In recent years, numerous studies have suggested the importance of the alteration of the perception of body image as an early symptom for the detection of eating disorders. Therefore, the objective of this paper was to do a review and analysis of the literature of those articles in which we may analyze the influence of friends, media and family about the body perception in children 8 to 13 years. For this was done a search for articles in the databases of MEDLINE, PsycINFO, Science Direct, which relate sociocultural influences with the TCA and the body perception, for more than a decade. The female population and in developed countries were the main focus of attention in the research, the majority were of transverse type. In addition this hotfix allows you to observe that in spite of the fact that has been studied the socio-cultural influence that perception exists in the body there are still inconsistencies or lack of update on the investigations, which can be viewed in the instruments used and the design of the study. A limitation of this study was not encompass more years and find other reviews on the subject, that is why it is recommended to continue to extend the studies related to this theme not only with female shows, or in developed countries but also in those samples less studied.
En los últimos años, numerosos estudios han sugerido la importancia de la alteración de la percepción de la imagen corporal como un síntoma precoz para la detección de los TCA. Por lo cual, el objetivo de este escrito fue hacer una revisión y análisis de la literatura de aquellos artículos en los cuales se podrá analizar la influencia que tienen los amigos, medios de comunicación y familiares sobre la percepción corporal en niños de 8 a 13 años. Para esto se realizó una búsqueda de artículos en las bases de datos de MEDLINE, PsycINFO y Science Direct, que relacionaran influencias socioculturales con los TCA y la percepción corporal, desde hace más de una década. La población femenina y en países desarrollados fueron los principales focos de atención en las investigaciones, la mayoría eran de tipo transversal. Además esta revisión permite observar que a pesar de que se ha estudiado la influencia sociocultural que existe en la percepción corporal aún hay inconsistencias o falta de actualización en las investigaciones, las cuales pueden ser vistas en los instrumentos empleados y el diseño del estudio. Una limitante de este estudio fue no abarcar más años y buscar otras revisiones sobre el tema, es por ello que se recomienda seguir extendiendo los estudios relacionados a esta temática no sólo con muestra femenil, o en países desarrollados sino también en aquellas muestras menos estudiadas.
En los últimos años los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), como son la Anorexia Nerviosa (AN), la Bulimia Nerviosa (BN) y los Trastornos del comportamiento alimentario no específicos (TCANE) han generado una importante atención social y gran número de investigaciones por la preocupación que existe en la sociedad actual.
En el año 2000, a nivel mundial, la tasa de incidencia de AN en la población de entre 10 y 30 años de edad fue de 17 y 19 casos entre 100,000 habitantes y en el caso de BN fue de 50 por cada 100,000 habitantes, (Pratt & Woolfenden, 2002).
En México hay pocos datos sobre la incidencia y prevalencia de los TCA en pre-adolescentes, pero se ha detectado que 0.9% de los hombres y 2.8% de las mujeres en edad de 12 a 19 años, presentan alto riesgo de padecer un TCA (Rivera, Parra & Barriguete, 2005).
En un estudio realizado por Vázquez, et. al, (2005), en jóvenes mexicanos encontraron que el 1.33% de la muestra total presentaron TCA, mientras que el 4.19% presentaron TCANE.
Mancilla, Franco, Vázquez, López, Álvarez y Téllez, (2007) realizaron un estudio longitudinal con estudiantes universitarias mexicanas en el cuál en 1994 encontraron que la tasa de prevalencia de los TCA fue de 0.49%, el de BN 0.14% y el de TCANE de 0.35%, mientras que en el 2002 fue de 1.1%, el de BN de 0.24% y el de TCANE de 0.91%, demostrando que estos datos fueron en aumento con el paso de los años.
Existen varios factores de riesgo para padecer TCA siendo los problemas asociados con la imagen corporal considerados elementos clave.
