Objetivos: Conducir un automóvil es condicionante de la calidad de vida por ser un bien personal. La discapacidad que produce la esclerosis múltiple (EM) tiene gran relevancia a la hora de conducir un vehículo. El objetivo: evaluar la relación entre las escalas MSFC, EDSS y los test de conducir exigidos por la Dirección General de Tráfico, que evalúan la habilidad de conducción en pacientes con EM comparados con controles sanos.

Material y métodos: Evaluamos 30 pacientes (16 mujeres) con EM definida, edad media 35,57 años, tiempo medio de evolución 8,1 años y 15 controles. Se utilizó la EDSS en pacientes. Todos los sujetos fueron evaluados mediante MSFC y test de conducir.

Resultados: Se observó diferencia significativa del Z-score medio del MSFC de los pacientes (-0,086) vs. controles (0,64), siendo peor en pacientes. Sin embargo, las diferencias solo fueron significativas para los aspectos motores (T25P y 9-HPT) y no para función cognitiva (PASAT). Comparado con los controles, los valores medios de los test de conducir fueron mayores en los pacientes. Se observó correlación estadística entre MSFC y los test de conducción (Test de coordinación visomotora bimanual (TCB) y Test de velocidad de anticipación (TVA), p < 0,01). La EDSS solo correlacionó con el número de errores del TCB.

Conclusión: El MSFC podría utilizarse como mejor predictor que la EDSS para determinar la habilidad de conducir en pacientes con EM, ya que el segundo no contempla la disfunción cognitiva. Sería más adecuado para informarles sobre las limitaciones debidas a su enfermedad, y las repercusiones en la conducción de vehículos.