En el devenir del tiempo, el hombre dedicado a atender las afecciones oculares ha tenido la inquietud de dejar plasmada su obra en escritos diversos.
Dentro de las publicaciones oftalmológicas que aparecieron a fines del siglo XVIII, destaca una gran diferencia con las que se editaron en el ocaso del siglo XIX, esto debido tanto a que la enseñanza de la oftalmología cobró gran importancia, como por los avances tecnológicos habidos. Aparecieron diversos tipos de oftalmoscopios, de oftalmómetros, nacieron la asepsia y la antisepsia, la microbiología así como la anestesia por medio de la cocaína con Karl Köller y la radiología.
La primera revista oftalmológica en el mundo fue fundada en Braunschweig y Jena en 1801 por Carl Himly y Johann Adam Schmidt, bajo el nombre de Ophthalmologische Bibliothek, publicación cuyo primer ejemplar apareció en 1802 y que dejó de salir a la luz en 1807; en 1816 renació con Himly en Hannover, bajo el título de Bibliothek für Ophthalmologie. Esta revista, como su predecesora, tuvo una corta vida y desapareció en 1819. La siguiente publicación alemana fue creada por C. P. von Graefe y von Walther, llamada Journal der chirurgie und Augenheilkunde en 1820, contenida en 30 volúmenes durante 20 años; expiró en 1840 y tres años más tarde fue resucitada por von Walther y Ammon, y perduró entonces por siete años y estuvo conformada por nueve volúmenes.1
La citada Ophthalmologische Bibliothek tiene en la primera página del primer número, de abril de 1802, la lista de los nombres de los editores, así como sus méritos científicos y honoríficos. El prefacio, escrito por Himly, refleja el propósito, las metas y las intenciones de los editores:
"Nuestra publicación contendrá: 1) muchos artículos originales. Esto no significa que vaya a ser un lugar para empíricos que no prestan atención a las reglas científicas. Los ensayos deberán ser de valor técnico práctico, disponiendo las fundaciones para el establecimiento de las teorías del sonido, suministrando realidades, y al final ofrecer explicaciones. 2) Aunado a las observaciones críticas sobre temas relacionados con la oftalmología, publicados en Alemania y los países adyacentes desde 1801. En otros documentos, de acuerdo con tópicos no relacionados directamente con la oftalmología, aunque con una pequeña inferencia concerniente al ojo serán considerados aceptables. Los artículos que hayan sido presentados previamente en otros periódicos médicos, quirúrgicos o anatómicos serán aceptados solamente en forma de abstracto. Ellos servirán entonces como base para investigaciones adicionales. 3) No serán aceptadas contribuciones anónimas. 4) Noticias breves: bajo este encabezamiento nosotros pondremos a disposición del lector ciertos resultados y observaciones en forma abreviada, las que con ciertas revisiones podrán extenderse en ensayos más amplios. Bajo las presentes circunstancias, como sea, ellos deberán ceñirse dentro de límites razonables".2
En el primer número de Ophthalmologische Bibliothek estuvieron incluidas importantes aportaciones. El artículo principal fue escrito por el coeditor J. A. Schmidt, "Observaciones sobre la nosología y la oftalmiatría en la teoría y en la práctica", en el año 1801. Siguió un reporte del Instituto Nacional de París, concerniente a un manuscrito del francés Rousille Chamseru, con el título "Investigaciones sobre la oftalmía en Egipto" (la oftalmía egipcia es sinónimo de tracoma). Otra aportación del mismo Instituto francés describió un nuevo método para la extracción de la catarata por J. P. Weidmann en un artículo titulado "Concerniente a la operación de la catarata y un método más fácil y mejor para lo mismo", dando a conocer la construcción y el uso de un nuevo cuchillo para operar la catarata.
En un artículo adjunto al de Weidmann aparece una reseña de la monografía de Sir James Earle, "Relato de un nuevo modo de operación para la remoción de la opacidad en el ojo, llamada catarata", publicada en Londres en 1801. Earle construyó una pequeña lanceta que se podía mover hacia adelante y hacia atrás entre las hojas de un fórceps. El instrumento con la lanceta protruyendo era introducido dentro del ojo a través de la esclerótica y la coroides; la lanceta era entonces retirada por medio de un pequeño tirador, las hojas del fórceps eran abiertas, y la catarata asida y removida.