La imagen corporal, es un constructo multidimensional, de acuerdo con Thompson, (1990), este se compone de tres elementos, a) Perceptual, es la precisión con la que se percibe el tamaño corporal tanto en sus diferentes partes como en su totalidad. b) Cognitivo-afectivo, está relacionado con sentimientos, actitudes, cogniciones y valoraciones que despierta el cuerpo como objeto de percepción y c) Conductual, son aquellas conductas que la percepción del cuerpo y los sentimientos asociados a él, evocan. Desde luego, la imagen corporal no es estática, sino que cambia constantemente dependiendo la circunstancia de la vida en las que se encuentra, hay en la imagen corporal un proceso de identificación construcción y reconstrucción (Quiñónez & Méndez, 2006).
Para Álvarez, Nieto, Mancilla, Vázquez y Ocampo, (2007) en la actualidad “la delgadez se ha establecido como un valor altamente positivo, una meta a alcanzar, un modelo corporal a imitar y un criterio central de la evaluación estética del propio cuerpo” (p.p. 252).
Para Villagrán, Ruiz y Rodríguez, (2007) “… la preocupación corporal ocurre si un individuo internaliza el cuerpo ideal, determinado por la cultura y mediante comparación social concluye que su cuerpo discrepa de ese ideal” (pp.4).
La interiorización del ideal delgado representa el primer momento en el cual un individuo adopta cognitivamente los ideales de belleza definidos socialmente y puede realizar comportamientos dirigidos a alcanzar estos ideales, aunque estos dañen gravemente su salud; está internalización juega un papel causal en la insatisfacción corporal y en la alimentación patológica de las adolescentes (Austin & Smith, 2008).
Se ha reportado que la interiorización del modelo de imagen corporal dominante de delgadez, comienza en la pre adolescencia (7-13 años) y se manifiesta con mayor fuerza durante la adolescencia (14-19 años), debido a los cambios psicológicos y fisiológicos que se dan en esta etapa, específicamente el aumento de tejido adiposo y un correspondiente aumento en la insatisfacción corporal y es una variable predictiva, reguladora y mantenedora en los TCA. (Austin & Smith, 2008, Bermúdez, et al., 2009; Gracia, Marcó y Trujano, 2007; Guirado & Ballester, 2004; Sands & Wardle, 2003; Tremblay & Limbos, 2009; Thompson & Stice, 2001, Feldman, Feldman & Goodman, 1988).
Rivarola y Penna (2006) afirman que los indicadores psicológicos de los TCA observados en los adolescentes mayores están relacionados con la influencia de los compañeros, ya que juegan una parte integral en la formación de las creencias, actitudes y expectativas del peso y la apariencia física, así como los padres, porque son importantes agentes de la socialización, influyen en la elección del ideal corporal, ya sea por moldeamiento, retroalimentación o instrucción, (Rodríguez, 2009); y los medios de comunicación ya que existe una correlación entre este y los altos niveles de insatisfacción con la imagen corporal, (Guerrero & Hernández, 2006).
Si bien, se ha afirmado que la distorsión de la imagen corporal y la insatisfacción de la imagen corporal son factores de riesgo para el desarrollo de TCA en los adolescentes y estas son el resultado de la interacción de: a) Las condiciones sociales externas como los medios de comunicación, b) las variables individuales -peso o tamaño y forma real-; y c) las variables psicosociales subjetivas como lo son la auto percepción y la figura ideal (Gómez, 1997).
Sería importante investigar si las interacciones antes señaladas se manejan igual en los niños ya sea apoyando o desechando la teoría de Gómez, (1997) donde afirma que los niños tienen tendencias de riesgo “similares” a los adolescentes, como insatisfacción con la imagen corporal, y sobreestimación de la misma, preocupación por el peso y una actitud favorable hacia la delgadez; por tal motivo, e el objetivo de este escrito es hacer una revisión y análisis de la literatura de aquellos artículos que evalúen la influencia que tienen los amigos, los medios de comunicación y familiares sobre la percepción corporal en niños de 8 a 13, ya que se considera que en esta edad es donde se establece el modelo de delgadez y este es un factor sustentador de los TCA y podría ser un punto clave para la prevención.
MétodoSe realizó una búsqueda de artículos en las bases de datos de MEDLINE, PsycINFO y SCIENCE DIRECT, que relacionaran influencias socioculturales con los TCA y la percepción corporal; que estuvieran en español e inglés y que fueran de revistas científicas y publicadas en la última década. La búsqueda realizada mostró un total de 320 abstracts, de los cuales sólo 70 estaban relacionados con el tema y de éstos 30 cumplieron con los criterios de selección para el análisis
ResultadosSe encontraron 30 artículos que cumplieron con las características señaladas para su análisis.
