La hipertensión arterial grave que precisa politerapia es la causa de consulta más habitual en las Unidades de Hipertensión Arterial. En muchos casos el enfermo ya está politratado de forma adecuada utilizando las familias clásicas de hipotensores recomendados por las diversas guías terapéuticas. En estos casos los agentes centrales de nueva generación pueden tener una de sus indicaciones como tratamiento.
Material y métodosSe han revisado restrospectivamente las historias de 62 pacientes a los que se indicó tratamiento con moxonidina, de los cuales 47 habían realizado tratamiento durante un período superior a 6 meses (edad: 60,2±11,3; 21 hombres y 35 mujeres). Todos los pacientes fueron tratados con moxonidina en administración única diaria (generalmente nocturna) a dosis entre 0,2 y 0,4 mg inicialmente con elevación máxima hasta 0,6 mg/día. El efecto clínico y bioquímico del tratamiento se ha valorado tras 6 meses de seguimiento.
ResultadosLa presión arterial sistólica se redujo significativamente (inicial: 161,6 ± 26,3; final: 142,7 ± 18,6 mmHg; p=0,00004). Lo mismo ocurrió con la presión arterial diastólica (inicial: 93,4±12,6; final: 84,9±12,1 mmHg; p = 0,0002). La reducción final obtenida fue –18,4/–8,2 mmHg. La reducción final en la presión de pulso fue 10,1±20,6 mmHg. Ocho pacientes presentaron efectos secundarios (el más frecuente, sedación) y uno de ellos interrumpió por esta causa el tratamiento. Alcanzaron una presión arterial <140/90 mmHg el 34,8 % de los enfermos estudiados, aunque el 67,4% lograron normalizar su presión arterial diastólica.
ConclusionesLa moxonidina demostró ser un fármaco efectivo en las condiciones de trabajo de una Unidad de Hipertensión para reducir la presión arterial en pacientes ya tratados con politerapia.
Serious arterial hypertension that requires polytherapy is the most usual cause in the Arterial Hypertension Units. In many cases, the patient is already adequately polytreated, using the classic families of antihypertensive agents recommended by the different therapeutic guides. In this case, the new generation central agents may have one of their indications as treatment
Material and methodsThe clinical records of 62 patients who were prescribed treatment with moxonidine have been retrospectively reviewed. A total of 47 had undergone treatment for a period greater than 6 months (age: 60.2±11.3; 21 men and 35 women). All the patients were treated with moxonidine with single daily administration (generally at night) at a dose between 0.2 and 0.4 mg initially with maximum elevation until 0.6 mg/day. The clinical and biochemical effect of the treatment was assessed after six months follow-up.
ResultsThe SBP was significantly reduced (initial: 161.6±26.3; final: 142.7±18.6 mmHg; p=0.00004). The same occurred with the DPB (initial: 93.4±12.6; final: 84.9 ± 12.1 mmHg; p = 0.0002). Final reduction obtained was –18.4/–8.2 mmHg. Final reduction in pulse pressure was 10.1 ± 20.6 mmHg. Eight patients had side effects (the most frequent, sedation) and one of them discontinued treatment for this reason. A total of 34.8 % of the patients studied reached an arterial pressure < 140/90 mmHg, although 67.4 % were able to normalize their DBP.
ConclusionsMoxonidine was shown to be an effective drug in the work conditions of the Hypertension Unit to reduce arterial blood pressure in patients already treatment with polytherapy.