En el número de mayo de 1807, los lectores de Ophthalmologische Bibliothek fueron informados que la publicación iba a ser descontinuada, pero con la disposición de que una parte considerable de la revista sería transferida a Bibliothek für Ophthalmologie, una publicación dedicada al conocimiento y manejo de los sentidos en sus condiciones de salud y enfermedad.2
De 1830 a 1836 apareció el Zeitscrift für Ophthalmologie y de 1836 a 1840 el Monatschrift für Medicin, Augenheilkunde und Chirurgie. En 1854, Albrecht von Graefe, junto con F. von Arlt, F. C. Donders, Th. Leber, E. Fuchs, H. Snellen, H. Sattler y A. Wagenmann empezaron la publicación de Archiv für Ophthalmologie, comúnmente conocido como von Graefe's Archives. En 1862 apareció Klinische Monatsblätter für Augenheilkunde, creado por Zehender; en 1869 el Archiv für Augen und Ohrenheilkunde, de Moos y Knapp, el que diez años más tarde fue dividido en Archiv für Augenheilkunde (editado por Knapp y Julius Hirschberg, de Berlín) y el Archiv für Ohrenheilkunde, editado por Knapp y Moos. Una edición en inglés fue publicada muy al principio de la aparición de estos tres periódicos; aparentemente debido a una discusión habida en la primera reunión efectuada para formar la American Ophthalmological Society, y su publicación considerada como un desiderátum, y al residir Hermann Knapp en Nueva York, él fundó en este país sus Archives en 1869.3
En 1870, en Tübingen, fue fundado Jahresbericht der Ophthalmologie, por Nagel, que pronto fue sustituido como editor por Michel. Ocho años más tarde apareció Centralblatt für Praktische Augenheilkunde, de Julius Hirschberg, en Berlín. Die Ophthalmologische Klinik, establecida por Königshöfer y Zimmermann en 1897, fue una edición alemana de La Clinique Ophtalmologique. De 1880 a 1885 Albrecht Nagel publicó Mittheilungen aus der Ophthalmiatrischen Klinik, en Tübingen. Casi al finalizar el siglo XIX, en 1890, Beiträge zür Augenheilkunde vio la luz en Hamburgo, editado por R. Deutschmann. Otras publicaciones fueron Ungarische Beiträge zür Augenheilkunde (1895), Sammlung Zwangloser Abhandlungen aus dem Gebiete der Augenheilkunde, iniciada por A. Vossius en 1896, Wochenschrift für Therapie und Hygiene des Auges, en 1897 y Zeitchrift für Augenheilkunde, 1899. Mittheilungen aus der Augenklinik des Carolinischen Medico-Chirurgischen Institut apareció ocasionalmente en Jena, y antes de 1898 en Tokio fue publicado Mittheilungen der Inouye'schen Ophthalmologischen Gesellschaft. En 1855, en Holanda, Oogheelkundige Verslagen en Bijbladen apareció. E. Hansen Grut, J. Bjerrum y J. Widmark sacaron a luz el Nordisk Ophthalmologisk Tidsskrift, en Copenhague, de 1888 a 1892.4
En lengua francesa, el periódico oftalmológico que surgió más tempranamente fue fundado por Florent Cunier, personaje reconocido como 'el padre de la oftalmología belga', y M. Schoenfeld, llamado Annales d'Oculistiqueet de Gynécologie, sin duda asociado por el gonococo, al decir de Rochon-Duvigneaud, publicado en Bruselas en 1838, noticiero que solo vivió un año y se transformó en Annales d'Oculistique. De 1853 a 1855 apareció, debido a la guía de Jamain, Archives d'Ophthalmologie, en París.4
Cunier tuvo el feliz talento de asociar a los trabajos de los Annales las principales publicaciones oftalmológicas. En la cubierta del número de enero de 1853, están los nombres de los oculistas de la región, colaboradores de los Annales: V. Ansiaux, Bastings, Binard, Buys, Burgraeve, Décondé, Fallot, Gouzée, Hairion, Henrotay, Jans, Loiseau, Meynne, Smits, Stiévenard.4
Warlomont dirigió solo los Annales de 1853 a 1891. Verdadero escribiente y periodista, sus artículos, en particular sus noticias necrológicas, son abundantes, inéditas, espirituales, un poco irónicas. Gran trabajador, tradujo junto con A. Testelin el Traité pratique des maladies de l'oeil, de V. Mackenzie, sobre la cuarta edición inglesa, de 1856.4