En la tabla 1 se presenta que los artículos analizados fueron estudios de tipo transversal, con muestra femenina o mixta, su estudio fue constante, ya que va de 1996 al 2010, es mayor el número de estudios realizados en E.U.A, seguido de Australia y el rango es considerable en el número de la muestra ya que va desde 54 participantes hasta los 4657.
Estudios utilizados en la revisión
Tipo de Estudio | Genero | ||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Autor | Año | T. | L. | Muestra | H | Mix. | M | Rango de edad | Escenario |
Oliver & Thelen | 1996 | * | 340 | * | 9 y 11 años | E.U.A. | |||
Sands, Tricker, Sherman, Armatas & Maschette | 1996 | * | 61 | * | 10-12 años | Australia | |||
Gomez | 1997 | * | 200 | * | 10-11 años | México | |||
Tiggemann & Wilson-Barrett | 1998 | * | 140 | * | 7-12 años | Australia | |||
Rand & Wright | 2000 | * | 303 | * | 9 años | E.U.A. | |||
Williamson & Delin | 2000 | * | 195 | * | 5-10 años | Australia | |||
Hahn-Smith & Smith | 2001 | * | 410 | * | 8-13 años | E.U.A. | |||
Robinson, Chang, Farish & Killen | 2001 | * | 969 | * | 8 años | E.U.A. | |||
Davison, Markey & Birch | 2002 | * | 182 | * | 5-7 y 9 años | E.U.A. | |||
Poudevigne et al. | 2002 | * | 54 | * | 4-8 años | E.U.A. | |||
Sands & Wardle | 2002 | * | 356 | * | 9-12 años | Inglaterra | |||
McVey, Davis, Tweed, & Shaw | 2003 | * | 256 | * | 11 años | Canadá | |||
Ramos, Pérez & Latorre | 2003 | * | 4657 | * | 12-18 años | España | |||
Steinberg, et al. | 2003 | * | 263 | * | 6-12 años | E.U.A. | |||
Wardle & Watters | 2003 | * | 200 | * | 9 -11 años | Inglaterra | |||
Al-Sendi, Shetty & Musaiger | 2004 | * | 447 | * | 12-17 años | Arabia S. | |||
Gerner & Willson | 2005 | * | 131 | * | 9-10 años | Australia | |||
Sinton & Birch | 2006 | * | 173 | * | 11 años | E.U.A. | |||
Hutchinson & Rapee | 2007 | * | 1094 | * | 10-14 años | Australia | |||
Austin & Smith | 2008 | * | 137 | * | 12-15 años | E.U.A. | |||
Cooley, Toray, Chuan, & Valdez | 2008 | * | 91 | No especifica | E.U.A. | ||||
Haines Neumark-Sztainer, Hannan, MStat & Robinson-O’Brien | 2008 | * | 73 | * | 10 años | E.U.A. | |||
Marrodán, Montero, Mesa, & Pacheco | 2008 | * | 716 | * | 13-18 años | España | |||
Vander Wal, Gibbons & Grazioso | 2008 | * | 347 | * | 9-16 años | E.U.A. | |||
Canals, Sancho, & Arija | 2009 | * | 1336 | * | 9-13 años | España | |||
Chen, McCloskey & Keenan | 2009 | * | 2451 | * | 12 y 14 años | E.U.A. | |||
Hasenboehler, Munsch, Meyer, Kappler & Vögele | 2009 | * | 57 | * | 8-10 años | Inglaterra | |||
Jackson & Chen | 2009 | * | 3084 | * | 12-18 años | Australia | |||
Jensen & Steele | 2009 | * | 376 | * | 10 años | E.U.A. | |||
Moreno & Ortiz | 2009 | * | 298 | * | 13 años | México | |||
Pettogrew, Pescud & Donovan | 2009 | * | 355 | * | No especifica | Australia |
Nota: T= Transversal, L= Longitudinal, H= Hombre, Mix.= Mixto y M= Mujer.
