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Vol. 75. Núm. 3.
Páginas 132-134 (julio 2012)
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El Hospital General de México "Dr. Eduardo Liceaga"
The Eduardo Liceaga M.D. Hospital General de México
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Francisco P. Navarro-Reynosoa
a Hospital General de México "Dr. Eduardo Liceaga"
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Hoy es un día de gran fiesta en el Hospital General de México (HGM), el día que se le concede la denominación al Hospital General de México "Dr. Eduardo Liceaga". Los invito a trasladarse al 5 de febrero de 1905, día de la inauguración de esta Institución cuando el Dr. Eduardo Liceaga, dijo en una parte de su discurso: "Señores, para reivindicar nuestro puesto en el continente, no necesitamos más que aplicar toda nuestra inteligencia, toda nuestra voluntad, a perfeccionarnos en el ramo que hemos elegido para ejercitar nuestra actividad. Este es el contingente que debemos a nuestra Patria. El país en donde cada hombre se empeña en perfeccionar la ciencia, el arte, la industria a que dedica su energía, ese país será grande, pues la suma de esas unidades activas forma parte de la Nación". Palabras sabias pronunciadas hace 107 años y medio, momento histórico que dio inició a la gran historia del HGM.

El Dr. Eduardo Liceaga era un gran personaje. Fue fundador del Consejo Superior de Salubridad, Director de la Escuela Nacional de Medicina y Presidente de la Academia Nacional de Medicina, en ambas instituciones en dos ocasiones, de la Cruz Roja y del Instituto Antirrábico, entre otras, sin duda el Dr. Eduardo Liceaga fue una de las grandes figuras de la medicina mexicana de los últimos años del siglo XIX y primeras décadas del XX.

A él se debe el trazado y urbanización de la actual colonia de los Doctores, y que en esa época correspondía al Pueblo de la Piedad. Debemos destacar que fue la primera colonia en la que previó a la construcción de las casas, el drenaje y el alumbrado, lo cual dio origen a la ley para construir de esta forma, las nuevas colonias.

No omito señalar que como buen amigo y comprometido ciudadano, bautizó las calles de esta colonia con el nombre de médicos amigos suyos o que estaban a su alrededor, y por supuesto, sin olvidar la que lleva su nombre, y la relacionada al Dr. Pasteur, distinguido Médico investigador, bien identificado por el Dr. Liceaga.

Él decía: "La rabia es tan vieja como el perro", reza un antiguo refrán. ¿Pero, y la vacuna? La vacuna contra esta enfermedad fue inventada precisamente por Pasteur en 1885.

En México, el Dr. Eduardo Liceaga fue uno de los precursores de los estudios sobre la hidrofobia y recibió de manos del propio Pasteur la vacuna antirrábica, asimismo, fue el primero en practicar una inoculación. Por otro lado, combatió eficazmente la epidemia del tifo de 1886 y con éxito la epidemia de peste bubónica en Mazatlán.

Él deseaba garantizar la salud, por lo que se convirtió en autor de una acción perdurable y que revolucionó de manera importante la asistencia hospitalaria, la creación y supervisión del Hospital General de la Ciudad de México, sin duda, uno de los acontecimientos más importantes en el inicio del siglo XX.

En 1949, se publicaron sus memorias tituladas "Mis recuerdos de otros tiempos", escritos poco antes de su muerte y en los que describe todas sus campañas sanitarias.

En el siglo XX, siglo en donde se inauguró el HGM también se dieron grandes avances en la medicina, la asepsia y antisepsia, la anestesia, la analgesia, los antibióticos, la quimioterapia, la radiología, las transfusiones, la ventilación mecánica, la radioterapia, en México el surgimiento de grandes en instituciones como los INSALUDes, el Instituto Mexicano del Seguro Social y el ISSSTE, con ello la posibilidad de un acceso equitativo a los beneficios del auge científico y tecnológico, el auge de la mejora de la calidad de la atención médica, de la investigación y la docencia.

El HGM tiene todos estos objetivos perfectamente marcados, recursos intelectuales y técnicos bien programados, a más de 107 años de existencia.

El orgullo de ser médico que tenía el Dr. Liceaga, y como tal, tener la oportunidad de hacer algo en beneficio de alguien quien más lo requiere, debe de ser un orgullo que lo deja como un gran legado, pero no nada más para el gremio médico, sino para el equipo de salud en pleno, en este tiempo, el día a día, cuando el diario batallar es un reto, cuando a algunos todo les parece adverso ¡aquí y ahora!, cuando el tiempo se nos vuelve polvo y el número de pacientes se nos torna infinito, debemos de renovar la vocación que nos invoca el Dr. Liceaga. Justo ha sido y quizás un poco tarde el haberle puesto nombre al HGM, justo es a quién lo concibió, planeó, convenció y ejecutó el proyecto de esta gran Institución, un gran legado que nos dejó el Dr. Liceaga.