En el mismo idioma, también fueron creados Recueil d'Ophtalmologie, de Xavier Galezowski, en 1872, de aparición mensual, siendo continuado en su publicación por su hijo Jean Galezowski hasta 1911, y en 1881, nuevamente Archives d'Ophtalmologie. En 1882 E Meyer, de París y Henri Dor, de Lyon, fundaron en París, Revue Générale d'Ophtalmologie, que apareció cada mes. En 1895 R. Jocqs y A. Darier fundaron La Clinique Ophtalmologique, que apareció cada dos semanas, y después mensualmente. En 1880 Archives d'Ophtalmologie fue publicado por P. Panas, F. Landolt y F. Poncet, mensualmente. En Burdeos H. Armaignac publicó alrededor de 1879 la Révue Clinique d'Oculistique du Sud-Ouest, y en torno a 1877 Badal publicó en París el Bulletin Mensuel de la Clinique.4
Mientras, en Inglaterra empezó a editarse The Royal London Ophthalmic Hospital Reports y Journal of the Royal London Ophthalmic Hospital, que después formó The British Journal of Ophthalmology. En 1865 se fundó The Ophthalmic Review, en Manchester, por J. Zachariah Lawrence y Thomas Windsor, que apareció cada seis meses, perviviendo durante tres años. Más tarde salió a la luz la segunda Ophthalmic Review, publicada en Londres en 1882, fundada por Karl Grossmann, de Liverpool, y Priestley Smith, de Birmingham.4
En Italia, el periodismo en oftalmología inició con la fundación, por Borelli, en 1858, del Giornale d'Oftalmologia Italiano; más tarde fue publicado el Bolettino d'Oculistica por Andrea Simi en 1878, y
en 1904 volvió a editarse; años después, en 1891, Annali di OttalmologiaItaliano salió al público, publicado por A. Quaglino. En 1878, en Nápoles, F. Morano expuso el Giornale delle Malattie degli Occhi. En 1893 Arnaldo Angelucci, en Nápoles, editó Archivio di Ottalmologia, y en 1900 S. Cirincione estableció la revista Clinica Oculistica. En Rusia, en la ciudad de Kiev, V. Khodin y A. Kryukoff fundaron en 1884 o 1897 Vestnik Oftalmologii. En 1899, en Cracovia, se dio a conocer Postep Okulisyczny.5
En Japón, en 1897 se conoció Nippon Gankwa Gakuwai Zasshi, Journal of the Japanese Society of Ophthalmologists.5
En los Estados Unidos, muy al principio del siglo XIX, el Medical Recorder, el Journal of the Medical and Physical Sciences y el sucesor de ambos, The American Journal of the Medical Sciences de Filadelfia y su contemporáneo New England Journal of Medicine and Surgery, de Boston, además de algunas otras publicaciones médicas que salieron a la luz en Nueva York y en el Oeste, contenían artículos de oftalmología de interés variable. Frick, de Baltimore, en 1821, 1822 y 1823 contribuyó, cada año en el American Medical Recorder, de Filadelfia. Sus artículos versaron acerca de aspectos como conjuntivitis, cataratas y los modos de operarlas, y las formas de realizar la pupila artificial. Otros médicos que escribieron sobre oftalmología en aquellos años fueron Isaac Hays, Littell, John H. Dix, John Jeffries y George A. Bethune.3
Journal of the Eye, Ear, Nose and Throat fue editado por F. M. Chisolm y J. Winslow, publicado en Baltimore de 1896 a 1900. La prestigiada revista American Journal of Ophthalmology surgió por vez primera en Saint Louis.6
En 1862 Julius Homberger, que había sido alumno de von Graefe y de Sichel, y habiéndose establecido en Nueva York para practicar la oftalmología, llevó a cabo una de sus ideas, fundando The American Journal of Ophthalmology. El primer prospecto anunciaba que sería una publicación cuatrimestral, con 48 páginas en cada número. El primer ejemplar fue publicado en julio de 1862. Seis números fueron publicados entre esa fecha y mayo de 1863, constituyendo el primer volumen. Los primeros números contuvieron pocos artículos originales, y la mayor parte del contenido eran traducciones de artículos de von Graefe y otros escritores alemanes, siendo representado en sus páginas lo mejor del pensamiento germano.6
