Introducción
La tabla periódica como código
Sin duda una de las aportaciones más atractivas e interesantes de los últimos años en homeopatía ha sido el viaje, la inmersión, en esas casillas de colores llenas de magia, que estoy seguro que a muchos de nosotros ya nos hablaban de misterios cuando nos las presentaron, en una especie de lienzo enrollable, estando sentados en nuestras mesas escolares. La tabla periódica (fig. 1). Ahí está todo nuestro mundo, todos los elementos que, combinados entre sí, constituyen todo lo que forma, no solamente nuestro planeta, sino nuestro sistema solar, nuestra galaxia e incluso nuestro universo, hasta que se demuestre que quizás existen elementos perdidos por ahí en alguna materia oscura o de alguna otra luminosidad que ahora no alcanzamos a percibir. ¡Quién sabe! Nos dicen que nuestro universo no es más que uno entre tantos otros, que hay una especie de sopa de universos por donde flota el nuestro cual fideo lleno de galaxias espirales y de materias oscuras de más o menos densidad o ligereza. ¿Sopa?, ¿qué sopa?, ¿qué hay entre un universo y el vecino?, ¿por dónde se mueve esa sopa?, ¿es que hay un recipiente para nuestra sopa?, ¿pero cuantas sopas puede haber?... ahí nuestros cuánticos ya se pierden; ya no damos, de momento, para más; nuestra mente se bloquea. ¡Pobre mente! Condicionada entre esas 3 o 4 dimensiones conocidas, cuando damos más y más y más, ya no puede imaginar ni calcular con sus parámetros y le da por una especie de desasosiego.
Figura 1 Tabla periódica
¿Qué relación tiene todo eso con estas columnas, estas filas, estas letras con superíndices y subíndices de numeritos seriados? Pudiera ser que algunos de nosotros nos hayamos maravillado en alguna ocasión, ante la visión de antiguos grafismos, que parecen ser mensajeros, códigos secretos, de grandes y profundas verdades olvidadas; y que por el hecho de que tengamos tan vista esa tabla, no atinemos del todo en apreciarla como un código, no secreto, pero que tampoco es fácil de descifrar.
Un mecanicista me miraría con ojillos de "pobre hombre" y me diría que esa tabla es sólo un listado de los elementos puestos en orden, que no busque 3 pies al gato ni 3 síntomas al Litio. El mecanicista, diríamos en expresión de Sankaran, mira e interpreta la tabla periódica en el nivel 1: sólo nombre. Con la homeopatía clásica utilizábamos y utilizamos remedios basados en patogenesias más o menos rigurosas; o en más o menos comprobadas utilidades clínicas; o en la toxicología; o en cosas que a veces no podemos explicar pero que nos son susurradas en forma de certezas fruto de nuestra experiencia o intuición. Pero en la homeopatía clásica todo quedaba como que muy suelto: por ahí un Arsenicum, por ahí un Selenium que ni se entera que lo tiene por vecino. Scholten primero y Sankaran después nos hacen un salto de nivel. Como en esas películas de arqueólogos aventureros, llegan con sus linternas hasta una pared vetusta llena de grafías y de símbolos, nada que al profano llame la atención excepto una cierta vistosidad, y si le llama la atención, sólo puede quedarse en eso porque no se entiende ni jota; pero en un rincón hay un bajorrelieve, justo con la forma inversa de la pieza que el arqueólogo ha podido conseguir después de arduos esfuerzos; aplica la pieza y todo parece iluminarse, los símbolos empiezan a hablar, nos cuentan vidas enteras de unos seres humanos prisioneros en el relato de cada una de las casillas; nos cuentan la vida entera desde incluso antes de que nadie pueda decir ni embarazo, hasta la desintegración total que algo tiene que ver con la visión del mago ya libre de tanto peso de la existencia allá por la fila 7... Bonito, sí, pero nadie me quita la congoja: el código puede ser todo lo maravilloso que queramos, pero nos habla de enfermedad, de limitación, de una "canción no humana". ¡Ni rey, ni reina, ni mago, ni hierro currante ni nada!, yo lo que quiero es salir de ahí, de la prisión de esas casillas ni que sean tan volátiles como gases, sean esos nobles o plebeyos. Pero por algo está ese código, por algo transmite su relato: yo, como todos los seres, estoy condicionado por la historia narrada por un elemento o por su sal, y es quizás a través de uno de ellos (o su sal) que se me facilitarán las cosas para conseguir esa libertad que me da por reclamar de puro agobio.
