La muerte, compañera inseparable de la vida, cuando afecta a las personas más próximas repercute de manera muy diversa y con consecuencias inesperadas en cada uno de nosotros; 2 breves historias hablan de ello.
Caso 1
Julia de 50 años, de profesión psicóloga, acude a los 3 meses de la muerte de su único hijo de 18 años, por un fatal accidente de circulación.
Sentada, con expresión de tristeza, mirada perdida, como ausente, y llanto contenido va relatando su pena en voz baja, como un susurro, con tono monótono y pausas prolongadas.
"Hace días que lloro mucho, hace días que estoy como una zombi. A veces tengo la sensación de despertarme de una anestesia. Lloro con mucha facilidad, tengo muchas ganas de llorar, me molesta todo y tengo la sensación de que todos están muy contentos.
Al despertarme y ver que la vida continúa me molesta, me hace llorar más. En momentos tengo dolor del alma, como de despertarme, y en otros momentos funciono por inercia, de funcionar automáticamente, como si lo que me envuelve fuera un sueño, que yo no estuviera.
Voy andando y cuando voy a trabajar, ¿qué tengo que hacer aquí? Voy al trabajo porque tengo que ir a trabajar y voy, sensación de no saber qué decir, de absurdo, de sin sentido. Quiero dejar la profesión que tengo, quizás hacer de panadera.
Sensación de flotar, de no estar, el mundo está fuera, nada va conmigo, sensación de nada, de estar diluida en las nubes, en el aire. Y lo que hay fuera de mi es un aparador y cuando veo expresiones de alegría me hace rabia, me despierta enfado cuando veo niños jóvenes y deseo desaparecer. Deseo encerrarme en la habitación para no ver a nadie, ni escuchar a nadie y, a veces, intento leer con una sensación de volverme loca. No quiero nada, puedo estar tiempo así, sin nada. Puedo desconectarme de no verlos, puedo no escuchar, como de no estar. Si estoy sola estoy mejor.
Tengo pereza de ver a alguien, de tener que hablar. Tengo que hacer el esfuerzo de mantener una conversación, a ver si en su conversación hay algo que me despierte, algo donde cogerme, a lo mejor alguna palabra me hace reaccionar por algún lugar, pero me supone un gran esfuerzo estar atenta. Estoy autista, estoy en la nada, el no saber por dónde empezar. Preferiría no tener que hacer nada.
Sueño cada día que mi hijo está y lo sueño como cuando era un niño pequeño.
Me siento lenta en muchas cosas: ducharme, vestir, conducir, y voy muy poco a poco, no tengo fuerza, como que el cuerpo y la cabeza están sin dirección. Estoy vegetando, como de estar invernando. Hay un abismo entre el mundo y yo, como vacía de sentimientos. Me levanto y fumo, esto no pasa por la razón, es lo único que queda, estar enganchada al tabaco.
No quiero a nadie, me son absolutamente indiferentes, y cuando me llaman como un cansancio, se me hace pesado. Indiferencia a todo, al comer, me es igual todo, me ingresan dinero y es igual, me roban y me es igual. Yo lo que desearía es prescindir de todos, quedarme enquistada, doblada, con una carcasa fuera y que no me conectase al exterior. Ni alegría ni tristeza, silencio.
No tengo ganas de pensar en nada, de elaborar nada. Estoy pero sin estar.
Siempre al despertarme la sensación de su ausencia, de que estoy ligada a saber que él no está.
Si no como sensación de peso, de discreto malestar. Me cansa comer, se me hace pesado, por vagancia.
Tengo la sensación que entre el mundo y yo hay un abismo, es un concepto de estar perdida en un espacio de vacío, que no tiene fronteras, no vislumbro nada en el horizonte.
Soy el fantasma de mi misma, no sé si podré conectarme otra vez."
Tras Helleborus niger, en el espacio de meses de evolución: 200 Ch, Mk, 10Mk, 50Mk.
DEATH; Ailments from, agg.; death of loved ones + parents or friends, of
SLOWNESS
SENSES; dullness of, blunted
COMPANY; aversion to, agg.; alone; amel. when
SPOKEN to; aversion of being; alone, desires being
INDIFFERENCE, apathy; Everything, to
INDIFFERENCE, apathy; Loved ones, to
"Estoy mucho mas enérgica, no tengo la lentitud que tenía, puedo interaccionar con la gente, ahora veo a los adolescentes como reales, antes era como verlos en una pantalla, tengo claro que él ha muerto; cuando veo sus fotos es un momento de mucha ternura, y veo que es algo pasado, lo tengo claro.
Me planteo qué hacer ahora; he empezado a escribir cuentos y a interesarme por temas de PNL, quiero hacer cosas diferentes."
Caso 2
Pedro de 69 años, de profesión jardinero, acude al año de la muerte accidental de su hijo de 18 años, tiene otros dos hijos mayores.
El paciente, muy corpulento, entra encorvado, apoyándose en un bastón, con paso muy lento (tarda unos 10 min en llegar desde la entrada de la calle a la consulta), buscando la pared como punto de apoyo, acompañado por su mujer, manteniendo la mirada todo el tiempo en el suelo.
