El día 26 del pasado mes de septiembre, falleció en su casa de Sevilla el Profesor D. Juan Ramón Zaragoza Rubira, uno de los nuestros, pues a pesar de no haber ejercido la homeopatía siempre estuvo a nuestro lado prestándonos cuanta colabo ración se le pidió.
Yo tuve la suerte de tenerlo como profesor en la carrera y después colaboré con él durante casi 20 años. Don Juan era catedrático de Medicina Física y Radiología, eso oficialmente, después era un erudito en muchísimas materias, no había tema en el que se le pudiera coger fuera de juego. Su gran curiosidad por temas terapéuticos y no terapéuticos hacían de él una persona con una dimensión cultural enorme. Escribió varios libros que tuvieron una gran aceptación, con uno de ellos, Concerto Grosso, consiguió el premio Nadal y en el momento de su fallecimiento era miembro de la Real Academia de Medicina y de las Buenas Letras.
El profesor Zaragoza entró en contacto con la homeopatía hace más de 25 años. Al principio, siempre que venían a Sevilla los Doctores Proceso Sánchez Ortega, Criollo, Baur, Masi Elizalde, y quizás algún otro que no recuerdo, nos conseguía un aula para realizar los seminarios. Si se le pedía dar la bienvenida a estos ilustres profesores, siempre nos amenizaba con sus espléndidas charlas. Posteriormente, cuando se le propuso la posibilidad de conseguir un máster de homeopatía en la Facultad de Medicina de Sevilla, consiguió, con su prestigio y capacidad para convencer, que el consejo de Facultad por unanimidad lo aprobara.
En el máster, él mismo impartía una serie de clases, pues había que cumplir con el requisito de que un tercio de las horas lectivas tenían que ser a cargo de profesores de la Universidad de Sevilla. Supongo que algunos recordaréis como con su gran calidad de comunicador hacía tan amenos temas de deontología medica, bioética, meditación, hidrología, ionoterapia, etc. Los 12 años que duraron las ediciones del máster no estuvieron exentos de problemas, sobre todo en el tercer ciclo (Centro de estudios de postgrado de la Universidad de Sevilla) que se retrasaba mucho en los pagos a los profesores. En más de una ocasión me acompañó D. Juan a hacer gestiones y también en varias ocasiones fuimos objeto de alguna que otra desconsideración, que él con su exquisita educación siempre le restaba importancia. Finalmente, en la última edición, la Universidad de Sevilla anuló nuestro curso, lo que ya había intentado con anterioridad varias veces. Don Juan decidió retirarse, por estar muy próxima su jubilación, pero me ofreció la posibilidad de ponerme en contacto con otro catedrático por si queríamos intentarlo otro año. Finalmente, yo también decidí dejarlo para siempre.
Recuerdo que en la última o penúltima edición me manifestó su deseo de inscribirse como alumno, porque estaba muy interesado en la homeopatía, después de haberse leído todos los libros que publicaron tanto la FEMH como la AMHA y que oportunamente se le regalaba un ejemplar.
D. Juan era un lector contumaz, leía de todo, libros científicos, novela de todo tipo, historia (su gran pasión), libros de medicinas alternativas, no debemos olvidar que él fue el gran impulsor de la acupuntura en la Facultad de Medicina de Sevilla. Tenía cierta predilección por leer folletos divulgativos sobre temas diversos.
Hace 3 años empezó su enfermedad y él mismo le comentó a los alumnos que tenía un cáncer intestinal y que debido al tratamiento iba a estar ausente algún tiempo, nadie se esperaba este final. En el mes de mayo o junio del presente año y siguiendo iniciativa del Dr. Francisco Moya, decidimos hacerle un homenaje en el Colegio de Médicos, nombrándole Homeópata Honorífico, también se le obsequió con algunos libros (lo que mas le gustaba). No pudo acudir y quiso que yo fuera el que le representara en el acto, insistiendo que le transmitiera a los presentes su "enorme agradecimiento y que estaba luchando con éxito contra un cáncer intestinal". Fueron muchísimas las personas que tuvieron para él merecidas palabras de elogio, entre ellas el anterior y actual presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, el Dr. Moya y yo en nombre del AMHA.
A partir de ahí un gran silencio que nunca pensé que terminaría con su fallecimiento. Algunas veces me dejaba un mensaje optimista en el contestador de la consulta y me hablaba de una buena evolución clínica. Su dimensión era tal que en los últimos meses de su enfermedad escribió el libro Tabaco. El Virus de California, que presentó 2 meses antes de fallecer.
Todos los homeópatas hemos perdido a un buen amigo, un gran científico y una mejor persona. Como era un buen cristiano, seguro que ya está dirigiendo una cátedra en el cielo. Que descanse en paz.
Valentín Romero
Como presidenta de la FEMH me uno a las palabras del Dr. Valentín Romero, quien conoció al Dr. Zaragoza de forma mucho más cercana. Tan sólo señalar que su apoyo fue muy importante para la homeopatía en España, ya que facilitó la puesta en marcha del primer máster de esta terapéutica en la universidad española. Es justo reconocer que algunos objetivos en la vida los alcanzamos cuando encontramos en el camino a las personas apropiadas que nos dan su apoyo para lograrlos.
Como organizadores del V Congreso Nacional de Homeopatía habíamos decidido que el Profesor Zaragoza formara parte del Comité de Honor. Lamentamos que no pueda estar presente entre nosotros. Lo estará en nuestro recuerdo y en nuestra consideración como médico, humanista y erudito que nos transmitió que el saber unido a la palabra correcta y cordial es el arma de combate de los sabios.
Inmaculada González-Carbajal García
Presidenta de la Federación Española de Médicos Homeópatas