El antibiograma tiene una interpretación microbiológica y epidemiológica que no precisa conceptos farmacocinéticos o farmacodinámicos. Sin embargo, cuando se pretende hacer una interpretación clínica de éste es imperativo conocer la farmacocinética de los antimicrobianos, así como todos los fenómenos que tienen lugar cuando se produce la interacción antimicrobiano-microbio. La farmacocinética comprende el estudio de absorción, distribución, metabolismo y eliminación de los fármacos. Estos datos informan sobre las concentraciones activas de los antimicrobianos alcanzadas en sangre y otros humores, así como en tejidos donde puede tener lugar la infección. El conocimiento del metabolismo y vías de eliminación completa los principales parámetros farmacocinéticos de los antimicrobianos. El efecto bactericida de los antimicrobianos puede ser “concentración” o “tiempo-dependiente”. En el primer caso conviene alcanzar altas concentraciones de antimicrobiano, muy superiores a la concentración inhibitoria mínima (CIM) del patógeno, mientras que en el segundo es mucho más importante el mantenimiento de concentraciones discretamente superiores a la CIM, pero mantenidas en el tiempo. Con estos conceptos es posible realizar una interpretación microbiológica-farmacológica del antibiograma que tendrá en cuenta, entre otros factores, la dosificación, las vías de administración y la localización del proceso infeccioso. La mayoría de los grupos de trabajo, nacionales o extranjeros, han tomado en consideración los parámetros farmacocinéticos y farmacodinámicos para la interpretación clínica del antibiograma. En todos los casos, los puntos de corte de sensibilidad o resistencia deben ser corregidos a la luz de la experiencia recogida a través de ensayos clínicos bien diseñados y realizados. Los puntos de corte orientados clínicamente no tienen por qué coincidir con aquellos orientados microbiológica o epidemiológicamente, pero el microbiólogo clínico debe dar una respuesta adecuada a la pregunta que se le realiza y a la aplicación que se va a dar a partir de su respuesta.
Both microbiological and epidemiological reading of the antibiogram can be performed without additional pharmacokinetic or pharmacodynamic concepts. However, when the aim is a clinical reading of the antibiogram, knowledge of the pharmacokinetics of antimicrobial agents and of all phenomena occurring between antimicrobial agents and microorganisms is imperative. Pharmacokinetics includes the study of absorption, distribution, metabolism and elimination of drugs. These data provide information on the active concentrations of antimicrobial agents in blood and other fluids as well as in the tissues where infection may develop. Knowledge of metabolism and of elimination pathways complete the main pharmacokinetic parameters of antimicrobial agents. The bactericidal effect of antimicrobial agents can be either concentration- or time-dependent. In the former, high concentrations of antimicrobial agents, much higher than their corresponding MICs, are needed, while in the latter, maintaining the concentration of antimicrobial agents at levels slightly higher than their MICs over time is more important. With these concepts, a microbiological-pharmacological reading of the antibiogram, taking into account dosage, administration pathway and location of the infectious process among other factors, can be achieved. Most working groups, either national or from abroad, have considered both pharmacokinetics and pharmacodynamics in interpretative reading of the antibiogram. In all cases, breakpoints for susceptibility and resistance should be corrected on the basis of data from well designed and performed clinical trials. Clinically oriented breakpoints do not necessarily have to be the same as those based on microbiological or epidemiological concepts, but clinical microbiologists should be able to give an appropriate response to the question and to the application based on that response.