Cinzia tiene 22 años y viene acompañada por su madre. No viven en esta misma ciudad sino en una ciudad en la frontera entre Piamonte y Liguria (la región donde vivo yo). De altura media, con sobrepeso, piel muy clara, tímida y azorada, se percibe que tiene muy poca confianza en sí misma y que necesita un apoyo constante. No se cuida ni el aspecto ni el vestuario: cabello oscuro y largo que cae un poco sobre los hombros, parece como si quisiera aparentar menos edad de la que realmente tiene.
La primera visita fue 3 años y medio antes de que escribiera esta historia clínica.
"Tengo mucha ansiedad, soy una persona ansiosa desde siempre y estoy cada vez peor. Las fobias las tengo desde siempre y eso me hace estar peor. No logro ir a la ciudad más cercana sola. Sólo puedo estar tranquila en mi ciudad, pero tengo que llevar pantalones, con falda me siento incómoda.
Sufro de depresión: al principio tenía algunos días con euforia, pero luego la depresión era total. Ahora me parece vivir una vida monótona. Esto me ocurre por fases, además, como muchísimo de todo y sin parar. Estoy siempre agitada. Soy estudiante de Biología.
Hay períodos en los cuales duermo todo el tiempo, día y noche, estoy siempre cansada, puedo levantarme de la cama y acostarme en el sofá. Tengo siempre ojeras y estoy también pálida. Soy muy insegura, muy insegura. Tengo un montón de complejos. Me veo gorda, pero a pesar de eso sigo comiendo. Soy así desde siempre, tengo mucho cansancio, nací cansada."
Pregunto si me puede explicar mejor sus miedos:
"Las fobias... no lo sé, tal vez empezaron alrededor de los 15 años. Estában más bien relacionadas con las faldas, porque mi madre estaba obsesionada con que no las llevara demasiado cortas. Según su mentalidad, todo es pecado, todo es malo, todo es feo. Sé cual es la causa de mis fobias: mi madre. Si por ejemplo veo a un amigo por la calle y le hablo, entonces veo la cara que pone mi madre y pone una cara... 'La gente te mira porque vas con esa falda tan corta, por eso te mira'. Siempre me dice eso. Esto me ha generado una fobia a salir, porque la gente te mira. También mi padre, como ella, tiene una mentalidad conservadora..."
Pregunto si sufre de otras molestias:
"Tengo asma. Dermatitis atópica. Estoy siempre resfriada. Soy positiva a la toxoplasmosis. Tengo zonas en la cabeza con dermatitis. El asma me viene si me pongo nerviosa."
Habla la madre:
"Cualquier cosa le afecta. No tiene paciencia, se enfada. Es quisquillosa, neurótica. La toma con su hermano pequeño, que también es terrible. La he tenido siempre conmigo desde pequeña, si tenía que ir a algún sitio no la dejaba ir sola."
Retoma Cinzia el tema:
"Con cualquier amigo o amiga soy desconfiada. No me fío jamás.
En el tiempo libre me gusta leer. Pero más que nada vegeto, paso de una habitación a otra. Yo soy así, pero no me gustan el fingimiento. Si una persona no me gusta, no me gusta y basta."
Después hay un período largo de silencio. Y como no he entendido todavía las particularidades de sus miedos, le pregunto cómo afronta los exámenes en la universidad:
"En realidad estudio de manera superficial... Estudio una hora y me parece haber estudiado quién sabe cuánto. Después me agito, me agito por todo, por los exámenes, antes de salir, estoy siempre agitada. ¡Por todo, por todo! Si por ejemplo sé que mañana vamos a la playa, me pongo nerviosa. Soy una persona que quisiera tenerlo todo organizado y previsto para no tener sorpresas.
Soy inconstante, no logro seguir mi plan de estudios. Soy inconstante en todo lo que hago. Me dicen que dejo mis trabajos a medias, pero es un vicio... Con las palabras soy buenísima, pero me falta ambición..."
