Introducción
El abuso de drogas en España es muy elevado y esto se muestra en que la intoxicación aguda atendida más frecuentemente en los Servicios de Urgencias es la ocasionada por drogas de abuso incluyendo el alcohol1.
Existen en la literatura numerosos artículos que hacen referencia a la prevalencia del abuso de estas sustancias en la población, pero no suelen estar confirmados por ensayos de laboratorio. Sin embargo, el número de peticiones de screening de drogas de abuso en orina se ha ido incrementando con el paso de los años, principalmente por la rapidez con que se obtienen los resultados.
La demanda analítica que recibe el laboratorio es elevada, dado que muchos facultativos utilizan los screening en orina para facilitar la toma de decisiones y confirmar el diagnóstico clínico2.
Con el fin de optimizar los recursos es imprescindible una estrecha comunicación entre los Servicios clínicos y el laboratorio, porque no es razonable realizar un screening completo de tóxicos a cada paciente que presente una posible intoxicación o se tenga sospecha de consumo de alguna sustancia. Se debe hacer una selección de pruebas basándose objetivamente en la clínica que presenta el paciente, su histórico de consumo si lo tiene y lo que refieren los familiares o la propia persona.
Algunos autores sugieren que la identificación de una droga de abuso en orina tiene utilidad en el manejo del paciente3-7 si es útil a la hora de establecer su estado mental3,8, aunque los resultados no afecten al tiempo de hospitalización del mismo5,9. Otros, sin embargo, afirman que el conocimiento de la presencia en orina de drogas de abuso no influye decisivamente en el manejo del paciente10.
Por ello hemos realizado este estudio para orientar al médico mostrando qué clase de drogas son más consumidas por nuestra población, qué tipo de po liconsumo existe y cuál es el perfil del paciente consumidor.
Material y métodos
Estudio transversal descriptivo de carácter retrospectivo de los pacientes a los que durante el año 2002 se les solicitó en el Servicio de Bioquímica del Hospital Ramón y Cajal un screening de drogas de abuso en orina que incluye: cocaína, opiáceos, cannabis y anfetaminas.
El protocolo de recogida de muestras consiste en la obtención de la orina del paciente, que se envía desde cualquier Servicio del hospital en tubo limpio directamente al laboratorio para su procesamiento en el día. Si se sospecha por su aspecto que puede estar diluida se mide su densidad para controlar la presencia de falsos negativos. El facultativo responsable del laboratorio consulta la historia clínica electrónica del paciente y llama al médico responsable del mismo para decidir conjuntamente qué drogas de abuso se deben realizar en la muestra enviada.
Se establecieron puntos de corte para cada droga con el fin de presentar los resultados como positivos o negativos. Los criterios de elección de los puntos de corte se basaron en las especificaciones del método que coinciden con los que aconseja el NIDA (Instituto Nacional de Drogas de Abuso). Para cocaína y opiáceos se consideró positivo un valor en orina de más de 300 ng/ml, para el cannabis el punto de corte se estableció en 50 ng/ml y para anfetaminas en 1.000 ng/ml. A partir de estos valores se consideró el resultado positivo, es decir, que el paciente consumió la droga de abuso.
Los análisis se realizaron en el autoanalizador AxSym® de Abbott®, utilizando la técnica de FPIA (inmunoensayo de polarización de fluorescencia)11. El laboratorio que suministra los reactivos especifica el tipo de reacción cruzada que existe para cada analito. Una concentración de 3.000 ng/ml de 3,4-metilendioxi-metanfetamina (MDMA o éxtasis) muestra resultados de reactividad cruzada por encima del límite de detección (100 ng/ml) del ensayo AxSYM para anfetamina.
Se analizaron los resultados de cada paciente y se calcularon en forma de porcentaje para observar qué hábitos de consumo tiene la población que acude a nuestro hospital situado en el Área 4 de Madrid. El análisis estadístico se realizó mediante el programa SPSS para Windows. Se definieron variables cualitativas para sexo, edad, motivo de consulta, diagnóstico psiquiátrico, Servicio, destino del paciente, cocaína, opiáceos, cannabis y anfetaminas. Se realizaron tablas de contingencia utilizando la prueba estadística de Chi-cuadrado y su correspondiente coeficiente de correlación de Pearson.
Resultados
Se analizaron las muestras procedentes de 357 pacientes a los que durante el año 2002 se les solicitó un screening de drogas de abuso en orina.
Un 55,1% de los pacientes dio positivo a alguna de las drogas de abuso estudiada. La figura 1 muestra en porcentajes los diferentes tipos de consumo de drogas de abuso que se encontraron en esta población. De los pacientes que dieron resultados positivos un 23,2% fue por cannabis seguido por la cocaína 16,2%, las anfetaminas 9% y por último los opiáceos 6,7%.
