Es importante salir del entorno nacional por razones varias: el contacto con nuevas ideas y diferentes formas de trabajo, la exposición a mejores prácticas y a altos estándares en la asistencia médica, el aporte para el desarrollo del currículo profesional personal, el logro de de nuevos contactos, la mejora del nivel de idiomas y de las habilidades de comunicación en un entorno distinto y otras muchas ventajas que superan en mucho a los inconvenientes y que justifican la necesidad de un apoyo institucional tanto por parte del tutor como de la unidad docente1. En general este apoyo existe, pero no es infrecuente la falta de estímulo o la carencia de soporte financiero.
El periodo de rotación internacional no siempre debe cumplir el requisito del traslado real de la persona fuera del país ni de la propia consulta, y de hecho conviene que en gran parte sea «a distancia». Por ejemplo, con la participación en listas de correo como la española MEDFAM o la brasileña SBMFC. Más importante que el viaje internacional en sí mismo, lo es la inmersión en un ambiente de exposición a las ideas y a un idioma diferente.
En otros casos la experiencia internacional se gana con el simple asistir a reuniones científicas de grupos de interés, lo que tampoco exige una rotación propiamente dicha. Así, por ejemplo, la pertenencia a sociedades científicas profesionales extranjeras y la asistencia a sus congresos puede ayudar a compensar déficits formativos específicos2. Para un residente portugués la participación en el Congreso de semFYC es muy importante no solo porque contribuye al fortalecimiento de los vínculos profesionales con colegas españoles, sino también por la oportunidad de adquirir sus publicaciones (no disponible su venta a través de Internet para fuera de España). Otro ejemplo, la asistencia a las reuniones internacionales de la European General Practice Research Network, que facilita el contacto de los residentes con grupos de investigación y allana el camino a la formación y la colaboración en la investigación internacional en atención primaria3.
La realización de la rotación internacional propiamente dicha aporta tanto una nueva visión social como científica y profesional. Por ejemplo en zonas rurales, puede darnos una idea de otra estructura y organización, de las relaciones del médico con otros poderes sociales (alcalde, farmacéutico, maestro, trabajador social) y el conocimiento del impacto de la geografía y la distancia en la prestación de la atención sanitaria. La comparación de la organización de servicios entre el propio país y el visitado permite valorar las posibilidades de mejora en origen del trabajo y de la polivalencia práctica en situaciones distintas pero extrapolables4.
Es también una experiencia internacional el participar en actividades de periodismo médico en revistas extranjeras, como la posibilidad del desarrollo de habilidades para escribir en otro idioma o el conocimiento del peculiar énfasis en la revisión crítica de la literatura médica según ambientes y hábitos científicos y profesionales distintos. Por otro lado, obviamente, tal experiencia da la oportunidad de trabajar con directores, consejos de redacción y grandes organizaciones5.
Por último, no debemos olvidar que aunque cada vez son más las ofertas de oportunidades internacionales con un programa estructurado como el Hipócrates o los programas de intercambio de las asociaciones nacionales de residentes (por ejemplo, el organizado recientemente por el Comité Internacional Júnior del Real Colegio de Médicos Generales en Glasgow), sigue siendo importante la búsqueda y creación de nuestras propias oportunidades internacionales, porque no hay nada como algo hecho a nuestra medida.
Dr Juan Gérvas (Madrid), Dra Elena Serrano (Barcelona), Dr José Carlos Patrício (Rio de Mouro), Dra Sara del Olmo (Madrid).