El estudio de diferencias de género en primeros episodios psicóticos (PEPs) ha aportado resultados controvertidos en los últimos años. El consumo de sustancias es la principal comorbilidad en PEPs, y se ha relacionado con un peor pronóstico y con una mayor gravedad sintomática.
ObjetivosExplorar las diferencias de género en PEPs en relación con el consumo de sustancias, así como su relación con los reingresos hospitalarios.
MetodologíaAnalítico y prospectivo (18 meses).
ResultadosIncluimos 141 pacientes (31,2% mujeres), con una edad media de 26,1 años, mayoritariamente diagnosticadas de trastorno esquizofreniforme (32,6%). Un 58,9% presentan algún consumo problemático de sustancias. Encontramos diferencias significativas de género en la edad de inicio, de ingreso en el programa, el estado civil y la convivencia, y diferencias en el consumo de sustancias actual y la frecuencia de consumo. El género, la duración de la psicosis no tratada, los antecedentes psiquiátricos, la edad de inicio o el consumo de sustancias previo no fueron factores predictores de reingreso. El porcentaje de reingreso hospitalario fue del 24,8%, sin diferencias de género. Entre los motivos más frecuentes de ingreso se encuentran el abandono del tratamiento (66,7%) y el consumo de sustancias (44,4%), siendo mayor en los hombres el consumo de sustancias como motivo de reingreso.
ConclusionesExisten diferencias de género en PEPs. Los hombres inician más tempranamente los síntomas, con peores resultados funcionales. El consumo de sustancias en hombres es mayor y representa un importante motivo de reingreso hospitalario. Intervenciones terapéuticas dirigidas a prevenir su efecto son necesarias desde las primeras fases.
There have been controversial results in the study of gender differences in first episode psychosis (FEP). Substance abuse is the main existing comorbidity in FEP, and has been associated with worse prognosis and greater symptom severity.
ObjectivesTo explore gender differences in FEP in relation to drug abuse, and their relationship with hospital readmissions.
MethodologyDescriptive and prospective study (18 months).
ResultsWe included 141 patients (31.2% women), aged 26.1 years on average, mostly diagnosed with schizophreniform disorder (32.6%). A percentage of 58.9 had problematic use of drugs. Gender significant differences were found in age of onset, age at entry to the programme, marital status and cohabitation, and percentage differences were revealed in current drug abuse and frequency of consumption. Gender, duration of untreated psychosis, psychiatric history, age of onset and previous drug use were not predictors of re-entry. Hospital readmission rate was 24.8%, with no gender differences. The most common reasons for admission were abandonment of treatment (66.7%) and drug abuse (44.4%). Drug abuse was higher in the men than in the women as a reason for re-admission.
ConclusionsThere are gender differences in FEP. Men have an earlier onset of symptoms and have worse functional outcomes. Drug abuse in men is higher and represents a major cause of hospital readmission. Therapeutic interventions to prevent the effects of drug abuse are necessary from the early stages of the illness.
El impacto de las enfermedades mentales sobre la población europea no deja de aumentar. La carga global de los trastornos neuropsiquiátricos supuso el 18,4% del total de años de vida ajustados por discapacidad1. En las personas afectas de un primer episodio psicótico (PEPs), los años iniciales de tratamiento son cruciales en su evolución clínica y funcional posterior. Sin embargo, hasta un 52,0% de los pacientes presentan un estatus pobre en el momento de entrar en los programas terapéuticos, incluso en aquellos específicos. Pero aun un 37% de ellos continúan con un bajo estatus funcional a la salida de los programas e incluso un 18% de aquellos que entraron con una buena funcionalidad, la pierden2.
Durante la última década, el estudio de las diferencias de género en PEPs se ha convertido en un tema de interés. De hecho, los integrantes de las diferentes muestras de PEPs tienden a ser varones, con psicosis no afectivas, peores niveles de ajuste premórbido, peor educación y una mayor tendencia a presentar historias autorreferidas de dificultades de aprendizaje, problemas médico-legales, experiencias traumáticas y abuso de sustancias2. No obstante, como señalan Arranz et al.3, en muchos estudios la variable género se ha utilizado como una covariable o como un factor de predicción en el análisis estadístico, y no son muchos los estudios que han considerado el género como el resultado/hipótesis central del estudio3–10. Aun así, algunos de los resultados entre género y PEPs acerca de variables clínicas y de pronóstico siguen siendo contradictorios/inconsistentes11.
