Encontrar tratamientos más efectivos y seguros para los diferentes tipos de cáncer sigue siendo un desafío para los científicos y oncólogos de todo el mundo. Las investigaciones más actuales sugieren el potencial valor terapéutico de combinar múltiples terapias para superar la resistencia a cualquier intervención única. Estudiar los efectos sinérgicos de varias combinaciones de tratamientos frente a uno solo de ellos es un componente crucial de futuros programas de investigación en oncología, así como la búsqueda de una medicina más personalizada, la utilización de sustancias moduladoras del sistema inmune y las terapias basadas en la epigenética1,2.
Aunque se están realizando cada vez más estudios sobre los efectos de medicamentos homeopáticos en cultivos tumorales y en modelos animales, hay todavía pocos ensayos clínicos sobre la efectividad de la homeopatía en pacientes con cáncer. La investigación en los países de Europa y en los Estados Unidos está básicamente centrada en estudios preclínicos de laboratorio, y en evaluar la mejoría de los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos cuando se añade un tratamiento homeopático1.
Varios estudios ya han demostrado que el tratamiento con medicamentos homeopáticos “clásicos” puede ser efectivo en la protección de tumores cancerosos inducidos por carcinógenos en animales de laboratorio. Sobre líneas celulares tumorales, parecen desencadenar efectos antiproliferativos y pro-apoptosis, mientras que en modelos animales han demostrado un efecto inhibitorio sobre el desarrollo de ciertos tumores. Aunque se precisa de más evidencia, estos estudios parecen confirmar al tratamiento homeopático como un método viable para revertir ciertos tumores cancerosos3.
En el año 2009 se evaluó la seguridad y efectividad de la homeopatía en la prevención y tratamiento de los efectos secundarios de los tratamientos del cáncer4, en una revisión con la colaboración de la Cochrane Database. Se valoraron 8 ensayos controlados con un total de 664 pacientes, concluyendo los investigadores que la utilización de la homeopatía no comportaba efectos adversos, y que resultaba beneficiosa en el tratamiento de la estomatitis por quimioterapia5 y en la dermatitis inducida por la radioterapia6. Sin embargo, no encontraron evidencia suficiente de la eficacia de la homeopatía en el tratamiento de otros efectos secundarios de los tratamientos antitumorales7.
Recientemente, varios ensayos clínicos de medicamentos homeopáticos combinados con tratamientos oncológicos convencionales han demostrado que la complementación de ambas terapias mejora la calidad de vida de los pacientes, reduce los efectos secundarios y aumenta la tasa de supervivencia en pacientes con cáncer8–12. Todos estos resultados actuales sugieren que la homeopatía puede tener efectos beneficiosos y posible potencial terapéutico en el tratamiento del cáncer.
Por otro lado, las personas con cáncer buscan cada vez más otras opciones para tratar los efectos secundarios de los tratamientos antineoplásicos convencionales, reducir el riesgo e incidencia de aparición de otros tumores, y mejorar su calidad de vida. Para lograr estos objetivos, incorporan otras terapias como meditación, acupuntura, homeopatía, cambios en la dieta, fitoterapia, yoga, etc., a veces incluso a pesar de que no haya una clara evidencia científica ni de seguridad en su uso, y sin comunicárselo a su oncólogo, con el consiguiente riesgo de incumplimiento terapéutico y de posibles interacciones con los medicamentos antineoplásicos.
En Europa, los pacientes utilizan homeopatía durante y después de los tratamientos oncológicos convencionales. Un estudio realizado en casi 100 pacientes con cáncer en 14 países europeos, publicado el año 2005, reveló que el 36% estaba utilizando alguna terapia complementaria, especialmente homeopatía y fitoterapia13.
En Inglaterra y Francia la homeopatía es una de las terapias más frecuentemente utilizadas por los pacientes con cáncer14–17.
En Alemania, los pacientes con cáncer tienden a utilizar homeopatía integrándola con el tratamiento convencional. De hecho, es la terapia complementaria que más utilizan estos enfermos, tanto los adultos como los niños18,19. En un estudio de Italia20 y en otro pequeño estudio procedente de los Países Bajos21 también se encontró que la homeopatía era la medicina alternativa y complementaria (CAM) más frecuentemente mencionada entre las terapias en pediatría oncológica.
En resultados de otros estudios no europeos, la homeopatía en oncología pediátrica solamente tiene un papel marginal: Israel (16,4%)22, Canadá (1,2%)23 y no hay estudios sobre ello en Estados Unidos.