Qué nitidez hay en aquella definición de salud de Sankaran: salud es libertad.
Pero dejemos ese tema. Vamos a hablar de elementos, sólo de alguno de ellos porque a mí me da cosa esas diferentes versiones de Scholten y Sankaran sobre las filas 2 y 3, y he pensado en revisar una de las series: la 2. Y también me da cosa (me la da desde la primera vez que escuché embelesado a Scholten hablar de la tabla que nos ocupa) el que por pura conveniencia de que cuadre una propuesta muy coherente, se haga un apañico y se modifiquen posiciones de 4 elementos. Se ha diseñado un traje innovador y elegante, pero nos damos cuenta de que el botón y el ojal del cuello no encajan, no está bien torcer el cuello del usuario, léase, no podemos torcer la tabla periódica por la parte del Boro, Carbono, Aluminio y Sílice, y dejarla con una simetría que, a pesar de estética, parece crujir y retorcerse en busca de su postura original.
Dos temas pues son la causa de este artículo: a) la diferencia de interpretación de la segunda serie de la tabla según Scholten o Sankaran, y b) el cambio en la posición de algunos elementos de esta serie. ¿Hay alguna relación entre el primer y el segundo tema? Veamos. No me propongo aportar una propuesta de resolución, sencillamente aportar unas cuantas reflexiones.
La posición en la tabla
Con respecto a la posición, para empezar con una de las referencias, para Scholten 1,2 la serie 2 y 3 representa una progresión de los primeros elementos hacia una culminación representada por Carbono y Sílice —por lo que modifica su posición en la tabla y los coloca en la columna 10— seguida de una regresión o decadencia hasta el final de la serie. Este modelo lo aplica a toda la tabla periódica y parece que, para desarrollarlo, Scholten partió de la imagen de las series 5 y 6, donde Paladio y Platino parecen cumplir de sobras con ese requisito de culminación, según los datos que tenemos de la Materia Médica clásica, y donde ese proceso de progresión y decadencia también parece ajustarse a ese modelo simétrico. En la serie 4, ese modelo parece sostenerse pero: ¿qué hacer con la asimetría de las series 2 y 3?, ¿cómo aplicar ese modelo de simetría, esa imagen de "cruzar un puente"? O se plantea una excepción o se decide el cambio de posición.
Habría que plantear si su propuesta, su corrección, es válida o si, por el contrario, puede estar vulnerando el mensaje original de ese código que habla de salud, de enfermedad o de proyecto de una vida.
Tendríamos diversos caminos para cotejar los datos que tenemos con el dibujo de la tabla:
1. Podríamos examinar si a partir de los datos de la patogenesias, la toxicología, clínica y otros, Boro (B) y Carbono (C) parecen encajar más en las columnas 13 y 14 respectivamente (las originales) o, tal como propone Scholten, Boro en la 3 y Carbono en la 10.
A. Si el examen anterior apoya la propuesta de Scholten, podemos seguir observando la paradoja entre la distribución original y nuestros datos a la espera de que surja alguna explicación coherente.
B. Si el examen anterior apoya que B tiene propiedades de la columna 13 y C de la 14, el modelo de crecimiento y decrecimiento simétrico tendrá que replantearse, así como examinar cómo puede encajar en el tema de la serie según el propio Scholten: la infancia y la formación del yo y de la individualidad.
