesgo de violencia grave en la relación de pareja (Echeburúa, Fernández-Montalvo, de Corral & López-Goñi, 2008). Esta entrevista contiene 58 preguntas, mayoritariamente en formato sí/no, por ejemplo: “¿El agresor tiene un historial de conductas violentas con otras personas (amigos/ compañeros de trabajo, etc.)?”. Recoge variables sociodemográficas del agresor y de la víctima, así como la situación de la relación de la pareja (pareja sin convivencia, convivencia en pareja, trámites de separación, separación, entre otros), el perfil del agresor (datos sociodemográficos, datos de la denuncia, pensamientos y sentimientos sobre su condena) y la vulnerabilidad de la víctima (apoyo familiar, autonomía económica, o consumo de drogas). El coeficiente alfa obtenido de la muestra total de participantes (agresores graves y no graves) fue .71. En cuanto a su validez, la escala diferencia adecuadamente entre agresores graves (.69) y no graves (.66) (Echeburúa et al., 2008). En este estudio, se usaron para recoger información acerca del agresor: historial, características, pensamientos y conductas que realizó durante su relación de pareja.

Presencia de violencia en la pareja, frecuencia e intensidad

La Revised Conflict Tactic Scale (CTS2) (Straus et al., 1996) se utiliza para detectar si ha habido violencia física y/o psicológica en la pareja en el último año o a lo largo de toda la relación. Mide frecuencia e intensidad de la violencia en la relación de pareja. Para el estudio, se usó la versión que contiene la escala adaptada al español (para que el lector pueda acceder directamente a la fuente original: Loinaz, Echeburúa, Ortiz-Tallo & Amor, 2012). En cuanto a su fiabilidad, en los 39 ítems del agresor obtuvo α = .88 (Loinaz et al., 2012).

Variables relacionadas con el consumo de drogas

Abuso/dependencia de drogas: entrevista clínica estructurada del DSM-IV SCID “I” (First, Spitzer, Williams & Smith-Benjamin, 1998), entrevista compuesta por tantos módulos diagnósticos como categorías diagnósticas tiene el DSM-IV. Se usó la subescala diagnóstica para el trastorno por abuso/ dependencia de sustancias psicoactivas (alcohol y drogas). Permite los diagnósticos de trastorno primario o inducido por sustancias de manera clara y precisa (Becoña, Nogueiras, Flórez, Álvarez & Vázquez, 2010).

Procesamiento emocional

El test de percepción emocional (test de expresiones faciales de Ekman) (Ekman & Friesen, 1975) es una prueba informatizada en la que se presentan caras de personas que muestran expresiones faciales correspondientes a seis emociones básicas: ira, asco, miedo, felicidad, tristeza y sorpresa (para los valores de fiabilidad y validez, véase Young et al., 2002). Se requiere que el participante identifique la emoción que expresa cada una de las caras. La principal variable dependiente es el número de aciertos en cada categoría emocional.

Tarea de Stroop Emocional computarizada sobre violencia contra la pareja

Basada en diferentes aplicaciones de estos trabajos (Baños et al., 2005; Eckhardt & Cohen, 1997), fue creada específicamente por el equipo de investigación para la evaluación en situaciones de violencia de género. La tarea consiste en que el sujeto debe pulsar el color de la tinta con que aparecen impresas las palabras en la pantalla, ignorando su significado, lo más rápidamente posible. En concreto, esta prueba mide la capacidad de procesar emociones a través de la repuesta del sujeto a palabras con contenido emocional, las cuales aparecen en varios colores. Dichas palabras se organizaron según su pertenencia a determinada categoría emocional: palabras con contenido emocional negativo, contenido emocional positivo, contenido emocional vinculado con las relaciones de pareja funcionales, contenido de maltrato y contenido neutro. Para cada dimensión se puede obtener como variable dependiente el tiempo de reacción, los aciertos, los errores de omisión (no contestar cuando debía hacerlo) y los errores de comisión (contestar con el color incorrecto).

Para el listado y la clasificación de las palabras utilizadas, se extrajo un conjunto amplio de palabras relacionadas con la violencia que se clasificaron mediante juicios de expertos.

