El problema
En la literatura, la incidencia de la luxación traumática de la articulación acromio-clavicular (AC) varÃa del 3-4 por cien mil habitantes. El 25-52% de éstas ocurren durante actividades deportivas y son unas de las lesiones más comunes de la traumatologÃa ortopédica10,13,14,19. En las lesiones tipo III-IV de Rockwood se ha propuesto el tratamiento quirúrgico por varios autores1,2,6,7,11,12. Aunque se han descrito más de 60 técnicas quirúrgicas, el método óptimo a utilizar en las luxaciones acromio-claviculares todavÃa se debate11,19,22. La incidencia de fracasos tras la estabilización quirúrgica de la articulación AC es hasta el 10%9,19,20,23. Para estos casos se han publicado varias técnicas, incluidas modificaciones de la técnica de Weaver-Dunn5,18,21,23.
Sin embargo, se han descrito sólo unas pocas técnicas de reconstrucción para enmendar los fracasos de las técnicas usadas, incluyendo el fallo de una reconstrucción tipo Weaver-Dunn. Como estas técnicas utilizan tejidos propios adyacentes, tales como el ligamento coracoacromial, no existe ningún tejido propio para la reconstrucción en caso de fracaso. En esta situación, varios autores aconsejan el uso de autoinjertos o material artificial para mejorar los resultados quirúrgicos8,13. El uso de autoinjerto libre o aloinjerto tendinoso ha recibido soporte de varios estudios sobre las propiedades biomecánicas de la articulación AC4,15.
Al respecto, describimos un caso de varios fracasos de reconstrucciones de la articulación AC en el que utilizamos un injerto de doble fascÃculo de semitendinoso.
Hallazgos clÃnicos
Un hombre de 37 años, diestro, acudió a nuestra consulta de patologÃa del hombro refiriendo una historia de luxación traumática de la articulación AC del hombro izquierdo, de 8 años de antigüedad. En principio se reparó el ligamento coracoclavicular y se fijó la articulación con agujas de Kirschner transcutáneas. A pesar de no existir ningún episodio traumático posterior se luxó de nuevo 2 años después y se le practicó una técnica modificada de Weaver-Dunn. El buen resultado duró 4 meses y se le reoperó con una técnica modificada de Bosworth y fusión coracoclavicular con un injerto tricortical de cresta ilÃaca. Desde entonces el paciente ha visto disminuida la función del hombro acompañada de gran dolor (7-10 en la Escala Visual Analógica) incluso en reposo y por la noche.
A la exploración tenia una deformidad de la articulación AC con una pequeña prominencia de la clavÃcula distal (fig. 1). La movilidad del hombro tanto activa como pasiva era dolorosa. La prueba de adducción del brazo cruzado sobre el tórax era positiva. Se palpaba la cabeza del tornillo Bosworth. La movilidad activa estaba disminuida: flexión 90º, abducción 90º, rotación externa 40º y rotación interna 60º. El signo de "impingement" de Neer era positivo. La puntuación en el Constant Score era 34/100 y en el hombro derecho era de 98/1003,16. La puntuación Neer era de 36/100 y 100/100 en el lado normal17. El examen radiográfico mostraba una clavÃcula 2 cm más corta que en el lado sano; se observaba una lÃnea traslúcida alrededor del tornillo (lisis) que indicaba aflojamiento. El injerto óseo parecÃa estar reabsorbiéndose y no existÃa imagen de hueso neoformado (figs. 2a y 2b).
Figura 1 FotografÃa preoperatoria del paciente mostrando una pequeña tumoración en el área de la articulación acromioclavicular (flecha negra).
Figuras 2a y 2ba) RadiografÃa anteroposterior del hombro izquierdo. El tornillo de Bosworth aflojado está marcado con * y el injerto óseo necrótico con #. b) Dibujo explicativo de la radiografia anterior.