2. Mirar la tabla periódica y preguntarnos qué puede significar esa asimetría en las dos series, y más aún, qué significado puede tener ese vacío de elementos que va de la columna 3 a la 12 inclusive.3. Por último, podríamos ceñirnos a la distribución por columnas de la tabla original, en la que vemos que, según la valencia, las columnas se agrupan en un número y una letra. Es así que todos los 1A (H, Li, Na, K, Rb, Cs, Fr) comparten la misma característica, y así todos los siguientes. Así vemos que B y Al están en la columna del tercer grupo (compartiendo características de valencia con Ga, In y Tl, todos de la columna 13) y no comparten características de valencia con Sc, Y, La, Ac, agrupados en el grupo 3B de la columna 3. Lo mismo ocurre con C y Si en el cuarto grupo de la columna 14 —compartiendo valencia con Ge, Sn y Pb— y sin compartir características con los elementos de la columna 10 donde Scholten los ubica en su modelo.
Si, tal como se aprecia en la tabla periódica original, el hecho de que esos elementos estén así agrupados responde a que comparten unas características atómicas y nosotros decidimos cambiar ese modelo, tenemos que tener razones coherentes homeopáticas y nos remitiríamos al punto número 1.
Los temas
Entremos en la diferencia de interpretación de la serie 2 según Scholten y Sankaran.
El planteamiento de Sankaran 3,4 de considerar esa serie como la evolución del proceso de embarazo, nacimiento y separación también hace tentador poner un punto medio, el carbono, como punto de inflexión que significa el final del expulsivo, el tránsito justo entre la vida intrauterina y la extrauterina. Sankaran no contempla la serie en tanto que progresión, culminación y decadencia, sino puramente de progresión hasta el final. En este sentido, su propuesta viene reforzada por los datos de nuestra Materia Médica clásica en lo que se refiere a B (temas de descenso) y a N (ansiedad por salir, de aire).
Pero dejando aparte que Sankaran también acepta el desplazamiento de elementos fuera de su posición original: ¿qué argumentos podrían apoyar más a una u otra teoría? O sea: la serie 2 se corresponde al concepto de desarrollo de la individualidad en una época de infancia, o al proceso de embarazo-parto. Hay similitudes entre ellos, pero recordemos que, por ejemplo, los atributos que Scholten otorga al Oxígeno, referidos a oxidación, putrefacción y podredumbre (sin duda apoyados por el efecto de la oxidación sobre la materia) son muy diferentes a los atributos que le asigna Sankaran (por fin puedo respirar).
Antes de entrar en la búsqueda de correspondencias entre una u otra propuesta, cabe mencionar que habría un método (sino clave, si de máxima importancia) para dar mayor o menor validez a las 2 teorías: la eficacia clínica.
Por desgracia (o por suerte, ¡vayamos a saber!), tanto Scholten como Sankaran y su escuela de Bombay 5 presentan casos curados. Los que tenemos un pie aquí (Scholten), otro allá (Sankaran), y el tercero donde podemos (para seguir con el cuento de los tres pies al gato), también podríamos decir nuestras cosas con respecto a curaciones o fracasos aplicando uno u otro método.
Es difícil entendernos por esa vía. Si una persona se cura con un C (que hemos escogido por propiedades de la columna 10 más la propuesta de Scholten) y otra con un C de la misma columna más la propuesta de Sankaran, significa que suceden cosas que nos sobrepasan. Y no digo nada si con una u otra teoría, el C sigue estando en la columna 14 (grupo 4A) a pesar de que allí no quede tan puesto en el traje de la simetría.
Ya que estamos en temas de átomos y de elementos, bueno sería recordar que, según la mecánica cuántica, observador y observado participan del mismo suceso y son indiferenciables; y que si un electrón es capaz de pasar él solito por 2 agujeros a la vez sin desdoblarse, un C puede significar a la vez la culminación de la formación del yo y el final del proceso del parto. El tema es resbaladizo. ¿Quiere decir que si nosotros (observadores) encajamos un proceso de enfermedad y/o enfermo (observado) en un modelo de comprensión coherente, este modelo es capaz de actuar (curar) tanto como otro modelo diferente aplicable al mismo proceso de enfermar y curar? Más resbaladizo es el tema si pensamos que, a quien le dé la tentación de pensar: pues bueno ¡da igual!, seguramente no le funcionará ni uno ni otro método. Sería tentador irse por ahí en reflexiones como esa, pero no es el tema de este escrito y, la verdad, no creo que mis neuronas acepten este desafío, ya que las veo dispuestas a enrocarse en las virtudes de una ignorancia sin mancha.
