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Vol. 4. Núm. 3.
Páginas 130-131 (septiembre 2011)
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V Congreso Nacional de Homeopatía 2012
V Homeopathic National Congress 2012
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Eva M. Moratinos Castrilloa
a AHA. Septiembre de 2011
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Cuando en la Academia de Homeopatía de Asturias empezamos a pensar que había llegado el momento de dar los primeros pasos para la organización del V Congreso Nacional de Homeopatía de 2012, no sospechábamos, ni por asomo, que el lema que elegiríamos para el congreso coincidiría con el de nuestro logo: Aude Sapere (atrévete a saber).

Todos los que habéis organizado congresos sabéis bien la tarea que nos espera, y escribir este artículo no es nada fácil, pese a que tan sólo se trata de la primera invitación formal a pasar 3 días estupendos en Asturias en un lugar bellísimo.

Parece ser que vivimos momentos difíciles y muy complejos en todos los ámbitos de la vida, eso incluye la medicina, en general, y la homeopatía, en particular.

Mi marco de referencia sois vosotros y los grandes maestros que nos precedieron, y los que aún nos acompañan, pero las nuevas remesas de médicos están en su mayor parte descabezados y sin capacidad crítica alguna, encorsetados en los protocolos, espoleados por la competitividad laboral, por las presiones y el deseo de prestigio, y desconectados de lo más esencial: desconectados de sí mismos. La sociedad está generando esto y nadie se libra en mayor o menor medida. No sabemos si habrá un relevo para nosotros, nueva savia, médicos que se atrevan, que sean audaces para abordar formas nuevas, aunque probadamente experimentadas, de aprender, vivir y practicar la medicina con todo lo que ello implica.

Por eso, permitidme que haga un poco de literatura intimista, ya que es la mejor manera que encuentro en este momento para expresar lo que deseo decir.

Recuerdo que mi vida era amable. Hasta hace poco mi vida era tranquila, amable, bondadosa. Dura, a veces difícil, otras triste o alegre, según...

En el tiempo cabía de todo, el tiempo lo permitía todo. Las experiencias, los sucesos extraordinarios y los simples, las sensaciones, todo se vivía paso a paso con la misma naturalidad que el paso de las estaciones.

Mis familiares, amigos y conocidos entraban y salían de mis días con fluidez, como agua limpia que sigue el curso unas veces rápido y otras lento y remansado de un río. Contemplaba y vivía. En ese tiempo cabía desde un instante hasta la eternidad y, aún así, en lo más profundo yo lo entendía todo, lo aceptaba, extrayendo de modo natural lo mejor de cada experiencia, aunque dejara cosas en el camino. La melancolía, lo mismo que el rechazo, el desamor o el abandono, no quedaban enquistadas en ninguna parte de mi cuerpo. Los pensamientos, las preocupaciones no me quitaban el sueño.

Sin más, todo transcurría lúcidamente, vívidamente, en una justa medida, con un desequilibrio que se ocupaba de sí mismo.

Cuando mi padre hablaba con aprecio de una persona decía "fulano de tal es oro molido" y lo decía con una mezcla de emoción, orgullo, respeto y honradez que definía a un tipo de persona que era imposible confundir con el que no lo era. Entonces, yo aprendí a fijarme, admirar y respetar a esa gente que eran "oro molido" y los distinguía de los que no lo eran, ¡ya lo creo! De éstos no guardo recuerdo, ni me afectaron en lo cotidiano.

Todo estaba relacionado con un sentido común y una inteligencia natural, no afectada, no contaminada. La ingenuidad y la inocencia no eran palabras peyorativas, ni pasadas de moda, no tenían que ver con ser un pardillo o mirar de reojo al de al lado para reírse a sus espaldas. Tampoco tenía que ver con vivir de modo más o menos consciente. La vida se vivía. Simplemente.

Y no sabiendo ni cómo, sin ni siquiera preguntárnoslo, la vida siempre se abría paso. Son palabras que a veces recitamos como un mantra en momentos de un choque brutal y que nos ayudan en el tránsito hacia un estado de equilibrio negociado con el dolor.

Y es cierto, se abre paso a pesar de echar encima toneladas de maquillado asfalto, toneladas de teorías inamovibles, discursos científicos y seudocientíficos, y megatoneladas de seriedad e intransigencia.

Pero sigamos. Con el paso del tiempo y cuando fui creciendo descubrí primero con sorpresa y luego con tristeza que el "oro molido" escaseaba y que mi padre también lo sabía.

Aún así vives dando continuamente oportunidades a la gente para finalmente claudicar un poco, lo justo para no perder aún la esperanza en el género humano.

Yo seguí jugando a dos bandas un tiempo prudencial hasta que, finalmente, el tan traído y llevado tema de la naturaleza del hombre, aquello de que si el hombre es o no bueno por naturaleza y que tantas páginas ha llenado, te golpea en la cara como un puñetazo dado con un guante de boxeo y no puedes decidir nada porque el puñetazo te ha paralizado y la mente no percibe con claridad durante cierto tiempo. Para cuando vuelves a ponerte en pie ya has llegado a la fase de hasta aquí hemos llegado y aprendí muchas nuevas palabras como incoherencia, intransigencia, violencia, resistencia, extenuación, miedo y sus contrarias.

Y después de todo llegué a la conclusión de que aunque siempre seré un alma conciliadora, fui dejando de ser políticamente correcta.

Por eso, con los años, me intriga la gente, en el mejor sentido de la palabra, me seducen y sorprenden aquellas personas que han escogido la homeopatía como método terapéutico dentro de su ejercicio profesional como médicos. Me intrigo yo misma y me sorprendo cada día. Qué filosofía, qué trabajo personal, en qué momento se decide, qué nos pasó cuando tomamos esta decisión, porqué la tomamos. ¿Es sólo trabajo, ¿es opción de vida? ¿Es algo serio? ¿No es para tanto?

La gente "oro molido", como la vida, siempre encuentra una grieta entre el asfalto, aquí está, surgiendo a cada paso, y cuanto más se trata de tapar más fuerte sale, cuanta más represión, cuanto más control, más se fortalece. Y se alimenta del coraje, del trabajo compartido, del contacto con los demás, es energía en movimiento, es dinamismo, es la esencia misma de nuestro trabajo.

Pero hay que atreverse, hay que ser audaz.

Nos reunimos cada 2 años con una terca voluntad de grupo, nos abrazamos cuando nos vemos, aunque pensemos de distinta manera y nos saquemos los ojos, aunque tengamos opiniones en ocasiones irreconciliables, aunque seamos ariscos, tímidos o altaneros, cuando estamos plenamente de acuerdo con el otro pero no del todo, en fin, estamos ahí y resurgimos en cada fisura de asfalto.

Será porque mantenemos una relación inconfesable, o tal vez porque nos hemos atrevido, porque somos audaces, aunque creo que también puede ser porque en el fondo debemos ser "oro molido".

Pues con todo esto quedáis formalmente invitados al V Congreso Nacional de Homeopatía que tendrá lugar en Oviedo, los días 11, 12 y 13 de octubre de 2012.

Toda la información sobre el congreso la encontraréis oportunamente en la página web de la Academia: www.academiahomeopatiaasturias.org y www.academiahomeopatiaasturias.es

Sed bienvenidos.

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