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Vol. 69.
Páginas 77-108 (enero - abril 2016)
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ESTRUCTURAS, REGÍMENES Y ARREGLOS ESPACIO-TEMPORALES. DIÁLOGOS CON LA TEORÍA DE LA ACELERACIÓN DE HARTMUT ROSA
Spatio-temporal structures, regimes and arrangements. Dialogues with the acceleration theory of Hartmut Rosa
Estruturas, regimes e arranjos espaço-temporais. Diálogo com a teoria da aceleração de Hartmut Rosa
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Fernando Campos Medina1, Luis Campos Medina2
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Resumen

Usualmente se considera los cambios en la estructura temporal de la sociedad moderna desde una perspectiva “macro” que descuida el rol crucial de la articulación, y constante negociación, entre regímenes espacio-temporales (nivel estructural) y arreglos espacio-temporales (nivel de la agencia). En este artículo se buscará mostrar que los regímenes espacio-temporales, entendidos como nuestra forma común de vinculación con el tiempo y el espacio, no son nunca una condición globalmente extendida. Junto con ello se intentará abrir la discusión sobre cómo la experiencia de aceleración del cambio social y el aumento de la contingencia pueden ser ambas interpretadas, de manera satisfactoria, desde la perspectiva de múltiples espaciotemporalidades. El uso de nociones como retracción y expansión espacio-temporal, así como, sincronización y desincronización espacio-temporal nos permiten dar cuenta del carácter multinivel de las estructuras espacio-temporales de la modernidad tardía. Con ello se pretende obtener un retrato más realista de los espacios de inconsistencia de la aceleración social, que hasta ahora han sido considerados sólo como efectos colaterales, y se favorece el movimiento desde lo que Hartmut Rosa ha llamado una “fenomenología de la aceleración social”, hacia la noción propuesta de “reestructuración espacio-temporal selectiva”.

Palavras clave:
aceleración social
estructuras espacio-temporales
regímenes
arreglos
Abstract

The changes in the temporal structure of modern society are usually considered from a macro-perspective, which neglects the crucial role of articulation and negotiation, between spatio-temporal regimes (structural level) and spatio-temporal arrangements (agency level). The following paper seeks to show that the spatio-temporal regimes, understood as our ordinary way of relationship with time and space, it is never a condition globally extended. Along with this, it is intended to open the discussion about how the acceleration of social change and the increasing contingence could be both interpreted, successfully, from the perspective of multiple spatio-temporalities. The uses of the notion of spatio-temporal retraction and expansion, as well as, spatio-temporal synchronization and desynchronization, allow us for the account of the multilevel character of the spatio-temporal structures in the late modernity. Thereby, it is intended to obtain a more realistic picture of the spaces of inconsistence inside the social acceleration, which until have been considered only as side effects, favoring what Hartmut Rosa has called a “phenomenology of social acceleration”, moving the explanation to the notions of “spatio-temporal selective restructuration”.

Keywords:
social acceleration
spatio-temporal structures
regimes
arrangements
Resumo

As mudanças na estrutura temporal da sociedade moderna são geralmente pensadas a partir de uma perspectiva “macro” que descuida o papel fundamental da articulação e constante negociação entre regimes espaço-temporais (nível estrutural) e arranjos espaço-temporais (nível da agência). Neste artigo pretendemos demonstrar que os regimes espaço-temporais, entendidos como a nossa forma ordinária de relacionamento com o tempo e o espaço, não são nunca uma condição estendida globalmente. Junto com isso, pretendemos abrir a discussão sobre a maneira como a experiência da aceleração das mudanças sociais e do crescimento da contingência pode ser interpretada com sucesso a partir da perspectiva das múltiplas espaçotemporalidades. O uso de noções como retração e expansão espaço-temporal, bem como sincronização e dessincronização espaço-temporal permitem-nos mostrar o caráter multinível das estruturas espaço-temporais da modernidade tardia. Desse modo, pretendemos obter uma imagem mais realista dos espaços de inconsistência dentro da aceleração social, que até agora tem sido considerados apenas como efeitos colaterais, e enfatizamos o movimento desde o que Hartmut Rosa chamou de “fenomenologia da aceleração social” até a noção de “reestruturação espaçotemporal seletiva”.

Palavras-chave:
Aceleração social
estruturas espaço-temporais
regimes
arranjos
Texto completo
Introducción

La mayoría de los investigadores han interpretado los cambios en la estructura temporal de la sociedad moderna desde una perspectiva “macro”, de acuerdo a la cual se entiende, por ejemplo, que la aceleración en el progreso tecnológico determina las formas sociales y subjetivas. En este artículo, por el contrario, proponemos la necesidad de avanzar en el estudio de la reestructuración espacio-temporal desde la interacción entre regímenes espacio-temporales (nivel estructural) y arreglos espacio-temporales (nivel de la agencia), con el fin de ofrecer una ruta alternativa a dicha macroperspectiva. Con ello se busca superar una interpretación en que las formas sociales y subjetivas son alteradas por los cambios en las estructuras espacio-temporales, destacando las capacidades, tanto de las sociedades como de los individuos, de influir en las estructuras espacio-temporales.1

A lo largo del artículo se buscará avanzar argumentos consecutivos con la intensión de contribuir al diálogo sobre la teoría de la aceleración de Hartmut Rosa. En la primera parte, ofrecemos una contextualización general para mostrar la pertinencia del enfoque de aceleración social en la comprensión de la modernidad hecha por las ciencias sociales. En la segunda sección se mostrará cómo los regímenes espacio-temporales no son nunca una condición globalmente extendida. Por el contrario, ellos son procesos cuya naturaleza es de carácter selectivo, es decir, se manifiestan de modo diferencial en distintas zonas y regiones del orbe, como producto de condiciones heterogéneas y arreglos más o menos inestables. Para relevar este carácter selectivo enfatizamos el rol analítico que juega la dimensión espacial, frecuentemente dejada de lado en los análisis sociológicos de los procesos modernizadores. La tercera parte propone complementar la perspectiva de la aceleración del cambio social a través de la idea de múltiples espacio-temporalidades. Desde esta perspectiva, el carácter multi-nivel de los regímenes espacio-temporales no contradice una orientación hacia la aceleración social, sino que permite un retrato más realista de la experiencia social de aceleración, así como de sus espacios de inconsistencia, con frecuencia tratados como simples efectos colaterales. A nuestro juicio, con esta argumentación se hace viable una reinterpretación de lo que Rosa ha llamado “fenomenología de la aceleración social” a partir de la noción de “reestructuración espacio-temporal selectiva.”