"Desde hace 2 años que murió mi hijo por accidente de tráfico, me he quedado afectado de los nervios. Me lo mataron. Tuve como un ataque de nervios y con muchos temblores de las extremidades y de la boca (gestos masticatorios).
Tengo que andar todo el tiempo mirando al suelo, si mirase a otro lugar me caería. Después de su muerte estuve 2 meses en casa sin salir y pasé dos infartos. Tengo algo en la cabeza que no me marcha, y lo ojos siempre los tengo llorosos.
Estoy todo el día con los ojos cerrados y sentado en el sofá, y si viene alguien me distrae. Camino 50 m y ya tengo que sentarme o apoyarme en la pared, en una silla o donde sea, porque si no empiezo a temblar, a temblar y me caería. El temblor de la boca es continuo, de castañeteo de dientes, hasta durmiendo, y si cojo algo con las manos es peor; si hay alguien presente el temblor es peor; y si tengo que hacer algo y no puedo el temblor es peor.
Doctor, yo no tengo ningún vicio, solo fumo un poco."
Llora relatando la muerte de su hijo, con un profundo sentimiento de pena y se agrava todo el estado.
"Me quedó todo dentro de la cabeza y del estómago.
Dije: nunca más seré el mismo. Era el juguete de mi vida, fueron los años que me dieron más vida. Me parece que lo veo cada día, y lo recuerdo en todo momento, no paro de pensar en él, sobre todo cuando estoy en la cama hasta las 3 de la madrugada que me quedo dormido. Faltándome él me ha faltado todo.
Era el hijo que quería más. En la cama me vienen todos los pensamientos de cuando era pequeño, del hospital, de todos sus últimos momentos. No lloré su muerte ni en el entierro. En el entierro me quedé segado de piernas, me caía. Tengo un dolor en la espalda, es un dolor desgarrante, y quedo como paralizado. Mejoro con la presión. Si estoy sentado hacia atrás casi no lo siento. Se agrava caminando (se levanta y se va encorvando, doblándose poco a poco y queda encorvado, incapaz de mantenerse erguido) peor estando de pie, no puedo estar de pie, al afeitarme, al encontrar a alguien, etc.
He hecho muchos esfuerzos en mi vida, muchas horas trabajando, de jardinero, de pintor. Soy una persona que he trabajado demasiado. He perdido los ánimos de no ser el que era, mi carácter no es para molestar a los demás, me veo desesperado. Pena me doy a mi mismo de verme así, tan valiente que eras y lo que eres ahora. Si estuviera mejor me gustaría trabajar, ir a pasear, yo era de andar y ahora con cuatro pasos y no puedo.
El único lugar en que encuentro alivio es en la cama, en la silla no tanto. Si camino y me canso empiezo a temblar, tiemblo, y llego a temblar tanto que hasta me castañetean los dientes, ya no me aguando de pie, así que no soporto largas distancias, las piernas me flaquean y se van doblando, tiemblan como una hoja. Si me hacen poner nervioso, las manos me tiemblan.
En las pantorrillas tengo una sensación de cansancio, que no puedes aguantarte de pie. Caminando no puedo variar la vista porque noto un espesamiento de la cabeza que me rueda y me entra un vértigo y caería. Sentado si que puedo mirar a todas partes.
Cuando estoy así no sé qué haría, pienso en reunirme con mi hijo y, si encontrara un medicamento, terminaría en el acto y así dejaría de padecer, o si tuviera una pistola me pegaría un tiro. Sobre todo cuando me ataca tanto el dolor de la espalda.
Veo que me han hecho muchas cosas, muchos estudios de todo tipo y no hay mejoría. Y me dicen que debo adelgazar, ya he hecho 3 meses de régimen y el dolor no ha mejorado en nada, y a mí que no me digan que tengo que adelgazar."
El paciente se indigna en diferentes momentos con enrojecimiento de cara y abundante salivación y empeoramiento del temblor presente a lo largo de la consulta.
El lugar en que mejor estoy es en la cama, me encuentro más feliz y relajado. Mi obsesión es la quietud, la tranquilidad, que no me molesten, que no hagan ruidos.
Tras la muerte de mi hijo no podía ni comer ni escribir.
Soy una persona muy callada, no sé qué es entrar en un bar."
Después del fracaso de Staphisagria se le prescribe Kali-bromatum 30 Ch.
Fue el primer caso de Kali-bromatum donde aprendí la profundidad de la patología que puede despertar en pacientes susceptibles a tal remedio. Creo que hay visiones estereotipadas que nos pueden dificultar su prescripción.
DEATH; Ailments from, agg.; death of loved ones + parents or friends, of
INDIGNATION
SUICIDAL disposition
BROODING; constantly over loss of a child
STAND, standing; impossible
TREMBLING; external
TREMBLING; body, whole
"Estoy contento y andando, hago 3 km cada día, puedo cuidar el jardín, los temblores han mejorado, he ido por primera vez al cementerio, y eso que hay una buena subida y me hago cargo que no hay solución, y veo que tengo que tener paciencia y que tengo que ir tirando."
*Ponencia presentada en la Trobada d'Oc, Collioure, mayo de 2011
Correo electrónico:vivaldy36@telefonica.net
Recibido el 15 de junio de 2011;
aceptado el 10 de septiembre de 2011