Los objetivos de la mayoría de las investigaciones se pueden agrupar en dos aspectos:
1. Evaluar la relación de factores socioculturales, (edad, IMC, influencia de pares, influencia de medios de comunicación, influencia de familia) con la percepción corporal. (Oliver & Telen, 1996; Sands, Tricker, Sherman, Amatas & Maschette, 1996; McVey, Davis, Tweed, & Shaw, 2003; Steinberg, et al., 2003; Wardle & Watters, 2003; Garner & Willson, 2005; Sinton & Birch, 2006; Haines Neumark-Sztainer, Hannan, MStat & Robinson-O’Brien, 2008; Canals, Sancho & Arija, 2009; Jensen & Steele, 2009; Hasenboehler, Munsch, Meyer, Kappler & Vögele, 2009; George & Franko, 2010; Hernandéz, Álvarez & Mancilla, 2010; Olza, Graell, Villaseñor & Morandé, 2010; Tiggermann & Wilson-Barrett, 1998; Williamson & Delin, 2000, Ramos, Pérez & Latorre, 2003; Al Sendi, Shetty & Musaiger, 2004; Marrodán, Montero, Mesa & Pacheco, 2008; Moreno & Ortiz, 2009; Pettogrew, Pescud & Donovan, 2009)
2. Examinar la internalización del modelo de delgadez (papel de variables socioculturales como posibles mediadoras o moderadoras de dicha internalización). (Rand & Wright, 2000; Hahn-Smith & Smith, 2001; Robinson, Chang, Farish & Killen, 2001; Poudevigne et al. 2002; Sands & Wardle, 2002; Davison, Markey & Birch, 2002; Austin & Smith, 2008; Vander Wal, Gibbons & Grazioso, 2008; Cooley, Toray, Chuan, & Valdez, 2008; Jackson & Chen, 2009).
InstrumentosSe reportaron más de 30 diferentes instrumentos para evaluar la percepción corporal, influencia de pares, medios de comunicación y familia, su mayoría se caracterizan por ser cuestionarios de auto reporte, con escalas tipo likert, el instrumento más utilizado para medir la percepción corporal fue Figure Rating Scale (Collins, 1991) y modificaciones de ella, para la influencia de pares se utilizó con frecuencia el Inventory of Peer Influence on Eating concerns (IPIE-C, Oliver & Thelen, 1996), mientras que para la influencia de medios de comunicación se utilizó el The awareness subscale of the multidimensional media influence scale (MMIS, Cusumano & Thompson, 2001) y para el comportamiento alimentario las más socorridas fueron el Eating Disorder Inventory (EDI, Garner & Olmstead, 1984), Children’s Eating Attitudes Test (ChEAT, Maloney, McGuire, & Daniels, 1988), The Eating Attitudes Test (EAT, Garner & Garfinkel, 1979), es importante señalar que todos los autores utilizaron pruebas hechas para niños o realizaban modificaciones para que los niños pudieran entenderlas (Tabla 2).
