A remolque de las elecciones generales, se acercan unas nuevas elecciones de la Sociedad Española de Reumatología (SER). En el mes de mayo --y esperando que los idus sean favorables a ambos candidatos-- se elegirá un nuevo Presidente. Ambos candidatos están respaldados por currículum propios y con el apoyo de diversos grupos, compañeros y laboratorios de ideas, entre otros.
Hace tiempo que los candidatos se pusieron en marcha para conseguir votos: creación de una red, llamadas por teléfono, conversaciones varias, cartas a los socios. Todo por el bien de la reumatología del Estado español y de la SER.
Si uno mira hacia atrás y presta atención al número de votantes de las diferentes elecciones a la Presidencia de la SER, verá que raramente exceden de 600 votos. Es decir que queda más de la mitad de los socios de los que no se sabe nada. Socios que permanecen en el anominato y que probablemente quieren una sociedad con la proa puesta. Socios que desean una sociedad lejos de la política, eficiente, renovada, transparente, democrática y que mantenga los estándares de investigación y formación conseguidos hasta ahora. No quieren excesivos vaivenes, simplemente que la SER les proporcione las diferentes plataformas para su formación y que los asesore y defienda frente a los numerosos problemas que la sociedad civil les plantea diariamente. Puede ser que estos socios piensen así o quizá no.
A la sazón de esta ideas cayó en mis manos un libro, de donde rescato el siguiente párrafo que transcribo:
"Un corresponsal de la antigua República Federal de Yugoslavia explicaba que los antiguos habitantes de este país debían hacer constar su nacionalidad de origen en el documento de identidad, teniendo la opción de acogerse a la nacionalidad federal. Esto es, podían declarse serbios, croatas, eslovenos, musulmanes de Bosnia, macedonios... pero también podían definirse oficialmente como yugoslavos. Apenas el 10% se acogía a esta fórmula, artificiosa, pero a la vez superadora de las viejas divisiones. En algunas repúblicas esa minoría pronto comenzó a recibir el mote de los pingüinos; por su rareza; por su débil adhesión a las causas primigenias." Ni que decir tiene que a los pingüinos les fue mal, aunque este animal es inofensivo y muy pacífico1.
Fig 1. Pingüinos paseando en la Antártida.
Transcribo el texto porque atesora una idea que creo que es muy positiva. No, no se tomen el párrafo al pie de la letra y piensen en las diversas comunidades autónomas de España y sus trifulcas hábilmente manipuladas por los políticos. No, por ahí no van los tiros. La idea de la unidad, de la cohesión, es lo que me atrajo. Asimismo la lectura de este libro me hizo reflexionar en la gran cantidad de socios que no desean alinearse en un grupo u otro. Socios que quieren una sociedad científica que continúe transparente, que esté cohesionada y que busque el acuerdo en los temas difíciles. Estos reumatólogos probablemente representen más del 10% de los pingüinos arriba mencionados, más, mucho más. Es importante contar con ellos para labrar un presente y un futuro.
La Sociedad Española de Reumatología debe ser una institución de especial transparencia, con las cuentas claras y bien auditadas, con todos los cargos de relieve elegidos por los socios, con una gestión abierta y desinteresada, lejana siempre de las opacidades.
Buenas noches y buena suerte a ambos candidatos.