En el artículo se usa como marco conceptual el proceso de reestructuración espacio-temporal enfatizando la continua negociación entre arreglos individuales y regímenes sociales, destacando que ninguno de los dos niveles es tan estable como la interpretación sociológica convencional, espontáneamente, asume. Retracción y expansión así como sincronización y desincronización espacio-temporal, son categorías propuestas como descripciones útiles, y necesarias, del carácter multinivel de las estructuras espacio-temporales de la modernidad tardía y para hacer avanzar la teoría de la aceleración en la formulación de Hartmut Rosa.

1La aceleración social como clave de lectura de la modernidad

La idea de aceleración aparece de modo convergente, aunque la mayoría de las veces de forma implícita, en diferentes teorías sociales. Por ejemplo, el antropólogo francés Marc Augé plantea que dos de las características fundamentales de la “sobremodernidad” son la “aceleración de la historia” y la “individuación de las cosmologías”.2 La aceleración de la historia implica que, en el mundo contemporáneo, las personas progresivamente experimentan más y más eventos históricos. En consecuencia, la frontera entre historia y presente se vuelve muy difusa. En palabras de Augé, “Nuestra modernidad crea pasados inmediatos, crea historia de manera desenfrenada, así como crea alteridad, aún cuando pretenda estabilizar la historia y unificar el mundo.”3 Cuando la teorización social presenta como una característica fundamental de la modernidad una experiencia social desbordada por eventos y acontecimientos, o bien, como exceso de referencias individuales, por el desvanecimiento o la corrosión de los cuerpos intermediarios,4 la articulación de esta explicación con base a la aceleración social se vuelve un resultado casi inevitable. Es justamente este anclaje en la aceleración el que se expresa en la propuesta de Augé, cuando plantea la aceleración de la historia y el encogimiento del planeta.5 Tanto el aumento de los eventos históricos para cada una de las personas que habita la Tierra como la necesidad creciente de construir referencias individuales cuando las visiones de mundo parecen perdidas, son presentadas como el resultado de una restructuración de las coordenadas del tiempo social. En ambos fenómenos subyace la aceleración social como motor explicativo.

En otro ejemplo, Zygmunt Bauman6 introduce la conexión entre aceleración y tiempo/espacio en la modernidad. Vinculando la modernidad con los cambios en las prácticas humanas, el sociólogo polaco enfatiza la mutación en las estructuras de tiempo y espacio como un fenómeno social de primer orden. “[La modernidad] nació bajo las estrellas de la aceleración [temporal] y la conquista territorial [espacio]” señala Bauman con la intención de destacar la emancipación social de las restricciones espacio-temporales existentes en otras épocas. En esa misma línea argumenta

en la moderna lucha entre tiempo y espacio, el espacio aparece como lo sólido e imperturbable […] sólo capaz de librar una trinchera defensiva, siendo un obstáculo para el avance resiliente del tiempo. El tiempo fue siempre el lado activo y dinámico en la batalla, el lado que estuvo siempre a la ofensiva: el invasor, la fuerza conquistadora y colonizadora.”7

Consecuentemente, en la modernidad, y dada la lucha entre tiempo y espacio movida y motivada por las personas, la relación social con tiempo y espacio se vuelve procesual, selectiva, mutable y dinámica. Lo anterior en oposición a otros momentos históricos en los cuales las dos categorías aparecen como objetivas, predefinidas, estables y solidificadas. En la propuesta de Bauman, la aceleración social no es introducida en la teoría social a través de una aceleración de las biografías de las personas sino en relación con los cambios en las orientaciones sociales que impactan las instituciones modernas. Es cierto que tanto en Augé como en Bauman hay una referencia al nivel institucional. En el primer caso la “individuación de las cosmologías” supone la pérdida del carácter unificante –visión de mundoportada por los cuerpos intermediarios. En el caso de Bauman, las instituciones acogen la aceleración como un motor de cambio y evolución, aun cuando, en ocasiones se desvanecen en la liquidificación de una modernidad extrema. Algo de esto se puede vislumbrar cuando Bauman señala que en la modernidad sólo el cielo se presentaba como un límite y que la misma modernidad, con sus orientaciones individuales e institucionales, ha sido un esfuerzo “acelerado” por llegar a alcanzarlo.

La aceleración, en la formulación de Bauman, emerge precisamente como un resultado de transformaciones en las instituciones que hace que las personas perciban un cambio en su experiencia respecto del tiempo y el espacio. En este sentido, la conceptualización de Bauman puede ser considerada como aceleración de los regímenes espacio-temporales de la sociedad. Al nivel individual, Bauman no propone una tendencia hacia la aceleración, sino hacia la fragilidad y la liquidificación de las experiencias biográficas. Ambos fenómenos resultan ser los centros de su atención. No obstante, si estabilidad e invariabilidad en la sociedad son presentadas como procesos duraderos y ralentizados, el movimiento hacia la fragilidad y liquidificación aparecen como metáforas de liviandad y levedad, conceptos que el mismo autor asociará a la inconsistencia. “Sabemos por la práctica que dependiendo de lo liviano que viajamos, será más fácil y rápido movernos”.8 Liviandad es en sí la posibilidad de aceleración, por lo tanto se puede pensar que existe sólo un paso teórico entre modernidad líquida y modernidad acelerada. Hartmut Rosa destaca esto cuando señala que la modernidad pierde sus principios regulativos al interior de las fuerzas dinámicas de la aceleración y liquidificación:

en el diagnosticado triunfo de la dinamización moderna sobre las fuerzas institucionales de la inercia, ningún nuevo principio aparece. Por el contrario, se logra un simple y consecuente nivel en el proceso de aceleración y liquidificación, que son aspectos fundamentales de la modernidad”.9

Un último ejemplo en lo que podemos plantear como una convergencia hacia la noción de aceleración en la teoría social viene desde el “global system analysis”, en particular en la formulación de Giovanni Arrighi. El sociólogo italiano, en uno de sus libros más renombrados, The Long Twentieth Century10 propone lo que desde nuestra perspectiva se podría entender como una tercera forma de referir a la aceleración social. Un título como ese instala inmediatamente la pregunta respecto de las causas que pueden provocar que un siglo, es decir una forma abstracta y objetiva de medir el tiempo, se vuelva más largo o más corto. Anuestro juicio, ello sólo es posible debido a una forma de aceleración de los eventos en su interior.11

En efecto, resulta plausible sostener que la retracción y expansión temporal se despliega de dos maneras principales en la perspectiva de Arrighi: i) a través de la aceleración de eventos históricos, puesto que más cosas estarían sucediendo en un período determinado de tiempo, como consecuencia, pareciera que el siglo creciera; y ii) a través del efecto de eventos que se extienden más allá de los límites del siglo. Las consecuencias de determinados eventos se mantienen actuando por períodos de tiempo más largos, y eso provocaría que el siglo pareciera durar más.