Instrumentos de evaluación
VARIABLE | INSTRUMENTOS | AUTOR |
---|---|---|
PERCEPCIÓN CORPORAL | Body Figure Rating Scale (Collins, 1991) | Oliver & Telen, (1996); Gomez (1997); Tiggermann & Wilson-Barrett (1998); Rand & Wright, (2000); Poudevigne et al. (2002); Wardle & Watters, (2003); Al-Sendi, Shetty & Musaiger, (2004); Gener & Willson, (2005); Sinton & Birch, (2006); Austin & Smith, (2008); Cooley, Toray, Chuan & Valdez, (2008); Marrodán, Montero, Mesa & Pacheco, (2008); Jensen & Steele, (2009); Pettogrew, Pescud & Donovan, (2009) |
The Body Image Scale (Fallon & Rozin, 1985) | Sands, Tricker, Sherman, Armatas & Maschette, (1996) | |
The Body Image Perception and Attitude Scale for Children(Dowdney et al., 1995) | Williamson & Delin, (2000) | |
Body Esteem Scale (Mendelson & White, 1982) | Hahn-Smith & Smith, (2001); Sands & Wardle, (2002); Vander Wal, Gibbons & Grazioso, (2008) | |
Child Figure Drawings (Childress, Brewerton, Hodges & Jarell, 1993) | Hahn-Smith & Smith, (2001) | |
The Weight Concerns (Killen, et al., 1994) | Davison, Markey & Birch, (2002) | |
Self-Image Questionnaire for young adolescents was used to assess body image satisfaction (Petersen, Shulenberg, Abramowitz, Offer & Jarcho, 1984) | McVey, Davis, Tweed, & Shaw, (2003) | |
The appearance schemas inventory (Cash & Labarge, 1996) | Sinton & Birch, (2006) | |
INFLUENCIAS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN | Culture Free Self-Esteem Inventory for Children (Battle, 1976) | Tiggermann & Wilson-Barrett (1998) |
The Sociocultural Attitudes Towards Appearance Questionnaire. | Poudevigne et al. (2002); Austin & Smith, (2008); Cooley, Toray, Chuan & Valdez, (2008) | |
The awareness subscale of the multidimensional media influence scale (Cusumano & Thompson, 2001) | Sinton & Birch, (2006) | |
INFLUENCIA DE PARES | Inventory of Peer Influence on Eating concerns (Oliver and Thelen, 1996) | Oliver & Telen, (1996); Sinton & Birch, (2006); Vander Wal, Gibbons & Grazioso, (2008) |
Culture Free Self-Esteem Inventory for Children (Battle, 1976) | Tiggermann & Wilson-Barrett, (1998) | |
Appearance Conversations with Friends (Jones et al. 2004), | Jakson & Chen, (2009) | |
INFLUENCIA FAMILIAR | Maternal and Peer Weight/Eating-Related Concerns and Behavior | Sands & Wardle, (2002) |
The Child Behavior Checklist (Achenbach & Elderbrock, 1991) | Steinberg, et al., (2003) | |
Strengths and DifficultieS, Questionnaire family Structure | Hasenboehler, Munsch, Meyer, Kappler & Vögele, (2009) | |
OTRAS VARIABLES | Body Shape Questionnaire,(Cooper, Taylor, Cooper, & Fairburn, 1987) | Hahn-Smith & Smith, (2001); Austin & Smith, (2008) |
Eating Disorder Inventory (Garner & Olmstead, 1984) | Oliver & Thelen, (1996); Tiggemann & Wilson-Barrett, (1998); Cooley, Toray, Chuan, & Valdez, (2008); Marrodán, Montero, Mesa, & Pacheco, (2008) | |
Children’s Eating Attitudes Test (Maloney, McGuire, & Daniels, 1988) | Hahn-Smith & Smith, (2001); Davison, Markey & Birch, (2002); McVey, Davis, Tweed, & Shaw, (2003); Steinberg, et al., (2003); Wardle & Watters, (2003); Vander Wal, Gibbons & Grazioso, (2008) | |
The Self-Esteem Questionnaire (Harter, 1982) | Sands, Tricker, Sherman, Armatas & Maschette, (1996) | |
KEDSKEDS Jarrell &Brewerton1993 The Kids’ Eating Disorder Survey | Robinson, Chang, Farish & Killen, (2001) | |
Child and Adolescent Perfectionism scale (CAPS; Flett et al., 1992) | McVey, Davis, Tweed, & Shaw, (2003) | |
Sympton Checklist-90-R (Derogatis 1994, SCL-90-R) | Hasenboehler, Munsch, Meyer, Kappler & Vögele, (2009) | |
The Children’s Depression Inventory (CDI; Kovacs & Beck, 1977) | Sinton & Birch, (2006); Steinberg, et al., (2003) | |
Body Attitudes Questionnaire (BAQ; Ben-Tovim & Walker, 1991) | Gerner & Willson, (2005) | |
Dutch Eating Behavior Questionnaire (DEBQ-R; Van Strien, Frijters, Bergers, & Defares, 1986) | Gerner & Willson, (2005) | |
Questionnaire of Eating and Weight Patterns QEWP-A (Johnson et al., 1999) | Steinberg, et al., (2003) |
Así como los adolescentes se ven influidos por varios factores socioculturales los niños se encuentra sometidos a los diferentes efectos socializadores de su entorno como lo son (Gómez, 1997):
FamiliaAl parecer los padres pueden transmitir sin reflexionar los modelos corporales prevalecientes en nuestra cultura, (Canals, Sancho & Arija, 2009; Haines, et al, 2008), no obstante, cuando se combina con conflictos familiares, emociones negativas expresadas así como con poco cariño, inestables, disfuncionales por conductas como la pobre comunicación o la falta de cuidad parental o de interacción y la identificación materna por la preocupación excesiva por el peso, la forma corporal y /o la ingesta alimentaria, influye significativamente de forma negativa en la percepción corporal, en la realización de dietas y en el comportamiento alimentario de los niños, los hermanos también juegan un papel importante ya que perpetuán la importancia de las normas de apariencia ideal, si hacen comentarios negativos respecto al peso, (Sinton & Birch, 2006) haciendo mas probable el riesgo de padecer un TCA, (Olza, Graell, Villaseñor & Morandé, 2010; Hasenboehler et al, 2009; Steinberg et al, 2004).
