Presentamos el caso de una mujer de 60 años de edad con antecedentes de hernia de hiato, histerectomía total, tiroidectomía por bocio multinodular y resección intestinal por sarcoma en íleon proximal. La paciente acudió a consulta por tumoración mamaria en unión de cuadrantes externos de la mama derecha. Se le realizó una mamografía y se objetivó una masa próxima a la aréola en la mama derecha (fig. 1). En la exploración se objetivó una tumoración de pequeño tamaño móvil y rodadera.
Se analizó el material obtenido mediante PAAF del nódulo, clínicamente benigno. Los hallazgos citológicos fueron los propios de neoplasia fibroepitelial con abundantes macrófagos y grupos compactos de células epiteliales que hicieron sospechar un cierto grado de hiperplasia. Bajo anestesia local se realizó una tumorectomía con biopsia diferida. El informe anatomopatológico describe macroscópicamente una formación de 1,2cm que se dispone en su totalidad para cortes seriados. Microscópicamente se observan nódulos encapsulados por tractos fibrosos, con parénquima tiroideo en su interior. El diagnóstico anatomopatológico fue de tejido glandular tiroideo sin signos degenerativos en mama derecha. La paciente evolucionó satisfactoriamente y totalmente asintomática a los 24 meses de la intervención. Con los resultados de la anatomía patológica se descartó clínicamente un posible bocio endotorácico con extensión a mama, o que la lesión mamaria surgiera como consecuencia de una metástasis o tumoración de origen tipo teratoma que diese origen a otros tejidos.
El tiroides es la mayor glándula neuroendocrina del organismo, y se desarrolla entre la tercera y cuarta semana a partir del suelo de la faringe1, localizándose finalmente en la base del cuello frente a la tráquea, en forma de mariposa. Aunque esta localización sea la más frecuente, el tiroides puede distribuirse en cualquier localización a lo largo de su recorrido de migración embriológica desde la base de la lengua, denominándose a este tejido tiroides ectópico. El tiroides ectópico es una alteración congénita infrecuente, resultado de la migración defectuosa del tiroides desde su posición inicial embriológica2, el agujero ciego (foramen caecum), hasta su localización final pretraqueal. Puede localizarse incluso en tráquea, mediastino, corazón, pulmón, duodeno, glándulas adrenales y glándulas salivales. La localización ectópica del tejido tiroideo es la causa más frecuente de hipotiroidismo primario congénito permanente3, y su posición más habitual es la sublingual. La incidencia clínica de tejido tiroideo ectópico se estima en aproximadamente uno de cada 200.000 pacientes, y la mayoría de los casos se diagnostica entre la tercera y la quinta década de la vida. En una recopilación de 549 pacientes españoles, las disgenesias tiroideas representan el 87,2% de los hipotiroidismos congénitos primarios; de estos, el 45% se corresponden con ectopias, el 38,9% a agenesias y el 3,27% a hipoplasias4. Si este tejido tiroideo fuera patológico o tumoral, normalmente se desarrollan en la glándula tiroides, pero de la misma forma pueden presentarse tumores tiroideos primarios en territorios extratiroideos los cuales pueden clasificarse en 2 grandes grupos5:
Ectopias clásicas, que son las que siguen la línea de descenso del tiroides, desde el agujero ciego hasta su localización definitiva en el cuello o hasta el mediastino superior.
Ectopias accesorias, también conocido como tejido tiroideo aberrante, son las que se encuentran fuera de la línea de descenso embriológico del tiroides. El tejido tiroideo dentro de un ganglio cervical no necesariamente implica el diagnóstico de cáncer.