Entre los homeópatas del siglo xix hubo algunas desavenencias, la más importante fue la de los doctores José Núñez y Joaquín de Hysern. Cada uno representaba una corriente de pensamiento. El Dr. Núñez (una corriente ortodoxa) frente al Dr. Hysern (con una visión más ecléctica). Detrás de los pretextos, fundamentados en teorías, se esconden las claves relacionadas con otras pasiones.
There were some disagreements among homeopaths in the 19th century, with the most important being that of Dr. José Núñez and Joaquín Hysern. Each represented a school of thought in the Spanish homeopathy era. Dr. Núñez, a current orthodox compared to Hysern with a more eclectic vision. Behind the pretexts based on theories the keys related to other passions are hidden.
El artículo publicado en el número 3 de 2015 de la Revista Médica de Homeopatía me invita a rescatar, entre el exceso de datos, algún hecho particular con el objetivo de aportar un estudio más detallado y con el rigor que todo trabajo histórico se merece. Hay muchas referencias que pueden ser susceptibles de análisis, si bien, todas ellas han sido tratadas en el único texto hasta el momento, sobre historia de la homeopatía en España que publiqué en el año 2004I.
Entre los posibles hechos a tratar, considero que el enfrentamiento entre los doctores José Núñez y Joaquín de Hysern merece una consideración especial por su interés para el ámbito homeopático, ya que ambos fueron figuras muy importantes en el contexto de la homeopatía española del siglo xix.
Como médico homeópata y como historiadora, considero necesario organizar la información de los fondos documentales, con el objetivo de que los lectores comprendan las claves de una relación en la que había un desafío soterrado y una oposición fundamentada en pretextos y desacuerdos teóricos que en realidad ocultaban las verdaderas razones de lo que fue un enfrentamiento mantenido en el tiempo. Tal como demostró Polibio de MegalópolisII, “en toda guerra hay principios, causas y pretextos” un referente interesante para analizar cualquier situación de conflicto, bien sea personal o bien sea a escala mucho mayor.
En la homeopatía española del siglo xix hubo luchas internas entre algunos homeópatas que provocaron divisiones en el seno de las sociedades homeopáticas. Uno de los enfrentamientos más interesantes lo protagonizaron los doctores José Núñez y Pernía y Joaquín de Hysern i Molleras. Ambos fueron médicos destacados en el panorama homeopático de la época. El primero representaba una corriente ortodoxa, es decir, defendía el cuerpo teórico homeopático tal como había sido enunciado por Hahnemann. El segundo, más ecléctico, interpretaba de manera particular la terapéutica hahnemanniana. Las divergencias tomaron la forma de auténticos enfrentamientos, no solo por las distintas interpretaciones de la teoría homeopática y su aplicación práctica, sino también por cuestiones personales más cercanas a la ambición de poder y a otras pasiones humanas, verdaderas causas que alimentaron el conflicto, al menos, por parte del Dr. Hysern.
José Núñez y PerníaJosé Núñez y PerníaIII (Benavente 1805-Madrid 1879) era abogado de formación y emigró a Francia por motivos políticos. Su interés por la medicina le llevó a matricularse en la Facultad de Medicina de Burdeos para cursar las asignaturas más importantes de la carrera y hacer las prácticas en el Hospital de San Andrés de dicha ciudad. Posteriormente conoció la homeopatía, terapéutica que en aquel momento estaba en pleno auge en el país vecino, y decidió estudiar las obras de Hahnemann publicadas hasta entonces. Después empezó a tratar algunos enfermos (sobre todo de la colonia española), pero, al carecer de título, fue acusado de ejercicio ilegal de la medicina: situación de la que salió airoso debido a los éxitos que había logrado con sus acertadas prescripciones. A raíz de este suceso, regresó a España y aprovechó el marco legal que le ofrecía la oportunidad de revalidar los estudios hechos en Francia. En 1844 obtuvo el título de Bachiller en Medicina y Cirugía ante un tribunal formado por los Dres. Joaquín de Hysern, Bartolomé Obrador y Pedro Mata. Posteriormente obtuvo también el título de Doctor en Ciencias Médicas, equivalente a la licenciatura en Medicina. Esta forma inusual de conseguir su capacitación como médico fue uno de los pretextos que esgrimieron contra él algunos de sus enemigos que no aceptaban de buen grado la fama y éxito de Núñez. Por supuesto, Hysern utilizó este hecho como “arma arrojadiza” en sus intentos de desprestigiar a su rival.