Uno de los hallazgos más concluyentes en cuanto a diferencias de género en psicosis y PEPs ha sido la edad de inicio, siendo más temprana entre los hombres3,11,12, aunque otros estudios no lo han podido corroborar5,9. También ha sido replicada la diferencia entre el género y el funcionamiento premórbido, siendo en general mejor entre las mujeres5,11,12. En relación con los síntomas, los estudios que han encontrado diferencias de género4,5,9,12 apuntan a que los hombres presentan síntomas negativos más graves, mientras que las mujeres muestran más síntomas afectivos11. En cuanto a la duración de la psicosis no tratada (DUP), a pesar de que los estudios siguen mostrando que los hombres tienen una tendencia a una DUP más larga en comparación con las mujeres3,4,6, una revisión no pudo confirmarlo13.
Una serie de estudios han analizado las diferencias de género en cuanto al pronóstico/curso/evolución después del PEPs, con resultados contradictorios. Se ha descrito que los varones tienen un peor pronóstico5. El género masculino (y la presencia de síntomas negativos) predice también una peor funcionalidad en PEPs a los 2 años de seguimiento14. La heterogeneidad observada de las diferencias de género en el trastorno psicótico podría ser atribuible a las diferencias metodológicas entre los estudios epidemiológicos (selección de la muestra, tamaño de la muestra u otros factores)5.
El consumo de sustancias es frecuente entre aquellos pacientes diagnosticados de psicosis de inicio reciente y esquizofrenia, y se muestra como la principal comorbilidad en PEPs11. También se ha relacionado con un peor pronóstico y con una mayor gravedad de los síntomas11.
Por otra parte, en población general, diversos estudios han comunicado una mayor prevalencia de abuso de sustancias en hombres, con niveles más altos de comorbilidad con trastornos por uso de sustancias11. Los hombres en la población general tienen una mayor comorbilidad con el uso de cannabis, cocaína y alucinógenos, mientras que las mujeres podrían presentar mayor abuso de ansiolíticos. Sin embargo, otros estudios poblacionales aportan un mayor consumo en mujeres15. Estos datos se tienen que tener en cuenta a la hora de interpretar resultados de muestras clínicas.
Se conoce que hasta un 30-60% de los pacientes afectos de un PEPs recaen durante los 2 primeros años de evolución14 y que durante los primeros 5 años de evolución es cuando hay más riesgo de recaídas y reingresos, empeorando el pronóstico. Existen diferentes factores que influyen en estas recaídas y reingresos. Sin embargo, todavía no han sido analizados suficientemente en nuestro medio, en especial su relación con el género.
Objetivos- 1.
Explorar las diferencias de género en personas diagnosticadas de PEPs en relación con el consumo de sustancias.
- 2.
Establecer la relación entre el consumo de sustancia por género y los reingresos hospitalarios.
Diseño: analítico y prospectivo
Muestra: pacientes incluidos consecutivamente en el programa de PEPs de la Corporació Sanitària Parc Taulí (Sabadell) entre enero de 2010 y octubre de 2014. La Corporació pertenece a la red pública y atiende a una población de referencia de 430.000 habitantes, mayoritariamente urbana y del sector económico industrial y de servicios. Es el único centro hospitalario que atiende la enfermedad mental grave en la zona.
Criterios de inclusión: edad entre 18 y 35 años, afectos de cualquier primer episodio con síntomas psicóticos según el DSM-IV-TR (American Psychiatric Association, 2002): trastorno esquizofreniforme, esquizofrenia (y subtipos), trastorno esquizoafectivo (y subtipos), trastorno psicótico no especificado, trastorno psicótico breve, episodios de trastorno bipolar (y subtipos) o de trastorno depresivo mayor con síntomas psicóticos.
Criterios de exclusión: psicosis debida a enfermedad médica, debida al consumo de sustancias y pacientes afectos de retraso mental.
