La actividad física tiene múltiples beneficios para la salud, los que se han estudiado principalmente en enfermedades crónicas no transmisibles. Esta revisión busca investigar el impacto en diferentes enfermedades dermatológicas, por lo que se realizó una búsqueda de evidencia científica mediante las bases de datos PubMed y Embase. Dentro de la evidencia encontrada, la actividad física destaca como un factor protector frente a la psoriasis y posiblemente tiene un papel como coadyuvante en su manejo. También existe evidencia de que aumenta la curación de úlceras venosas de los miembros inferiores en conjunto con la terapia compresiva. El beneficio en la dermatitis atópica es controvertido por el aumento de prurito secundario al sudor. En cuanto a melanoma, hay evidencia que la actividad física no se asocia con un aumento en la incidencia cuando se ajusta el efecto de la radiación UV. Además, puede contribuir a disminuir la mortalidad en los pacientes sobrevivientes de melanoma y a mantener la calidad de vida en los pacientes con enfermedad avanzada. Aún es necesaria la realización de más estudios clínicos para disminuir fallas metodológicas que existen en la evidencia actual, con el fin de aumentar el poder de estas conclusiones.
Physical activity has multiple health benefits that have been studied mainly in chronic diseases. This review seeks to investigate the impact on different dermatological pathologies, which is why a search for scientific evidence was carried out using the PubMed and Embase databases. Within the evidence found, physical activity stands out as a protective factor against psoriasis and has a potential role as an adjuvant in its management. There is also evidence that it increases the healing of lower limb venous ulcers in conjunction with compression therapy. The benefit in atopic dermatitis is controversial due to the increase in itching secondary to sweat. Regarding melanoma, there is evidence that physical activity is not associated with an increase in incidence when the effect of UV radiation is adjusted. Also physical activity may contribute to reduce mortality in melanoma survivors and to maintain quality of life in patients with advanced disease. It is still necessary to carry out more clinical studies to reduce methodological flaws that exist in the current evidence in order to increase the power of these conclusions.