En los tiempos que corren, en los que de nuevo hay un fuerte acoso a la homeopatía, parecería que la investigación fundamental deberían ser los estudios a doble ciego y los metanálisis, con la finalidad de convencer al llamado "mundo científico" de la realidad y eficacia de la homeopatía, ajustándonos a los parámetros exigibles en este tipo de estudios, aun a riesgo, a veces, de prescindir de aspectos fundamentales del método, basicamente la individulización del tratamiento.
Parece que los tiempos lo exigen, unos tiempos en los que —¡oh paradoja de la medicina¡— se da poco valor a los casos individuales curados, e incluso se da poco valor a las series de casos curados y, en cambio, se busca con ahínco la supuesta objetividad que dan los metanálisis y los estudios a doble ciego, instalados en la cúspide de la pirámide de la evidencia
Subjetividad-objetividad es un capítulo muy amplio y complejo en el que no voy a entrar. En su vertiente filosófica, daría mucho que hablar, sobre todo en lo referente a si existe una objetividad más allá de nuestra propia percepción. Pero sí quiero apuntar lo relevante que es este tema en medicina, y en general en cualquier terapéutica. Aquí van a encontrarse dos mundos, el de las creencias del paciente y el de las creencias del médico, que van a interpretarse (especialmente el médico que va a intentar comprender qué le pasa al paciente) y tratar de entenderse mutuamente.
Pretender dar el máximo valor al aspecto objetivo de este acto es reducirlo a su parte más mecánica, un mínimo común denominador forzosamente poco específico. Pero esos parece que son, según el pensamiento dominante en medicina, los tiempos que corren.
También parece que sea fundamental indagar cuál es el mecanismo de acción del medicamento homeopático y, yendo un poco más allá, la acción de las dosis ultramoleculares, la gran herejía de la homeopatía para la cual no hay perdón.
Ciertamente sería interesante saber cúal es el mecanismo de acción, y estamos muy atentos a cada nueva hipótesis, a cada nuevo conocimiento que apunta posibilidades de explicación. Pero, insisto, aun así, no es la investigación fundamental, o por lo menos no lo es para hacer progresar a la homeopatía, al propio método.
La investigación fundamental está al alcance del médico práctico, puesto que el material son los casos clínicos. Hacer un buen registro de los casos clínicos, anotando en qué nos hemos basado para prescribir tal o cual medicamento, tener una buena base de datos donde anotarlo, unos criterios de evaluación de la evolución, bien definidos y claros, de manera que nos permitan afirmar o desmentir si tal medicamento fue eficaz en la enfermedad crónica o tan sólo un paliativo, etc.
Y cuando estudiamos un medicamento, es imprescindible hacer una revisión de los casos clínicos curados publicados en la literatura homeopática, porque de este modo aprendemos a ver qué es lo fundamental para la prescripción de tal o cúal medicamento. Esa base de datos de casos curados hay que ir aliméntandola continuamente. Y no hablo solamente de síntomas, también de los temas fundamentales de cada medicamento o de las circunstancias que lo hacen particularmente indicado.
Esa es la investigación fundamental para hacer progresar el método homeopático y que muy pocos homeópatas hacen.
Ahí nos duele.
Joan Mora
A.M.H.B.