Núñez fue un médico homeópata reconocido que recibió numerosas distinciones. En 1847 obtuvo la autorización para ejercer la medicina en Francia y en 1852 Napoleón III le concedió el Diploma de Oficial de la Legión de Honor como recompensa a los servicios prestados durante su estancia en el país vecino. En España, sus éxitos alimentaban su prestigio. Su clientela era numerosa y distinguida, ya que atendía a la reina Isabel II y al infante D. Sebastián. En 1848 fue nombrado Profesor de la Real Cámara y en 1867 Médico Consultor de Su Majestad. Recibió la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, la de Beneficencia, el Grado de Comendador de la Orden de Isabel la Católica y en 1865 se le concedió el título de Marqués de Núñez. Todas estas distinciones le facilitaron el acceso a las altas esferas de los gobiernos y Núñez las utilizó siempre a favor de la homeopatíaIV.
El Dr. José Núñez contribuyó al desarrollo de la homeopatía en varios frentes: en el aspecto clínico (en el que destacó por sus notables éxitos con la correcta aplicación del método), en su obra escrita que es muy extensa, en su dedicación a la Sociedad Hahnemanniana Matritense y en su trabajo para conseguir un lugar de prestigio para esta terapéutica. Sus esfuerzos para conseguir un respaldo legal no tuvieron efecto por los obstáculos que opusieron los representantes de la medicina oficial. Sin embargo, Núñez perseveró en su objetivo de conseguir un hospital para la homeopatía; meta que logró en 1878 con el apoyo privado y con la aportación económica personal. Así nació el Hospital Homeopático de San José de Madrid que fue elevado al rango de instituto homeopático para complementar su carácter asistencial con el docente.
Mención especial merece su labor literaria que abarca numerosos artículos publicados en los diferentes periódicos de la Sociedad Hahnemanniana MatritenseV y en un texto que contiene la patogenesia del medicamento Tarentula hispanica, importante aportación a la materia médica homeopática después de un trabajo laborioso que le llevó varios años.
A través de su obra podemos comprobar que Núñez defendía el uso de las altas potencias homeopáticas, lo que provocó una fuerte polémica entre sus colegas. Fundamenta su defensa en los resultados obtenidos con su prescripción y también en la observación de los efectos que observa con las diferentes dinamizaciones. De la seguridad con la que manifestaba su criterio se deduce un gran conocimiento de la materia médica y una buena comprensión del método; ambos elementos le permitían hacer prescripciones certeras y obtener excelentes resultados. El Dr. Núñez era un buen clínico, a su consultorio acudían pacientes desde el extranjero y desde todos los rincones de España. Incluso sus colegas, cuando tenían dificultades con sus enfermos, recurrían a él considerando su experiencia y conocimiento. La autoridad que tenía se la ganó con sus éxitos clínicos y también con su personalidad.
Destacaba entre sus colegas homeópatas por los buenos resultados de su práctica clínica y por la facilidad para transmitir la teoría homeopática. Su corriente de pensamiento se encuadra en la ortodoxia hahnemanniana, lo que significa una forma de comprender, expresar y practicar la homeopatía de acuerdo con lo expuesto por Hahnemann en su obra. Convencido de la eficacia de este método, fue un guardián celoso y un defensor de la correcta aplicación de sus principios. Sus éxitos provocaron reacciones por parte de quienes no estaban tan convencidos, por falta de conocimiento o experiencia. Sin embargo, tuvo también fieles seguidores y defensores.
En el aspecto personal cabe destacar su gran capacidad de relación con personas influyentes que le proporcionaron apoyos importantes para la expansión de la homeopatía. Su personalidad carismática y su talante moderado le llevaron a no alimentar las polémicas que otros empezaban. Su forma de promover la homeopatía fue con hechos, con los resultados clínicos y eludiendo los ataques; si bien defendía con firmeza la correcta aplicación de la homeopatía y criticaba aquellas prácticas que no estaban suficientemente fundamentadas. Núñez vivió la homeopatía con un notable entusiasmo: para él fue un compromiso al que dedicó una parte importante de su vida y de su tiempo.
La homeopatía española del siglo xix tuvo en el Dr. Núñez a uno de sus más destacados representantes: con su trabajo e influencia logró situarla en un lugar de prestigio en la sociedad y en el ámbito médico de la época, no solo a nivel nacional sino también en el contexto internacional.
