Durante los días 11 al 13 de octubre de este año tuvo lugar, como bien sabéis, el V Congreso Nacional de Homeopatía en la ciudad de Oviedo.
Esta breve reseña pretende, en primer lugar, agradecer vuestra asistencia. Tras muchos años de encuentros, una vez más, ahí estáis. Y es curioso y gratificante observar cómo trabajamos cada uno de nosotros. Los profesores invitados, los ponentes y los organizadores, habéis dado lo mejor de vosotros mismos, como gotas de la más pura esencia del trabajo cotidiano, continuo, forjado de esa constancia que nos caracteriza como trabajadores de la homeopatía.
Me gustaría recalcar la importancia, el nivel y la calidad de los trabajos presentados. Todos ellos traducen años de experiencia y esto es lo mejor que nos dan nuestros encuentros, que cada vez aportamos más la sabiduría de los años. Esto no quiere decir que no tenga en cuenta a compañeros que están empezando, más bien sería la invitación formal a sentirse incluidos en esta gran familia homeopática que se reúne de vez en cuando para contarse cómo van las cosas.
Además sabemos convivir, somos capaces de estar en el mismo lugar con modos diferentes de entender y hacer las cosas; y esto es parte de reflexiones obtenidas de la encuesta final del congreso, que ha sido muy clarificadora y demuestra el grado de implicación que habéis tenido en él. Gracias.
En segundo lugar diré que no todo son flores, porque también ha habido fallos, que nos hubiera gustado que no se produjeran pero ahí estuvieron, para enfrentarnos una vez más a lo que ya sabemos: que no somos perfectos y que los que nos siguen los lograrán subsanar.
¿Qué más sucedió? Faltó tiempo para el debate, para la puesta en común. Aunque a la vez hubo espacios de encuentro fuera del recinto del congreso donde pudimos relajarnos y conocernos en otro ambiente. Todo esto que digo son obviedades, los que fuisteis ya lo sabéis y los que no fuisteis os lo podéis imaginar.
Y también va dirigida esta "reseña", que se ha convertido en misiva al poco de empezar a escribirla, a los que no habéis podido asistir. Como os podéis imaginar os hemos echado de menos, ya que también sois de la familia. Y a los que fueron para nosotros maestros y compañeros y han desaparecido: gracias de corazón por haber vivido entre nosotros.
Y para finalizar, una reflexión y una invitación: cada poco tiempo, nos vemos sorprendidos en los medios de comunicación por noticias como que en España somos los primeros en algo (bien mundiales o bien de Europa); esto no se le escapa a nadie, eso de ser los primeros nos pone a cien. Pero suele ser en cosas como en consumo de cocaína, en rupturas familiares, en abortos, en abandono escolar, en prostitución, en número de políticos en Europa, en adicción al tabaco, en ciclistas fallecidos, en número de jóvenes con teléfono móvil, en que somos los que más usamos smartphone de Europa, en receptores en inversión china, en desigualdad entre ricos y pobres —aunque también en trasplantes, en desarrollo de energía solar y termoeléctrica, en donación de órganos y tejidos, en temas medioambientales y en sellos de excelencia...— en fin, es nuestro afán ser los primeros en algo: en lo que sea.
Además vivimos en un mundo dominado por la fiebre de las estadísticas, en un afán de explicar la realidad a través de los tantos por ciento. Pero la realidad se escapa a todo ese afán de buscar certezas que nos den seguridad, la realidad es mucho más compleja e inabarcable. Por eso nosotros no vamos a ser noticia en los periódicos por ser los primeros en algo, no lo necesitamos, porque —como tantas personas en su quehacer cotidiano, en su lucha por vivir— somos supervivientes.
Pongamos en valor nuestro trabajo, pongamos en valor nuestro modo de evolucionar como personas junto a otros que sienten y forman colectivos como nosotros. Así pues, creo que no hay quien nos detenga, ya que —entre muchas otras cosas— nos asiste la evidencia, la profesionalidad, la investigación y el apoyo de nuestros pacientes; y el próximo congreso, organizado por los compañeros de la Sociedad Española de Medicina Homeopática, nos tendrá allí a todos para demostrarlo.
Gracias a todos.
Dra. Eva M. Moratinos Castrillo