En la propuesta de Arrighi no observamos una aceleración social al nivel de la experiencia individual, ni directamente de las instituciones. Por el contrario, la tesis principal del libro refiere al nivel estructural:

Nuestra tesis es que la historia del capitalismo está verdaderamente en el medio de un punto decisivo de cambio, pero esta situación no es algo sin precedentes como pudiera aparecer a primera vista. Largos periodos de crisis, restructuración y reorganización, en resumen, de cambios discontinuos han sido mucho más recurrente en la historia típica de la economía mundial capitalista que aquellos momentos de expansión generalizada sobre una trayectoria definida […]12

Desde la perspectiva del autor italiano, con bases en la propuesta de la larga duración y las economías del mundo de Fernand Braudel13 observamos un cambio en la estructura espacial de la acumulación de capital, moviéndose desde las regiones desarrolladas hacia las extensas zonas de bajos ingresos. Esta forma territorial de entender las dinámicas del capitalismo se encuentra ya en la formulación del autor alemán Klaus Dörre, quien, siguiendo a Rosa Luxemburgo, rescata el concepto de “colonización” pero bajo su formulación germánica en el término “Landnahme”. De manera simple, Landnahme implica que el capitalismo no crece por una ganancia en eficiencia interna con respecto a sus propias actividades, sino que por el contrario, su mayor crecimiento se debe a la colonización tanto de territorios como dominios que se encuentran fuera de su lógica de regulación.14

Siguiendo a Arrighi, la forma de acumulación y crecimiento organizado que presenta el régimen Fordista-Keynesiano ha sido reemplazada por un modelo flexible, donde existen dudas respecto de si algún modo de regulación le estará asociado. Así, la organización que ofrece una economía regulada en términos jerárquicos es desafiada por la desconcentración espacial y funcional así como por la descentralización del poder corporativo.15

En este contexto podemos señalar que desde una macro-escala de análisis, la aceleración es concebida como la mutación desde regímenes capitalistas duraderos, estables y organizados, hacia arreglos capitalistas transitorios, inestables y desorganizados. Concebir un capitalismo inestable muestra cierta similitud con la idea de una articulación inestable de arreglos espacio-temporales los que van colaborando a construir un régimen específico, pero siempre con niveles importantes de heterogeneidad interna. De este modo, inestabilidad y articulación se conectan con una explicación sociológica vinculada a la de aceleración.

En resumen, la aceleración de la historia y de las biografías individuales retratada por Augé, la experiencia acelerada del tiempo y el cambio institucional descritos por Bauman, y la temporalidad expandida del siglo XX donde aparece la inestabilidad del régimen capitalista, como planteada el trabajo de Arrighi, todas ellas dan cuenta de la convergencia de la teoría social en relación con el cambio de las estructuras temporales de la sociedad. Aceleración se ha vuelto, explícita o implícitamente, una categoría central para el análisis social. En este contexto uno de los mayores logros de la teoría de Hartmut Rosa es considerar a la aceleración como un elemento constitutivo de la modernidad y no, simplemente, como un efecto más entre otros.

No obstante, a diferencia de las otras características constitutivas del proceso de modernización –individualización, racionalización, diferenciación (funcional y estructural), y la domesticación instrumental de la naturaleza–, las cuales han sido objeto de profundo análisis, el concepto de aceleración todavía carece de una definición clara y práctica (workable), así como de un análisis sociológico sistemático. Dentro de las teorías sistemáticas de la modernidad o modernización, la aceleración está prácticamente ausente.16

Desde esta perspectiva, la aceleración gana jerarquía dentro de la explicación sociológica. Ahora bien, qué significa aceleración social y cómo ello representa una mutación en la estructura social moderna. El sociólogo alemán introduce dos distinciones relevantes para dar cuenta de una definición que el mismo llama “trabajable” de la aceleración social. Primero, observar que a pesar de la idea comúnmente extendida de que todo se acelera, hay fenómenos que no caen en el dominio o bien se resisten a un aumento en su velocidad. Ejemplos de lo anterior son cosas tan triviales como un atasco en el tráfico o un resfrío común. Segundo, la aceleración, al igual que cualquiera de las variantes explicativas de la modernidad –diferenciación, individuación y dominio de la naturaleza– tiene un efecto paradójico e inverso, en este caso la desaceleración, y ello significa que una teoría de la aceleración debe dar cuenta de su progreso en “oleadas” –waves– y de cómo ella articula diferentes dimensiones de la vida social. Ejemplo de ello son la aceleración tecnológica, del cambio social y del ritmo de la vida.

Ahora bien, más allá de la discusión sobre los fenómenos que se aceleran y los que no, cabe destacar que es solamente en el proyecto teórico de Hartmut Rosa que encontramos la articulación de una teoría crítica de la modernidad organizada alrededor de una de las dos categorías centrales de la experiencia propuestas por Immanuel Kant. La restructuración temporal debe ser reposicionada en la teoría social y enfatizada en su potencial clarificador. De esta manera, se puede revertir la ausencia que presentaría la aceleración como instrumento explicativo del proceso modernizador. Sin embargo, en este artículo consideramos que ello no puede ser realizado satisfactoriamente considerando sólo a la aceleración desde la dimensión temporal, sino que se debe agregar el rol selectivo que ejerce el espacio dentro de este proceso. De igual manera, no es posible sólo observar a la aceleración como un dato de la experiencia de las personas sin caer en la cuenta de cómo los individuos representan e interpretan la aceleración en sus propias experiencias de vida. Ambas perspectivas serán abordadas en las próximas secciones.

2Complejizando la teoría de la aceleración desde la perspectiva del espacio. Reivindicando la capacidad de estructuración temporal del espacio

Hartmut Rosa plantea la existencia de una tendencia hacia la aceleración describiendo cómo muchas de las cosas que componen nuestra vida cotidiana parecen acelerarse.17 No obstante, como indicamos anteriormente, el autor rápidamente argumenta que sería un error sugerir una oleada de aceleración social de carácter total u omni-abarcante, sin ninguna distinción interna. A juicio de Rosa, existen procesos que no han sido acelerados debido a que caen fuera de las posibilidades de aceleración o se oponen a las tendencias de la aceleración.18

Cuando Rosa propone un análisis detallado de la aceleración social, la transformación que él observa no está restringida a la dimensión temporal. En este caso, la explicación teórica expande sus alcances hasta los regímenes espacio-temporales, los cuales son definidos por el autor alemán como nuestra relación con el tiempo y el espacio. Dicha relación se expresa fundamentalmente en tres dominios: i) relaciones espaciales aceleradas por mejoras en los sistemas de transporte, ii) relaciones sociales aceleradas por progresos en los sistemas de comunicación, y iii) relaciones respecto de las cosas aceleradas por aumentos en la producción.19

Considerando en particular el punto relativo a la aceleración de las relaciones espaciales, es posible argumentar que la teoría de la aceleración social, minimizaría la relevancia que posee la capacidad estructuradora del espacio en este proceso. Dentro de la conceptualización de Rosa, los regímenes espacio-temporales son relevantes para demostrar cómo el espacio pierde relevancia y se vuelve una “función del tiempo”. Este argumento aparece claramente cuando el autor propone: “la experiencia moderna fundamental de una aniquilación del espacio tiene bases reales”.20 El desacoplamiento entre tiempo y espacio estaría entonces en el fundamento de su explicación de, lo que él mismo llama, la fenomenología de la aceleración social.

