El porocarcinoma ecrino es una rara neoplasia cutánea que se desarrolla sobre los ductos intraepidérmicos de las glándulas sudoríparas ecrinas1. Su incidencia varía entre un 0,005 y un 0,01% de todos los tumores cutáneos y es más frecuente en las mujeres a partir de los 60 años2,3, aunque se han descrito casos en niños y adultos jóvenes4.
Se desconoce la etiología de esta neoplasia, si bien ha sido relacionada con la exposición solar crónica, la exposición a agentes químicos y la inmunosupresión1.
Suele presentarse como una masa o nódulo verrucoso que se puede ulcerar, es más frecuente en las extremidades inferiores (33,9%) y en cabeza y cuello (39,9%)1. Hasta la fecha han sido pocos los casos publicados en la bibliografía de porocarcinomas de localización mamaria1,5,6.
Presenta altas tasas de recidiva y de extensión metastásica locorregional, con múltiples nódulos perilesionales2. La extensión metastásica a distancia (31%) suele tener un pronóstico fatal y se desarrolla principalmente en ganglios linfáticos (57,7%) y pulmón (12,8%)1.
El tratamiento de elección en este tipo de tumores es la extirpación quirúrgica de la lesión más radioterapia locorregional1.
A pesar de la extirpación completa de la lesión, presenta unas tasas de recidiva en torno al 20%, metástasis a distancia en el 12% de los pacientes y unas tasas de mortalidad superiores al 50%3.
Se presenta el caso de una mujer de 92 años con antecedentes de hipertensión arterial, dislipidemia, poliartrosis y déficit de vitamina D, que acudió a urgencias tras haber sufrido un traumatismo craneoencefálico en el contexto de un síndrome constitucional de varios meses de evolución, con pérdida de peso. Durante la exploración física de la paciente se apreció una tumoración exofítica indurada y ulcerada de unos 5×6cm en mama derecha, sin signos de infección, con sangrado en sábana al roce (figs. 1 y 2). La paciente refirió crecimiento progresivo de la lesión en los últimos 2años, sin haber consultado previamente.
En la analítica se destaca una hemoglobina de 8,4 g/dL.
Con la sospecha de una neoplasia mamaria, y dado que presentaba sangrado en sábana, se decidió intervenir quirúrgicamente a la paciente, a la que se le realizó una mastectomía simple derecha, sin incidencias. La paciente presentó buena evolución postoperatoria y fue dada de alta a los 7 días de la intervención.
Tras el informe de anatomía patológica, con el diagnóstico de porocarcinoma, se realizó estudio de extensión y se identificaron múltiples conglomerados adenopáticos axilares en el lado derecho.
La paciente, dada su edad, decidió no continuar tratamiento adyuvante.
El porocarcinoma de localización mamaria es una entidad muy poco frecuente en la bibliografía, tratado en este caso quirúrgicamente, dado que es el tratamiento de elección. Aunque no hay protocolos establecidos debido a su escasa respuesta, en el caso de que se presenten metástasis locorregionales o a distancia se puede completar el tratamiento con extirpación ganglionar, radioterapia y quimioterapia: la propia paciente desestimó el tratamiento por su avanzada edad.
En este caso, cabe resaltar el diagnóstico diferencial con el carcinoma mamario, por lo que habría que haber tomado una biopsia previa al tratamiento. Sin embargo, dado que en esta paciente la mastectomía fue de tipo paliativo, la biopsia no habría cambiado la decisión terapéutica. Un diagnóstico precoz es de vital importancia en este tipo de tumores, dadas sus altas tasas de recidiva y de enfermedad a distancia.