Me informo sobre sus hábitos alimenticios:
"Me gusta todo y de todo. La pizza y las tartas, los dulces, y todo en general. No me gusta... el hígado. Pero es lo único. Por desgracia, todo me sienta bien. Tal vez un poco menos la leche, la digiero pero me han dicho que soy alérgica, me di cuenta yo también, apenas bebo algo de leche se me llena la cabeza de pústulas que se abren.
Los quesos en cambio no me sientan mal. Aquí parece que me ha salido una mácula..." (en el tórax) "Para esto también son muy desorganizada, por que digo: ahora hago la dieta... ¡pero duro tres días!
Ahora voy al gimnasio... y duro un mes. Ahora estudio... y duro un día. Y luego me autocastigo, si no estudio no salgo, porque me lo merezco."
Pregunto cómo es su relación con los animales:
"Oh, me gustan todos, sobre todo los perros. Pero mi madre no me deja tener perro porque soy alérgica desde pequeña y dice que ensucian la casa. Me dan un poco de miedo los gatos porque son imprevisibles. Pero me gustan todos los animales."
Le pido que me cuente un sueño:
"¿Pesadillas? Soy supersticiosa... si sueño con un muerto que se ríe tiene un significado, o si sueño que se me caen los dientes entonces quiere decir la muerte de un pariente. Cuando tengo estos sueños entonces lloro toda la noche. O si sueño que me caigo, al día siguiente me caigo de verdad y me dan cinco puntos en la cabeza... Y me preocupo por toda la familia, parezco mi madre."
Pensando en la probable influencia nefasta de la madre y en su desarrollo, más otros síntomas que me parecen significativos, receto Aethusa Cynapium 200 CH, 1 dosis al día durante 3 días y placebo.
Nos volvemos a ver después de 3 meses, y siempre acompañada por la madre:
"Voy un poco mejor, pero todavía no logro salir... voy a la universidad pero siempre con alguien. Ahí he tenido unas pequeñas crisis, por mi aspecto físico. Es que, como siempre, mi boca nunca está vacía, no paro de comer, constantemente.
Estudio unos 10 minutos, me empieza una sensación de pánico y me tengo que levantar... tanto antes de ir al examen como hoy al venir aquí, se me cierra el estómago y se me hace un nudo en la garganta, una sensación de cerrado. Durante los exámenes, cuando me entra la crisis de pánico, me mareo, luego me siento y me deprimo.
Mi hermano me tortura siempre con sus tareas y yo lo trato mal. No logro estudiar, los primeros 10 minutos estoy concentradísima, luego vago por la casa y me pongo a comer. Después me siento cansada.
Logro salir un poco de casa, pero dependo de los demás, estoy segura si hay alguien conmigo y estoy más tranquila si sé tengo a mi lado otra persona. Los otros han encontrado tal vez casa, trabajo, amigos. Yo quisiera tener una estabilidad que no tengo, uno puntos de anclaje, pero no lo consigo creármelos. Tengo complejos porque no logro tener amistades. Creo que tengo expresión de mala, antipática, doy la impresión de antipática desde el primer momento.
Dependo mucho de los demás, para mi los otros no se equivocan nunca...
Me cuesta mucho tener amigos. Me avergüenzo siempre de mi aspecto físico. Tengo la impresión de estorbar, de ser azorada, torpe, de molestar a la gente."
Pregunto cómo va el asma:
"El asma lo tengo una noche sí y otra no. Más que asma es una sensación de presión en el tórax, como si tuviera un velo en los pulmones, como si el aire no pasara bien, como si el aire pasara a través de un velo. Y aquí tengo muchos ruidos, ¡parece como si tuviera muchos gatos! El momento peor es por la mañana temprano, cuando salgo de casa porque el aire es frío. Y luego el momento peor es por la noche, antes de ir a dormir: llego al dormitorio, me acuesto y apenas apago la luz me llega enseguida la sensación de asma. También por la mañana cuando salgo de casa.
Ahora hago un poco de gimnasia para adelgazar, pero en cuanto me muevo me viene la crisis de asma, sobre todo cuando trato de hacer aeróbic. Me duele en la parte de abajo de la espalda al sentarme."
