¿ INTRODUCCIÓN
El carcinoma de células renales (CCR) representa 2% y 3% de todos las neoplasias sólidas y es el tercer tumor más común en el tracto urinario, con una incidencia de seis a 12 casos por 100 000 habitantes en países occidentales.1 Ha habido un incremento a nivel mundial en la incidencia de CCR que se atribuye al diagnóstico más temprano debido al uso de técnicas de imágenes por problemas no urológicos.2-5 Es más frecuente en hombres que en mujeres (1.5:1) con un pico de incidencia entre los 60 y 70 años de edad.6 Una de las características del CCR es su capacidad de invadir el sistema venoso con extensión a las venas renal y cava inferior en 23% y 7% respectivamente.1 Para predecir la sobrevida en pacientes con CCR se han establecido factores pronósticos que se han clasificado como anatómicos, patológicos, clínicos y moleculares. Los factores anatómicos incluyen tamaño del tumor, invasión a la cápsula renal, compromiso adrenal, invasión venosa y metástasis a ganglios linfáticos o a distancia.6 El estadio patológico es el factor predictor más importante de sobrevida en pacientes con CCR.7-9 Aproximadamente un tercio de los pacientes se presentan con enfermedad metastásica a distancia en el momento del diagnóstico y ello conlleva peor pronóstico.10-12 La presencia de trombo tumoral está asociada a peor comportamiento biológico pero no necesariamente a peor pronóstico.13,14 El estudio pre-operatorio radiológico para determinar el tumor y la extensión del trombo es esencial para definir el abordaje quirúrgico. La extensión craneal del trombo es esencial para definir la necesidad de by-pass cardiopulmonar (BCP). La tomografía computarizada (TC) es el estándar para definir el diagnóstico y ocasionalmente la resonancia magnética nuclear (RMN) es importante para detallar mejor el trombo tumoral y evaluar la invasión de la pared vascular.15
Debido a que la elección del abordaje quirúrgico depende del nivel del trombo tumoral, es necesario un sistema de estadificación quirúrgico consistente como clave para la planeación pre-quirúrgica precisa. Neves y Zincke16 describieron un sistema de estadificación basado en tres puntos de referencia anatómica que son: la vena renal, las venas supra hepáticas y el diafragma. Un sistema similar fue propuesto por Novick.16 La sobrevida específica de la enfermedad a cinco años luego de nefrectomía radical y trombectomía es de 40% a 65% en pacientes con trombo en cava sin metástasis a distancia y de 6% a 28% en aquellas con metástasis a distancia al momento de su presentación.17 Es por esto que el tratamiento quirúrgico radical es la mejor alternativa para este tipo de tumor en el momento actual.17,18
¿ OBJETIVO
Demostrar aspectos técnicos de nefrectomía radical con cavotomía y trombectomía, en el tratamiento del tumor renal con trombo tumoral en vena cava.
¿ PRESENTACIÓN DEL CASO
Hombre de 76 años, originario y residente del D. F.; casado, católico, chofer. Antecedente de adenectomía prostática ocho meses previos, DM2 e hipertensión arterial. Inició su padecimiento cuatro meses posteriores a adenectomía con la presencia de hematuria macroscópica terminal con coágulos filiformes. Examen físico: varicocele GII derecho. TC: tumor renal derecho de 7 cm por 7 cm localizado en polo superior y región hiliar con trombo en vena cava. (Imagen 1). RMN: Tumor renal derecho con trombo en vena cava nivel II (Imagen 2). TC tórax: Sin evidencia de metástasis, pruebas de funcionamiento hepático sin alteraciones y GG óseo negativo. Se decidió realizar nefrectomía radical derecha con cavotomía y trombectomía.
Imagen 1. Uro-tomografía. Muestra en ambas imágenes, la presencia de masa heterogénea del riñón derecho.
Imagen 2. Resonancia magnética nuclear. Se puede identificar el trombo tumoral que afecta incluso a vena cava
Descripción del procedimiento: Inicialmente se realiza un abordaje por incisión de Chevron, posteriormente se procede a la movilización medial en bloque del colon, duodeno y cabeza de páncreas (Maniobra de Cattell Brasch) (Imagen 3) así también la sección de los ligamentos falciforme, redondo, coronal y triangular hepáticos para la movilización del hígado exponiendo de la vena cava desde la porción sub-hepática hasta la porción infrarrenal, se controló el pedículo renal derecho con ligadura de la arteria y clamp de la vena renal izquierda así también de la vena cava a nivel superior al trombo y a nivel infra-renal (Imagen 4). Cavotomía de 4 cm con trombectomía de trombo de 3 cm (Imagen 5). Cierre de cavotomía con Prolene 3-0 sutura continua biplano (Imagen 6). Pérdida hemática de 500 mL. Procedimiento sin complicaciones. Se dejó drenaje cerrado que se retiró a las 48 horas. El paciente toleró vía oral y deambuló a las 24 horas del posoperatorio; cursó con buena evolución y se egresó a los cuatro días. El informe histopatológico mostró: Tumor de células claras de riñón derecho, Fuhrman II con invasión a vena renal (T3b, N0, M0).
Imagen 3. Maniobra de Cattell Brasch; duodeno: flecha negra; colon derecho: flecha blanca.
Imagen 4.Control vascular; vena cava superior al trombo: flecha negra; vena renal contra lateral: flecha azul; vena cava infrarrenal: flecha blanca.
Imagen 5. Cavotomía: flecha negra; Trombo tumoral: flecha blanca.
Imagen 6. Cavorrafia.
¿ DISCUSIÓN
El manejo quirúrgico de esta enfermedad es complejo y depende del nivel del trombo tumoral, presencia de metástasis y estado funcional del paciente. A pesar de la agresividad del CCR la cirugía tiene un lugar muy importante en el CCR con trombo tumoral con o sin metástasis a distancia. El tratamiento debe de individualizarse en cada paciente con base en la biología del tumor y el estado funcional del paciente.
Debido a su complejidad, la cirugía debe de realizarse por un equipo experimentado en este tipo de procedimientos; que incluya anestesiólogos, urólogos y en ocasiones cirujanos hepáticos y cardiovasculares.
La remoción exitosa del trombo en la vena renal y vena cava resulta en una mejoría de las tasas de sobrevida a largo plazo.
Los grandes avances en la técnica quirúrgica, la anestesia y el desarrollo de unidades de cuidados intensivos, ha sido la piedra angular para tratar pacientes con tumores renales y trombos en la vena cava inferior. Sin embargo, los refinamientos en la técnica quirúrgica y los avances en la tecnología han sido complementados por la mejoría en los estudios de imagen preoperatorios con la finalidad de localizar el tumor y definir la extensión del trombo.
¿ CONCLUSIONES
A pesar de su morbilidad y mortalidad, la nefrectomía radical con trombectomía debe de ser llevada a cabo en los casos de carcinoma renal con trombo tumoral, porque es el tratamiento más efectivo y puede ofrecer la posibilidad de control local e incremento de supervivencia.
Correspondencia: Dr. Víctor A. Hernández Castellanos.
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