De manera similar, la propuesta de Rosa utiliza el argumento propuesto por David Harvey21 sobre la compresión espacio-temporal para fundamentar un supuesto encogimiento del tamaño del mundo. Una reducción territorial que es consecuencia del mejoramiento en los sistemas de transporte.

Dos argumentos serán presentados a continuación para cuestionar esta presencia casi indiscutida de la des-territorialización22 en que se basa la teoría de la aceleración social. La crítica no versa sobre la ola de aceleración de la modernidad, sino, sobre la idea de una total subordinación del espacio bajo el dominio del tiempo. Dicho con otras palabras, la crítica es respecto de la idea de un régimen espacio-temporal en el cual el tiempo es la única o la dimensión más influyente.

Primero, si tal como se ha demostrado, el tamaño del mundo, como separación temporal entre lugares se ha reducido, esto significaría que el mundo en cuanto tal se ha encogido. Sin embargo, esta situación ha operado en un contexto en el cual se han incrementado las interconexiones entre diferentes lugares durante los últimos 500 años. En otras palabras, podemos señalar que las tendencias al encogimiento y a una suerte de agrandamiento del mundo han sido ambos movimientos históricamente co-extensivos. Segundo, si una reducción de la separación temporal entre diferentes lugares aparece como fácticamente demostrable en la experiencia social así como individual, esta situación sólo ocurre entre lugares definidos del sistema mundial y no entre todas las relaciones posibles entre lugares existentes en el mundo.23

No obstante, ninguno de los argumentos presentados antes entrega evidencia suficiente para negar una tendencia hacia la aceleración en los sistemas de transporte. Ellos se vuelven condiciones fundamentales para generar un mejor marco conceptual en el cual posicionar las consecuencias de los procesos de aceleración. De este modo se puede proponer como característica fundamental de la modernidad una compresión espacio-temporal selectiva, discontinua y no extensiva. Incluso si aceptamos la existencia de una compresión espacio-temporal, una aniquilación del espacio por el tiempo parece más una fantasía de la modernidad clásica y del apogeo del movimiento industrial. La compresión del tiempo es siempre selectiva y con bases en una estructura de desarrollo territorial desigual. En palabras de Smith24 esta es una condición estructural más que estadística. Desde un punto de vista teórico, todo concepto que a primera vista desconsidera la relevancia del espacio, como son, e.g.: los “espacios de flujo”25 y compresión espacio-temporal,26 ellos están siempre acompañados de un concepto que reposiciona una reintegración geográfica selectiva, como vemos en las nociones de territorialización especificada históricamente,27 distanciamiento espacio-temporal y matrices espacio-temporales de la globalización.28,29

Ahora bien, resulta muy importante destacar que bajo ninguna circunstancia este proceso selectivo de restructuración espacio-temporal debe considerarse como orientado solamente hacia el encogimiento del mundo. Por el contrario, nuestro esfuerzo está puesto en destacar, en todo momento, una organización múltiple y variable en términos de reducciónampliación territorial como resultado en las mejoras de los sistemas de transporte y telecomunicaciones. Siguiendo el argumento desarrollado por Wolf Schäfer,30 la compresión espacio-temporal existe, pero no ha sido tan universal y extendida como el canon académico ha pretendido. La dimensión espacial del mundo pareciera reducirse por los adelantos en los sistemas de comunicación y transporte, pero ello sólo ocurre en un horizonte espacial en el cual el mundo ha sido previamente expandido. En este línea, la explicación que Fernand Braudel realiza sobre las economías-mundo (Weltwirtschaft)31 puede resultar de ayuda para comprender las dinámicas de ampliación-reducción. De acuerdo con el historiador francés, siempre han existido sistemas cerrados de comercio e interacción constreñidos geográficamente, esto es en la forma de regiones autónomas.32 La extensión de esos sistemas de interacción ha ido creciendo, lentamente, durante la historia. Si hoy tenemos maneras más rápidas de cruzar un mundo articulado económicamente, gracias, por ejemplo, a la masificación de los vuelos comerciales y el aumento de las rutas navieras, no es menos cierto, que el mundo nunca antes se ha presentado a la experiencia como tan extendido, en términos físicos. El actual sistema mundial de intercambio económico es al mismo tiempo el de relaciones más veloces y el más extenso. En resumen, y considerando la constitución paulatina de sistemas “mundo” económicos, pero también culturales, es posible sostener que la aceleración en el transporte y en la comunicación existen, pero ellas sólo sobre territorios de interconexión continua y creciente extendidos. Así destacamos, de nueva cuenta, que la aceleración opera como fenómeno selectivo, por tanto relativo y no omni-abarcante.

La imagen de una reducción del tamaño del mundo por el paso del transporte desde carros tirados por caballos a locomotoras, automóviles, barcos y, finalmente, aviones, es una representación equívoca. La reducción de las distancias está confinada a rutas de transporte y no a la entera superficie mundo. Por ejemplo, el costo en términos monetarios y temporales de la conexión construida entre Boston y Frankfurt se ha reducido desde cualquier perspectiva, pero lo mismo no ocurre, o no ocurre de igual manera, para la relación entre La Paz y Ulan Bator.33

Esta situación, observada desde la perspectiva de la teoría de sistemas34 puede ser representada como la aceleración de una vinculación selectiva y contingente dentro del sistema, pero no como la actualización de todas las partes del sistema de manera simultánea. Lo que ha ocurrido hasta ahora es el establecimiento y la consolidación de un proceso selectivo de relación entre lugares por sobre otras posibles conexiones que no han sido actualizadas o aceleradas. No obstante lo anterior, no representan las conexiones actualizadas, ni las no actualizadas, ni la unión de ambas, la totalidad de conexiones posibles del sistema mundo.

