Placebo: la palabra con la que se hace referencia a la homeopatía cuando por ignorancia, voluntaria o no, se pretende descalificar sus métodos y resultados.
Placebo: esa palabra repetida incesantemente en la calle o en los medios de comunicación y que rescatan muchos —invocando a su memoria, pero sin conocer en pro- fundidad su significado— porque es lo que han oído decir a algunos entendidos refiriéndose a la homeopatía.
Placebo: esa palabra que pierde su efecto nocebo y su sentido peyorativo cuando alguien que sufre recibe la noticia y el consejo de un igual que mejoró o curó con la homeopatía; y en la esperanza que nace bien podría comenzar su efecto placebo.
Este es el ciclo vital del significado de esta palabra.
Placebo es cualquier sustancia o medicación falsa, sin efecto. Pero el efecto placebo es una respuesta psicológica no atribuible a los mecanismos físico-químicos de las intervenciones realizadas. Lo que acontece cada día en la consulta de cualquier médico se debe a la sinergia de un efecto terapéutico (farmacológico, físico, etc. dependiendo del tratamiento empleado) y del efecto placebo de la interacción consciente e inconsciente, deseada o involuntaria, del médico con el paciente. Cada médico, ejerza o no la homeopatía, está actuando con su presencia, su palabra y su actitud como efecto placebo o nocebo1. Un médico que quiera curar tiene que aprender a escuchar con atención, porque el arte de la medicina depende tanto de la atención a la enfermedad —basada en conocimientos cientificotécnicos— como de otras dimensiones del ejercicio profesional que incluyen la comprensión vital del paciente que la padece, la comunicación, la empatía, el compromiso, la honradez y la confianza2.
En este número de la revista, el Dr. Teixeira nos aproximará a los mecanismos neurofi cos de los efectos placebo y nocebo, pero —para los más escépticos— los Dres. Ramos, Marqués y Ordóñez presentarán casos clínicos cuya mejoría difícilmente podría ser atribuida solo a un efecto placebo y, mucho menos, a un placebo.
En medicina, el conocimiento se genera después de estudiar y analizar los efectos de experimentaciones y experiencias clínicas que han sido transmitidas a la comunidad científi Por eso, desde estas líneas, me permito animaros y pediros que escribáis vuestros casos clínicos y nos los enviéis a los editores. Es imprescindible si queremos que la homeopatía sea reconocida cada vez más; ya no tanto por los pacientes —habituales transmisores de su efectividad—, sino por las autoridades y los profesionales sanitarios. Quien no comunica su experiencia hace estéril su vida profesional e impide el avance de la medicina y el beneficio a futuros pacientes. Si otros hablan de placebo, al menos que no sea por nuestro silencio.