INTRODUCCIÓN
El uso de la laparoscopia en urologÃa se ha extendido de manera significativa en las últimas decadas.1 Sólo dos años después de que Clayman y colaboradores realizaran en 1990 la primera nefrectomÃa laparoscopica,2 Jordan describió la primera nefrectomÃa parcial llevada a cabo con éxito en un paciente pediátrico3 y Winfield en un adulto.4 Los beneficios de la laparoscopia, comparados con la intervención habitual abierta en el tratamiento de las nefropatÃas, tienen amplia aceptación e incluyen menor necesidad de analgésicos, menor estancia hospitalaria, mejores resultados cosméticos y un menor tiempo de convalecencia.5 Si bien la nefrectomÃa laparoscópica simple y radical ha encontrado una gran aceptación, la nefrectomÃa parcial se ha rezagado en cierta medida. Esto se debe de manera predominante a las dificultades técnicas que representa, la hemostasia del parénquima renal y la reparación de los sistemas colectores. Sin embargo, se han publicado diversas series de nefrectomÃa parcial, incluidos los abordajes transabdominales y retroperitoneales.6-12
De modo inicial, las indicaciones de nefrectomÃa parcial laparoscópica eran similares a las de la operación parcial abierta, reservada tan sólo a pacientes con alto riesgo de desarrollar insuficiencia renal, riñón único (funcional o anatómico), tumores renales bilaterales o familiares. Algunas indicaciones relativas incluyen anomalÃas que pueden afectar al riñón contralateral, como hipertensión, diabetes mellitus y estenosis de la arteria renal. También se realiza de forma selectiva en pacientes con neoplasias renales que pueden representar carcinoma de células renales menores de 4 cm, con riñón contralateral sano. Se ha demostrado que la nefrectomÃa parcial laparoscópica es equivalente a la intervención radical abierta en términos del periodo libre de enfermedad y eficacia perioperatoria en sujetos con tumores de estas caracterÃsticas.8-11 La nefrectomÃa parcial laparoscópica puede estar indicada además en afecciones benignas, por ejemplo dobles sistemas
colectores con segmentos renales no funcionales, quistes renales, neoplasias benignas y cálculos relacionados con atrofia cortical.13 En la actualidad existen diversos reportes de nefrectomÃa parcial retroperitoneal laparoscópica en adultos,9 pero es escasa la información publicada en revistas internacionales y en el medio de los autores acerca de la práctica de esta técnica en la población pediátrica, especialmente en lactantes y preescolares.
OBJETIVO
Mostrar y describir la técnica de nefrectomÃa laparoscópica parcial retroperitoneal.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Se trata de un paciente masculino de 18 meses de edad cuyo padecimiento se presentó al mes de vida; los signos iniciales fueron vómito, fiebre de 39° C, irritabilidad a la micción, polaquiuria y piuria. Se diagnosticó infección de vÃas urinarias de repetición y se envió al Instituto Nacional de PediatrÃa al año de edad. En ese hospital se realizó un ultrasonido renal y vesical, que delineó hidronefrosis izquierda (Imagen 1), además de cistouretrografÃa miccional, que no mostró evidencia de reflujo vesicoureteral (Imagen 2). El estudio UROTAC determinó la presencia de un sistema colector doble con hidronefrosis e hipocaptación del medio de contraste en el polo superior del riñón izquierdo (Imagen 3). En la cistoscopia se corroboró el doble meato ureteral y un ureterocele izquierdo. Tales hallazgos llevaron a realizar un gammagrama renal con MAG 3, en el que se identificó la exclusión funcional del polo superior izquierdo (Imagen 4). En consecuencia, se decidió realizar una nefrectomÃa parcial laparoscópica (polectomÃa superior). Para esta intervención, practicada en decúbito ventral, se eligió un abordaje retroperitoneal posterior; se colocaron dos puertos de acceso de 5 mm y uno de 3 mm. Se utilizó una lente de 5 mm de 30° (Imagen 5).