Los regímenes espacio-temporales, siguiendo la definición de Rosa, quien los presenta como “nuestra forma de relación con el tiempo y el espacio”, no son nunca una condición global, por el contrario, son un proceso selectivo e incluso, podemos sostener, un proceso relativo. Más allá de la clara tendencia hacia la aceleración temporal y la supresión de las barreras espaciales, todo régimen debe ser conceptualizado como una selección contingente entre muchas otras posibles selecciones que no son nunca actualizadas. Incluso más, todo régimen está basado en orientaciones y condiciones heterogéneas, las cuales hasta ahora hemos considerado simplemente bajo la noción de “arreglo”, pero sin ser ello definido en profundidad. En conclusión, y como explicaremos detalladamente en la próxima sección, regímenes espacio-temporales son contingencia organizada y están basados en arreglos espacio-temporales heterogéneos.

Las relaciones espaciales como fundamento de una organización selectiva

Si bien los regímenes espacio-temporales en la modernidad han sido acelerados, el espacio, como dimensión fundamental de la vida social, no ha desaparecido. Dicho de otra forma, el espacio no ha sido eliminado por el predominio del tiempo en los procesos culturales y sociales. Por el contrario, aquí argumentaremos que el espacio se ha vuelto central para organizar el carácter selectivo de los regímenes espacio-temporales y, por lo tanto, para entender las lógicas subyacentes a los procesos de aceleración social. En este sentido, la propuesta de este artículo busca dialogar con la perspectiva de Rosa, cuando él señala una transitoria repolitización del espacio.

Precisamente porque el espacio se ha vuelto contingente e intercambiable, podemos decir por ejemplo, que la inversión económica, las decisiones de localización y las diferencias tanto locales como regionales (e.g. clima, infraestructura o política), repentinamente se vuelven muy importantes, lo cual puede incluso conducir –temporariamente– a una creciente reevaluación de las identidades regionales y de sus particularidades, sobre todo a una repolitización del espacio.35

Sin embargo, queremos enfatizar que el espacio no se vuelve relevante como un efecto colateral de la aceleración temporal o, simplemente, como una fuerza opuesta a los extendidos procesos de des-territorialización. El territorio es un elemento necesario para reconstruir una explicación que destaque el carácter selectivo del proceso aceleración social que ocurre dentro de los modernos regímenes espacio-temporales. En otras palabras, y siguiendo la propuesta de Neil Smith,36 la restructuración espacial provocada por la transformaciones en el capitalismo se encuentra en la base de los procesos de aceleración social sobre el territorio. Es la lógica subyacente al desarrollo desigual la que entrega las claves para comprender el sentido que toman los procesos de aceleración sobre el territorio dado que “Las pautas geográficas resultantes [del desarrollo desigual] están totalmente determinadas […] y ellas son únicas al capitalismo” esto pues “el desarrollo desigual es ambos, el producto y la premisa geográfica del desarrollo capitalista”.37

La representación de un régimen espacio-temporal selectivo y multinivel38 se presenta como una estrategia útil y está basada en cuatro condiciones teóricas: i) siempre existe una relación entre lugares que muestra que las formas de aceleración son sólo una selección al interior de una totalidad de relaciones posibles; ii) una actualización en la cual todos los lugares están conectados por un relación directa y acelerada, es un escenario fácticamente imposible; iii) si la aceleración de las conexiones espaciales son siempre selectivas, y la aceleración espacial como una condición global es imposible, entonces se puede esperar un continuo cambio –o bien recambioen las estructuras o conexiones aceleradas; iv) cada vez que una conexión entre dos nodos es acelerada, como ocurre en un plano bidimensional, la conexión entre los demás nodos es desacelerada. Estas cuatro condiciones teóricas en conjunto permiten formular la siguiente afirmación: el distanciamiento espacio-temporal es el correlato lógico y necesario de la compresión espacio-temporal.

Con la explicación anterior, la perspectiva de múltiples espacio-temporalidades gana fuerza y repone el carácter selectivo de la estabilización de ciertas estructuras espacio-temporales en los procesos sociales de aceleración. Si consideramos como ejemplo la conexión de vuelos comerciales, en este caso es posible establecer una orientación general hacia la aceleración y la reducción de los tiempos de viaje. Ahora bien, ello parece estar ocurriendo en conjunto con otra orientación en el sentido de un aumento de los precios de los vuelos con tiempos reducidos. En ese sentido, la imagen generalizada de una aceleración es sólo una parte del cuadro. Primero, existe una aceleración en la conexión entre diferentes ciudades con total independencia de la distancia física medible entre ellas, lo que constituye evidencia de un proceso general de aceleración. Normalmente, muchos autores que buscan hablar de procesos de desterritorialización han utilizado lo anterior como ejemplo de la pérdida de relevancia del territorio. No obstante, mientras la aceleración moderna se ha desplegado de manera independiente del territorio físico, no ha sido igualmente autónoma respecto de la construcción histórica de los territorios.39 Por lo tanto, la imagen de rutas aceleradas sobre todo el territorio es errónea. Segundo, las conexiones aéreas aparecen no sólo subordinas a un imperativo de aceleración, sino que también a la necesidad de reducir la alta demanda de pasajes sobre las principales conexiones o rutas. Buscadores de vuelo en internet, de manera incremental, están ofreciendo vuelos que fácilmente duplican los tiempos tradicionales de viaje simplemente con la intensión de llenar los asientos disponibles en itinerarios secundarios menos demandados. En este punto, alguien podría argumentar que este segundo ejemplo es una estrategia económica que también privilegia la aceleración en las ventas de pasajes globales y está, en forma sencilla, haciendo aumentar los pagos por vuelos directos y rápidos. Sea esto verdad o no, permanecerá como un asunto en debate, pero lo que parece ser claro, desde nuestro argumento, es que los procesos de aceleración muestran cada vez más su carácter selectivo. Entendiendo “selectivo” como el opuesto de extendidos y omni-abarcantes –all embracing-fenómenos.