En 1869 The Archives of Ophthalmology fueron iniciados como Archives of Ophthalmology and Otology por Herman Knapp, de Nueva York, y S. Moos, de Heidelberg, siendo publicados simultáneamente en alemán. Después del volumen 7 fue dividida esta revista en Archives of Ophthalmology y Archives of Otology. Al principio fue publicada dos veces al año, después cuatro, y a partir de 1898, cada mes. En 1889 The Journal of Ophthalmology, Otology and Laryngology fue establecido en Nueva York por Charles H. Norton y Charles Deady, apareciendo cuatrimestralmente. Para el año 1891 fueron establecidos Annals of Ophthalmology como Annals of Ophthalmology and Otology, por James Pleasant Parker, de San Luis. En 1897, el volumen 6 apareció como Annals of Ophthalmology. En 1891 Giles G. Savage estableció en Nashville, Tenn., The Ophthalmic Record, que en 1897 fue cambiada a Chicago, y Casey A. Wood fue el editor, publicándose mensualmente. Aunque fundada ya en el siglo XX, en 1904, por su importancia se menciona a Ophthalmology, establecida por H. V. Würdemann, de Milwaukee. En 1880 John S. Billings, a cargo de la Biblioteca del Cirujano General en Washington, comenzó a facilitar un índice de la literatura médica mundial, el Index Medicus, que siempre ha tenido una parte dedicada a la oftalmología.7
En España, la primera publicación periódica de la especialidad fue la titulada Crónica Oftalmológica, que fundara en Cádiz Cayetano del Toro, publicándose su primer número el 12 de abril de 1871; su edición se mantuvo hasta 1882. Por la misma época A. de la Penna publicó La Oftalmología Práctica. En Barcelona José Antonio Barraquer fundó, en 1886, la Revista Oftalmológica cuya aparición se prolongó durante dos o tres años; Barraquer fue asimismo el creador del Boletín de la Clínica Oftalmológica del Hospital de la Santa Cruz, que empezó a editarse al parecer en 1892 y tuvo, como la Revista Oftalmológica, una vida efímera. Rodolfo del Castillo, desde 1894 hasta 1896 publicó los Anales de Oftalmología. Gran importancia en el desarrollo de la oftalmología hispana y latinoamericana tuvo la fundación, en 1901, de los Archivos de Oftalmología Hispano-Americanos, por Manuel Menacho y el cubano Juan Santos Fernández y Hernández, cuyo primer número apareció en Madrid en 1901.8,9
Algunos artículos de temas oftalmológicos habían aparecido ya en España en el Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia y la Revista Médica de Cádiz, entre otros.8
En Portugal, F. L. de Fonseca y van der Laan dieron a la población oftalmológica, de 1878 a 1880, juntos, el Periodico de Ophthalmologia Practica, y separadamente, el Periodico de Ophthalmo. ed. Pelo y el Archivo Ophthalmotherapico, todos en Lisboa.8
Nuestro país no se quedó a la zaga en el campo oftalmológico y diversas publicaciones dieron a conocer los adelantos en el área.
Desde el siglo XVIII aparecieron datos interesantes acerca de las enfermedades de los ojos. El médico José Ignacio Bartolache publicó Mercurio Volante con noticias importantes y curiosas sobre varios asuntos de física y medicina, en 1772 y 1773, siendo éste el primer periódico científico de América.
En el Mercurio Volante podemos leer notas acerca de lo que pasaba no sólo en la Nueva España, sino en otras partes del planeta. Así, nos informa en el número 16, del miércoles 10 de febrero de 1773 sobre las investigaciones de Van Swieten, al hablar de la necesidad de conocer la anatomía, pues este científico europeo informaba de la estructura de un ojo de buey y de la estructura vasculosa de la lente cristalina, y del mecanismo de la formación de las cataratas.10
El licenciado José Morales y Quiñones, cirujano de la Real Armada y del Colegio de San Fernando de Cádiz, en 1803 anunciaba en la Gaceta de México el haber descubierto unos polvos oftálmicos que se aplicaban para toda enfermedad de los ojos, y también ofrecía un antídoto contra el vicio venéreo. Asimismo decía que había inventado un instrumento para desvanecer la diplopía y que operaba las cataratas con un aditamento perfeccionado.11
En el largo transcurso del siglo XIX la ciencia médica, primero en la Nueva España y después en la República Mexicana, se fue transformando. Si bien en el siglo XVIII la Facultad de Medicina de la Real y Pontificia Universidad de México se había estancado en sus planes de estudio, la Real Escuela de Cirugía, abierta en 1770, a imitación de las Escuelas de Cádiz y de Barcelona, en la metrópoli adoptó mejoras sustanciales en la educación de los alumnos.