De este modo, se seleccionaron 33 palabras en la categoría maltrato, que un mínimo del 75% de los expertos había puntuado con 8, 9 o 10, y 214 palabras en la categoría relaciones de pareja, que un mínimo del 80% de los expertos había puntuado con 8, 9 o 10. Las palabras correspondientes al bloque de palabras positivas, negativas y neutras se seleccionaron de la literatura en castellano (Baños et al., 2005, Calleja & Hernández-Pozo, 2009; Martínez & Belloch, 2004). Cada palabra perteneciente a cada uno de los cinco bloques fue igualada en díadas a partir de la longitud (entre 4 y 10 letras), para formar el listado definitivo con 12 palabras por bloque (tabla 2).

Tabla 2.

Categorías de palabras utilizadas en la tarea Stroop Emocional computarizada sobre violencia contra la pareja

Bloque 1 Maltrato  Bloque 2 Relaciones de pareja  Bloque 3 Positivas  Bloque 4 Negativas  Bloque 5 Neutras 
Agresión  Amor  Sincero  Tumor  Libreta 
Bofetada  Apoyo  Honesto  Cáncer  Cartera 
Golpes  Besos  Alegría  Operar  Compás 
Zorra  Compartir  Amable  Enfermedad  Carpeta 
Humillada  Cariño  Animada  Infectar  Goma 
Indefensa  Confianza  Ánimo  Infarto  Agenda 
Insulto  Convivir  Calma  Flemón  Papel 
Intimidar  Diálogo  Relajada  Amputar  Papelera 
Maltrato  Equilibrio  Contenta  Vicio  Borrador 
Puta  Ilusión  Agradable  Vértigo  Sacapuntas 
Moretón  Proyectos  Segura  Contamina  Bolígrafo 
Perseguida  Respeto  Afortunada  Adicción  Tintero 

Se utilizó un ordenador con una pantalla de 15 pulgadas para la presentación de las palabras (15mm de tamaño en tipo Lucida Console), las cuales aparecen en los bloques referidos a una misma categoría emocional. La sucesión de los bloques se presenta aleatorizada. Los participantes tenían cuatro ensayos de práctica antes de comenzar la tarea.

Este formato computarizado consistió en un total de 240 ensayos distribuidos a lo largo de cinco bloques experimentales. Cada una de las 12 palabras de cada bloque aparecía aleatorizadamente cuatro veces en los diferentes colores: azul, rojo, verde y amarillo, sobre fondo negro. Por lo tanto, cada bloque estaba dividido en 48 presentaciones (12 palabras × 4 colores). En cada presentación, aparece en primer lugar una X en el centro de la pantalla (con una duración de 400 ms), para quedar luego la pantalla en blanco (100 ms). A continuación, durante 1000ms se produce la exposición de la palabra. Finalmente se ofrece feedback (correcto o incorrecto) al participante (500 ms). El programa informático presentaba las palabras de cada bloque aleatoriamente, de modo que la misma palabra o el mismo color no podían aparecer de forma consecutiva, contrabalanceando las cinco condiciones. El programa informático introducía un periodo de descanso tras cada bloque.

Procedimiento

Una vez Instituciones Penitenciarias aprobó el inicio del estudio, se invitó a participar a los penados del Centro Penitenciario de Albolote (Granada) y el Centro de Inserción Social Matilde Cantos Fernández (Granada) que cumplían con los criterios de inclusión.

Los participantes fueron evaluados entre junio de 2011 y junio de 2013. Este estudio formó parte de un proyecto más amplio en el que se evaluó a los sujetos en tres sesiones, dos de ellas individuales, con una duración aproximada de 2 h por sesión (incluidos los descansos), y otra grupal de 1 h, en la que procedían a rellenar los cuestionarios de autoinforme.

Los sujetos internos en la prisión fueron evaluados en salas habilitadas para su tratamiento o evaluación en las dependencias del Centro Penitenciario de Albolote (Granada). Los sujetos del Centro de Inserción Social fueron evaluados en salas habilitadas también para evaluación o tratamiento en las dependencias abiertas de dicho centro. Ambos espacios tenían las mismas características ambientales y eran sitios tranquilos y silenciosos.

Antes de aplicarse cualquier instrumento de medida, todos los participantes fecharon y firmaron por duplicado un consentimiento informado, que también firmaron los investigadores. Los investigadores explicaron verbalmente al sujeto la voluntariedad en cuanto a la participación y la retirada del estudio cuando lo considerasen necesario, así como los objetivos y el procedimiento a seguir en la investigación. A su vez, el consentimiento incluyó información acerca de la confidencialidad de los datos obtenidos durante el proceso de la investigación, de acuerdo con lo establecido en la Ley Orgánica 15/1999, del 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal y en lo relativo al secreto profesional.

