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Vol. 6. Núm. 4.
Páginas 234-239 (octubre 2004)
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Consumo y actitudes sobre el tabaco entre el personal sanitario del Principado de Asturias (España)
Smoking and attitudes to smoking among health personnel in the Principado de Asturias (Spain)
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E.. RODRÍGUEZGARCÍAa, J.. VALDERREY BARBEROa, R.. SECADES VILLAb, G.. VALLEJO SECOb, J.R.. FERNÁNDEZ HERMIDAb, J.M.. JIMÉNEZ GARCÍAc, T. DÍAZ GONZÁLEZc, O.. GARCÍA RODRÍGUEZb
a Colegio Oficial de Psicólogos de Asturias. Oviedo.
b Departamento de Psicología. Universidad de Oviedo. Oviedo.
c Servicio de Salud del Principado de Asturias. Oviedo. España
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Tablas (6)
Figura 1. Prevalencia del consumo de tabaco del personal sanitario de Asturias según el grupo profesional.
Figura 2. Prevalencia del consumo de tabaco del personal sanitario de Asturias en función del grupo asistencial.
Figura 3. Prevalencia del consumo de tabaco del personal sanitario de Asturias en función del sexo.
Figura 4. Dependencia al hábito de fumar del personal sanitario (comparativa por sexo).
Figura 5. «¿Debería existir una prohibición total del uso del tabaco en los centros sanitarios?»
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Resumen: Objetivo: Conocer la prevalencia y el patrón de consumo de tabaco en los profesionales de la sanidad en el Principado de Asturias, así como las actitudes y la predisposición de dicha población para la colaboración en la puesta en marcha de estrategias orientadas a la reducción del uso de tabaco. Material y métodos: Estudio transversal mediante encuesta autoaplicada. Participaron 582 sujetos pertenecientes al personal sanitario del Principado de Asturias (Atención Primaria, Atención Especializada y Salud Mental). Se seleccionaron aleatoriamente mediante un diseño muestral de conglomerados bietápico. Resultados: El 31,83% de los participantes se declara fumador (28% de los médicos y 36,2% del personal de enfermería). La media de cigarrillos consumidos diariamente en el centro de trabajo es de 5,46. El 53,1% de los fumadores estaría dispuesto a seguir un tratamiento o recibir ayuda para abandonar el hábito Conclusiones: Los datos son similares a los encontrados en otros trabajos que tienen los mismos grupos de referencia. En general, la población estudiada manifiesta una buena disposición a participar en programas para dejar de fumar.
Palabras clave:
Tabaquismo
Personal sanitario
Ex fumadores
Abstract: Objective: To determine the prevalence and pattern of smoking in health professionals in the Principality of Asturias (Spain), as well as the attitudes and predisposition of this population with regard to collaborating in the implementation of strategies aimed at the reduction of smoking. Material and methods: Cross-sectional study by means of self-applied questionnaire. Participants were 582 members of the health personnel in the Principality of Asturias (Primary Care, Specialists and Mental Health). They were randomly selected by means of two-stage cluster sampling. Results: A total of 31.38% of participants described themselves as smokers (28% of doctors and 36.2% of nurses). Mean number of cigarettes per person consumed daily in the workplace was 5.46. Of those that said they smoked, 53.1% would be prepared to follow treatment or receive help to give up the habit. Conclusions: The data are similar to those found in other studies with the same reference groups. In general, the population studied expresses a favourable disposition towards programmes for giving up smoking.
Keywords:
Smoking
Health personnel
Ex-smokers
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Introducción

El personal sanitario es uno de los grupos sociales que mayor poder de influencia pueden tener en la modificación del hábito de fumar1: como modelo social de referencia, a través de la información que transmiten a los pacientes del riesgo que comporta el hábito de fumar, mediante el consejo sanitario y mediante la participación activa en programas de abandono del tabaco.