Le pido que hable más despacio porque no logro escribir todo lo que me dice:
"Tiene razón, hablo siempre demasiado rápido y cuando hablo... es mi madre que me ahoga... para mí es un problema, no me deja hacer amistades, me inhibe para hacer cualquier cosa, ¡es la madre mejor del mundo pero es estresante!" (¡notar que la madre está con nosotros durante la visita!)
"Además voy muy estreñida."
Pido más información sobre la dermatosis:
"Ah mire, la cabeza me va a estallar, es un desastre, me pica todo, no la he tenido nunca así. Transpiro muchísimo, en la espalda, debajo de los brazos, desde siempre, desde niña."
Pregunto por su sensibilidad a los olores:
"Sí, me pasa un poco con los perfumes, pero no con todos. El vinagre me molesta mucho. El humo del tabaco no si son pocas personas, en cambio si son muchas me molesta. Pero en general no, por ejemplo en la discoteca o en el bar lleno de humo no me molesta, me hace más daño la inhalación directa."
Evalúo y estudio los diversos síntomas, considero los miedos reprimidos, vuelvo a leerlo todo y receto Spongia tosta 200 CH en gotas durante 6 días, más placebo.
La vuelvo a ver después de 2 meses, siempre acompañada por la madre. Apenas se sienta empieza a lamentarse de que está siempre en su casa y no tiene ganas de salir ni de hacer deporte, debido al hecho de que está pálida y no puede adelgazar, no tiene ganas de ver a gente ni tampoco a los amigos. En cambio, me informa de que ha pasado un examen y que le ha resultado fácil concentrarse:
"Sueño a menudo con el mar, el agua. A veces son sueños premonitorios, que se hacen realidad, pequeñas desgracias, accidentes."
Pregunto cómo va la respiración:
"Por la mañana siempre me cuesta un poco. Siento un calor de golpe y transpiro muchísimo. Estoy mal, sobre todo si llego a la estación corriendo, lo cual me pasa principalmente por la tarde. No me da asma pero noto como ahogo, la sensación de no poder respirar. Pero el nivel de transpiración que tenía antes no lo he vuelto a tener con frecuencia.
Logro estudiar mejor, estoy más concentrada. ¡No me saque la Spongia, me sienta bien! Ahora logro estar sentada dos o tres horas... antes a los 10 minutos tenía la sensación de ahogarme, no lo lograba."
Añade espontáneamente:
"Estoy siempre insatisfecha, ¿qué tengo que hacer? También los amigos me dicen que estoy siempre insatisfecha..."
Decido mandar a la madre a la sala de espera e insisto en seguir preguntándole sobre el asma:
"El asma no, de noche ya no tengo. Tambin el resfriado ha mejorado, me lo han dicho todos: '¡por fin te vemos sin pañuelos!' Ya no he vuelto a tener asma antes de acostarme."
¿El intestino?
"Ah, ahora va mejor. De vez en cuando voy estreñida, pero sin duda va mejor."
¿La dermatosis?
"En la cabeza ya no tengo nada, me ha salido un poco en la espalda."
Para ser coherente añade:
"Con mi madre... ahora va mejor, sí esto va mejor, he cambiado, en el sentido de que me relaciono con los demás sin pensar en lo que me diga mi madre...
No me fío de la gente, pero si alguien sigue insistiendo en que tenga cuidado, entonces mi desconfianza se trasforma en miedo."
Receto placebo.
Al cabo de 3 meses la vuelvo a ver, por fin sola:
"He mejorado muchísimo, ahora voy sola a la universidad. He hecho un montón de amistades y he terminado con las que tenía antes en mi ciudad, sobre todo con una amiga morbosa que... sabe, yo soy como una esponja, absorbo todo lo que ella me dice y ella está siempre deprimida. Hablábamos mucho por teléfono pero en realidad hablaba ella de sus cosas y yo iba absorbiendo todo lo que me decía. Además todo eran tonterías.