Todos los examinadores eran Licenciados en Psicología, con formación y experiencia en el campo de la Neuropsicología, y fueron entrenados bajo una común instrucción en el manejo de las pruebas de evaluación. Los investigadores siguieron el mismo protocolo de administración y se determinó la elegibilidad de los participantes sobre la base de los criterios de inclusión y exclusión descritos previamente.

Análisis estadísticos

Para comprobar que los grupos estaban igualados en las principales variables sociodemográficas, se realizaron pruebas de la t de Student para la variable cuantitativa edad y de la χ2 para la variable cualitativa nivel educativo. Además, se compararon los porcentajes entre los dos grupos (maltratadores y no maltratadores) en consumo de drogas, a partir de la entrevista clínica estructurada del DSM-IV SCID (First et al., 1999).

Para comprobar si se cumplía el supuesto de normalidad de las variables, se realizó la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Dado que el supuesto de normalidad no se cumplía, se optó por realizar análisis no paramétricos mediante la prueba de la U de Mann-Whitney para dos muestras independientes para la comparación de las diferencias existentes entre los dos grupos de estudio (maltratadores y no maltratadores) en el procesamiento emocional en las diferentes medidas del test de percepción emocional y de la tarea de Stroop Emocional computarizada sobre violencia contra la pareja. El nivel de significación se estableció en p = .05.

Resultados

Los resultados de la prueba (U) para dos muestras independientes mostraron diferencias estadísticamente significativas en el reconocimiento de emociones faciales de ira U = 2462.500 (z = –2.273; p = .023) y sorpresa U = 2503.000 (z = –2.125; p = .034). En dichas dimensiones, la puntuación era mayor en el grupo de maltratadores, lo que denota un mejor reconocimiento de dichas emociones. Los tamaños del efecto de las diferencias estadísticamente significativas fueron bajos-moderados (tabla 3).

Tabla 3.

Procesamiento emocional en maltratadores y no maltratadores

  No maltratadores (n = 77)  Maltratadores (n = 90)  U  Z  p  d 
Test de Ekman             
Ira  7.43 (1.745)  7.98 (1.799)  2462.50  –2.2733  .023  .30 
Asco  7.23 (2.072)  7.48 (1.984)  2937.50  –.774  .439  .12 
Miedo  5.83 (2.123)  5.78 (2.411)  3123.00  –.092  .927  .01 
Felicidad  9.82 (.661)  9.91 (.328)  3024.50  –.454  .650  .17 
Tristeza  7.61 (1.751)  7.57 (1.768)  3070.50  –.122  .903  .02 
Sorpresa  8.73 (1.179)  9.11 (1.011)  2503.00  –2.125  .034  .34 
Stroop Emocional             
Bloque 1 Maltrato             
Aciertos  42.28 (6.159)  42.31 (5.281)  3330.50  –.434  .665  .05 
Errores  .31 (2.345)  1.69 (2.848)  2919.50  –1.844  .065  .14 
Omisiones  4.41 (5.953)  4.00 (4.371)  3336.50  –.416  .677  .07 
Total respuesta  766.39 (65.756)  746.46 (76.648)  2787.00  –.1628  .103  .28 
Bloque 2 Relaciones de pareja             
Aciertos  44.03 (5.177)  44.78 (3.651)  3151.50  –1.018  .309  .14 
Errores  1.29 (1.915)  1.10 (1.465)  3452.00  –.045  .964  .01 
Omisiones  2.68 (4.905)  2.12 (3.208)  3120.00  –1.139  .255  .15 
Total respuesta  733.40 (73.515)  712.96 (80.759)  2945.00  –1.447  .148  .24 
Bloque 3 Positivas             
Aciertos  44.10 (5.469)  44.78 (3.651)  3151.50  –1.018  .309  .14 
Errores  1.11 (1.517)  1.10 (1.465)  3452.00  –.045  .964  .01 
Omisiones  2.79 (5.337)  2.12 (3.208)  3120.00  –1.139  .255  .15 
Total respuesta  732.11 (73.599)  712.96 (80.759)  2945.00  –1.447  .148  .24 
Bloque 4 Negativas             
Aciertos  44.52 (4.674)  44.27 (3.999)  3180.50  –.924  .356  .05 
Errores  1.23 (1.879)  1.06 (1.600)  3395.00  –.242  .809  .09 
Omisiones  2.24 (4.257)  2.66 (3.351)  2966.00  –1.649  .099  .01 
Total respuesta  721.27 (67.121)  718.00 (81.248)  3327.00  –.074  .941  .04 
Bloque 5 Neutras             
Aciertos  43.96 (5.753)  44.75 (3.241)  3318.50  –.475  .635  .17 
Errores  1.36 (2.240)  1.04 (1.526)  3247.00  –.763  .445  .16 
Omisiones  2.69 (5.415)  2.21 (2.867)  3408.00  –.187  .852  .01 
Total respuesta  725.44 (76.259)  711.99 (78.146)  3114.00  –1.012  .312  .02 

