Es un crustáceo grande, de color negro azulado, con manchas amarillas en el dorso y amarillentas en el vientre. Puede alcanzar los 60 cm de longitud y llegar a pesar 5-6 kg. Está provisto de dos grandes pinzas redondeadas y asimétricas. La más grande la usa para romper, mientras que la otra, dentada, sirve para cortar y arrancar. El caparazón, encajado en el centro, es liso y tiene dos espinas dentro de los ojos. Presenta dos parejas de antenas: las primeras cortas y bífidas y las segundas, más largas.
En el caparazón del bogavante hay una gran presencia de cobre, de color azulado. Estos animales cambian el caparazón periódicamente porque crecen dentro y enseguida les queda estrecho. Tienen el problema de sentirse comprimidos dentro de esa armadura. Cuando la cambian, quedan completamente desnudos, sin protección y suelen esconderse hasta que la nueva "piel" cobra suficiente dureza como para protegerles. El remedio se elabora con líquidos procedentes de su estómago, que una vez digeridos se transforman en una especie de leche cuajada, por lo que es utilizado para tratar las alergias a los lácteos. También se emplea para tratar la alergia al pescado. Lo experimentó por primera vez Cushing en 1888.
Simbólicamente, está relacionado con el escorpión: en muchas tradiciones se encuentran relatos protagonizados por bogavantes que abandonan el agua caminando hacia delante, cuando normalmente se mueven hacia atrás. Es interesante también simbólicamente en el Tarot, la carta de la Luna: es una especie de cangrejo que se mueve hacia adelante, capaz de renovar su vida y cambiar completamente su actitud.
Temas fundamentales
* Dependencia y distancia: tienen la sensación de no lograr nunca un apoyo adecuado, de no estar nunca lo bastante cerca de quienes pueden prestarle ayuda, de no ser aptos o no ser capaces de actuar con la suficiente rapidez como para lograr el éxito, de estar condenados a ser autosuficientes. Pueden alternar períodos en los que parecen mejor encaminados a reducir la distancia que les separa del mundo, con otros períodos de agotamiento y regresión, en los que parecen aún más distantes y cerrados en una especie de insensibilidad hacia lo que les rodea.
Este tema de querer mantener, por una parte, la distancia y, por otra, tener necesidad de apoyo es realmente típico de todos los remedios marinos.
* Apoyo: gran necesidad de apoyo, aunque intentan repetidamente, sin conseguirlo, demostrar que no lo precisan. Recuerdan su pasado como una seria continua de profundos fracasos y frustraciones. Buscan nuevas energías en sus personas de apoyo y en cuanto tienen energía buscan distanciarse, creando lazos realmente ambivalentes. A menudo tienen la sensación de que les sigue una sombra o sueñan que una sombra les puede proteger o, al contrario, amenazar.
* Inmadurez: fácil de percibir y visible incluso en las relaciones y en las patologías que desarrollan y que obligan a los otros a hacerse cargo de ellos. A veces caen en un estado de sueño profundo orientado a recargar la energía, y a veces tienen la idea de que crecer puede hacerles más grandes y más fuertes.
* Ambiente protector: tienen siempre una intensa necesidad de crearse un entorno protector. Mientras que Calcárea carbónica puede llegar a estar satisfecho con el grado de protección adquirido, Homarus parece tener siempre una necesidad continua de obtener mayor protección, hasta proyectar este deseo a un plano casi sobrehumano, como sucede en Corallium y en Calcarea silicata. Homarus tiende a transformar el ansia por lo desconocido en la negritud amenazadora, las sombras oscuras.
* Protección sobrehumana: significa que a menudo, como Corallium, tienen necesidad de proyectar su deseo de ser protegidos a algo no real, sobrehumano. No cuentan con un ser físico que les proteja, sino más bien con una imagen de algo sobrehumano que les protege. Es interesante, por ejemplo, en los casos pediátricos, observar que estos niños tienen frecuentemente "amigos imaginarios" o inventados: "Este personaje me protege, siempre me dirijo a él buscando su ayuda, su apoyo". Los niños Homarus son capaces de inventar cosas fantásticas. Para ellos son cosas reales, creen en ellas y forman parte importante de su existencia. Tratan, así, de construirse un ambiente seguro, lleno de sus proyecciones y deseos. Otros casos interesantes son los que protagonizan adultos con un sueño recurrente de una sombra enorme, que al principio es percibida como algo amenazante.
* Debilidad: tratan de mostrarse fuertes, orgullosos de sus (escasos) resultados (más que Calcárea carbónica), pero pueden entrar en crisis fácilmente, porque en realidad tienen poca confianza en sí mismos, todos los entornos les parecen peligrosos y sienten que nadie les puede proteger. De ahí su estrategia recurrente de refugiarse en el sueño, que no siempre les ayuda. Pueden tener ataques de pánico, y entonces no se atreven a dejar el lecho.
* Leche: presentan una fuerte intolerancia, más que otros remedios marinos, a menudo con erupciones eccematosas y piel seca, blancuzca y descamada. La intolerancia ya está presente con frecuencia en el recién nacido. Lactan, porque necesitan la leche, pero les sienta mal. No asimilar la leche cuando se es un bebé es un problema grave.
Homarus suele tener más problemas con la leche que Astacus, la langosta; es como si estuviese menos evolucionado. Es fácil encontrar en ambos problemas dermatológicos.
* Crecer, hacerse grande: como Badiaga e incluso como Ambra grisea, tiene el deseo de hacerse grande, fuerte, mayor. Tiene la idea de que cuanto más grande, más fuerte será. Su peso es la representación de su necesidad de sentirse seguro.
* Agua, mar: es un elemento restaurador, como en todos los remedios marinos.
* Constricción: como en los remedios serpiente, no toleran la ropa ceñida, la constricción; siempre desean llevar prendas más cómodas.
Sintomatología homeopática
* Aparato gastrointestinal: alergia a la leche, a los crustáceos y al pescado.
* Intolerancia a la lactosa.
* Aparato respiratorio: asma alérgica.
* Problemas glandulares: adenoides, amígdalas, etc.
* Problemas cutáneos: prurito, edema, urticaria, costra láctea.
Nota: en la sección “Casos Clínicos” se han incluido dos casos de Homarus gammarus (págs. 80 y 83).
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