No creo pues que la eficacia clínica de casos curados nos lleve a ningún puerto para poder escoger unas u otras aguas por donde navegar. Si alguien quiere empezar a llevar la cuenta de cuantos casos se curan por uno u otro método, y los manda comprobar por severísimos jueces clinicohomeopáticos, ahí podemos tener un futuro genio de nuestra clínica, o a alguien que necesita algún remedio de la rúbrica "conciencious" o derivadas.
Desarrollo
A causa de los argumentos anteriores, vayamos a buscar datos de las Materias Médicas que nos guíen a través de uno u otro modelo de la serie 2. En este escrito, me ceñiré a 2 elementos que son, a su vez, los que sufren un desplazamiento de posición respecto sus características atómicas originales: el B y el C, y tomaré de referencia una Materia Médica clásica que reúne datos de varias Materias Médicas: la de Murphy 6 más las anotaciones que sobre estos dos remedios aportan Scholten y Sankaran.
Esquema de trabajo:
1. El Boro.
A. Tema: Scholten/Sankaran.
B. Columna: 3/13.
2. El Carbono.
A. Tema: Scholten/Sankaran.
B. Columna: 10/14.
1-A. Boro. Tema de la serie
Materia Médica de Murphy
— Mente: confusión mental. Lentitud mental. Desorientado. Falta de concentración. Olvidadizo. Demencia. Confusión acerca de su identidad. Compasivo. Conducta obsesiva. Psicosis causada por estrés. Delirium. Nerviosismo e inquietud. Timidez, inseguro de sí mismo. Indeciso. Falta de confianza en sí mismo. Miedo a fallar. Dudas sobre sí mismo. Fácilmente desanimado. Deseo de tener el apoyo de otros. Indiferente y apático. Disposición sombría. Suicidio.
— Sobresaltos fáciles por ruidos. Temores varios. Miedo al desconocido. Miedo a enfermedades, infecciones, gérmenes. Miedo a la muerte. Miedo al bajar escaleras. Ilusiones de voces que le dicen quién es y qué debe hacer.
Imagen de Boro
Scholten
— Confusión acerca de su identidad.
— Persona que se desanima fácilmente.
— Dudas sobre sí mismo. Compasivo.
— Confusión acerca de su valía.
— Dudas acerca de la vida: nervioso y temeroso.
— Una persona que no se compromete consigo mismo. Caída.
— Un niño confundido.
— Confusión acerca de su identidad: múltiples personalidades.
Sankaran
— ¿Quiero estar unido o quiero estar separado?
— Estoy dentro y aún conectado a mi madre o estoy fuera del útero separado.
— Quiere aferrarse.
— La cabeza del feto desciende, el bebé pierde su posición estable, le gustaría aferrarse a esta tranquilidad.
Análisis
El tema de la identidad planteado por Scholten para esta serie, parece que obtiene muchas más correspondencias de Boro en la Materia Médica de Murphy, ya que en ésta aparecen muchos más temas relacionados con la propia seguridad (desorientado en sí mismo, confusión de identidad, sobresaltos, timidez, etc.)
En cuanto asociar Boro a un proceso del momento del embarazo-parto, quizás sólo el miedo a caer, por otra parte tan característico (más de Bórax que de Boro metalicum), puede asociarse a este "aferrarse" que describe Sankaran, por miedo a la pérdida de la madre en cuanto ámbito uterino.
1-B. El Boro. Situación en las columnas
Scholten: columna 3
— Investigando, explorando.
— Comparando, discerniendo.
— Intentándolo.