En el análisis de la tarea Stroop Emocional, se compararon los dos grupos en las cinco condiciones emocionales (palabras con contenido emocional negativo, contenido emocional positivo, contenido emocional vinculado con las relaciones de pareja funcionales, contenido de maltrato y contenido neutro) tanto en tiempo de reacción como en errores de omisión y comisión. Los resultados mostraron que no había diferencias estadísticamente significativas (tabla 3).

Para el resto de las variables analizadas, los resultados no mostraron diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos.

Discusión

El objetivo del presente trabajo de investigación es investigar el procesamiento emocional de maltratadores, examinando por un lado el reconocimiento de emociones faciales y, por otro, el efecto de interferencia ante palabras con contenido emocional, utilizando una tarea Stroop Emocional diseñada específicamente para evaluar el procesamiento emocional en situaciones de violencia contra la pareja o expareja.

Los resultados muestran que se produjo un mejor reconocimiento emocional en maltratadores ante las emociones faciales de ira y sorpresa. En cuanto al procesamiento de palabras con contenido emocional, los resultados muestran que no había diferencias entre ambos grupos. Estos resultados pueden considerarse una primera aproximación al estudio del procesamiento emocional en maltratadores.

Estudios previos muestran un reconocimiento de emociones faciales diferenciado en maltratadores, especialmente ante las caras de sus parejas. En estos estudios se observan resultados que van desde un déficit (Babcock et al., 2008; Marshall & Holtzworth-Munroe, 2010) hasta una mejor ejecución (Babcock et al., 2008) para los grupos de maltratadores. Nuestros resultados apoyan estos últimos trabajos.

Si bien los resultados de este estudio son preliminares, se puede destacar la tendencia a un mejor reconocimiento emocional con menor afectación ante contenidos de violencia de género en maltratadores. Todo ello resulta interesante porque podría arrojar información útil en la explicación de los mecanismos utilizados por los maltratadores en la manipulación emocional de sus parejas. Así, estudios previos exponen el papel de las emociones que se generan en las mujeres víctimas de violencia en el proceso de persuasión llevado a cabo por su marido como determinantes del mantenimiento de la relación con la pareja más allá de la violencia recibida (Redo, Usaola, Nafs & Gironés, 2005). Así pues, el hombre maltratador puede generar miedo real en su pareja, de modo que ella no es capaz de abandonar dicha relación en la que está siendo violentada (Echeburúa, Pedro & De Corral, 2002). Un mejor reconocimiento emocional podría ser la herramienta utilizada por los maltratadores para manipular los sentimientos de sus parejas o exparejas, y así conseguir el objetivo de perpetuar la relación violenta.

En efecto, podría existir un perfil de agresores que reporta mayor empatía en su vertiente cognitiva —percepción, reconocimiento, atribución emocional— y que se perciben a sí mismos como con alta capacidad de discernir cognitivamente los estados emocionales de los demás, mientras que tienen una dificultad considerable para hacer frente a dichos estados emocionales, especialmente cuando las emociones son negativas (Covell, Huss & Langhinrichsen-Rohling, 2007). Este perfil de empatía se ha relacionado con mayores índices de violencia en general.