Figura 1. Pacientes cuyo análisis resultó positivo a alguna de las drogas de abuso.
Se observó un alto porcentaje de policonsumidores, es decir, pacientes que dieron positivo en más de una droga de abuso. Un 12% de los resultados positivos correspondieron a pacientes que habían consumido dos o más drogas de abuso. En la figura 2 se desglosan estos resultados indicando el porcentaje sobre el total de policonsumidores. El policonsumo mayoritario es la combinación de cocaína con opiáceos, igualado con el de cocaína con cannabis (29%). Cinco pacientes (13%) dieron positivo en cocaína y anfetaminas. En cuatro pacientes los resultados indicaron la combinación de cocaína, opiáceos y cannabis (11%). El resto de las combinaciones encontradas se representan en la figura 2.
Figura 2. Pacientes cuyo análisis resulto positivo a más de una droga de abuso sobre el total de policonsumidores.
Un 66,7% de los pacientes que se incluyeron en el estudio fueron hombres, mientras que un 33,1% fueron mujeres. De la comparación entre el consumo de las distintas drogas de abuso entre los dos sexos se extrae que los consumidores varones de cocaína, cannabis y policonsumidores constituyeron el 64,3% frente al 35,6% de mujeres. En el caso de las anfetaminas el consumo fue de nuevo mayor entre los varones, pero la diferencia no fue tan acusada como en el caso anterior (53% de hombres frente al 47% de mujeres). Sin embargo, los pacientes que consumieron opiáceos no reflejaban estas diferencias en el sexo, ya que el consumo fue igual en hombres que en mujeres (fig. 3).
Figura 3. Comparación del consumo de drogas de abuso en función de sexo.
Los patrones de consumo según el grupo de edad se resumen en la figura 4. Se observa que el consumo de cocaína y cannabis es mayor en el grupo de menores de 30 años disminuyendo considerablemente en los rangos de mayor edad. Un 59% de los pacientes que consumieron cocaína y un 62% de los que consumieron cannabis tenían menos de 30 años. Por el contrario, el consumo de opiáceos es mayoritario en el grupo de 31-45 años (59%) y el único que destaca en los mayores de 45 años.
Figura 4. Estratificación del consumo de drogas de abuso según la edad.
Respecto a la procedencia de los pacientes que se incluyeron en el estudio, 127 (35,6%) pertenecían al Servicio de Psiquiatría. Del Servicio de Urgencias se analizaron muestras de orina de 121 pacientes (34%) y del de Infecciosas de 39 pacientes (11%). El resto de los Servicios que mandaron muestras de screening al laboratorio fueron Primaria, Neurología y Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI). En la figura 5 se desglosa el número de pacientes que dio positivo a cada tipo de droga según el Servicio en el que fueron atendidos.
Figura 5. Número de pacientes que dio positivo a cada tipo de droga de abuso en función del Servicio en el que fue atendido. UVI: Unidad de vigilancia intensiva.
Se estudiaron los motivos de consulta por los que los pacientes acudieron al hospital, y se observó que en los consumidores de cannabis y en los policonsumidores el motivo mayoritario fue la alteración en la conducta, mientras que en los consumidores de cocaína fue la intoxicación. Por otra parte, cabe destacar como motivo de consulta entre los consumidores de opiáceos y de anfetaminas la infección que incluye a los pacientes con fiebre o positivos para el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). En la tabla 1 se muestran los motivos de consulta mayoritarios en los pacientes con analíticas positivas. Se puede observar que el intento autolítico es un motivo común de consulta; en la literatura médica se describe cómo el abuso de sustancias es uno de los problemas más frecuentes asociado al suicidio en los varones12.
De los 357 pacientes que conforman nuestra base de datos, 333 tienen un diagnóstico psiquiátrico del que destaca la esquizofrenia con un total de 63 pacientes (19%). El análisis individualizado del consumo de drogas de abuso en relación con la esquizofrenia muestra que el 55,6% de los pacientes psicóticos eran consumidores de alguna de las sustancias analizadas, destacando el número de consumidores de cannabis; 18 pacientes tenían esquizofrenia y dieron positivo en el análisis de cannabis.
Los pacientes que dieron positivo en alguna de las drogas de abuso fueron destinados a centros de salud mental (41%), al médico de Atención Primaria (15%), a centros de atención a drogodependientes (11%), al hospital de día psiquiátrico (8%), al Servicio de Infecciosas (8%), al Servicio de Psiquiatría (7%) o a su hospital de referencia (tabla 2).
Discusión
Los datos epidemiológicos sobre el consumo de drogas en España han ido cambiando con el paso de los años y están sujetos a las distintas modas, no existe un patrón fijo de consumo. España es el tercer país de la Unión Europea en consumo de cannabis, éxtasis y anfetaminas y el primero en consumo de cocaína13.