Joaquín de Hysern i MollerasJoaquín de Hysern i Molleras (Banyoles 1804-Madrid 1883) estudió Medicina en Barcelona y en 1830 se trasladó a Madrid como catedrático de Fisiología del Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos. En 1839 acompañó al infante D. Francisco de Paula a Francia como médico de cámara. Allí conoció los éxitos de la homeopatía a través del Dr. Molin y el interés que le despertó la nueva terapéutica le llevó a conocerla con mayor profundidad. En 1841 regresó a España y empezó a ejercerla. En 1843 fue nombrado catedrático de Fisiología de la nueva Facultad de Medicina de Madrid y miembro del Consejo de Instrucción Pública. Su presencia en este consejo fue importante para la homeopatía cuando en 1848, la Sociedad Hahnemanniana Matritense solicitó el establecimiento de una clínica y cátedra para su enseñanza. El Dr. Hysern, y también el Dr. Janer, emitieron conjuntamente un dictamen favorable que influyó en las Reales Órdenes de 1850 a favor de la terapéutica hahnemanniana. Cuando se inicia la polémica con la medicina oficial, en los últimos años de la década de los cuarenta, el Dr. Hysern toma partido por la homeopatía. En 1849 crea en Madrid el Instituto Homeopático Español, los médicos que formaban esta institución mantenían una línea de aplicación de la homeopatía más acorde con la medicina oficial, pero la vida de esta sociedad fue efímera y se disolvió un año más tarde. Posteriormente, se creó en 1853 la Academia Homeopática Española con miembros disidentes de la Sociedad Hahnemanniana Matritense y otros del Instituto Homeopático Español. En aquellos momentos las discrepancias teóricas influyeron en las diversas escisiones, pero también había un trasfondo de desencuentros personales en torno al Dr. José Núñez. En los últimos años de la Academia Homeopática Española encontramos al Dr. Hysern disputando a la Sociedad Hahnemanniana Matritense la primacía de la homeopatía en España.
En 1859 los homeópatas madrileños se reúnen en casa del Dr. Hysern con la intención de reorganizarse en una única asociación. El Dr. Núñez acudió también a la reunión y expresó la necesidad de esa unión. Los asistentes decidieron por unanimidad que ambas sociedades se fundieran en una sola que llevara el nombre de la Sociedad Hahnemanniana Matritense por ser la única que estaba reconocida. El Dr. Núñez consideró que el Dr. Hysern podría ser el vínculo que mantuviera la unión entre todos los homeópatas y propuso que fuera elegido presidente de la nueva fase de esta institución. Las esperanzas de Núñez sobre Hysern no se cumplieron. Su cargo de presidente duró solo un año y resultó ser más intrigante que conciliador; además, su excesivo ego provocó fuertes polémicas y tampoco se distinguió por su dedicación a los asuntos de la sociedad.
La nueva Sociedad Hahnemanniana Matritense inauguró una nueva publicación periódica: El Criterio Médico. En los primeros números se publicaron algunos trabajos de Hysern, pero en 1861 surge de nuevo la enemistad con José Núñez y cesa la colaboración literaria con el periódico. Hysern hace pública la enemistad con Núñez y edita un opúsculo de 50 páginas para relatar las vicisitudes de la sociedad desde su reorganización y no le tiembla la pluma al contar algunos datos (que sencillamente son falsos) y acusar al Dr. Núñez de las disidencias. Manifiesta también la distancia que hay entre su carrera profesional y la de su rival y muestra su disconformidad con tener que cederle la silla en los actos académicos.
En este pasaje de la vida de Hysern se encuentra la clave del conflicto con Núñez, que se mantendrá en el tiempo y se manifestará de manera virulenta en algunas ocasiones. Algunos rasgos del carácter de Hysern —como la actitud intrigante, la manipulación de los hechos y una egolatría excesiva— fueron las verdaderas causas del enfrentamiento, todo ello alimentado por la envidia que sentía hacía los éxitos de Núñez. Hay que decir que no solo tuvo polémicas en el ámbito homeopático, sino que con facilidad encontraba motivos para iniciar una disputa.
Hasta 1864 no tenemos noticias de la actividad homeopática de Hysern. En ese año el Consejo de Instrucción Pública aprueba la creación de una corporación médica para enseñar y propagar la homeopatía. Una Real Orden de noviembre autoriza que se lleve a efecto. La nueva sociedad es una réplica de la Sociedad Hahnemanniana Matritense y toma el nombre de Academia Homeopática Española. Ambas instituciones funcionan por separado y sus presidentes hacen gestiones, cada uno por su lado, para conseguir un estado de oficialidad para la homeopatía.