En España ha habido importantes avances en la reducción de la epidemia tabáquica como consecuencia, entre otras razones, de la aplicación del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT)2. Sin embargo, los estudios realizados en nuestro país sobre la prevalencia del hábito de fumar en los profesionales sanitarios, ponen de evidencia que, aunque ha habido cambios positivos en los últimos años, el número de fumadores entre el colectivo sanitario del INSALUD sigue siendo elevado y es ligeramente superior al de la población general3. Dependiendo de los estudios, los porcentajes de fumadores entre el personal sanitario se sitúan entre el 31 y el 46%4. Los datos del estudio del Ministerio de Sanidad antes mencionado3, señalaron que el 34,7% de los médicos y el 43,2% del personal de enfermería eran fumadores. Al mismo tiempo, en las últimas décadas, en países como Estados Unidos, los países escandinavos, Australia y Canadá, se ha reducido el consumo de tabaco en el personal médico de forma muy significativa, de tal manera que las prevalencias se han situado entre el 5 y el 10%4.

La responsabilidad de los profesionales sanitarios es, por tanto, enorme y ya no hay excusa alguna para mantener una actitud pasiva ante el problema, fumando incluso en una proporción mayor que el resto de la población5.

El Principado de Asturias, a través de la Dirección General de Salud Pública, ha venido desarrollando diversos proyectos encaminados a prevenir los efectos del tabaco en la población. Dos de estos programas se denominan «Aire Saludable en los Centros Sanitarios de Asturias»6 y «Consejo Antitabáquico en Atención Primaria de Salud»7. Estos programas tienen como prioridades esenciales reducir la prevalencia del consumo de tabaco en el personal sanitario, conseguir su apoyo en programas de prevención y consejo antitabáquico y proteger la salud de los no fumadores y usuarios disminuyendo la presencia de humo de tabaco en los centros sanitarios.

El presente trabajo se encuadra dentro de dichos proyectos e intenta cubrir alguna de las necesidades de partida para la puesta en marcha de los programas antes reseñados. El conocimiento previo de la situación es un requisito necesario de cara a planificar y desarrollar programas de intervención con el objetivo de reducir esta problemática en cualquier comunidad.

Los objetivos del estudio son los siguientes: a) conocer la prevalencia y el patrón de consumo de tabaco en los profesionales de la sanidad en el Principado de Asturias, y b) conocer las actitudes y la predisposición de dicha población para la colaboración en la puesta en marcha de proyectos concretos con relación a la reducción del uso de tabaco.

Material y métodos

Diseño de la muestra

La población de referencia del estudio fue la de los profesionales de los centros sanitarios públicos del Principado de Asturias (n = 11.281). El diseño de la muestra utilizado fue el de conglomerados bietápico. Se consideró como «unidad primaria de muestreo» (upm) por conglomerado, el centro sanitario (se entiende por ello tanto las unidades de atención primaria como los hospitales). En la primera etapa del muestreo se especifica el número total de upm a seleccionar, cuántas corresponden a cada una de las áreas sanitarias y en qué upm se han de realizar las entrevistas.

Para que existiera suficiente heterogeneidad, se decidió seleccionar 8 centros sanitarios de la zona de Oviedo, 5 de la zona de Gijón, 4 de las zonas de Avilés y Occidental, 3 de las zonas del Caudal y del Nalón y 2 de la zona Oriental, con la probabilidad proporcional al tamaño dentro de cada una de las zonas sanitarias.

Por último, se procedió a seleccionar aleatoriamente los conglomerados dentro de cada zona sanitaria. Se asignó el 20% de las encuestas a las unidades de atención primaria y el 80% restante a los centros hospitalarios.

En la segunda etapa del diseño muestral se seleccionaron las unidades secundarias de muestreo dentro de cada uno de los conglomerados de los diferentes estratos o áreas sanitarias. Se realizó dentro del mismo centro escogido en la etapa anterior, sobre listados previamente requeridos a responsables de los centros. Mediante un proceso aleatorio se escogieron aquellas personas que habían de cumplimentar la entrevista.

Dados los objetivos iniciales, se consideró oportuno tomar los siguientes estratos de referencia: personal de enfermería --se incluyen aquí tanto DUE, auxiliares de clínica y técnicos sanitarios, atención primaria y atención especializada--, y personal médico --atención primaria, atención especializada I (especialistas en cardiología, neumología, ginecología, oncología y otorrinolaringología) y atención especializada II (resto de especialidades).

Características de la muestra

El número inicial de sujetos seleccionados para participar en el estudio fue de 855. La muestra definitiva se compuso de 582 sujetos, el 43,3% varones y el 56,7% mujeres. La edad media fue de 44,34 años (* = 8,37), con un rango entre 23 y 69 años. El 11,9% era menores de 35 años, el 21,9% tenía entre 35 y 40 años, el 44% entre 41 y 50 años y el 22,3% era mayor de 50 años.

