Las micobacterias no tuberculosas son microorganismos ubicuos que se describen en ocasiones como patógenas, sobre todo en pacientes inmunodeprimidos. Mycobacterium neoaurum es una micobacteria escotocromógena de crecimiento rápido, implicada por primera vez como causa de infección en humanos en 19881. Desde entonces, se han publicado 13 casos de infección en pacientes inmunocomprometidos: 10 de bacteriemia1–7, la mayoría asociada a catéter1–4,7, y casos aislados de infección del tracto urinario8, meningoencefalitis9 e infección pulmonar10. Se presenta un caso de bacteriemia asociada a catéter periférico.
Mujer de 31 años, que presentaba un brote de colitis ulcerosa y recibía tratamiento con azatioprina (2mg/kg/día oral) y prednisona (1mg/kg/día intravenosa). Al ingreso se le implantó un catéter venoso periférico en brazo para sueroterapia y medicación. Una semana más tarde, la paciente presentó un cuadro febril de 39°C, con repercusión en su estado general, asociado a induración, eritema y dolor en la zona de inserción del catéter. Se procedió a su retirada, se extrajeron hemocultivos seriados, se comenzó tratamiento empírico con teicoplanina (200mg/día durante 7 días) y la paciente evolucionó favorablemente. En los 6 meses siguientes no se detectaron recidivas.
En todos los frascos de hemocultivo aerobios se detectó crecimiento a las 72h de incubación, observándose en las placas de agar sangre y agar chocolate colonias pequeñas, lisas, de color amarillo. En la tinción de Gram se apreciaron bacilos de tamaño mediano gramvariables y en la tinción de Ziehl-Neelsen, bacilos ácido-alcohol resistentes. La cepa crecía a 35 pero no a 42°C ni en medio de MacConkey ni en presencia de ClNa al 5%, no reducía el nitrato, producía ureasa y aril-sulfatasa (14 días), hidrolizaba el Tween 80 (7 días), no utilizaba citrato pero sí acetato, y asimilaba glucosa, xilosa, arabinosa, manitol, inositol y glicerol, pero no galactosa ni sorbitol. Las pruebas bioquímicas no discriminaron completamente entre Mycobacterium aurum y M. neoaurum, si bien la utilización de acetato y la no asimilación de galactosa diferencian a M. aurum de M. neoaurum. La identificación definitiva se realizó en el Centro Nacional de Microbiología de Majadahonda (Madrid), mediante técnicas moleculares de análisis de los fragmentos de restricción del gen hsp65 y secuenciación del gen 16S ARN. El estudio de sensibilidad a antimicrobianos con E-test (AB Biodisk, Suecia) demostró una CMI en el rango habitual de sensibilidad de los siguientes antibióticos: tobramicina, amikacina, claritromicina, azitromicina, cefoxitina, imipenem, ciprofloxacino, levofloxacino, tetraciclina, tigeciclina y linezolid, y resistencia a rifampicina, fosfomicina y cotrimoxazol. Como la paciente había recibido tratamiento con teicoplanina, se estudió también la sensibilidad a este antibiótico cuya CMI para M. neoaurum fue de 2mg/l.
El caso de infección por M. neoaurum que se presenta es el primer caso de bacteriemia descrito en Europa y confirma el potencial patógeno de esta micobacteria en pacientes con factores de riesgo. Su presencia en muestras estériles (puede detectarse con facilidad en el hemocultivo), asociada a signos y síntomas de enfermedad infecciosa, sugiere que M. neoaurum es el causante del cuadro clínico. Su identificación bioquímica es compleja y puede llevar a resultados dudosos, por lo que es preferible utilizar técnicas moleculares para este fin. M. neoaurum muestra in vitro CMI bajas que indican su sensibilidad a una gran variedad de antimicrobianos. Para el tratamiento de los casos de infección descritos en la bibliografía se han utilizado antibióticos muy diversos: aminoglucósidos, claritromicina, fluoroquinolonas, doxiciclina, cefoxitina, linezolid y etambutol, y en la mayoría de los casos resultaron efectivos juntamente con la retirada del catéter cuando la infección estaba relacionada con su presencia3, como posiblemente sucedió en nuestro caso.