Los resultados de un reciente estudio, realizado en 236 centros europeos que ofrecen servicio de oncología integrativa, han demostrado que las CAM más frecuentemente utilizadas por los pacientes son: la acupuntura (55,3%), la homeopatía (40,4%), la fitoterapia (38,3%), la medicina tradicional china (36,2%), la antroposofía (21,3%), la homotoxicología (12,8%) y otras terapias (63,8%). Los tratamientos están dirigidos principalmente a reducir los efectos adversos de la quimioterapia (en particular náuseas, vómitos y leucopenia), reducir el dolor y la fatiga, los efectos colaterales de una menopausia iatrogénica, mejorar la ansiedad y la depresión, los trastornos gastrointestinales, las alteraciones del sueño y las neuropatías24.
Este auge en la utilización de las CAM en el terreno oncológico también se observa en Estados Unidos, donde la mayor parte de los autores coinciden en que el 70-80% de los pacientes con cáncer recurren a estas medicinas. Para satisfacer las demandas y necesidades de estos pacientes, muchos centros oncológicos han establecido departamentos de medicina integral y complementaria (p. ej., el Dana-Farber Cancer Institute de Boston, el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York y el MD Anderson Cancer Center de Houston). En estos centros se emplean las CAM para tratar diversos síntomas asociados con el cáncer, y en la paliación de los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia. Además, paralelamente se están realizando numerosas investigaciones cuyo objetivo es validar estos tratamientos.
Experiencia clínica y enfoques de intervención homeopáticaEn general, la intervención homeopática en oncología se divide en 2 enfoques básicos:
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Tratamiento de los pacientes con cáncer en un sentido general. Usualmente se ofrece después del tratamiento convencional, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y supervivencia y reducir la frecuencia de recurrencia y/o metástasis. Varias opciones son posibles desde este enfoque: desde la utilización del llamado remedio de fondo o constitucional del paciente hasta el empleo de preparados inmunomoduladores o inmunoestimulantes, de nosodes, de medicamentos con especial afinidad por un órgano o tejido, de medicamentos individualizados según el cuadro de la enfermedad, etc., administrados bien como medicamento único o combinándose entre sí.
- 2.
Hay un segundo tipo de intervención, específicamente limitado a los síntomas resultantes de los efectos adversos de la quimio-radio-hormonoterapia y síntomas intercurrentes de enfermedades agudas que pueden surgir durante el cáncer. Este tipo de tratamiento solo se utiliza como soporte de la terapia convencional, para reducir sus efectos adversos.
Los enfoques en la práctica clínica diaria se pueden mezclar entre sí; en otras palabras, pueden ser aplicados según la fase de la enfermedad y la condición clínica del paciente.
El tratamiento con homeopatía de los efectos adversos de los tratamientos oncológicos convencionales se tratará en otro artículo.
Históricamente, la homeopatía clásica ha documentado tratamientos exitosos en pacientes con cáncer utilizando el proceso de individualización del remedio, buscando el medicamento constitucional del paciente o el más adecuado al cuadro de síntomas de la enfermedad. Médicos homeópatas de épocas anteriores (siglos xix y xx) publicaron abundantes casos clínicos de pacientes de cáncer curados: Grimmer25–27, Burnett28,29, Clarke30, Cooper31, Jackson32, Jousse33 o Schlegel34–40.
Más recientemente, se dispone de los trabajos y la experiencia clínica de Ramakrishnan41, Master42, Rajendran43, Chatterjee44 o Spinedi, dentro de la homeopatía clásica, y otros enfoques más novedosos:
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Los protocolos de los Dres. Prasanta y Banerji45.
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El uso potencial de carcinógenos como medicamentos homeopáticos, prescritos sobre la base de la etiología del tumor, de posible utilidad en la profilaxis y la recuperación de neoplasias por exposición a carcinógenos ambientales46–49.
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El uso de factores de diferenciación procedentes de embriones de pez cebra50.
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La terapia con Amanita phalloides51.
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La terapia con Psorinum 6X52–54.
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La utilización de inmunomoduladores como Canova55–57, Lymphomyosot58, CHM o Calcarea carbonica (M8)59,60.
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La utilización del veneno del escorpión azul (Vidatox®) como antiinflamatorio, analgésico y antitumoral61–63.
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La utilización del medicamento antroposófico Iscador® en el tratamiento de ciertos tumores64–66 o para contrarrestar los efectos secundarios e inmunosupresores de los fármacos antineoplásicos convencionales67–69.
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El empleo de isoterapias de quimioterápicos con el objetivo de disminuir los efectos secundarios, desintoxicar al organismo, prevenir una intolerancia y potenciar la quimioterapia mejorando la calidad de vida del paciente70,71.