Descripción del programa: el programa de PEPs de la Corporació Sanitària Parc Taulí surge como una necesidad de atención específica a las psicosis incipientes con el objetivo, por un lado, de detección precoz en todos los ámbitos de Atención Primaria y Especializada de la zona y, por otro lado, con el objetivo clínico de obtener los mejores resultados terapéuticos una vez se ha iniciado el proceso. Se proporciona atención específica tanto a nivel psiquiátrico como psicoterapéutico, con intervenciones grupales e individuales, estrategias de rehabilitación y reinserción laboral o educativa en su caso. Igualmente, nuestro programa tiene un apartado específico de psicoeducación y seguimiento familiar, así como una utilidad de coordinación entre los distintos niveles asistenciales y dispositivos. A nivel de desarrollo, criterios de inclusión y exclusión, sigue en general las recomendaciones establecidas en la Guía de Desarrollo de Atención Específica a la Psicosis Incipiente de la Generalitat de Catalunya16.
Instrumentos: cuestionario de recogida de datos sociodemográficos y antecedentes psiquiátricos personales y familiares. Se incluye la edad de inicio de los síntomas, la DUP y la Brief Psychosis Rating Scale17. Los datos toxicológicos (personales y familiares) incluyen consumos problemáticos aportados por el paciente, la familia, la historia clínica o por datos analíticos. Los datos evolutivos incluyen principalmente la fecha del primer ingreso hospitalario (si lo hubo) tras la entrada en el programa.
En nuestra población, a falta de una definición más consensuada y teniendo en cuenta tanto el consumo más preponderante de cannabis como la alta frecuencia de asociación de consumos, consideramos consumo problemático de cualquier sustancia el que genera problemas al propio consumidor o a su entorno, y dentro de estos problemas incluiríamos: problemas de salud física, psíquica, problemas sociales e incluso conductas de riesgo que pueden poner en peligro la vida o la salud del consumidor18.
Seguimiento: 18 meses desde la entrada en el programa.
Análisis estadístico: descriptivo y comparativo según pruebas paramétricas y no paramétricas, según esté indicado (t de Student o U de Mann-Whitney para las variables continuas y Chi-cuadrado o prueba exacta de Fisher bilaterales para las categóricas). Debido al carácter exploratorio y la realización de múltiples comparaciones, acordamos un nivel de significación menor de 0,01.
Finalmente, realizamos un análisis de supervivencia de Kaplan-Meier. Consideramos los 25 años como edad de corte (mediana de nuestra muestra) para el análisis de supervivencia en relación con la edad de inicio (fig. 1). Para el análisis de la DUP, consideramos la división propuesta por Thomas y Nandhra en el 2009 de 12 meses como punto de corte19.
ResultadosSe resumen en la tabla 1: participan un total de 141 pacientes, con una edad media de 26,1 años al inicio de programa. El 31,2% son mujeres, el 65,2% están solteros y el 61,7% residen con su familia de origen.
Características de la muestra (n=141)
Total | Mujeres | Hombres | p | |
---|---|---|---|---|
N=141 | n=44 (31,2%) | n=97 (68,8%) | ||
Edad de inicio de síntomas (años), media (DE), rango | 25,4 (5,0), 17-35 | 27,4 (5,1) | 24,4 (4,7) | 0,002 |
DUP, media (DE) | 17,2 (25,6) | 15,2 (26,1) | 18,2 (25,2) | 0,557 |