Al adquirir la Nueva España su independencia, se clausuró la Universidad y con ello su Facultad de Medicina, pero el 23 de octubre de 1833 el médico Valentín Gómez Farías ejecutó la apertura del Establecimiento de Ciencias Médicas y en sus planes de estudio, la medicina francesa cobró una gran preponderancia.
Al no existir una revista oftalmológica mexicana, las novedades en la materia se dieron a conocer en diferentes publicaciones, como el periódico La Sociedad Filoiátrica de México, el Periódico de la Academia de Medicina de Mégico, el Periódico de la Academia de Medicina de México, La Unión Médica de México, Gaceta Médica de México, Anales de la Asociación Larrey, La Escuela de Medicina, La Independencia Médica, Anales del Instituto Médico Nacional.
En el Periódico de la Academia de Medicina de Mégico aparecieron contribuciones como "Cauterización de la córnea en la curación de la amaurosis y mydriasis (sic)", de Serre; "Amaurosis a consecuencia de contusión frontal", de Villete; "Blepharoplastía (sic)", de Jobert; "Observación de un estrabismo"; "Medio para diagnosticar la catarata", por L. P.; "Tratamiento del estrabismo"; "Estafiloma opaco de la córnea", por Agustín Andrade; "Operación del estrabismo en México", por Luis Muñoz; "Cataratas traumáticas", por Romero; "Invención de la estrabotomía en el siglo XVIII"; "Método curativo de la miopía", de Turnbull.12
En La Unión Médica de México se publicaron "El oftalmoscopio", de Ángel Iglesias; "La operación de la catarata", de Francisco Gargollo; "Osificación de una cicatriz de la córnea producida por una herida contusa", de José Barragán; "Método para la curación de las úlceras de la córnea", por Luis Hidalgo y Carpio; "Nueva Causa de ambliopía o sea la catarata diáfana", de Manuel M. Carmona; "Examen del ojo por el oftalmoscopio", por Folin, en traducción de Ángel Iglesias; "La importancia del oftalmoscopio en los exámenes del interior del ojo", de Manuel M. Carmona; "Desorganización del cristalino"; "Influencia de la viruela sobre la ceguera".13
En Gaceta Médica de México aparecieron, entre otros informes más, trabajos como "Ambliopía sintomática", por Fernando Leguía;14 "Fenómenos físicos de la fisiología y patología del ojo" e "Historia de dos operaciones de cataratas" de Ángel Iglesias;15,16 "Auto-ophthalmoscopia"17 y "Miopía y presbicia. Graduación de sus vidrios",18 por Manuel Carmona y Valle, y muchas comunicaciones más.
Al fundarse la Sociedad Oftalmológica Mexicana en 1893, sus miembros tuvieron la inquietud de tener, como en otros países, un órgano informativo que diera a conocer lo que en México se hacía en el campo de la oftalmología y al mismo tiempo difundir los adelantos del área en otras naciones.
Con fecha de julio de 1898, apareció el primer número de Anales de Oftalmología, Periódico mensual de Clínica y Terapéutica ocular, publicado por los médicos Manuel Uribe Troncoso y Daniel M. Vélez.
En este primer ejemplar se lee el programa de la redacción:
"No existe, que sepamos, en toda la América latina, ninguna publicación periódica en lengua española, exclusivamente dedicada a la oftalmología. Los trabajos sobre este ramo importantísimo de las ciencias médicas se encuentran diseminados en publicaciones no especialistas, lo que hace muy difícil su consulta, y casi imposible estar al corriente de todo lo que acerca de oftalmología aparece en dichos países. Muchas memorias importantes pasan por completo inapercibidas.
Los "Anales de Oftalmología" pretenden llenar este vacío y hacerse útiles a los oculistas de la América latina, creando y estrechando relaciones científicas que procuren un cambio de ideas más perfecto y más fructuoso para el avance de la ciencia.
La labor científica de los países americanos, muy imperfectamente conocida en ellos, por falta de un órgano especial, es casi desconocida en Europa a pesar de que contamos con hombres de gran valer cuyos trabajos han antecedido a los de ultramar o los han completado. Estando en relación con periódicos especialistas franceses y americanos, podemos ofrecer a nuestros lectores que los trabajos originales que nos remitan serán publicados a analizados en dichos periódicos y tendrán, por tanto, el mayor grado posible de difusión.
Para llenar por completo nuestra misión, daremos a conocer de manera rápida y oportuna las novedades oftalmológicas europeas y norte-americanas, y haremos las reseñas de las sociedades de oftalmología, de los congresos, etc.