ParesSe puede ver que las niñas que se desarrollan en un entorno con jóvenes mayores que tengan un ideal corporal delgado pueden ser influidas negativamente en su comportamiento alimentario, así como en su percepción corporal, por el deseo de pertenecer a un grupo tienden a la imitación y a la comparación con sus semejantes, también se pudo constatar que estas niñas consideran que estar delgado va aumentar su simpatía con los pares, especialmente con el sexo masculino, (Gerner & Willson, 2005); también se pudo constatar que la influencia de pares difiere entre sexos, es mayor en las mujeres; otra línea de investigación que ha sido recurrente es que las niñas que tienden a ser víctimas de burlas por su alto IMC por parte de los pares presentan más probabilidades de desarrollar insatisfacción corporal, (Jensen & Steele 2009; Wardle & Watters, 2004; Oliver & Thelen 1996); aunque si se da a menor edad esta influencia es más fácil ser modificada, (Sands et al, 1997; McVey, Davis, Tweed & Shaw, 2004).
Medios de comunicaciónSands y Wardle, (2003), afirman que los niños siempre están expuestos a los mensajes de los medios de comunicación (ya sean revistas, televisión, internet, etc.) en donde estos influyen en el modelo ideal de belleza establecido, pero es en la pre adolescencia (12 años), donde esta exposición es mayor, haciendo más factible que quieran tener un cuerpo ideal más delgado del que realmente tienen, es por eso que según las investigaciones, los medios de comunicación son uno de los principales responsables del origen y/o mantenimiento de la insatisfacción con la imagen corporal (Tiggemann & Wilson-Barrett, 1998; Poudevigne et al., 2002; Sinton & Birch, 2006; Austin & Smith, 2008; Cooley, Toray, Chuan, & Valdez, 2008; Vander Wal, Gibbons & Grazioso, 2008).
Existen además otros factores que bien vale la pena mencionar y que Gómez, (1997), considera importantes para el desarrollo de los TCA.
Variables individuales-peso o tamaño y forma realExiste una correlación positiva entre el IMC y la insatisfacción corporal, preocupación por la imagen corporal y conductas alimenticias anómalas (Sands & Wardle, 2003, Oliver & Thelen, 1996; Sinton& Birch, 2006), también se encontró que entre mayor sea el IMC mayor es la tendencia de seleccionar una cuerpo ideal menor que el real, (Poudevigne, et al. 2003), mientras que el IMC no se correlaciona con la aceptación con los pares.
Variables psicosociales subjetivas como lo son la auto percepción y la figura ideal
Auto percepciónRespecto a la auto percepción se encontró que hay una correlación positiva entre la edad y la preocupación por el tamaño de su cuerpo, (Moreno & Ortiz, 2009), por otra parte los resultados son contradictorios ya que Poudevigne, et al. (2003), afirma que las niñas perciben su tamaño corporal real menor que el que quisieran tener, mientras que Austin y Smith, (2008), dicen que lo perciben mayor que su cuerpo ideal, en esta misma línea de investigación, Marrodan, Montero, Mesa y Pacheco, (2008), en un estudio comparativo con niñas Argentinas y Españolas encontró que existe una concordancia entre su percepción corporal y como son en realidad, una explicación que da Williamson y Delin, (2000), de la percepción errónea que tienen los niños no es porque presenten un grado de insatisfacción, esto es más bien porque a su edad todavía no tienen la capacidad cognitiva de compararse con el dibujo, que es con el que normalmente evalúan la auto percepción.