Edad al ingreso en el programa (años), media (DE), rango | 26,1 (5,1), 18-35 | 28,2 (5,1) | 25,1 (4,9) | 0,001 |
Procedencia, n (%) | 0,371 | |||
Ingreso hospitalario | 129 (91,5) | 41 (93,2) | 88 (90,7) | |
Urgencias (sin ingreso) | 4 (2,8) | 0 (0,0) | 4 (4,1) | |
Centro de Salud Mental | 8 (5,7) | 3 (6,8) | 5 (5,2) | |
Estado civil, n (%)a | 0,008 | |||
Soltero | 92 (65,2) | 21 (50,0) | 71 (78,0) | |
Casado/pareja estable | 25 (17,7) | 12 (28,6) | 13 (14,3) | |
Separado/divorciado | 15 (10,6) | 8 (19,0) | 7 (7,0) | |
Viudo | 1 (0,7) | 1 (2,4) | 0 (0,0) | |
Tiene hijos, n (%) | 25 (17,7) | 13 (31,0) | 12 (13,5) | 0,030 |
Convivencia, n (%)a | p<0,001 | |||
Solo | 9 (6,4) | 3 (7,1) | 6 (6,6) | |
Familia de origen | 87 (61,7) | 20 (47,6) | 67 (73,6) | |
Piso terapéutico | 1 (0,7) | 0 (0,0) | 1 (1,1) | |
Familia propia | 24 (17,0) | 17 (40,5) | 7 (7,7) | |
Amigos | 12 (8,5) | 2 (4,8) | 10 (11,0) | |
Nivel de estudios, n (%)a | 0,606 | |||
Sin estudios | 21 (14,9) | 6 (15,8) | 15 (18,8) | |
Primarios | 50 (35,5) | 14 (36,8) | 36 (45,0) | |
Secundarios | 34 (24,1) | 12 (31,6) | 22 (27,5) | |
Universitarios | 13 (9,2) | 6 (15,8) | 7 (8,8) | |
Antecedentes PSI/PSQ personales, n (%)a,b | 34 (24,1) | 16 (38,1) | 18 (20,5) | 0,053 |
Trastorno de ansiedad | 6 (4,3) | 3 (18,8) | 3 (16,7) | |
Trastorno afectivo monopolar | 12 (8,5) | 6 (37,5) | 6 (33,3) | |
Trastorno afectivo bipolar | 1 (0,7) | 0 (0,0) | 1 (5,6) | |
TEA | 1 (0,7) | 0 (0,0) | 1 (5,6) | |
TDHA | 3 (2,1) | 0 (0,0) | 3 (16,7) | |
Trastorno de personalidad | 4 (2,8) | 4 (25,0) | 0 (0,0) | |
Trastorno adaptativo | 3 (2,1) | 2 (12,5) | 1 (5,6) | |
TCA | 1 (0,7) | 1 (6,3) | 0 (0,0) | |
Trastorno mental no especificado | 3 (2,1) | 2 (12,5) | 3 (16,7) | |
Diagnóstico al alta, n (%)a | 141 (100,0) | 44 (100,0) | 97 (100,0) | 0,108 |
Trastorno esquizofreniforme | 46 (32,6) | 7 (15,9) | 39 (40,2) | |
Esquizofrenia (y subtipos) | 7 (5,0) | 2 (4,5) | 5 (2,5) | |
Trastorno esquizoafectivo (y subtipos) | 3 (2,1) | 1 (2,3) | 2 (2,1) | |
Trastorno bipolar (y subtipos) | 26 (18,4) | 11 (25,0) | 15 (15,5) | |
Trastorno depresivo mayor con síntomas psicóticos | 6 (4,3) | 3 (6,8) | 3 (3,1) | |
Trastorno psicótico no especificado+trastorno psicótico breve | 53 (37,6) | 20 (45,5) | 33 (34,0) | |
TOX actual, n (%)a,c | 83 (58,9) | 20 (48,8) | 63 (70,0) | 0,031 |
Alcohol | 47 (33,3) | 10 (22,7) | 37 (38,1) | 0,084 |
Cannabis | 71 (50,4) | 17 (38,6) | 54 (55,7) | 0,071 |
Cocaína | 13 (9,2) | 1 (2,3) | 12 (12,4) | 0,064 |
Drogas de diseñod | 5 (3,5) | 1 (2,3) | 4 (4,1) | 1,000 |
Frecuencia consumo, n (%)e | 0,035 | |||
Ocasional | 32 (22,7) | 11 (25,0) | 21 (21,6) | |
Frecuente | 31 (22,0) | 6 (13,6) | 25 (25,8) | |
Trastorno | 18 (12,8) | 2 (4,5), | 16 (16,5) | |
Antecedentes PSI/PSQ familiares, n (%)a,f | 52 (36,9) | 17 (41,5) | 35 (38,5) | 0,848 |
Trastorno psicótico | 22 (15,6) | 6 (35,3) | 16 (50,0) | |
Trastorno de ansiedad | 2 (1,4) | 2 (11,1) | 0 (0,0) | |
Trastornos afectivos monopolares | 17 (12,1) | 8 (47,1) | 9 (28,1) | |
Trastornos afectivos bipolares | 3 (2,1) | 0 (0,0) | 3 (9,4) | |
TEA | 1 (0,7) | 0 (0,0) | 1 (3,1) | |
Trastorno de personalidad | 2 (1,4) | 0 (0,0) | 2 (6,3) | |
Trastorno adaptativo | 2 (1,4) | 1 (5,9) | 1 (3,1) | |
Antecedentes TOX familiares, n (%)a,b,c,g | 20 (14,2) | 3 (7,3) | 17 (19,5) | 0,110 |
BPRS (inicio), media (DE) | 29,0 (8,4) | 27,0 (8,6) | 29,7 (8,3) | 0,395 |
