Objetivos: Dentro de los ictus isquémicos, los de etiología criptogénica suponen un 25% del total, pero en el año de la pandemia COVID-19 en los pacientes infectados por el virus se observa un incremento hasta el 51,8% según las series, por el hipotético papel protrombótico del SARS-CoV-2. Nuestro objetivo es evaluar si la incidencia de ictus criptogénico en nuestro centro fue mayor para pacientes con COVID-19.

Material y métodos: Estudio observacional, retrospectivo de cohortes. Incluimos pacientes con ictus ingresados en el servicio de neurología en el año 2020, categorizando dos grupos según la infección intercurrente por SARS-CoV2. Comparamos características demográficas y clínicas y diagnóstico etiológico entre los grupos.

Resultados: Se incluyeron 164 pacientes, 8,53% con COVID-19. Los grupos no difirieron en características demográficas y clínicas basales. Los pacientes con COVID-19 sufrieron ictus más graves [mediana NIHSS 9,50 (RIC 4,75-16,25) vs. 2 (RIC 0-6,25); p < 0,05]. y de peor pronóstico [ERm 5,50 (RIC 1-6) vs. 2 (RIC 0-3,25); p < 0,05]. En el grupo con COVID-19 la etiología de ictus criptogénico supuso un 50% del total frente al grupo no COVID-19, 29,3% (p = 0,110).

Conclusión: Se observó que la incidencia de los ictus criptogénico en los pacientes COVID-19 era superior, con la mitad de los pacientes sin otra causa de isquemia. El grupo de pacientes COVID-19 presentaron un mayor tiempo de hospitalización, ictus más graves y peor pronóstico con una mayor mortalidad.