Análisis
Análisis sobre el hecho de mantener a Boro en la columna 13. Curiosamente, así como en el tema de identidad de la propuesta de Scholten, había muchas coincidencias si situábamos Boro en la columna 3, no hay ninguna coincidencia entre los conceptos atribuidos a su columna 13 y la Materia Médica clásica. Por el contrario, situar a Boro en la columna 13 parece que se adapta mucho mejor al tema de Sankaran para la serie 2. En efecto, esta columna nos habla de conceptos de pérdida de algo (en este caso de la seguridad de la vida intrauterina); de una pérdida ya inminente, de miedo a lo que pasará después de la pérdida; e incluso los conceptos de la Materia Médica de Murphy como el miedo a caer, los sustos y sobresaltos, los miedos, también se adaptarían a los conceptos de la columna 13.
Por lo tanto diríamos que Scholten necesita poner a Boro en la columna 3 para dar coherencia a su tema de identidad, y que la Materia Médica clásica parece apoyarle. Y que Sankaran no necesita para nada mover a Boro a la columna 3, ya que dejándolo en la 13 (a pesar de que no concibe esta serie como la culminación en la columna 10 y luego la pérdida, sino como una progresión del principio al final) se adapta perfectamente a sus definiciones de todos los elementos que están en esta columna de la derecha.
— Dudando.
— Cambiante, inestable.
— Subestimado.
— Desanimado.
— No oficial, no comprometido.
— Confusión.
Sankaran: columna 3
— Desea su propia estructura pero duda de su capacidad.
— Inseguro con respecto al tipo de estructura.
— Amoldable. Convicción, voluntad. Opinión. Dudas, aspecto. Forma. Confusión.
— Vacilación. Inseguro.
— No enraizado, no estable.
— Dudan.
— Alterna estabilidad e inestabilidad.
Análisis
Análisis sobre las coincidencias de los conceptos de Scholten y Sankaran, situando a Boro en la columna 3, con los conceptos que figuran en la Materia Médica de Murphy:
— Conceptos como discerniendo, comparando, poca autoestima, duda, cambiable, inestable, desanimado fácilmente, confusión e indecisión, coinciden en los enunciados de Scholten y Murphy.
— Coinciden también con los de Sankaran los de dudar, inseguridad y confusión.
— Por lo tanto, sí podemos observar que habría "razones homeopáticas" de la Materia Médica clásica que respaldarían el hecho de desplazar Boro a la columna 3, sobre todo por lo que respecta a la forma de plantearlo de Scholten.
Scholten: columna 13
— Todo va demasiado rápido, hay que quedarse donde uno está.
— Nostalgia por los buenos tiempos pasados.
— Todo se viene abajo. Se apegan.
— Superado.
— Nostalgia.
— Pasado de moda.
— Deterioro.
— Guardando las espaldas.
— Sospecha.
— Incredulidad.
— Retirada.
— Renuncia.
Sankaran: columna 13
— La estructura está sufriendo un ataque severo.
— La pérdida es inminente, sólo es cuestión de cuánto tiempo queda.
— Se necesita un esfuerzo sobrehumano para mantenerla.
— Venirse abajo. Hundiéndose.
— Miedo al desastre.
— Miedo a perder lo que uno tiene.
— Gran alerta. Bajo mucha presión.
2-A. Carbono (Graphites-Adamas). Tema de la serie
Graphites-Murphy
— Mente: mentalmente lento, memoria pobre. Olvidadizo, errores al hablar y al escribir. Recuerda sucesos de la juventud, los sucesos recientes son olvidados. Fatiga por trabajo científico. Temor al trabajo.
— Inquietud estando sentado en el trabajo. Gana energía trabajando pero seguido de apatía, ansiedad. Muy irritable e inquieto. Obstinado y de mal humor. Se siente miserable e infeliz. Impulso a gemir, protestar. Insolente. Se ofende fácilmente. Depresiones periódicas. Ansiedad por su bienestar espiritual. Lleno de miedos por la mañana.
— Trastornos por penas o miedo. Triste, miedoso, irresolución, alterado por bagatelas. Pena por sucesos banales. Pena interna y desespero. Desespera por bagatelas. Nada más piensa en la muerte.