Técnica quirúrgica
Figuras 3 a 6
Figura 3 Bajo anestesia general se coloca el paciente en una mesa quirúrgica tipo hamaca de playa. El primer paso fue la excisión de la cicatriz anterior, vertical de 10 cm de longitud, que cruzaba la articulación AC. Tras la resección de los tejidos cicatriciales del extremo lateral de la clavÃcula se retira el tornillo. Después se limpia el espacio entre la clavÃcula y la coracoides, retirando los restos de hueso (injerto) necrótico. El orificio coraco-clavicular que queda permite el paso de una pinza-forceps por éste.
Figuras 4a y 4b Mientras tanto, otro equipo prepara un injerto de semitendinoso al igual que para una reconstrucción de ligamento cruzado anterior. Un injerto de 25 cm se convierte en 22 cm tras su limpieza. Se prepara el extremo distal del tendón con suturas tipo Bunnell, con #2 Fiberwire (filamento alámbrico) (Arthrex, Naples, Fl, EE. UU.) (a). El trayecto del tornillo se limpia y se fresa hasta un diámetro de 6 mm. Se conserva un puente óseo de 8-10 mm anterior y posteriormente. El trayecto del tornillo en la coracoides recibe el mismo tratamiento. Con la ayuda de una sutura guÃa de #5 Ethibond (Ethicon Inc. Johnson & Johnson) se pasa el tendón a través del túnel coracoclavicular (b).
Figuras 5a a 5d El injerto de semitendinoso se enrosca sobre la clavÃcula y el aspecto medial del gancho coracoides (a). Luego se perfora un túnel en la parte lateral de la clavÃcula (b) y en la coracoides (c). El paso siguiente consiste en pasar un cerclaje de Fiberwire de 2 mm a través de este nuevo túnel, desde la coracoides a la clavÃcula (no está en la figura). La clavÃcula se reduce al máximo empujándola hacia abajo con un punzón con bola-tope (d).
Figura 6 Las suturas de Fiberwire se anudan previamente. Luego el tendón del semitendinoso se sutura sobre sà mismo con múltiples puntos no reabsorbibles con #2 Ethibond. A continuación, se plica la fascia deltopectoral y se sutura con puntos #1 invertidos.
Cuidados postoperatorios
• Inmovilización en un vendaje de Gilchrist como parte del tratamiento del dolor, durante una semana.
• El dÃa 2 se comienzan movimientos pendulares y pasivos asistidos por el fisioterapeuta, consistentes en flexión y abducción por encima del nivel del vendaje.
• Se retiran puntos de sutura el dÃa 10.
• Las actividades fÃsicas a la semana incluyen movimientos pendulares y elevación pasiva hasta los 90º durante las 6 semanas siguientes.
• De la semana 6 a la 12 poscirugÃa se introducen ejercicios activos de los estabilizadores escapulares y del manguito de los rotadores.
• El levantamiento de pesos, el empujar y las actividades deportivas no se permiten hasta los 6 meses.
Resultados
Los analgésicos fueron retirados a la semana de la operación, demostrando esto una gran mejorÃa. Los puntos de sutura se sacaron a los 10 dÃas. Doce meses después de la cirugÃa el enfermo seguÃa sin dolor. A la exploración no tenÃa deformidad en tecla de la articulación AC con movilidad simétrica en ambos hombros. La puntuación Constant para el hombro izquierdo era 87/100 y en el lado sano 98/100. La puntuación Neer era 94/100 en el lado operado y 100/100 en el lado sano. No tenÃa dolor al signo de adducción cruzada y se le permitió la vuelta al trabajo según lo iba tolerando.
Correspondencia
Chlodwig Kirchhoff, MD
Department of Traumatology and Orthopedic Surgery - Campus Innenstadt
Ludwig Maximilians University
Nussbaumstrasse 20
80686 Múnich (Alemania)
Tel.: (+49/89) 5160-2511; Fax: -3929
Correo electrónico: Chlodwig.Kirchhoff@med.unimuenchen.de