Tratamiento fármacológico al inicio del programa, n (%) | ||||
Antipsicóticos | 141 (100) | 44 (100) | 97 (100) | - |
Eutimizantes | 23 (16,3) | 8 (18,2) | 15 (15,5) | 0,686 |
Antidepresivos | 18 (12,8) | 6 (13,6) | 12 (12,5) | 0,835 |
Benzodiacepinas | 66 (46,8) | 18 (40,9) | 48 (49,5) | 0,344 |
BPRS (inicio): Brief Psychosis Rating Scale a la entrada en el primer ingreso. DE: desviación estándar; DUP: duración en semanas de la psicosis no tratada, antes del primer ingreso; TCA: trastorno de la conducta alimentaria; TDHA: trastorno de hiperactividad y déficit de atención; TEA: trastornos del espectro autista.
Antecedentes psicológicos y psiquiátricos del paciente previos al ingreso del primer episodio psicótico.
Consumo abusivo/problemático actual de sustancias (algunos pacientes consumen más de una o 2 sustancias problemáticas).
El consumo de tóxicos a la entrada en el programa incluye pacientes con frecuencia de consumo ocasional (uso intermitente de la/s sustancia/s, sin periodicidad fija y con largos intervalos de abstinencia), frecuente (habitual) y de trastorno por consumo de sustancias, que incluye aquellos pacientes con abuso o dependencia de sustancias según criterios DSM-IV-TR (American Psychiatric Association, 2002).
La mayoría se detectan en el Servicio de Urgencias y se incluyen después de un primer ingreso hospitalario (91,5%). El diagnóstico más frecuente es el de trastorno esquizofreniforme (32,6%). Hasta un 58,9% de los pacientes presentan algún consumo problemático de sustancias asociado, especialmente cannabis (50,4%) y alcohol (33,3%). Durante los 18 meses de seguimiento se detecta un 12% de pérdidas.
Encontramos diferencias de género en cuanto a la edad de inicio de los síntomas, la edad de ingreso en el programa, el estado civil y la convivencia actual (tabla 1). Encontramos también una tendencia a la significación en cuanto al consumo de sustancias actual y la frecuencia de consumo a favor de las mujeres.
El género, la DUP, los antecedentes psiquiátricos personales o familiares, la edad de inicio o el consumo de sustancias previo al inicio del programa no se mostraron como factores predictores de reingreso (tabla 2). Los diagnósticos tampoco influyeron en los ingresos posteriores a la entrada en el programa.
Características de los reingresos
Total | Mujeres | Hombres | p | |
---|---|---|---|---|
N=141 | n=44 (31,2%) | n=97 (68,8%) | ||
Reingresos 18 meses, n (%)a | 35 (24,8) | 8 (18,2) | 27 (27,8) | 0,219 |
Motivos de reingreso, n (%)b | ||||
A: consumo de tóxicos | 16 (44,4) | 1 (12,5) | 15 (53,6) | 0,045 |
B: abandono tratamiento | 24 (66,7) | 4 (50,0) | 20 (71,4) | 0,257 |
A+B | 14 (38,9) | 1 (12,5) | 13 (46,4) | 0,083 |
C: intento autolítico | 5 (14,7) | 1 (12,5) | 4 (15,4) | 1,000 |
D: otros motivos | 6 (17,6) | 3 (37,5) | 3 (11,5) | 0,126 |
Tiempo (años) al primer ingreso postinclusión, media (DE), rango | 0,57 (0,47), 0,04-1,52 | 0,37 (0,34), 0,04-0,87 | 0,63 (0,50), 0,06-1,52 | 0,236; U=77,00 |
Se detecta un porcentaje de reingreso hospitalario durante los 18 meses de seguimiento del 24,8%, sin diferencias de género (tabla 2). Entre los motivos más frecuentes de ingreso se encuentran el abandono del tratamiento (66,7%) y el consumo de sustancias (44,4%). Existe una tendencia a la significación en cuanto al consumo de sustancias como motivo de reingreso, siendo mayor en los hombres.