— Llorar mejora los síntomas. Llanto alternando con irritabilidad y risas por bagatelas. Llora sin causa. Llora por música. Llora durante las reglas.
— Aprensivo, abatido. Miedo a la locura. Miedos van mejor después de llorar. Gran tendencia a asustarse. Ansiedad al levantarse por la mañana. Excitación por la noche. Inquietud intensa por la noche que lo hace ponerse en cama. Ansiedad que mejora con calor. Inquietud que mejora al aire libre.
— Pensamientos persistentes, atormentado por temas desagradables, mejor caminando al aire libre. Inquietud mientras trabaja. Recuerdos de acontecimientos pasados desagradables por la noche.
— Lentitud. Torpeza por la mañana. Torpeza después de siesta. Incapacidad de pensar por debilidad mental. Indolencia que mejora al aire libre. Indiferencia a todo y a todos por agotamiento.
— Distraído. Incapaz de decidir. Timidez. Se ríe de reprimendas. Bromas. Angustia antes de las reglas. Condiciones catalépticas, conciencia pero sin capacidad de moverse o hablar.
Adamas-Murphy
— Mente: irritable y taciturno. Ira hacia amigos y seres queridos. Irritable fácilmente de palabra y gesto. No le gusta trabajar. Resentido hacia otros. No quiere ser mirado. Aversión a compañía hablando. Deseo de estar solo. Sentimiento de inutilidad. Falta de confianza en sí mismo. Crítico hacia los otros y hacia sí mismo. Difícil de satisfacer.
Sensación de nube en la cabeza. Se siente separado y distante. Indecisión. No toma decisiones. Olvidadizo. Debilidad de la memoria. Concentración pobre. Discurso inconexo con dificultad de encontrar las palabras correctas. Errores hablando. Faltas de ortografía. Mezcla palabras. Trastornos del lenguaje. Sensación letárgica por la mañana.
— Ansiedad por su salud. Ansiedad que siente en el estómago. Miedo a conducir, obsesionado por accidentes y por la muerte. Miedo de cáncer de mama. Desespera de su recuperación. Ilusión de tener dos pares de manos y de brazos.
— Impaciente e intolerante. Apurado e impaciente. Se siente apurado de tanto trabajo por hacer. Se siente abrumado. Hiperactivo desde el inicio del proving. Muy excitable como si estuviera fuera de control. Sensibilidad a la música. Llorona e hipersensible.
— Se siente atrapado e indefenso. Triste y de mal humor. Cambios de humor. Falta de alegría. Desesperación. Depresión con pesadez del cuerpo. Deseo de orden, todo tiene que estar en su lugar. Exigente. Se siente desorganizado. Obsesionado con bagatelas.
Adamas-Sherr (provings)7
— Pensamientos claros. Intolerancia. Impaciencia. Mordacidad. Crítica. Actividad. Dureza. Decisión. Minusvalía. Inutilidad. No sentirse reconocido. No sentirse valorado.
Graphites-Scholten
— ¿Dónde y quién es realmente mi padre?
— Conceptos.
— Individual. Sólo.
— Todo o nada.
— Desconectado.
— No integración.
Carbono
— Dar sentido.
— Estableciendo valores.
— Autoestima.
— Dignidad.
— Timidez.
— Trabajador.
— Padre.
Carbono-Sankaran
— Estado alternante.
— Por un lado siente: puedo existir por mi cuenta o necesito aún estar ahí.
— Por otro lado siente: ¿tengo que liberarme, puedo liberarme?
— La cabeza ha encajado. No hay vuelta atrás.
— Tengo que salir: ¿puedo?
— Aún en la madre pero ya no forma parte de ella.
— Adaptarse a algo nuevo y estar sólo y separado.
— Tengo que reaccionar por mí mismo, pero por otra parte hay falta de reacción.
