Descripción del caso: Adolescente de 16 años que acude a Urgencias por vómitos. Se trata de una joven con antecedentes personales de ingresos hospitalarios de repetición por vómitos con hipoglucemia cetósica, en seguimiento por Pediatría por retraso escolar y pubertad adelantada.

Exploración y pruebas complementarias: Estado general afectado, normohidratada, palidez cutánea, eupneica, afebril. Auscultación cardiopulmonar sin alteraciones. Exploración abdominal anodina. Exploración neurológica sin alteraciones. Se realiza analítica sanguínea (hemograma, bioquímica y coagulación) sin alteraciones, gasometría venosa con resultados dentro de los parámetros de normalidad. Se decide ingreso en Pediatría para ampliar estudio, realizándose RM craneal sin hallazgos significativos y electroencefalograma con resultado de “disfunción leve de probable origen madurativo, sin alteraciones sugestivas de comicialidad”.

Diagnóstico: Síndrome de vómitos cíclicos.

Diagnóstico diferencial: El diagnóstico diferencial debería incluir afecciones gastrointestinales (gastroenteritis aguda, gastritis, malformaciones, Giardiasis, enfermedad inflamatoria intestinal, entre otras), neurológicas (migraña, aumento de presión intracraneal, epilepsia), renales (hidronefrosis aguda secundaria a obstrucción ureteropélvica), metabólicas (diabetes mellitus, feocromocitoma, trastorno oxidación ácidos grasos), así como sinusitis crónicas o embarazo, entre otras.

Comentario final / conclusiones: Ante todo niño con vómitos lo primordial es valorar el estado general del paciente así como intentar establecer un diagnóstico etiológico. El síndrome de vómitos cíclicos es un trastorno gastrointestinal funcional que conlleva episodios recurrentes y graves de vómitos que persisten durante un espacio de tiempo de horas hasta días, con intervalos de normalidad entre ellos. Los criterios diagnósticos incluyen episodios de náuseas y vómitos inexplicados al menos en tres ocasiones en el último año en un niño aparentemente sano, y caracterizados por ser episodios autolimitados, de comienzo súbito, acompañados de palidez, letargia y malestar, y con ausencia de síntomas gastrointestinales o sistémicos entre los ataques. Lo que se pretende con el tratamiento es interrumpir los episodios de vómitos ya establecidos, abortar las crisis durante los pródromos, tratamiento profiláctico y favorecer la recuperación entre los episodios.