Por otro lado, no se han encontrado diferencias entre los grupos en cuanto al procesamiento de palabras con contenido emocional. Nuestros resultados no coinciden con los evidenciados por el trabajo de Chan et al. (2010), quienes encontraron que los maltratadores tienen mayor tiempo de reacción ante la tarea de nombrar el color en palabras con contenido afectivo agresivo. Sin embargo, obtuvieron sus resultados utilizando una tarea de carácter general, y no una diseñada específicamente para evaluar el procesamiento emocional en situaciones de maltrato y comparando con sujetos no violentos. En la presente investigación, y con una tarea específica para evaluar esta población, no encontramos diferencias entre un grupo de maltratadores y otro grupo de violentos en general. Además, en el trabajo de Chan (2010), se comparó con sujetos controles y no con otros violentos.

El presente estudio tiene ciertas limitaciones. Todos los sujetos tienen medida judicial, ya sea por delitos de violencia de género u otros delitos. Además, la utilización de un grupo control de hombres sin antecedentes penales y que no ejerzan violencia contra su pareja podría ser útil para determinar qué parte de los hallazgos aquí presentados se explicarían por las características específicas de la muestra del presente estudio (convictos).

Asimismo, conviene destacar que los participantes en este estudio provenían tanto del Centro Penitenciario de Albolote, internos en él, como del Centro de Inserción Social Matilde Cantos Fernández, establecimiento penitenciario destinado al cumplimiento de penas privativas de libertad en régimen abierto y al seguimiento de penas no privativas de libertad y de liberados condicionales, por lo que el perfil de dicha población no siempre es marginal y se puede acercar suficientemente (en el caso de los participantes en régimen abierto) a los sujetos sin medidas judiciales (por ejemplo, las penas por delitos contra la seguridad del tráfico podrían utilizar un sistema penitenciario en régimen abierto).

Por último, este estudio se ha centrado en el procesamiento de caras no familiares y no ha investigado el procesamiento de caras familiares, incluidas las de sus parejas, ni ha considerado otras medidas de la empatía. A pesar de estas limitaciones, los resultados preliminares de la presente investigación contribuyen a un mayor conocimiento del procesamiento emocional de los maltratadores. En efecto, un posible aporte sería crear una herramienta específica para la evaluación del procesamiento emocional en situaciones de violencia contra la pareja que se pueda utilizar para la evaluación de la empatía en maltratadores.

En la línea de la investigación de Covell et al. (2007), la tarea Stroop Emocional computarizada sobre violencia contra la pareja que se propone puede ser útil en futuras investigaciones para discernir un perfil de hombres maltratadores especialmente violentos y peligrosos, y estudiar las características particulares que muestran los hombres que reinciden una vez han pasado por programas de tratamiento, como el programa “Violencia de Género PRIA: Programa de Intervención para Agresores” (Ruiz et al., 2010).

Por último, cabe mencionar que conocer con mayor profundidad el comportamiento de los hombres maltratadores en el terreno emocional puede contribuir a comprender los mecanismos subyacentes a la relación de dominio y manipulación que caracteriza las relaciones violentas (AlcázarCórcoles & Gómez-Jarabo, 2001; Chan et al., 2010). Futuras investigaciones podrían explorar dichos hallazgos, ampliando el ámbito de estudio a participantes sin medida judicial y atendiendo también a otras pautas empáticas más afectivas, como el remordimiento.

En vista de los resultados obtenidos, sería interesante contrastar en futuros estudios si la capacidad de procesar emociones a partir de las caras es un efecto general o se comporta de modo diferencial cuando son expresadas por su pareja. También sería útil investigar si el procesamiento emocional encontrado en nuestro trabajo facilita o dificulta de alguna manera la capacidad empática y la interacción social de los maltratadores. En resumen, este trabajo preliminar permite conocer un poco más lo relacionado con el procesamiento emocional que otros delincuentes no maltratadores presentan en el reconocimiento de emociones.

Una replicación de este estudio, controlando variables como los antecedentes penales (con y sin antecedentes), el tipo de violencia (física y psicológica o solo psicológica) y la generalidad de los actos violentos (solo con sus parejas o violentos en general) resultará imprescindible para conocer las implicaciones directas de estos resultados.

Financiación

Este trabajo ha sido financiado con los proyectos: “Caracterización y tipología neuropsicológica del maltratador” PSI 2009-13585, “Funcionamiento neuropsicológico y cerebral de maltratadores de género” concedido por la Dirección General de Investigación Científica y Técnica del Ministerio de Economía y Competitividad y el proyecto “Predicción de la reincidencia de los maltratadores en Andalucía: Variables neuropsicológicas, de personalidad, forenses y del contexto” de la Dirección General de Universidad de la Junta de Andalucía.

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