Las investigaciones realizadas sobre el efecto de los medicamentos homeopáticos en la supervivencia de cultivos celulares tumorales y en animales de laboratorio han demostrado que hay una clara respuesta biológica al tratamiento: en modelos animales han demostrado un efecto inhibitorio sobre el desarrollo de ciertos tumores inducidos por carcinógenos, mientras que sobre líneas celulares tumorales parecen desencadenar efectos antiproliferativos y promover la apoptosis. Aunque se precisa de más evidencia, estos estudios parecen confirmar al tratamiento homeopático como un método viable para revertir ciertos tumores cancerosos.
Sobre carcinomas y otros tumores inducidos en animales de laboratorio, se han examinado los efectos protectores de medicamentos homeopáticos clásicos como Lycopodium72–75, Ruta75,76, Chelidonium77,78, Sabal serrulata79, Thuja75,76,80, Hydrastis75,76, Phosphorus75, Carcinosinum77,81, Natrum sulphur81,82, Condurango83, Cholesterinum82, Calcarea carbonica84 y Secale85, bien como medicamentos únicos o administrándolos alternada o conjuntamente con otro medicamento homeopático. Además de demostrar el potencial de la homeopatía en el tratamiento de ciertos tumores, la investigación en este campo también puede ayudar a resolver ciertas controversias clínicas como los posibles beneficios de la administración alternada o conjunta de varios medicamentos en vez de uno solo.
Los mismos medicamentos, clásicamente empleados en el tratamiento de tumores, se han estudiado sobre cultivos de células tumorales, evaluando la actividad genotóxica y su capacidad de regular la expresión de ciertos genes e inducir la apoptosis: Ruta86–91, Sabal serrulata92, Carcinosinum88,89,93,94Phytolacca88,90,93,94, Conium88,93, Thuja88,89,93,95, Hydrastis88,89,96, Sarsaparrilla90, Condurango88,96–98, Sulphur99Lycopodium88,100, Podophyllum88Chelidonium88Euphorbia tirucalli (Aveloz)101. Recientemente se ha demostrado también el efecto anticáncer del nosode hepatitis C 30102.
Los resultados obtenidos confirman las observaciones de la clínica homeopática y demuestran que los medicamentos homeopáticos ejercen una influencia reguladora sobre la expresión de ciertos genes, proteínas, enzimas y mecanismos relevantes en la protección antitumoral:
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Carcinosinum parece aumentar la expresión del gen p53, que es un gen que promueve la apoptosis88,89 así como Thuja95, Calcarea Carbonica84Phytolacca103, Chelidonium78 y Secale85.
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Ruta aumenta la erosión de los telómeros en las células tumorales86.
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Carcinosinum, Conium y Thuja actúan sobre la caspasa 7, el gen p27 y la proteína PARP93.
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Lycopodium reduce la expresión de los genes Bcl2 y Apaf, así como también disminuye la expresión del gen Bax y de la caspasa 3101.
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Phytolacca actúa a nivel del gen p27, Akt kinasa, Bcl2, p53, Bax y la caspasa 3103.
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Ruta también ha demostrado actuar disminuyendo la proteína Bcl289.
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Secale actúa en la expresión de los genes p53, Bax y Apaf y la caspasa 3 y 985.
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Psorinum 6 × desencadena apoptosis en células A549 a través de la regulación de relevantes proteínas como la p53, la caspasa 3, Bax y Bcl256.
Otros mecanismos de acción de los medicamentos homeopáticos están relacionados con la modulación del sistema inmune. Bastide104 mostró el efecto terapéutico de altas diluciones de interferón alfa y beta y de hormonas del timo sobre la inmunidad celular, y tuvo buenos resultados terapéuticos en pacientes inmunodeprimidos. De igual manera los trabajos de Bentwich et al105 revelaron que pequeñas cantidades de antígenos eran capaces de desencadenar una respuesta de anticuerpos específica. El reciente estudio sobre las propiedades inmunomoduladoras de Thuja, Carcinosinum y Ruta llevado a cabo por Remya y Kuttan106 sugiere que el mecanismo de acción de estos medicamentos con propiedades antineoplásicas puede estar también relacionado con el efecto estimulante que ejercen sobre el sistema inmune. Los resultados positivos con preparados homeopáticos que actúan como inmunomoduladores tales como Lymphomyosot58 M8 (complejo derivado de Calcarea carbonica)59, Canova55, Iscador®(Viscum album)65 y otros107, sugieren que los inmunomoduladores homeopáticos pueden mejorar la respuesta inmune contra las células tumorales, vislumbrándose también como candidatos prometedores en la terapia anticáncer.
Toda la evidencia científica generada por las investigaciones clínicas y preclínicas sugiere que tanto los medicamentos clásicamente utilizados en homeopatía para tratar el cáncer como las aportaciones más novedosas procedentes de investigadores y clínicos de diferentes partes del mundo pueden ser un referente importante en oncología, complementando y mejorando los tratamientos antineoplásicos convencionales.