Análisis
Si atendemos a los datos que nos aportan las Materias Médicas clásicas, respecto las dos polaridades del elemento Carbono: el Graphites (gris, blando, sucio, adaptable y maleable) y el diamante (brillante, duro, irrayable, preciado), y las comparamos con los temas que nos plantean Scholten y Sankaran, no vemos coincidencias claras entre los síntomas de uno u otro, con respecto al desarrollo de la individualidad o al momento justo del paso al nacer.
Si atendemos al proceso de formación de la individualidad, a pesar de que las expresiones mentales no son claramente coincidentes, sí encontramos algunos aspectos que podrían avenirse. Con respecto a Graphites, sería la polaridad de la indecisión, diríamos a causa de la blandura de su individualidad, y que incluso se manifiesta claramente ante pequeñeces; y con respecto al diamante, además de también manifestar indecisión y necesidad de ser valorado, aparece el aspecto de intolerancia-impaciencia-dureza.
Con respecto al proceso de nacimiento, en el momento en que se trata de empezar a ser separado, el mismo estado de indecisión de Graphites, o la expresión en Adamas de sentirse a la vez indeciso pero también separado-apartado, junto con el miedo a lo que pueda suceder combinado con el tema de la impaciencia (ambos trastornos relacionados con un suceso por venir), también nos podrían estar hablando de un momento de tránsito que se correspondería con la posición que otorga Sankaran al Carbono en el momento del nacimiento.
2-B. El Carbono. Situación en las columnas
Scholten: columna 10
— Llegando al centro.
— Éxito, brillante.
— Evidente.
— Independiente. Noble.
— Seguro de sí mismo. Altivo.
— Equilibrio.
— Estable. Inestable.
— Rigidez.
Sankaran: columna 10
— La estructura está completa. Éxito.
— Éxito. Fracaso. Logro. Cima. Presión. Habilidad, logro.
Análisis
Análisis correspondiente a situar Carbono en la columna 10. ¿Quedaría justificado que Scholten mueva la posición de Carbono de la columna 14 a la columna 10, basándose en datos manifiestos en la Materia Médica clásica que se puedan corresponder con su propuesta de serie y columna? Podemos ver que, en efecto, trasladar el Carbono a la columna 10, en el punto medio de la tabla, nos puede justificar la imagen del Carbono-diamante (estructura compacta, belleza, etc.), ya que se corresponde de forma notable con los atributos que Scholten propone para esta columna. No así para la forma de Graphites, pero de nuevo podría encajar en una imagen de columna 10 que sería esa comparación con el punto superior del puente, entre el ascenso y el descenso.
En cuanto a Sankaran, colocar el Carbono en la columna 10, en una fase de culminación, creo que no se corresponde mucho con el tema de serie que nos plantea. En efecto, sitúa el Carbono en el momento de la coronación, no del nacimiento. La resolución de esta fase, como él mismo nos explica, está en el Fluor, donde el proceso de separación ha llegado a su fin. De nuevo, creo que Sankaran no necesita mover tampoco este elemento de su posición en la tabla periódica original.
Scholten: columna 14
— Vacío. Débil.
— Eliminado.
— Desviado.
— Dejado de lado.
— Irresponsable.
— Indiferente.
— Distante.
— Encubierto.
— Máscara vacía.
— Descartado.
— Separado.
— Eliminado.
Sankaran: columna 14
— La estructura ha fallado y no se pudo hacer nada.
— Destruir. Destrucción Daño. Ruina. Destrozo. Fracaso. Obstáculos.
Análisis
Análisis correspondiente a situar Carbono en la columna 14. Ni la peor imagen de Graphites en su tristeza parece corresponderse con los temas de la columna 14. Su indecisión y blandura, que lo obligan a la rigidez por pequeñeces, parece hablarnos de un "no llegar" y no de "una pérdida" tal como aparece tanto en las expresiones de Scholten como de Sankaran respecto a esta columna.
De nuevo parece que Scholten, además de la coherencia de su propuesta, ve avalada su decisión de sacar el Carbono de la columna 14 por el contenido de las Materias Médicas.
En cuanto a Sankaran, insistiría en el hecho de que, como en esta serie no cualifica las columnas de la derecha como pérdida, no hay necesidad de trasladar el Carbono.