Dados los avances incesantes de la Medicina general, y las estrechas relaciones que sus congresos tienen con los de la Oftalmología, hemos creído conveniente asociar a nuestros trabajos a cierto número de especialistas que, cada uno en su ramo, harán de los Anales un periódico necesario no sólo a los oculistas sino a todos los médicos que deseen estar al corriente de lo que de nuevo se haga en terapéutica ocular".17
Dentro del equipo de colaboradores de Anales de Oftalmología se encontraban, de la ciudad de México, Federico Ábrego, Manuel Carmona y Valle, Agustín Chacón, Fernando López, Emilio F. Montaño, J. Peón Contreras, José Ramos, José María Bandera y Eduardo Liceaga; de León, Guanajuato, estaba José de Jesús González y de San Luis Potosí Antonio F. Alonso; A. Ayala Ríos, de Guadalajara, R. Sauri, de Mérida y A. Vilchis Barbabosa, de Toluca; de Monterrey, A. F. Leal. Entre los extranjeros encontramos a A. Angelucci y V. Signorino, de Palermo, Italia, M. Cienfuegos, de Santiago, Chile, L. Debayle, de León, Nicaragua, Flores, de Lima, Perú, E. Landolt y A. Darier, de París, Cassey A. Wood , de Chicago, D. J. Guzmán, de Managua, Nicaragua, A. B. Hale, de Chicago, R. Jocqs y A. Antonelli, de París, P. Lagleyse y O. Wernicke, de Buenos Aires, R. Sattler, de Cincinnati, G. E. Schweinitz, de Filadelfia, L. Demicheri, de Montevideo y P. Gómez, de Bogotá.18,19
En el número cinco, de noviembre de 1908, se inserta un artículo de Manuel Uribe Troncoso, "Tratamiento operatorio de la miopía elevada". En su trabajo Uribe nos informa que la cirugía por medio de la extracción del cristalino transparente para disminuir la refracción de los ojos fuertemente miopes no era en ese entonces una operación nueva, sino que desde el siglo XVIII el abate Desmonceaux mencionaba en su tratado la utilidad de esta intervención, y que Beer, en 1817, Weber, en el Congreso de Heidelberg en 1858 y después Mooren, habían hecho mención de este método terapéutico, pero que fue hasta 1889 que Fukala había hecho entrar este tipo de cirugía en el dominio verdaderamente práctico, presentando a la Sociedad Médica de Viena dos enfermos jóvenes, operados por decisión con éxito, y publicando en seguida, en 1890, 19 casos más en personas afectadas de una miopía superior a 18 dioptrías.
En el Congreso Internacional de Moscú, Fukala se refirió a dos mil intervenciones quirúrgicas, para sentar las bases de una estadística que no podría completarse con resultados seguros, sino hasta que el tiempo transcurrido fuera suficiente para juzgar del éxito tardío y del papel profiláctico que algunos autores habían querido concederle acerca de las complicaciones de la miopía elevada.
En un estudio hecho por Sattler, agregaba Uribe Troncoso, el aumento de la agudeza visual se observó en el mayor número de casos, justificando plenamente la operación.
Para terminar su artículo, Uribe incluyó el caso de una joven con miopía alta en que había obtenido buenos resultados después de haberla tratado quirúrgicamente.20
Los redactores de "Anales de Oftalmología", en un editorial de enero de 1899 agradecieron que en algunas revistas extranjeras se hiciera el anuncio de la publicación mexicana, entre ellas a la Clinique Ophtalmologique de París, a los Annals of Ophthalmology, de Estados Unidos así como a la Crónica Médica Mexicana. El Recueil d'Ophtalmologie, los Archivio di Ottalmologia y el Bolettino d'Oculistica hicieron el análisis de los trabajos originales que aparecieron en la publicación mexicana.21
Estos fueron los orígenes de las publicaciones oftalmológicas y de nuestra actual "Revista Mexicana de Oftalmología", que ha sabido recoger las experiencias que ya habían experimentado las otras publicaciones alrededor del mundo, y que ha sabido reunir, al través de sus 113 años de vida, todo lo mejor que ha dado la oftalmología mexicana, para engrandecer la oftalmología mundial, y llevar la salud visual a toda la población.
Referencias
Correspondencia: Dr. Rolando Neri-Vela.
Brasil 33, Centro histórico. México, D.F. C.P. 06020.
Teléfono: 5526 2297, fax 5526 3853.
Correo electrónico: drnerivela@hotmail.com.