El carácter polémico de Hysern le llevó a convertir en un duelo cualquier situación; de este modo, se enfrentó a los farmacéuticos que protestaban por la administración de los medicamentos en la consulta y también respondía a cualquier crítica de sus compañeros alópatas. Fácilmente encontraba un motivo para redactar un artículo en el que plasmar sus ofensas dirigidas a Núñez. Tal es así que, cuando tratamos de seguir el rastro de su actividad homeopática, solo se encuentran escritos en los que responde, replica o se defiende de algún supuesto agravio.
En lo que se refiere a la teoría homeopática, Hysern no destacó por tener muy claras sus ideas; más bien mantuvo una actitud ecléctica, al punto de que sus compañeros alópatas no entendían por qué se hacía llamar homeópata.
Después de la Revolución de 1868 hubo un cambio en el panorama político en España que alentaba la apertura en todos los ámbitos. En este contexto, Hysern intentó organizar la enseñanza de la homeopatía al lado de los Dres. Zoilo Pérez y Benigno Villafranca. En 1874 la situación política vuelve a cambiar y se restablece el orden anterior. El plan de enseñanza de la homeopatía no había logrado su efecto y todo vuelve a ser como antes.
En 1879 fallece el Dr. Núñez y Anastasio García López propone al Dr. Hysern como socio de honor por sus servicios a la homeopatía. Hysern acepta el nombramiento y también el de presidente de honor vitalicio. Cuando se celebra el 125 aniversario del nacimiento de Hahnemann, pronuncia un discurso en el que recuerda a Núñez como un varón ilustre que había consagrado toda su vida a la homeopatíaVI. En los últimos años de su vida, su delicado estado de salud no le permitió estar muy activo; ni siquiera pudo asistir al acto de ingreso de su hijo (Luis Hysern y Catá) como socio de número en la Sociedad Hahnemanniana Matritense. Joaquín de Hysern falleció en Madrid en 1883.
Para comprender con amplitud el papel del Dr. Hysern en la homeopatía española del siglo xix es fundamental analizar sus escritos con sentido crítico, de otro modo se pueden extraer conclusiones erróneas. El primer artículo en el que Hysern se ocupa de la homeopatía lleva por título “La filosofía médica reinante. Examen crítico de sus fundamentos teóricos y prácticos y principios generales de sus reformas útiles a la Humanidad, a la ciencia y al arte médicas”VII. En este trabajo habla de la homeopatía como una más de las doctrinas médicas reinantes, con la certeza de que encierra grandes verdades a pesar de la controversia que provoca. Analiza el principio de los contrarios y de los semejantes y expone que “ninguno de estos principios, al parecer tan diversos, que dividen en dos bandos opuestos el campo de la medicina, es absolutamente verdadero ni falso”VIII. Termina con unas proposiciones generales que contienen su declaración de fe en la homeopatía y defiende algunos de sus aspectos.
En este primer escrito es evidente una tendencia ecléctica que justifica con la búsqueda de mayor libertad en el pensamiento científico. Es un estudio teórico, como la mayor parte de lo que escribió Hysern, lo que denota la evidencia de una falta de práctica clínica. La gran erudición en las exposiciones oculta la falta de firmeza y claridad en los criterios y también la falta de formación, ya que, con frecuencia, el exceso de erudición y de datos suelen esconder una falta de criterio y de verdadero conocimiento. Mientras que para Núñez era importante dar a conocer los verdaderos principios del método, Hysern no pretendía enseñar homeopatía con sus escritos.
Para seguir rastreando el pensamiento homeopático de Hysern hay una obra especialmente interesante que se llama La apropiación de las dosis ponderables y grandes llamadas macizas y de las dosis mínimas e imponderables llamadas infinitesimales de los medicamentos al tratamiento curativo homeopático de las enfermedades humanas. Considerada bajo el doble punto de vista de la restauración y del progreso de la doctrina médica hahnemannianaIX. En este texto introduce su visión personal de otros principios homeopáticos como la individualidad morbosa; confunde el concepto de dinamismo con los cuadros patológicos y evidencia una escasa comprensión del cuerpo teórico homeopático. Termina diciendo que la homeopatía es una medicina empírica y completada con el principio de la similitud. Esta es la obra que mejor resume el pensamiento homeopático de Hysern que se caracteriza por su eclecticismo, por la defensa de algunos principios y por la no aceptación de otros. Hay que decir que no hizo ninguna aportación a la materia médica homeopática ni hace referencias clínicas a todo lo que defiende. El desarrollo de su pensamiento es más bien confuso y trasunta el desconocimiento tanto de aspectos teóricos como prácticos, ya que carece de testimonios basados en la experiencia. Se sabe que mezclaba la homeopatía con otras terapéuticas y que la mayor parte de su obra son exposiciones eruditas de los principios homeopáticos que argumenta con aires pretenciosos y un tanto sectarios. Si bien algunos homeópatas nos dejaron importantes estudios de clínica y materia médica, el conjunto de la obra de Hysern no constituye un material interesante desde el punto de vista homeopático; más bien se trata de una documentación que aporta datos sobre su personalidad y sobre acontecimientos relacionados con esta terapéutica. Algunos colegas no le consideraban un buen homeópata, pero le toleraban y respetaban por su labor en pro del método homeopático.