El régimen espacio-temporal moderno no es descrito de manera precisa cuando sólo es capaz de ilustrar una aniquilación del territorio o una supremacía del tiempo sobre el espacio. La descripción moderna de la aceleración puede haber abstraído el territorio durante muchos años, pero esto sólo ha sido posible de manera selectiva, en términos tanto históricos como materiales. Parafraseando a Koselleck40 si Europa se reduce al tamaño de la Alemania por la introducción del ferrocarril, entonces el mundo se vuelve del tamaño de Europa por la masificación de los vuelos comerciales. Esta situación es cierta sólo si es que quisiéramos viajar alrededor del mundo a través de las vías con alta conectividad, por ejemplo, vía Nueva York, Londres y Tokio. Si la intención es cruzar el planeta empezando en Nueva Deli, visitando Moscú y Sao Paulo antes de volver a la India, la situación luciría un tanto diferente. La aceleración de la conectividad entre ciudades globales del centro económico requiere hasta un 50% menos de tiempo que la conexión entre ciudades globales de la semi-periferia.41

El ejemplo anterior soporta el argumento de una aceleración selectiva en los regímenes espacio-temporales de la modernidad. El carácter selectivo es el resultado de arreglos espacio-temporales heterogéneos al interior de los regímenes, algunos de los cuales están altamente acelerados, otros están acelerados y algunos, incluso, desacelerados. La mejor manera de representar el carácter típico del régimen espacio-temporal moderno es a través de la imagen de una organización multi-nivel o en capas de los arreglos espacio-temporales. Esta imagen permite una representación más realista de los espacios de inconsistencia de la aceleración, la cual hasta ahora ha sido considerada simplemente como un efecto colateral.

Toda forma de estructuración espacio-temporal tiene el potencial de estabilizarse en la forma de un régimen. Desde esta afirmación, es posible concluir que los regímenes son estructuras contingentes y no precondiciones totalmente extendidas. La estabilización es el resultado de una transformación desde la perspectiva macro y de una inversión –investment-desde una perspectiva micro. Con este planteamiento buscamos cuestionar la idea de determinación estructural a través de la cual se suele entender los regímenes espacio-temporales y la vida en la modernidad tardía. En la siguiente sección buscamos incorporar, aunque de manera sucinta, una segunda dimensión en lo que hemos llamado complejización de la teoría de la aceleración, esta vez desde la experiencia individual y lo que se puede entender como una disonancia temporal entre experiencia e interpretación de la experiencia.

3Complejizando la teoría de la aceleración desde la perspectiva de la experiencia y su espacialidadDiversidad experiencial como fundamento de una interpretación selectiva del régimen espacio-temporal

Nuestro foco de atención en esta sección del artículo se encuentra en la dimensión experiencial de la estructuración espacio-temporal. Preten-demos mostrar que los diagnósticos que postulan de manera directa el carácter omni-abarcante de los regímenes espacio-temporales acelerados–o que al menos suponen la presencia de estabilidades altamente extendidas- resultan inadecuados en cuanto que sólo consideran una macro-perspectiva en el análisis de las transformaciones sociales. Frente a ella, pretendemos reponer las capacidades explicativas de una perspectiva de análisis de nivel micro como una fuerza que moviliza el carácter multinivel de los arreglos espacio-temporales. Proponer dicha perspectiva supone preguntarse por las ganancias explicativas que ella reporta en la entrega de descripciones adecuadas sobre dos fenómenos, a saber: i) el proceso de aceleración en el cambio social y ii) la desincronización en la esfera social. En otras palabras, es posible preguntarse si la conceptualización respecto de arreglos espacio-temporales multi-nivel entrega una perspectiva satisfactoria para acceder al estudio de los dos fenómenos antes señalados.

Una de las formas explicativas ofrecidas por Hartmut Rosa en su teoría de la aceleración es la referencia a las transformaciones en el domino de la experiencia. Esta noción puede ser considerada como una forma de restructuración espacio-temporal que afecta a las tres formas características que asumen las prácticas sociales: i) la acción, ii) la interpretación y iii) la imaginación. Por supuesto, el argumento de Rosa es más complejo, y establece ciertas restricciones a este tipo de críticas. Por ejemplo cuando plantea: “aceleración técnica […] es en sí misma una consecuencia de presuposiciones culturales, económicas y socio-estructurales, y el hecho de que sea fuertemente influenciada por formas sociales y modos de subjetividad, no significa que sea determinada por ellos”.42

A partir de la afirmación antes citada resulta difícil establecer una preeminencia de las transformaciones en el dominio estructural como el único motor de la transformación en los regímenes espacio-temporales. De todas maneras, cuando examinamos cuidadosamente la dinámica explicativa de la aceleración, apreciamos que esta representación ilustra cómo cambios cuantitativos en la velocidad en que se articula el domino social tienen impactos cualitativos, los que suceden tanto en los niveles social como individual.43 El argumento es expresado claramente en la siguiente cita: “Incluso respecto del tempo del cambio social, uno debería asumir que un progresivo escalamiento cuantitativo conduce a un cambio cualitativo en la constitución de la realidad social, ello cuando un umbral crítico es alcanzado”.44 Transformaciones cuantitativas expanden sus impactos en la dimensión cualitativa, o sea, transformaciones sociales en un nivel macro avanzan introduciendo contradicciones al interior de la vida de las personas. Así, la teoría de la aceleración social se anclaría a una estructura explicativa de las ciencias sociales que enfatiza las transformaciones macro sociales y su impacto a un nivel restringido de experiencia, el cual desconoce los niveles de la interpretación y la imaginación individual.45

Si las formas explicativas ofrecidas por Rosa privilegian la descripción de cómo la aceleración en tanto fenómeno cuantitativo impacta de manera cualitativa en la vida social e individual, entonces su perspectiva, inevitablemente, favorecerá el nivel de la acción por sobre el nivel del la interpretación y la imaginación en el análisis de los regímenes temporales. Esta situación de ninguna manera representa una deficiencia de la teoría, por el contrario, la intención detrás de esta observación, es abrir un espacio de discusión para avanzar en la investigación al interior de la dimensión multi-nivel de la aceleración. Así, interpretaciones individuales y/o interpretaciones propias,46 ambas aparecen como dimensiones relevantes para la investigación sociológica sobre la restructuración espacio-temporal en la modernidad.

La manera en la cual Hartmut Rosa describe la aceleración social y su desarrollo aparece conectada a los niveles sociales de producción y reproducción, y a la estructura del trabajo y la familia. Esto significa que nos movemos desde una forma intergeneracional del cambio social en la modernidad temprana, hacia una forma de cambio generacional en la modernidad clásica, pasando hacia una modalidad intrageneracional en la modernidad tardía.47 Los oficios y las profesiones aprendidos familiarmente, como ocurre en la modernidad temprana, cambian hacia una decisión individual en la modernidad clásica, volviéndose totalmente intercambiables dentro de la experiencia individual en el contexto de la modernidad tardía. De manera similar, las relaciones amorosas fueron el fruto de arreglos familiares respondiendo al estatus social en la modernidad temprana, comprometiendo a toda la estructura familiar y no sólo a los individuos. En la modernidad clásica, el amor romántico aparece con vehemencia y es decidido autónomamente, con la intención de que dure para toda la vida. En la modernidad tardía, en palabras de Rosa, “la pareja para un momento de la vida parece reemplazar a la pareja para toda la vida”.48

