El papel de los anticonvulsivantes en el tratamiento de las adicciones ha sido objeto de creciente interés, en particular en el tratamiento de la dependencia a cocaína.
Aunque algunos estudios habían mostrado el beneficio de estos fármacos en el tratamiento de la dependencia a opiáceos, una revisión dentro de la colaboración Cochrane había mostrado su falta o limitada eficacia 1 (página 10: "authors' conclusions: Implications for practice. Although caution is needed when assessing results from a limited number of small clinical trials at present there is no current evidence supporting the clinical use of anticonvulsants medications in the treatment of cocaine dependence. This absence of evidence may leave to clinicians the alternative of balancing the possible benefits against the potential adverse effects of the treatment").
Una reciente revisión de Yolanda Álvarez, Miguel Farré, Francina Fonseca y Marta Torrents publicada en el número 1 de 2010 del Journal of Substance Abuse Treatment, ha vuelto a analizar este tema con detalle.
Se incluyeron en el estudio 16 ensayos clínicos publicados entre 1966 y 2008, con 1.236 pacientes dependientes de cocaína, en los que se había empleado algún anticonvulsivante en el tratamiento de su dependencia a la cocaína. En la selección de los estudios no se eliminaron aquéllos en los que los pacientes eran dependientes de opiáceos o estaban en tratamiento con metadona.
Se incluyeron sólo aquellos ensayos clínicos de calidad (aleatorizados, doble ciego...) en los que además se hubiese analizado el posible consumo de cocaína a partir de las determinaciones analíticas de su metabolito benzoilecgonina en orina.
Los criterios de eficacia fueron: a) abandono, o no, del tratamiento, y b) detección, o no, de benzoilecgonina en orina.
El estudio mostró que al final del tratamiento los fármacos anticonvulsivantes no fueron mejores que el placebo con respecto a la retención de los pacientes en tratamiento (riesgo relativo [RR] = 0,99; 95 % intervalo de confianza [IC] 95 % = 0,90-1,11) y que el empleo de fármacos anticonvulsivantes no se asoció a un descenso en el uso de cocaína (análisis de orina): RR = 0,95; IC 95 % = 0,85-1,06 2 (página 68: "Efficacy: ... at the end of the treatment, the anticonvulsant drugs were not better than placebo with respect to retention of the subjects in the study, relative risk (RR) = 0.99; 95 % CI = 0.90-1.11. The efficacy of anticonvulsant drugs on cocaine use measured by urine benzoylecgonine levels was assessed in 13 studies [...]. The analysis of the included studies indicated that the use of anticonvulsant drugs was not followed by a decline in cocaine use, RR = 0.95; 95 % CI = 0.85-1.06...").
Los autores 2 concluyen que en su conjunto los anticonvulsivantes no han mostrado su eficacia en el tratamiento de la dependencia a la cocaína a partir de la retención en el tratamiento y consumo de cocaína (página 70: "This meta-analysis of RCT indicated that overall, anticonvulsant drugs have not been effective in the treatment of cocaine dependence in terms of retention in treatment or cocaine use"). Y que basado en ello no hay suficiente evidencia que justifique su uso en el tratamiento de la dependencia a cocaína (página 66: "Available clinical trials indicate that there is insufficient evidence to justify the use of anticonvulsant drugs in treating cocaine dependence").
Aunque los datos de esta revisión 2 deben ser tomados en cuenta a la hora de prescribir, o no, estos fármacos a estos pacientes, es preciso señalar que son necesarios ensayos clínicos con mayores tamaños muestrales. Quizás algunos subgrupos de pacientes podrían beneficiarse.
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