En el análisis de supervivencia de Kaplan-Meier, como mostramos en la tabla 3, el género y los otros factores analizados no han resultado en un impacto diferencial para el tiempo de ingreso de los pacientes durante el período de seguimiento. La figura 2 muestra el análisis de supervivencia por género, donde no encontramos diferencias. La figura 3 muestra el análisis de supervivencia en relación con la DUP. La figura 1 muestra el análisis de supervivencia en relación con la edad de inicio.
Análisis de supervivencia de Kaplan-Meier
Tiempo hasta el ingreso (IC 95%) | p, Log Rank (Mantel-Cox) | |
---|---|---|
Género | ||
Hombre | 15,1 (13,9-16,2) | 0,261 |
Mujer | 15,5 (13,9-17,1) | |
DUP | ||
Inferior a 12 semanas | 15,4 (14,2-16,6) | 0,384 |
Igual o superior a 12 | 14,8 (13,2-16,5) | |
Antecedentes PSI/PSQ personales | ||
No | 15,5 (14,5-16,5) | 0,453 |
Sí | 14,2 (12,0-16,4) | |
Antecedentes PSI/PSQ familiares | ||
No | 15,4 (14,3-16,6) | 0,936 |
Sí | 14,8 (13,2-16,5) | |
Consumo actual de sustancias | ||
No | 15,2 (13,6-16,7) | 0,601 |
Sí | 15,1 (13,9-16,3) | |
Edad de inicio | ||
Menor de 25 años | 14,2 (12,7-15,8) | 0,072 |
Igual o mayor de 25 | 16,1 (15,0-17,3) |
DUP: duración de la psicosis no tratada; IC 95%: intervalo de confianza del 95%; PSI/PSQ: antecedentes psicológicos/psiquiátricos.
Considerando los 25 años como edad de corte (mediana de nuestra muestra), el análisis de supervivencia en relación con la edad de inicio (fig. 1), si bien tampoco es significativo, evidencia una mayor rapidez de ingreso en aquellos pacientes con comienzo a una edad más joven (inferior o igual a 25 años). El análisis de supervivencia en relación con la DUP tampoco resultó significativo (fig. 3).
DiscusiónSegún nuestro conocimiento, este es el primer análisis en nuestro medio que explora diferencias de género en cuanto al motivo de reingreso hospitalario en pacientes afectos de PEPs. Nuestros resultados confirman algunos resultados previos en cuanto a diferencias de género en psicosis, como una menor edad de inicio en varones3,4,9,12,13,20,21 y mayores dificultades para la convivencia independiente también en varones5,9. Al igual que en otros estudios, no encontramos diferencias de género en la DUP6–9,13, en la Brief Psychosis Rating Scale a la entrada en el programa21 ni en el diagnóstico clínico en la entrada al programa12, entre otras variables del estudio.
Sin embargo, nuestros resultados muestran como el consumo de sustancias mantenido es una de las principales causas de reingreso, como también muestra la revisión y metaanálisis de Alvarez-Jimenez et al.22, con un posible efecto de género.
El consumo de sustancias es muy prevalente entre las personas afectas de un PEPs, con diferentes resultados según las muestras23–25. Por ejemplo, el estudio de Wade et al.23, con 103 PEPs recogidos en 3 centros de salud mental y seguidos durante 15 meses, muestra como el abuso de sustancias está independientemente relacionado con un aumento del riesgo de readmisiones, de recaídas en síntomas positivos y en un tiempo más corto de recaída para los síntomas positivos. En la misma dirección, el estudio de Arranz et al.3 y otros5,9,26 muestran como los varones consumen más sustancias en general y de forma significativa. En nuestra muestra no se encuentran diferencias significativas, aunque porcentualmente los varones consumen más sustancias. Entre las posibles explicaciones de estas diferencias se pueden encontrar características propias de la muestra, de los instrumentos de evaluación, o bien efectos derivados de los cambios en la población general respecto del consumo de sustancias.