El 25,7% (198) de los participantes pertenecía a atención primaria, el 71,6% (552) a atención especializada y el 2,7% (21) a salud mental.

En la tabla 1 se detalla la distribución de la muestra atendiendo a las variables: grupo asistencial, grupo profesional y sexo.

Instrumentos y variables

El instrumento de recogida de información consistió en un cuestionario autoaplicado y anónimo de 28 ítems, que recogía información acerca de los siguientes apartados: datos demográficos y profesionales, historia y hábito de consumo de tabaco, intentos y expectativas de abandono, y opiniones acerca de la normativa del consumo de cigarrillos en los centros sanitarios.

La recogida de información se realizó en los propios centros de trabajo que se incluyeron en el estudio (10 hospitales, 19 unidades de atención primaria y

9 unidades de salud mental).

Análisis de datos

Se llevaron a cabo análisis de frecuencias para la descripción de la muestra, y diferentes análisis bivariados para estudiar la relación existente entre determinadas variables recogidas con el cuestionario.

Resultados

Prevalencia del consumo de tabaco

El 31,8% de los participantes se declaró fumador, el 35,9% ex fumador y el 32,3% declaró no haber fumado nunca. De entre las personas fumadoras, el 78% fumaban diariamente y sólo el 22% lo hacía esporádicamente.

En la figura 1 se compara la prevalencia del consumo de tabaco según los grupos profesionales. Como se puede apreciar, el porcentaje de fumadores es mayor entre el personal de enfermería (36,2%) que entre los médicos (28%).

Figura 1. Prevalencia del consumo de tabaco del personal sanitario de Asturias según el grupo profesional.

En la figura 2 se compara la prevalencia del consumo de tabaco por grupo asistencial. Las tendencias entre los grupos asistenciales de atención primaria y ámbito hospitalario son similares, si bien entre los que trabajan en salud mental se observa un perfil diferente. Cabe destacar el alto porcentaje de ex fumadores, que es sensiblemente mayor (58,3%) que en otros colectivos.

Figura 2. Prevalencia del consumo de tabaco del personal sanitario de Asturias en función del grupo asistencial.

En la figura 3 se muestra el consumo de tabaco en función del sexo. La prevalencia de fumadores (del 35,2% entre las mujeres y del 26,9% entre los varones) y no fumadores es mayor entre las mujeres que entre los varones. Por el contrario, el porcentaje de varones (46,2%) que refieren ser ex fumadores es mayor que en las mujeres (28,5%)

Figura 3. Prevalencia del consumo de tabaco del personal sanitario de Asturias en función del sexo.

Nivel de dependencia

En la figura 4 se representa el nivel de dependencia, valorada a través del test de Fagerstöm, del total de fumadores y en función del sexo. La diferencia por grupo profesional no es estadísticamente significativa.

Figura 4. Dependencia al hábito de fumar del personal sanitario (comparativa por sexo).

Hábito de fumar dentro de los centros sanitarios. Opinión sobre la limitación del uso del tabaco

De todas las personas que se declaran fumadoras, el 3,6% fuma en cualquier lugar y situación dentro del centro de trabajo, el 84,5% sólo fuma en lugares concretos y el 11,9% no lo hace en ningún lugar.

La media de cigarrillos consumidos diariamente en el centro de trabajo es de 5,46. El personal médico fuma una media de 5,6 cigarrillos al día y el personal de enfermería 5,45.

El 94,8% de los que se declaran fumadores diarios no fuma nunca delante de los pacientes y el 5,2% lo hace sólo en ocasiones.

En la figura 5 se refleja el grado de acuerdo sobre la limitación del uso del tabaco en los centros sanitarios. Si se considera en global los datos, 3 de cada 4 personas encuestadas están de acuerdo con que debería existir una prohibición total del uso del tabaco en los centros sanitarios.

Figura 5. «¿Debería existir una prohibición total del uso del tabaco en los centros sanitarios?»

Abandono del hábito de fumar

A la pregunta, ¿cuánto interés tiene en dejar de fumar?: el 11,8% de los fumadores no tiene ningún interés, el 37,4% poco interés, el 31,3% bastante interés, y el 19,5% mucho interés.