Conclusiones finales
De nuevo podemos encontrarnos ante la perplejidad de no tener un único camino a la hora de interpretar esta serie; sino que, dependiendo de la perspectiva en que se observa, las Materias Médicas clásicas parecen dar la razón a una u otra propuesta. El proceso de desarrollo de la individualidad tiene coincidencias con las imágenes de datos mentales de las Materias Médicas con respecto a estos 2 elementos; de la misma forma que encontramos coincidencias tanto en Boro como en Carbono cuando los vemos desde la perspectiva de un proceso de unión-nacimiento-separación.
Incluso en el aspecto del traslado de columnas, la propuesta de Scholten parece encontrar razones en la Materia Médica. De todas formas, no deja de sorprender que —a pesar de que en el dibujo de cuadrículas su movimiento dé una imagen de simetría cuando el propio Scholten dibuja la tabla en espiral, tal como se puede ver en el programa MacRepertory y en el Reference Works— mueve Boro y Aluminio, pero deja Carbono y Sílice en su posición original: con sus vecinos de columna de la tabla clásica (Ga, In y Tl).
Me ha parecido claro también, que Sankaran no tiene ninguna necesidad de mover estos elementos de columna, dado que su propuesta es de una evolución progresiva, y si bien Boro podría encajar en la columna 13, no pasa lo mismo con Carbono, con el que si ha de encajar en una columna, de nuevo sería en la 10, pero no como culminación del proceso, sino como un punto medio, justo antes del "¡tengo que salir ya!" de nitrógeno. Otra cuestión, si mantenemos la posición original, sería qué significado puede tener dentro de su propuesta, el hecho de que exista este salto entre Berilio y Boro: la respuesta puede estar en que Litio y Berilio forman parte de la vida intrauterina estable, y en Boro empieza el "descenso", lo cual quitaría a Carbono su propiedad de "punto medio".
Ante esta ambigüedad (quizá mal llamada así, porque no estamos ante una posición ambigua a la hora de escoger una u otra, sino que ambas tienen un cuerpo lo bastante sólido), nuestra mente puede hacer como aquellos electrones: poder pasar por dos puertas a la vez, o incluso: aplicar el tema de uno u otro autor, dependiendo de lo que la persona que nos pide ayuda exprese como tema de su enfermedad.
De todas formas, lo que se observa, es que la tabla periódica no ha terminado de hablarnos. Quedan estos espacios vacíos en las series 2 y 3, queda la interrupción de la serie 7, y estos desplegables como los Lantánidos y los Actínidos que la homeopatía ya ha empezado a conocer en su terreno. Queda saber qué ocurre fuera de esta tabla, qué significado tendría para nuestra existencia, qué posible relación tendría con la materia oscura del universo y en qué medida nosotros participamos de ella, y por tanto, también nos vemos influenciados por ella. Parece un simple ejercicio mental plantearse ahora estas cuestiones en homeopatía, cuando bastante trabajo tenemos en entender lo que sí podemos ver y tocar, pero no olvidemos que por el hecho de no conocer la naturaleza de lo que nos afecta y nos condiciona, no por ello deja de afectarnos (seguro que había personas afectadas por un estado de Uranium o Plutonium nitricum antes del nacimiento de los Curie), y que la información para acceder a todo lo que no conocemos racional o con los sentidos básicos, está en nuestra condición.
Queda saber también cómo evoluciona este proceso de crecimiento humano que dice Sankaran cuando llega al final. ¿Es que los humanos tenemos que recorrer esta tabla en una o en innumerables vidas, o cada uno viene como humano a resolver uno, o alguno, de los aspectos de que nos habla cada casilla?
Agradecimientos
Mi profundo agradecimiento a Scholten y Sankaran, como los de muchísimos homeópatas que hemos tenido la suerte de acceder a sus enseñanzas.
Correo electrónico:josep.ortiponsa@gmail.com
Recibido el 15 de octubre de 2010;
aceptado el 16 de abril de 2011