Cada historia en los diferentes Servicios está llena de grandes personajes, de grandes historias y vivencias de muchas personas, algunas de ellas poco mencionadas, pero que han formado parte de la vida de esta gran Institución. La historia ha sido incesante, se ha podido crear día con día y que con el tiempo ha dado muchas páginas que escribir de este gran hospital.

Ahora el HGM ha entrado en una nueva etapa, en un nuevo ritmo, se crea una nueva Institución en la que el paradigma de la atención médica será otro, en donde se pueda atender de manera diferente y cálida a la gente.

El conocer esta historia es muy interesante, el Hospital convivió con todas las enfermedades infecto-contagiosas, luego vivió el descenso de las mismas y la emergencia de las enfermedades crónico-degenerativas no trasmisibles, que hoy están presentes entre nosotros; el Hospital se prepara para las próximas décadas.

Hoy en nuestro quehacer diario está el enlazarnos con la comunidad en donde podamos por medio de acciones de educación y promoción para la salud, permear e impactar en los cambios de hábitos y estilos de vida; se gesta una nueva forma de enlazarnos con la gente

Muchas son las nuevas actividades que el Hospital desarrolla, entre otras un canal de televisión vía página web, una estación de radio, una universidad de los pacientes, se provoca la investigación, se incrementa la capacitación y la educación, se trabaja con intervenciones en enfermería y de enlace con la comunidad, colaboramos en el combate de las enfermedades virales estacionales o pandémicas, con imaginación desarrollamos estrategias para el manejo de enfermedades crónico-degenerativas, y desde el Hospital poder entablar lazos con la comunidad y atraer a toda esa gente que no nos conoce. Somos la tercera Institución en el sector en artículos de investigación de alto impacto, además de que constituimos los mayores formadores de recursos humanos para la salud, y la Institución con mayor número de empleados, de camas y de mayores ganas.

Lograr que nuestra Institución pueda provocar una participación de la sociedad y la familia del paciente, es un anhelo a alcanzar, de no lograrlo habremos perdido la gran oportunidad de enlazar y activar ese cuadrángulo virtuoso de la salud, en donde participan gobierno federal, instituciones, asociaciones, patronatos, voluntariados y fundaciones cerrando el mismo el paciente y su familia, logrando con esto esa participación social en búsqueda de la preservación o restablecimiento de la salud. Con esto podremos decir que si somos organizaciones socialmente responsables (OSR); también podremos lograr con esto incrementar programas de rehabilitación, de educación para la salud, de autoayuda, información, prevención y mejora en los estilos de vida. Las instituciones debemos de trabajar para que la gente nos vea como instituciones referentes, activas e innovadoras.

Que diferente Hospital el que inauguró el General Porfirio Díaz, y el que hoy tenemos en nuestras manos, que gran Institución se ha forjado en un camino que debe de continuar conformándose a una gran Institución. Nuestra alma es nuestra gran fuerza, y que sea ella la que nos ligue al paciente, con el mayor compromiso y fidelidad, para poder crear el presente y el futuro de prestigio científico con gran cercanía con la sociedad.

Hoy siento un gran orgullo por mis ideas, pero orgullo, emoción y alegría por mis actos. Lo primero lo comparto con mi alma, lo segundo con mi familia y con todos los trabajadores de esta gran Institución, muchos son mis amigos. Hoy refrendamos ante el Dr. Liceaga y su gran legado, las palabras de aliento y cálido apoyo, que seguramente nos diría y que se convierten en energía vitalizadora, para trasformar la faena en tiempos difíciles, en tuna calma reflexiva, a un espacio de comunicación y a una pausa creativa que facilita la existencia de renuevos en ideas y acciones, con los atributos fundamentales que debe poseer todo miembro del quipo de salud y así: calladamente, con gran esfuerzo, vocación, compasión, solidaridad, convicción patriótica, conocimientos y gran cariño, ese grupo que cotidianamente realiza sus funciones a nivel de excelencia, y a los que en momentos difíciles, están en la lucha por nuestros semejantes, en los diferentes estados de nuestro querido México.

Eduardo Liceaga nos invoca para fortalecer ese gran legado con mayor compromiso, entereza, constancia, resultados, cercanía, hechos, no discursos, fortaleza cívica, amor al país, recuerdo del pasado, construcción de futuro y compromiso con el presente, ese es el legado que nos han dejado.

Es por esto que, en este contexto expreso con orgullo y modestia, gracias por haberme permitido la vida, ser parte de la gran familia que han conformado a través de la historia a esta gran Institución, el HGM Dr. Eduardo Liceaga.

Los que trabajamos en el HGM Dr. Eduardo Liceaga, decimos: nuestro espíritu es más grande que nuestro corazón, y el espíritu no nos cabe en el pecho.

Recordemos siempre que el HGM es, es, es el General de los Hospitales.

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