A la pregunta, ¿tiene la intención de dejar de fumar en las próximas 2 semanas?: el 22,7% de los fumadores afirma que definitivamente no, el 61,5% que es poco probable, el 12,6% bastante probable y el 3,2% definitivamente sí.

A la pregunta, ¿cuál es la posibilidad de que en los próximos 6 meses sea un ex fumador?: el 17,1% lo ve como nada probable, el 53,5% como poco probable, el 26,5% como bastante probable y el 2,9% como muy probable

Entre las personas fumadoras, sólo el 11,2% ha seguido algún programa para dejar de fumar; el 53,1% estaría dispuesto a seguir un tratamiento o recibir ayuda para abandonar el hábito. Entre el personal sanitario, está disposición a participar en un programa es del 54,7%. Comparando por grupos profesionales, el 45,55% de los médicos y el 63% del personal de enfermería estaría dispuesto a recibir ayuda para dejar e fumar.

En caso de que se ofertase en el centro de trabajo un programa para dejar de fumar, el interés en participar del total de los fumadores encuestados sería el siguiente: el 22,4% mucho interés, el 31,8% bastante interés, el 33,9% poco interés y el 11,8% ningún interés.

Discusión

El objetivo general de este estudio era conocer los hábitos de consumo de tabaco de los profesionales de la salud del Principado de Asturias, así como sus opiniones y actitudes acerca de dicho hábito.

El estudio se enmarca dentro de un programa de salud más amplio promovido por las autoridades sanitarias del Principado de Asturias, en relación con el hábito de fumar dentro del ámbito sanitario.

El porcentaje de participación global se situó en el 68% (63% para los hospitales, 75% para salud mental y 85% en atención primaria).

Los datos referentes a la prevalencia del uso de tabaco, incluyendo al personal de servicios, señalan que un tercio fuma, un tercio nunca lo ha hecho y el tercio restante ha dejado de hacerlo, por lo que se consideran ex fumadores. Estas cifras son similares a las encontradas en otros trabajos que tienen los mismos grupos de referencia4.

No obstante, llama la atención la diferencia entre los resultados de este estudio y los del Ministerio de Sanidad y Consumo3. Así, el porcentaje de fumadores entre el personal sanitario en Asturias (31,8%) es sensiblemente inferior al de esta misma población a nivel nacional (39%). Estas diferencias se mantienen si se consideran por separado ambos grupos profesionales: personal médico y enfermería. Quizás un aspecto que puede haber influido es el paso del tiempo entre ambas encuestas y una consolidación en el descenso del hábito al tabaco entre los profesionales sanitarios.

Por otra parte, los porcentajes de fumadores entre el personal sanitario encontrados en este estudio también coinciden, en líneas generales, con los datos ofrecidos por el Plan Nacional sobre Drogas para la población general8.

El grupo asistencial que más fuma es el de enfermería, seguido de los médicos. Sin embargo, el grupo de médicos destaca por ser el que mayor número de ex fumadores presenta y el de enfermería el que más personas declaran no haber fumado nunca.

A la vista de los resultados, parece que el grupo que vive más de cerca los problemas del tabaco en la población es el que adopta una postura más clara de abandono del hábito de fumar.

Los profesionales que trabajan en los servicios de salud mental son los que menos fuman, con relación a la atención primaria y especializada, así como los que más han abandonado el uso del tabaco. Tanto la atención primaria como la especializada arrojan datos muy similares de fumadores, ex fumadores y no fumadores.

La media de cigarrillos fumados se sitúa alrededor de 16, cifra similar para varones y mujeres. Hay menos mujeres que fuman más de 20 cigarrillos que varones y más mujeres que fuman menos de 10 cigarrillos que varones.

Los resultados que se desprenden del test de dependencia a la nicotina de Fagerström, señalan que cerca de la mitad de los fumadores no tienen una alta dependencia de dicha sustancia. El porcentaje de sujetos que tiene una alta dependencia es bajo (18%). Si nos detenemos en la comparación entre sexos, hay más varones con un grado alto de dependencia que mujeres, y las cifras en la baja y media dependencia son muy similares. La comparación entre el grupo de médicos y el grupo de enfermería señala que, en general, ambos presentan un grado de dependencia bajo, si bien hay más médicos con poca dependencia que personal de enfermería, y es este grupo el que presenta una más alta tasa de dependencia media. No hay diferencias entre profesiones en la tasa alta de dependencia a la nicotina.