El argumento de Rosa anticipa la crítica hecha anteriormente sobre esta suerte de preferencia por la consideración de los hechos sociales por sobre las formas individuales y sociales de interpretación:

este argumento no supone, de ninguna manera, el declive del ideal de la familia burguesa per se, por el contrario: este es enteramente consistente con la evidencia empírica que señala que esta forma de vida es, de hecho, un modelo social creciente y que los individuos hoy están todavía inclinados a entrar en (nuevos) lazos familiares.49

No obstante lo anterior, es posible fundamentar que los mismos hechos considerados por la teoría de la aceleración social, así como su evidencia, funcionarán también como indicaciones de una organización multi-nivel de las estructuras espacio-temporales. Más allá de que las personas tengan más parejas o relaciones románticas que antes, existe evidencia de que muchas personas reportan constantemente ser incapaces de acelerar el tiempo que les toma olvidar relaciones románticas previas, incluso cuando ya han iniciado nuevos romances. Una situación similar se observa en el espacio del trabajo y el empleo, donde muchas personas parecen enfatizar un único empleo, el que debieron mantener durante toda su vida, y fue, lamentablemente, perdido dentro la frenética inestabilidad o rotación de trabajos. En otra formulación, las personas parecen ser “liberadas emocionalmente” de ocupaciones y amores previos de una manera no tan acelerada como ellos experimentan la sucesión de esos mismos acontecimientos en sus biografías de vida. En la explicación de Rosa, esta situación es evidencia de una “energía cinética” que moviliza la acción de las personas, una condición prevalente, en especial, en la modernidad clásica y tardía. En efecto, en la perspectiva de Rosa, esto sería una suerte de protección individual contra los procesos de aceleración y liquidificación de la modernidad.

Nuestra perspectiva ofrece una interpretación alternativa. Si este tipo de disonancias resalta de manera constante entre el nivel de la acción y el nivel de la interpretación, entre el nivel de la sociedad y el nivel individual, entonces existe evidencia suficiente para postular la existencia de una organización multi-nivel de los regímenes espacio-temporales modernos. Debido a las disonancias observables entre el nivel de la acción y el de la interpretación, así como a sus diferentes ritmos de expansión, es que la aceleración social puede ser concebida como un proceso selectivo y no como un fenómeno omni-abarcante.

La diferencia en la velocidad de la aceleración entre la experiencia personal y la interpretación personal de dicha experiencia es el sustrato teórico en el cual se basa la propuesta de una restructuración espacio-temporal multinivel en la micro-escala y a un nivel experiencial (en el apartado anterior se propuso a la restructuración espacial cumpliendo el mismo rol para la macro-escala y la dimensión estructural). En esa dirección un retrato más realista de los espacios de inconsistencia de la aceleración debe ofrecer beneficios teóricos, partiendo por superar su conceptualización sólo como efectos colaterales o fenómenos que escapan a la tendencia global de la aceleración.

Desde aquí dos rutas de explicación sociológica parecen plausibles: i) describir una orientación social hacia la aceleración donde las islas aún desaceleradas debieran ser paulatinamente colonizadas por la aceleración en el futuro. En este sentido, el autor propone la aceleración como una característica universal de la modernidad, no sólo en el mundo occidental, sino también, para el caso de Sud-América, Asia y África50 en la actualidad; o bien ii) asumir que existen temporalidades y espacialidades desincronizadas corriendo a través de diferentes sociedades y al mismo tiempo, de la sociedad mundial, con la tendencia hacia una aceleración selectiva. En este artículo nos inclinamos por esta segunda ruta.

Estructuración espacio-temporal en el nivel micro, la noción de arreglo y su relación con el régimen

En relación con la restructuración espacio-temporal, Rosa ha identificado cinco posibles líneas de crítica a la aceleración social.51 Aquí quisiéramos detenernos en las dos que son más relevantes para esta argumentación: i) la crítica de las normas temporales escondidas y ii) la crítica a la desincronización. La intención es probar la capacidad que tiene la noción de regímenes espacio-temporales multi-nivel para entregar explicaciones alternativas respecto de los mismos fenómenos que estudia la teoría de la aceleración.

En cuanto a la crítica de la normas temporales escondidas cabe indicar que ella se articula en tres puntos: primero, que las estructuras temporales permiten el diálogo sistemático entre los desarrollos en el macro-nivel y las perspectivas individuales del micro-nivel; segundo, que las estructuras y los horizontes temporales aparecen fácticamente como dados, objetivos y naturales en su carácter y, tercero, que las estructuras temporales son una forma de vinculación social más fuerte que las necesidades o las coordinaciones sistémicas. En términos de Rosa, ellas son más eficientes justamente porque aparecen como silenciosas o escondidas.52

Desde la perspectiva de la restructuración espacio-temporal, el tiempo aparece como una forma de regulación y no necesariamente como una condición subyacente.53 Ampliando lo anterior, se puede pensar la noción de Lefebvre de “producción social del espacio” hacia la idea de una “producción social de tiempo”, y fundamentar que la restructuración espacio-temporal es construida por la acción social y esta es la razón por la cual algunos grupos sociales particulares son capaces de estabilizar sus propias, o convenientes, estructuras temporales.

Sin entrar en detalle, podemos pensar en las formas de las organizaciones espacio-temporales de un profesor y de un estudiante universitario. Ambos individuos no se encuentran más allá o fuera de la influencia de las restricciones temporales en términos de fechas límites, relojes organizando las agendas colectivas o, incluso, rápidos cambios sociales. En todos estos sentidos ellos no son muy diferentes de cualquier otra persona en la sociedad. De cualquier manera sería interesante observar las pautas que ambos tienen respecto de: i) organización del sueño y la vigilia, o ii) lugar de residencia, viajes y localización del lugar de trabajo y compararlas con las más extendidas en la sociedad.

En ambos ejemplos, observaremos diferencias relevantes respecto del común de las personas. La organización espacio-temporal diaria, en términos de sueño-vigilia de un profesor o de un estudiante es, en muchos casos, más flexible que las personas que aún replican una jornada laboral de ocho o nueve horas diarias en el interior de una oficina y a una hora de viaje desde sus casas. En otras palabras, tanto el profesor como el estudiante tienen un mayor grado de autonomía para organizar sus prácticas en arreglos espacio-temporales que les resulten adecuados y que pueden transformar cotidianamente según sus necesidades. Algo similar ocurre con el arreglo espacio-temporal que construyen respecto de su lugar de residencia y de trabajo. Existen muchos pueblos y barrios alrededor del mundo que no se benefician directamente de la universidad que se localiza en ellos, dado que tanto profesores como alumnos prefieren conmutar un par de días a la semana y tener su residencia principal en una ciudad o barrio distinto. En este sentido, nuevamente, el arreglo espacio-temporal muestra grandes diferencias respecto de un régimen tendiente sólo a la aceleración. Alguien podría argumentar que la capacidad de conmutar se basa en la existencia de sistemas de transporte acelerados, lo cual es en gran medida correcto. Ahora bien, ello no descarta que muchas personas deciden un arreglo espacio-temporal residencia-trabajo en el cual saben que vivirán la experiencia de la desaceleración de manera persistente, como es el caso de los recurrentes atascos de tráfico en las grandes metrópolis.