Imagen 1. Ultrasonido renal con ectasia pielocalicial.
Imagen 2.CistografÃa sin evidencia de reflujo vesicoureteral.
Imagen 3. UROTAC, fase de eliminación.
Imagen 4. Gammagrama renal (MAG) que muestra la ausencia del radiofármaco en el polo superior izquierdo.
Imagen 5. Colocación de los puertos de acceso.
El procedimiento se llevó a cabo sin complicaciones ni incidentes, con una duración de 120 minutos y un sangrado aproximado de 50 ml. Asimismo, el paciente presentó una adecuada evolución y egresó al tercer dÃa del posoperatorio. Los resultados cosméticos de este procedimiento son evidentes.
DISCUSIÓN
La nefrectomÃa parcial laparoscópica con abordaje retroperitoneal en la población pediátrica es todavÃa una técnica compleja y poco difundida. La serie más grande de casos publicada incluyó a 48 pacientes (36 nefrectomÃas parciales del polo superior y 12 del polo inferior). En 31 pacientes se empleó la técnica retroperitoneal lateral y en 17 la retroperitoneal posterior. La media de tiempo quirúrgico fue de 120 minutos (lÃmites, 71 a 215) y 10 procedimientos se convirtieron (ocho de ellos en los primeros 20 minutos); cuatro de los pacientes en los que se convirtió la operación presentaron dificultades durante la disección parenquimatosa y seis eran lactantes. Los autores concluyeron que la tasa de conversión durante la curva de aprendizaje de este procedimiento es elevada y que las dificultades técnicas son todavÃa un reto para el urólogo pediatra, en particular en lactantes y preescolares con sistemas colectores dilatados.12
En el 2006, Wallis y colaboradores publicaron su experiencia en pacientes pediátricos. Entre 2001 y 2004 realizaron 22 procedimientos, 18 del polo superior y cinco del inferior, 12 pacientes por ureterocele, nueve por uréter ectópico y cinco por reflujo vesicoureteral. En el posoperatorio se sometieron a seguimiento de forma sistemática con ultrasonido abdominal. Cuatro pacientes requirieron conversión y en cinco pacientes se observaron fÃstulas urinarias, dos con pérdida de la función del segmento renal restante. Un individuo experimentó hipertensión a los 32 meses del posoperatorio. Los autores concluyeron que la nefrectomÃa parcial laparoscópica es un procedimiento seguro y de baja morbilidad, lo cual no descartaba la aparición de graves complicaciones durante la curva de aprendizaje.14
En 2003, El-Ghoneimi comparó la nefrectomÃa retroperitoneal parcial laparoscópica con la modalidad abierta y determinó que la cirugÃa laparoscópica era un procedimiento seguro y practicable en la población pediátrica, que requiere tiempos quirúrgicos similares, con la ventaja de que la nefrectomÃa parcial laparoscópica acorta el tiempo de estancia hospitalaria.15 En 1998 publicó la experiencia del hospital Lenval du Nice, en Francia y notificó los casos de ocho nefrectomÃas parciales laparoscópicas (en dos casos fue necesaria la conversión debido a la falta de identificación de las venas polares y en un caso por la perforación duodenal).16
CONCLUSIONES
La nefrectomÃa parcial laparoscópica por abordaje retroperitoneal posterior en pacientes pediátricos es un procedimiento útil. Se puede realizar con seguridad en este grupo, si bien se trata de una intervención poco difundida que exige una curva de aprendizaje significativa. Una vez que ésta se supera, representa una cirugÃa de baja morbilidad, que acorta el tiempo de estancia hospitalaria y puede indicarse en malformaciones benignas y malignas con buenos resultados.
Correspondencia: Dr. Héctor Camarena Reynoso.
Hospital General "Dr. Manuel Gea González". SecretarÃa de Salud. Calzada de Tlalpan 4800. Col. Sección XVI. C.P. 14080. México DF.
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