He descubierto que también los otros tienen sus miedos, antes creía que lo malo sólo lo veía yo, en cambio he descubierto que lo ven también los otros.
En los exámenes ya no me pongo nerviosa, ¡es como si estuviera hablando ahora con usted, tranquilísima! Pero quisiera tener más concentración y más memoria, y sacar notas más altas...
Absorbo los problemas de los otros...
¿No ve?" (afirma con entusiasmo) "¡he adelgazado! He logrado perder dos kilos... no es mucho por ahora, ¡pero ya no tengo esa hambre neurótica! ¡Para mí es un gran éxito!"
Pregunto cómo se siente físicamente:
"Físicamente... ah, no he tenido más gripe ni resfriados. El intestino va bien, sólo me he sentido un poco hinchada de vez en cuando.
La dermatosis está bien, en la cabeza ya no tengo nada, tengo sólo una zona en la espalda y en el mismo lugar de antes.
Sueño siempre con el mar, el agua, y durante un sueño he logrado entrar en el agua, aunque en general la veo y estoy fuera, en un puente o en la orilla. ¡En ese sueño entré en el agua y desde entonces ya no he vuelto a soñar con eso! En el sueño decía: '¡Oh, por fin he logrado entrar en el agua, y no tengo miedo!' Y empezaba a nadar.
Sueño muchas veces que estoy suspendida por los brazos en un puente de madera con cuerdas, una vez había agua debajo, ahora no. Me gusta estar suspendida, puedo moverme sin fatiga."
Placebo.
A los tres meses la vuelvo a visitar. Viene sola y ha adelgazado aún más. Tiene un aspecto mucho más cuidado, va ligeramente maquillada y vestida con colores vivos):
"Sigo mucho mejor, ¡y además he adelgazado mucho! ¡Casi 10 kilos desde cuando nos vimos! Empiezo a gustarme un poco...
Respecto a las fobias... ahora salgo, voy y vengo, me veo con gente que antes no veía, tengo más predisposición para hablar y establecer una relación. Siendo consciente de los miedos que tengo, ahora también escucho a los otros y he notado que tienen los mismos miedos que yo de salir, moverse...
Respecto a las fobias me siento más equilibrada, menos nerviosa... aunque si en mi casa hay mucho nerviosismo, por mi madre, mi hermano...
Pero ahora logro organizar mi trabajo, pierdo mucho menos tiempo, tengo que decir que durante los exámenes tengo una actitud de calma total, estoy de lo más normal. Hasta el profesor me ha dicho que me ha visto muy tranquila. He sacado buenas notas en los exámenes, estar tranquila me ayuda bastante, siento que tengo el control y mi promedio ha subido mucho. No me salto un examen, me he presentado a todos."
Placebo.
Otros 3 meses más tarde:
"La depresión va mucho mejor, me he vuelto más sociable, además me veo mejor, he adelgazado algún kilo más sin problemas. Ya no tengo ese impulso de abrir la nevera a cada momento.
Estoy hablando con personas que no conocía antes, hablo con todo el mundo. Aún me da un poco de miedo salir, por ejemplo para ir a la piscina a aprender a nadar, o a la autoescuela a aprender a conducir.
Otra cosa fantástica es que ya no estoy cansada. Me levanto y me encuentro bien, aun durmiendo menos que antes. ¡Al contrario, duermo menos y me noto más despierta!
Ahora no me pongo nerviosa como antes, tal vez es más fácil que me enfade y conteste. Ahora me enfado más; antes con la depresión frente a las cosas me quedaba apática...
No he tenido más asma, ni he sentido esa sensación en el tórax que me ahoga... sensación de opresión..."
A los dos años de la última visita, vuelvo a ver a Cinzia que ha estado siempre bien hasta la fecha. Se ha licenciado con óptimos resultados, todas estas noticias me las ha contado ella, en algunos de los encuentros que hemos tenido después, y también me las ha comentado su madre, que continúa viniendo periódicamente con el hermano pequeño.
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