En este sentido, actualmente, según la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas27, la principal sustancia legal de consumo entre las mujeres españolas es el alcohol, seguido del tabaco y el cannabis, pero se observa un preocupante aumento del consumo de cocaína y tranquilizantes/hipnosedantes. Igualmente, aunque las muestras epidemiológicas detectan todavía una mayor prevalencia de abuso de alcohol y otras drogas entre los hombres respecto de las mujeres, se está observando un aumento de la prevalencia también entre estas28.
Existe cierta evidencia sobre una mayor gravedad en la adicción a cocaína en mujeres29. De hecho, en muestras de jóvenes norteamericanos, la proporción de mujeres jóvenes con dependencia a cocaína es mayor que entre los hombres jóvenes (p<0,01)28. Sin embargo, estos datos norteamericanos no se replican en nuestra población adolescente y joven27.
Respecto del cannabis, en el Estado español continúa siendo la sustancia ilegal más consumida, afectando al 13,6% de los hombres frente al 5,5% de las mujeres, pero, afortunadamente, se ha producido un descenso en el consumo para ambos sexos respecto a los datos del 200927. El problema es que su uso está muy aceptado y normalizado socialmente y, por desgracia, el consumo entre las mujeres ha crecido desde las primeras estadísticas30.
La alta prevalencia de consumo de sustancias encontrada en nuestra muestra de pacientes está de acuerdo con los porcentajes globales hallados en estudios anteriores3,5,26, que van desde el 68 al 80% en hombres y del 30 al 51% en las mujeres.
Respecto de los porcentajes de rehospitalizaciones en nuestra muestra, son similares a los observados en otros estudios de seguimiento a 18 meses y están de acuerdo con otros resultados previamente aportados, que van del 24 al 36% de recaídas a los 18 meses22.
Aunque algún estudio5 ha informado de que los hombres son más propensos a tener una o más hospitalizaciones durante el seguimiento a 18 meses, nosotros no encontramos diferencias de género en el porcentaje de reingresos. Por lo tanto, parece ser que el género no es predictor de futuros reingresos.
En nuestro estudio, el género tampoco se mostró como una variable predictora de reingreso, como en trabajos previos22,31. Tampoco la DUP ni otras variables iniciales, o incluso un consumo previo de sustancias a la entrada en el programa se mostraron como predictoras, lo cual indica la importancia de otros factores, pero también la necesidad de mantener una abstinencia de sustancias en estos primeros estadios de la enfermedad.
En cuanto a la influencia del consumo de sustancias en los porcentajes de reingreso, nuestros resultados muestran tendencias a un efecto diferencial del género que debería explorarse con más detenimiento en el futuro. Igualmente, se debería explorar el impacto moderador del género en otros factores de recaída, como la falta de adherencia al tratamiento15 o la falta de insight12. De hecho, los avances en el tratamiento de nuestros pacientes han de tener en cuenta un abordaje mucho más personalizado y dirigido, con especial atención a los aspectos terapéuticos32, pero también a los específicos relacionados con el género.
Limitaciones y puntos fuertes del estudioComo principales limitaciones del estudio, encontramos la ausencia de determinaciones analíticas sistemáticas de sustancias y la característica naturalística de la muestra. Como principales puntos fuertes, la adecuación de la muestra, ya que nuestro programa es el único proveedor de servicios del área, así como el análisis específico de reingresos hospitalarios y no solo de recaídas utilizando criterios psicométricos.
ConclusionesExisten diferencias de género en PEPs. Los hombres inician más tempranamente los síntomas y pueden presentar ya peores resultados funcionales. El consumo de sustancias en los hombres es mayor y además representa un importante motivo de reingreso hospitalario.
Intervenciones dirigidas a paliar (y prevenir) los efectos del consumo de sustancias en personas afectas de PEPs son necesarias desde las primeras fases del tratamiento.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.