Un dato destacable es que la mayor parte de los trabajadores de la sanidad asturiana, que son fumadores, fuman en el centro de trabajo, aunque bien es cierto que, en la mayoría de los casos, lo hacen en determinados lugares específicos. Una pequeña parte (3,6%) lo hace en cualquier lugar y sólo el 11,9% no fuma en ninguna situación en su centro de trabajo. Es en la atención especializada donde hay un mayor porcentaje de personas que fuman en cualquier lugar del centro de trabajo. Del personal de enfermería que fuma, el 6% lo hace en cualquier lugar del centro de trabajo, frente al 2,3% de los médicos.

Muy pocos de los sujetos encuestados reconocen fumar delante de sus pacientes y sólo el 5,2% dice hacerlo en alguna ocasión. En esta cuestión, hay una consistencia de respuesta que no se da en ninguna otra parte de la entrevista. Esta consistencia se mantiene si comparamos sexos y grupos profesionales.

El 85% de los que contestan a la pregunta ¿intentará dejar de fumar en los próximos 15 días?, afirma que definitivamente no o que es poco probable que lo intenten. Prolongando el tiempo y situando la misma pregunta 6 meses más allá, tres cuartas partes de los encuestados creen que es nada o poco probable que sean ex fumadores. El resto se reparte entre las opciones de bastante o muy probable. Por tanto, no parece haber una correspondencia entre el interés en dejar de fumar y la conducta de intento de abandono.

Si se comparan las respuestas de los médicos con las del personal de enfermería, este último grupo tienen un mayor interés en el abandono del hábito que el primero.

Parece, según reflejan los datos, que la intención de los profesionales de la sanidad para seguir un tratamiento de ayuda para el abandono, se reparte de manera clara, la mitad estaría dispuesta y la mitad no estaría dispuesta. De manera similar responden cuando se les pregunta acerca de la posibilidad de seguir un tratamiento en el centro de trabajo.

En cuanto a las limitaciones legales del uso del tabaco en los centros sanitarios, hay una cierta tendencia de respuesta, y si comparamos categorías profesionales aparecen datos consistentes. Las diferencias de opinión aparecen ligadas a la circunstancia de ser fumador o no serlo. De cualquier manera, la opinión más extendida es aquella que se refiere a la prohibición del uso de tabaco en los centros sanitarios, con la salvedad de mantener espacios reservados especialmente delimitados para los fumadores.

Estos resultados dibujan con cierta precisión la realidad de los profesionales de la sanidad asturiana en cuanto a sus hábitos tabáquicos. A partir de aquí, cabe pensar en la necesidad de la puesta en marcha de diferentes programas con el objetivo de intentar reducir la incidencia de este problema en el personal sanitario del Principado de Asturias.

Agradecimientos

Esta investigación ha sido financiada por la Consejería de Salud y Servicios Sanitarios (Plan sobre Drogas) del Principado de Asturias.

Bibliografía
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Viana Alonso A, Fernández Martín J, Sáinz Rojo A, Moral Iglesias L..
Encuesta sobre las medidas de prevención antitabáquica en la red de hospitales del Insalud..
Med Clin (Barc), 116 (2001), pp. 117
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Marín Tuyà D..
Convención de Ginebra para el control del tabaco: la salud prevalece sobre el producto..
Med Clin (Barc), 121 (2003), pp. 253-5
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Anales Sis San Navarra, 20 (1997), pp. 42-4
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Pardell P, Saltó E, Jané M, Salleras Ll..
Cómo luchar contra la epidemia tabáquica en nuestros días..
Med Clin (Barc), 116 (2000), pp. 60-2
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Aire saludable en los centros sanitarios de Asturias. Programa Marco. Oviedo: Dirección General de Salud Pública, 2000.
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Consejo antitabaco en atención primaria de salud. Programa Marco. Oviedo: Dirección General de Salud Pública, 2000.
[8]
Encuesta Domiciliaria sobre el Uso de Drogas 1997. Madrid: Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, 1998.
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