Objetivos: De todos es conocida la carencia de injertos en los programas de trasplante hepático. En los últimos años se ha desarrollado como estrategia de mejora del rendimiento del pool de donantes la utilización de máquinas de perfusión ex situ para evaluación de la viabilidad de hígados considerados marginales o de alto riesgo. Presentamos la experiencia de nuestro grupo tras la puesta en marcha del proyecto de perfusión normotérmica ex situ con la máquina Metra de la empresa Organox, uno de los dos dispositivos de uso clínico aprobados en el mercado.

Métodos: Iniciamos la gestión para la introducción del programa a final de 2017, y tras evaluación del protocolo y autorización de la dirección y de la ONT, se comenzó la formación de los responsables, consistente en la tutorización en el manejo de la máquina y experiencia de prueba con la misma tanto en la sede de la empresa en el Reino Unido como en nuestro centro a lo largo de 2018-2019. Tras considerar satisfactorio el periodo de formación, se aprobó la puesta en marcha de la experiencia clínica por parte del equipo de trasplante a partir de 2020. Consideramos como candidatos donantes con evidencia de esteatosis marcada; daño isquémico previo o durante extracción ultrarrápida en situación de parada circulatoria; alteración estructural no cirrótica con resultado de perfusión no satisfactoria y en casos de isquemia fría muy prolongada, definiendo unos criterios de inclusión acordes.

Resultados: Describimos tres experiencias clínicas con hígados considerados como no válidos durante la extracción, que consideramos de gran interés para el resto de grupos de cara a la expansión de la técnica. De ellas una resultó en el descarte definitivo del injerto y las otras dos culminaron en sendos trasplantes exitosos, sin haber presentado complicaciones relevantes en el seguimiento a 3 meses.

Conclusiones: Tenemos confianza en que esta técnica novedosa supondrá un cambio de paradigma en el campo del trasplante hepático, con una mejoría significativa en el aprovechamiento de los donantes disponibles calculada en al menos un 10%; y en la seguridad del procedimiento, permitiendo una evaluación funcional mucho más fiable que evitará problemas de disfunción inicial severa y el consecuente retrasplante.