El vuelo 1549 de US Airways del 15 de enero de 2009 iba del aeropuerto de La Guardia al aeropuerto internacional de Charlote en Carolina de Norte. Despegó del aeropuerto de la Guardia a las 3.11 PM hora local con 150 pasajeros y 5 tripulantes. Poco después del despegue una bandada de pájaros impactó en el fuselaje y en los motores del aeroplano. El vuelo había durado solo 3 minutos1. El piloto, Chesley Sullenberg, dirigió y coordinó una gran maniobra de amerizaje sobre el río Hudson, cerca de la isla de Manhattan (fig. 1). Toda la tripulación del vuelo 1549 fue condecorada con la «Masters Medal del Guild of Air Pilots and Air Navigators». Dicha condecoración se otorgó debido a que en el amerizaje y evacuación del avión no se produjo ninguna muerte. Se ha descrito como el amerizaje más exitoso de la historia de la aeronáutica.
Chesley se mostró muy sorprendido por la reacción de los medios de comunicación estadounidenses. Cabe recordar que por aquellos tiempos los sucesos del 11 de septiembre aún estaban presentes. Es sabido que la sociedad yanqui siempre está necesitada de héroes. ¡Allí tenían un buen puñado! En las entrevistas, Chesley hizo énfasis —quitándose mérito— en la perfecta coordinación de la tripulación y a los protocolos de actuación (checklist).
Por aquellos días, el Dr. Atul Gawande se rompía los cuernos para tener mayor seguridad en las intervenciones quirúrgicas en las que participaba. La anestesia, la hemorragia y la infección eran los enemigos. Esta tríada hacía que la morbimortalidad estuviera siempre presente. Cuando leyó la noticia del amerizaje se le abrieron los ojos. ¡Ahí lo tenía! Estaba en el buen camino, allí estaba la llave que podía solucionar el problema: el test de comprobación. Atul llevaba mucho tiempo haciendo y diseñando test de comprobación en sus pacientes quirúrgicos. Estudió meticulosamente los procesos de fabricación de aviones y coches. Ambos tenían en común los test de comprobación: detectaban cualquier fallo en la construcción de los aviones y de los automóviles. En las compañías aéreas la cosa iba más lejos. Cada movimiento del avión en la pista tenía una lista previa de comprobación. En vuelo, cualquier suceso raro también tenía una lista de comprobación previa a la maniobra: desde el fallo de una rueda de aterrizaje hasta el fallo de un motor. Todo estaba bajo control y con los pasos a seguir ante tales situaciones.
Atul elaboró una lista de comprobación para aquellos pacientes que intervenía. Se mostró sorprendido —ya que él hacía su propia estadistica— y vio que el número de complicaciones bajaba en un porcentaje respetable.
Más tarde, y con la ayuda de la Organización Mundial de la Salud, diseñó un estudio prospectivo multicéntrico internacional en diferentes hospitales del mundo: Omán, Nueva Delhi, Washington, Tanzania, Manila, Toronto, Londres y Nueva Zelanda. Todos los pacientes a los que se intervenía eran cribados con la lista de comprobación. Antes de la implementación de la lista de comprobación, la tasa de mortalidad era del 1,5%, y tras su puesta en marcha bajó a 0,8% (p=0,003). Las complicaciones intrahospitalarias, que eran del 11%, tras la implementación de la lista bajaron al 7% (p=0,001). El artículo tuvo una gran repercusión mediática2. Hoy día esta lista se efectúa en muchos hospitales del mundo. El Dr. Gawande publicó después un libro en el que plasma su filosofía: The check list manifesto3 (fig. 2). Libro que aconsejo.
Las aplicaciones del test de comprobación en Reumatología son muchas. Se hacen las cosas mecánicamente desde hace años, nos las enseñan así, y así las aprendemos. Los test de comprobación deberían utilizarse en aquellos procedimientos que puedan poner en peligro la seguridad del paciente o incluso la nuestra. A saber: cualquier centesis, y en especial la artrocentesis y la prescripción de fármacos. En el caso de la artrocentesis, desde el lavado de la piel hasta el uso de la povidona; la talla, los guantes y la mascarilla. Todos estos eventos tendrían su casilla para comprobar que se ha hecho bien… Generalmente lo comprueba una enfermera. En el caso de prescripción de un fármaco biológico: serologías de virus C y B, tuberculinas B, antecedentes de enfermedad desmielinizante, radiología de tórax, entre otros. Todo ello escrito y comprobado. Otras especialidades han comenzado ya a hacerlo. Es el momento de la Reumatología.