Presentamos la experiencia de un centro durante 6 años con el uso de la toxina botulínica A (TBON-A) en la vejiga, o en la uretra en 110 pacientes, con diversos trastornos del tracto urinario inferior.
Se inyectó a 110 pacientes (edad 19-82 años) TBON-A en la vejiga (n = 42) o la uretra (n = 68), 35 V, 75 M. Entre los trastornos de la micción figuraban hiperactividad neurógena del detrusor y/o disinergia detrusor-esfínter, vejiga hiperactiva (VHA), hiperplasia benigna de próstata (HBP), obstrucción del cuello de la vejiga (OCV) y cistitis intersticial (CI). Hasta ahora, 27 pacientes han recibido varias inyecciones (hasta un máximo de 6) a intervalos de ??6 meses.
Todos los pacientes que recibieron inyecciones de TBON-A en la vejiga presentaban signos preoperatorios de contracciones involuntarias del detrusor en los estudios urodinámicos. El análisis de los 110 pacientes indica que en el 67,3% la incontinencia disminuyó o desapareció con el tratamiento. Los diarios indican que los síntomas diurnos y nocturnos de la micción disminuyeron. TBON-A fue eficaz a los 7 días y su eficacia se mantuvo durante al menos 6 meses. Las puntuaciones de síntomas en los análisis de CdV, las puntuaciones de síntomas específicos de la enfermedad también mejoraron. No ha habido complicaciones a largo plazo. En dos mujeres con esclerosis múltiple (EM) e incontinencia urinaria leve por estrés en el periodo basal, la pérdida de orina por estrés aumentó tras la inyección de TBON-A en el esfínter externo. En una mujer con EM que recibió una inyección en la vejiga, el volumen de orina residual aumentó de 78 a 155 ml. La paciente no tuvo que someterse a sondaje intermitente.
Ls inyección de TBON-A es una modalidad de tratamiento segura y prometedora para diversos trastornos del tracto urinario inferior tanto del músculo esquelético como del músculo liso. En la serie de pacientes estudiados, TBON-A es igual de eficaz en mujeres que en varones. Las inyecciones de TBON-A en la vejiga son eficaces no sólo para la hiperactividad neurógena del detrusor, sino también para la vejiga hiperactiva. El uso de TBON-A puede incluso considerarse para la CI.
We report one institution’s six-year experience using botulinum toxin A (BONT-A) in the bladder and urethra in 110 patients for a variety of lower urinary tract dysfunction.
110 patients (age 19-82) were injected with BONT-A into the bladder (n=42) or urethra (n=68), 35 M, 75 F. Voiding dysfunction included: neurogenic detrusor overactivity and/or detrusor sphincter dyssynergia, overactive bladder (OAB), benign prostatic hyperplasia (BPH), bladder neck obstruction (BNO) and interstitial cystitis (IC). Currently, 27 patients have undergone further injections (up to 6) at intervals > 6 months.
All the patients with bladder BONT-A injection had preoperative evidence of involuntary detrusor contractions during urodynamic testing. Analysis of the 110 patients indicates that 67.3% reported a decrease or absence of incontinence. Diaries indicate a decrease in both day and night voiding symptoms. Efficacy occurred within 7 days and lasted for at least 6 months. Condition specific QOL symptom scores also demonstrated improvement. There have been no long-term complications. Two MS women with mild baseline stress urinary incontinence reported increased leakage with stress after BONT-A external sphincter injection. One MS woman who had a bladder injection had an increased residual urine from 78 to 155 ml. She did not have to perform intermittent catheterization.
BONT-A injection is a safe and promising treatment modality for a variety of lower urinary tract dysfunctions for both skeletal and smooth muscle dysfunction. In our series, BONT-A is equally effective in women as it is in men. Bladder injections with BONT-A are effective for not only neurogenic detrusor overactivity but also overactive bladder. BONT-A can even be considered for IC.