El Dr. Hysern encabezó una línea de pensamiento que se puede calificar de ecléctica y heterodoxa, pero también es cierto que defendió la homeopatía en diversas ocasiones y apostó por ella desde sus responsabilidades públicas; lo que significó que el gobierno reconociera la importancia de esta medicina y algunos colegas de la medicina oficial la observaran con respeto. En el aspecto teórico le costaba aceptar lo de las dosis infinitesimales, así que proponía el uso de “dosis macizas”. Este fue uno de los pretextos para el enfrentamiento con Núñez como defensor de las altas potencias homeopáticas.
Sin embargo, lo que realmente avivaba el conflicto y la pugna mantenida por Hysern era la envidia que sentía por los éxitos de Núñez y, como toda pasión, era irracional y miope. Núñez poseía un ánimo más tranquilo, tenía claro su objetivo y era más proclive a integrar a Hysern en un trabajo conjunto y a favor de la homeopatía; tal como demostró cuando se produjo la reunificación de los homeópatas en la nueva Sociedad Hahnemanniana Matritense. La actitud de Hysern es propia de quienes poseen una visión más corta y, obnubilados por la egolatría, actúan desde la mezquindad de no reconocer el esfuerzo del otro y responden desde la envidia de sus éxitos.
Al final resulta curioso que un hombre como Hysern, destacado en ámbitos diversosX, dejara este rastro de conflicto que habla de las pasiones humanas; y es que estas condicionan nuestra historia mucho más de lo que creemos, sobre todo porque se ocultan detrás de nuestros pretextos.
Polibio de Megalópolis (200 a. C-118 a. C) fue un historiador griego, uno de los más destacados ya que fue el primero que escribió una historia universal. Polibio no solo contaba los hechos, sino que hacía análisis de los sucesos y su forma de analizar se retomó en la modernidad para elaborar los aspectos básicos de la teoría de la historia.
González-Carbajal García I. La homeopatía en España. Cien años de historia. Sevilla: FEMH; 2004. p. 241-59.
García López A. Discurso pronunciado en la Sesión Extraordinaria de la Sociedad Hahnemanniana Matritense del 24 de noviembre de 1879 con motivo de la muerte del Dr. José Núñez y Pernía. El Criterio Médico. 1879;XX:492.
Núñez promovió la edición desde 1846 del Boletín Oficial de la Sociedad Hahnemanniana Matritense que a partir de 1851 cambió su nombre por el de Anales de la medicina homeopática. En ambos periódicos y en El Criterio Médico, que empezó a publicarse a partir de 1860, Núñez publicó numerosos artículos sobre clínica, terapéutica y materia médica.
González-Carbajal García I. La homeopatía en España. Cien años de historia. Sevilla: FEMH; 2004. p. 265.
Se trata del discurso que pronunció el 20 de enero de 1848 con motivo de la inauguración de las sesiones científicas de la Academia de Medicina y Cirugía de Castilla la Nueva.
Hysern i Molleras J. La filosofía médica reinante: examen crítico de sus fundamentos teóricos y prácticos, y principios generales de sus reformas útiles a la humanidad, a la ciencia y al arte médicas. Madrid: Colegio de Sordo-Mudos y Ciegos; 1848. p. 145.
Esta obra fue editada en Madrid en 1868 y la dedicó al Dr. Molin por contribuir a su conversión a la homeopatía durante su estancia en París.
Joaquín de Hysern hizo interesantes aportaciones a la medicina de la época. Como oftalmólogo, inventó un procedimiento para realizar la blefaroplastia y fue el primero en realizar la desarticulación coxo-femoral. Aplicó el método experimental en la investigación e hizo la interpretación anatomopatológica y fisiopatológica de la enfermedad. También introdujo la vivisección de animales en sus trabajos de docencia. Fue un hombre polifacético que contribuyó a la introducción del daguerrotipo en España.