Figura idealLa mayoría de niñas en estudios de Sands et. al, (2007); Tiggermann y Willson-Barret, (1998) ; Williamson y Delin, (2000) y Austin y Smith, (2008) quisieran ser más delgadas que lo que realmente son, mientras que los niños preferirían tener un cuerpo más corpulento que su cuerpo real; irónicamente el ideal corporal de las niñas no es del agrado de los niños ya que prefieren un cuerpo un poco más grueso que el escogido por las niñas. (Marrodán, Montero, Mesa & Pacheco, 2008; Pettogrew, Pescud & Donovan, 2010).
DiscusiónEn los últimos años, numerosos estudios han sugerido la importancia de la alteración de la percepción de la imagen corporal como un síntoma precoz para la detección de los TCA.
La presente revisión demuestra que el estudio de las influencias socioculturales asociadas a la percepción corporal fue constante, aunque disminuyo a partir del 2009.
Si bien se sabe que los factores socioculturales son de gran influencia en los TCA, estos no fueron estudiados en forma integral, generalmente solo estudian un solo factor, dejando de lado el hecho que para desencadenar o aumentar la probabilidad de padecer alguno de los TCA tienen que estar en combinación, solo 6 artículos revisaron más de 2 factores socioculturales, (Sinton & Birch, 2006; Hutchinson & Rapee, 2007; Austin & Smith, 2008; Cooley, Toray, Chuan, & Valdez, 2008; Haines Neumark-Sztainer, Hannan, MStat & Robinson-O’Brien, 2008).
Se dice que tanto los padres como los hermanos, medios de comunicación y los pares pueden ser mediadores y/o moderadores de los modelos estéticos que existen en la actualidad y que esto podría afectar de forma negativa en la autopercepción que tienen los niños, (Canals, Sancho & Arija, 2009; Haines, et al, 2008; Jensen & Steele 2009; Wardle & Watters, 2004; Oliver & Thelen 1996; Guerrero & Hernández, 2006) esto es debatido por los estudios de Marrodan, Montero, Mesa y Pacheco, (2008) ya que demuestran que algunos niños se perciben tal y como son, entonces no habría tal influencia, en cambio Tiggerman y Wilson-Barrett, (1998) refiere que los niños no tienen una percepción acertada de su cuerpo ya que se ven más corpulentos, una explicación que se podría dar a esta discrepancia entre teorías, es la que da Williamson y Delin, (2000), donde afirma que la percepción errónea que tienen los niños es porque a su edad todavía no tienen la capacidad cognitiva de compararse con la escala de dibujos, que es con lo que durante los 15 años revisados han evaluado la auto percepción.
Por otro lado de los artículos analizados, 50% fue con una muestra mixta; ninguno fue con muestra varonil, esto quizá se dio por el interés que se le da al estudio de las mujeres por la creciente presión social que existe sobre el sexo femenino para estar delgada y la creencia que los TCA son exclusivos de este género, (Moreno & Ortiz, 2009).
El diseño de las investigaciones en su mayoría fueron de tipo transversal, lo que podría ser una limitante para un mayor conocimiento sobre el tema, así como el hecho que son pocas las investigaciones realizadas en países en desarrollo, ya que se ha demostrado que los TCA no solo se dan en países del primer mundo (Austin, & Smith, 2008; Robinson, Chang, Farish, & Killen, 2001).
Además esta revisión permite observar que a pesar de que se ha estudiado la influencia sociocultural que existe en la percepción corporal aún hay inconsistencias o falta de actualización en las investigaciones, las cuales pueden ser vistas en los instrumentos empleados y el diseño del estudio.
Una limitante de este estudio fue no abarcar más años y buscar otras revisiones sobre el tema, es por ello que se recomienda seguir extendiendo los estudios relacionados a esta temática no sólo con muestra femenil, o en países desarrollados sino también en aquellas muestras menos estudiadas.