La mayor parte de los datos que se tienen al respecto proceden de encuestas realizadas en nuestro país en diferentes años, y no suelen estar relacionadas con el análisis químico de muestras biológicas. Cabe destacar un estudio llevado a cabo en más de 1.000 mujeres embarazadas realizado en Barcelona en el que se estudió la prevalencia de drogas de abuso mediante el análisis de cocaína, opiáceos y anfetaminas en muestras de meconio14.
En el informe nº 6 del Observatorio Español sobre Drogas se detallan los datos de la encuesta domiciliaria sobre el consumo de drogas del año 200315. Cabe destacar el aumento de la prevalencia de consumo de cannabis, cocaína y anfetaminas y la disminución de la prevalencia de consumo de heroína. Estos datos coinciden con los obtenidos tras el análisis de las muestras recibidas en el Servicio de Bioquímica del hospital.
El cannabis es la droga ilegal mas consumida en España15,16, según las encuestas domiciliarias sobre consumo de drogas de 1999 y de 2001; esto se refleja en nuestro estudio de forma que el porcentaje más alto de muestras positivas es en cannabis (23,2%). Este dato es debido posiblemente a la importante presencia que el consumo de cannabis tiene entre los jóvenes de nuestra sociedad. En las encuestas que llevó a cabo la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas se indica el perfil sociodemográfico de los consumidores de cannabis; más de la mitad eran hombres solteros con una edad inferior a 29 años. Los pacientes consumidores de cannabis incluidos en nuestro estudio presentan este mismo perfil, un 59% eran menores de 30 años y un 69% hombres.
La cocaína es la droga de comercio ilegal más extendida tras el cannabis15,16, dato que queda refleja do también en nuestro estudio con un 16,2% de muestras que dieron positivo en la prueba de la cocaína (fig. 1) y con un perfil de consumo similar al del cannabis, mayor en hombres con edades inferiores a 30 años.
Los datos del último informe (noviembre de 2003) del Observatorio Español sobre Drogas confirman que se está reduciendo de forma sostenida en la última los consumidores de heroína. Nuestros resultados muestran sólo un 6,9% de peticiones positivas al análisis de opiáceos en orina. Cada vez es más difícil encontrar consumidores jóvenes de heroína15, ya que el 70,6% de los consumidores de opiáceos detectados en nuestro hospital eran mayores de 30 años, siendo la edad media de estos pacientes de 36 ± 13 años (media ± desviación estándar).
En la figura 2 se detalla el consumo múltiple de distintas sustancias o policonsumo, observándose que en la mayoría de los casos está presente la cocaína en combinación con otras drogas, mayoritariamente el cannabis. Existe todo tipo de combinaciones entre las 4 drogas de abuso que incluimos en este estudio, pero la pauta de consumo más alta es la combinación de cocaína con cannabis o de cocaína con opiáceos. Esta última asociación es muy frecuente, el 56% de heroinómanos también consume de forma regular cocaína según muestra un estudio de 1.177 pacientes en nuestro medio17.
Los resultados obtenidos en función del Servicio desde el que se solicitaba la analítica se muestran en la figura 5. Si bien el número de pacientes atendidos en la urgencia es mayor que en otros Servicios, podemos ver cómo el patrón de consumo es muy semejante en todos ellos. Destaca el número de pacientes consumidores de cocaína y cannabis en los Servicios de Urgencias y Psiquiatría, relacionados con trastornos de conducta que motivan la consulta.
Nuestro muestreo de consumo concuerda con el patrón de consumo social que se refleja en las encuestas del Observatorio Español sobre Drogas.
Conclusiones
El 55,1% de todos los pacientes incluidos en el estudio dio positivo a alguna de las drogas de abuso analizadas. De ellos un 23,2% fue por cannabis, 16,2% por cocaína, 9% por anfetaminas y 6,7% por opiáceos. En cuanto al policonsumo una cuarta parte de los resultados positivos correspondía a esta situación. La combinación más frecuente era cocaína con opiáceos, seguido de cocaína con cannabis. También se asociaba con frecuencia cocaína con anfetaminas. Por tanto, en nuestra población el policonsumo es la regla más que la excepción, principalmente entre los consumidores de opiáceos, que a la vez consumen estimulantes. Es frecuente también el policonsumo de diversas sustancias estimulantes (cocaína y anfetaminas). El consumo de cocaína y cannabis en hombres fue el doble que en mujeres, y globalmente el más frecuente en los menores de 30 años. Destaca el descenso brusco del consumo de drogas de abuso a partir de 45 años en coincidencia con el de la actividad social recreativa.
Debemos tener estos datos en cuenta a la hora de estudiar las diversas sustancias en aquellos pacientes en los que se sospecha el consumo de alguna de ellas.