Ambas situaciones expresadas bajo el arreglo espacio-temporal propuesto para profesores y estudiantes universitarios, permiten cuestionar la idea de una total tendencia hacia la aceleración social y rebatirla desde la noción de regímenes espacio-temporales selectivos y multinivel. Así, una organización selectiva de tiempo y espacio aparece como un retrato más realista de las condiciones de vida contemporáneas en las que las experiencias y expectativas de las personas tienen algo que decir. Esta perspectiva encuentra un correlato interesante en la visión que propone Marshall Berman sobre la modernidad como una “experiencia particular, una suerte de aventura indisociablemente histórica y existencial en la cual los individuos se sienten capaces de cambiar el mundo que está a punto de cambiarlos”.54 En palabras del propio Berman

Este proceso histórico-mundial [la modernidad] ha alimentado una asombrosa variedad de visiones e ideas las que apuntan a hacer al hombre y la mujer los sujetos como también los objetos de la modernización, a darles el poder de cambiar el mundo que está por cambiarlos.55

Por otra parte, la crítica de la desincronización constituye una pieza clave en el análisis de la restructuración espacio-temporal multinivel. En efecto, la desincronización es abordada de tres maneras: primero, como la imprevisible consecuencia de la aceleración técnica en relación con el mundo objetivo y el mundo social; segundo, como el vacío o falta de coordinación entre las esferas sociales y, tercero, como un problema del individuo en la negociación de su experiencia en el contexto de la historia social, en otras palabras, desincronización entre vida cotidiana, planes de vida y la perspectiva de nuestra “época”.

Usando la conceptualización de Bernasconi56 sobre “expansión y retracción temporal” como los dispositivos centrales en la elasticidad narrativa, es posible analizar la negociación de las experiencias personales en los marcos temporales de la vida. De esta manera, nos encontramos en mejores condiciones para destrabar la noción de desincronización de su vinculación con la aceleración.

En el contexto del cambio social, la negociación entre experiencias individuales y las diferentes categorías con que buscamos hacer sentido de la dimensión temporal de la vida social resulta un problema recurrente. Una noción temporalizada de las fuerzas de la individuación (selfhood forces) permite destacar un proceso activo de interpretación de las experiencias de vida en un diálogo entre historias personales y discursos sociales. La interpretación hecha por los individuos evoluciona a través del tiempo y las transformaciones de las concepciones propias conlleva una reinterpretación de las experiencias personales. Las estructuras temporales de la sociedad y las de la vida del individuo aparecen conectadas por una suerte de lucha por la sincronización. En esta disputa la noción de aceleración social no juega un rol explicativo fundamental, sino más bien, la explicación enfatiza cómo las diferencias se ven sintetizadas en un constante juego entre niveles temporales distintos.

Otra forma de ver la restructuración espacio-temporal multinivel desde la perspectiva de la desincronización es la ola tecnológica por sincronización que ha sido denominada por las grandes empresas informáticas simplemente como “sync”. Ella no está vinculada primariamente con un tema temporal. La necesidad por sincronizar música, fotografías, libros y archivos a través de diferentes aparatos electrónicos –como computadoras fijas, laptops, tablets y smartphones- no es en principio un problema temporal, y menos aún un problema que vincule diferentes niveles de aceleración. En esta situación, el reto para la sincronización aparece fundamentalmente conectado con la coordinación espacial, incluso si en este caso “espacial” está referido al “espacio virtual”. Entonces, se vuelve posible argumentar que la crítica a la desincronización en la sociedad actual no se encuentra centrada, para el sentido común, en la dimensión temporal. No es la restructuración temporal sino la condición espacio-temporal multi-nivel de la experiencia social e individual en la modernidad, la que requiere de reintegración, en este caso, en los esfuerzos por sincronización.

La propuesta teórica de Rosa respecto de la aceleración social ha sido abordada desde la perspectiva de una restructuración espacio-temporal multi-nivel. Lo que se vuelve claro después de este análisis es que ha existido una tendencia a enfatizar el rol de la aceleración temporal, que es compartido por buena parte de la teoría social contemporánea, pero ella no ha sido acompañada por un tratamiento equivalente de la dimensión espacial y experiencial. En consecuencia, hemos propuesto reposicionar la idea restructuración espacio-temporal, como manera alternativa de abordar la aceleración social. En la última sección de este artículo hemos planteado que el foco en la experiencia individual y las disonancias que se generan entre acción e interpretación de la acción, implícitamente reponen la capacidad estructuradora del espacio, opera en un diálogo entre arreglos y regímenes espacio temporales.

Conclusión

En este artículo hemos intentado mostrar que la aceleración social no es una condición globalmente extendida, sino que una peculiar expresión de la articulación entre regímenes y arreglos espacio-temporales. De acuerdo a la perspectiva aquí defendida, la aceleración social entendida como el resultado de transformaciones tecnológicas que impactan desde el nivel macro a las formas sociales y subjetivas de nivel micro, puede ser complementada con la idea de una reestructuración espacio-temporal que es siempre selectiva y expresada en una forma multi-nivel. Asimismo, hemos indicado que no resulta plausible comprender los ámbitos sociales que no son acelerados como efectos colaterales, sino que ellos constituyen el resultado necesario e inevitable del funcionamiento de la aceleración social, lo cual es muy cercano a la posición defendida por Hartmut Rosa pero que nosotros, explícitamente, lo consideramos dentro de la noción heterogénea de arreglos espacio-temporales. Estos últimos no son el resultado directo de las tendencias sociales globales a la aceleración, sino que por el contrario, son influenciables por las dinámicas individuales y colectivas, en la forma de lo que hemos llamado arreglos espacio-temporales.

En otro nivel argumentativo, hemos indicado que la presencia simultánea de distintos regímenes y arreglos espacio temporales es, en buena medida, el resultado de la capacidad estructuradora del espacio, lo que implica evitar una conceptualización de este último como una mera “función del tiempo”. Prestar atención a la dimensión espacial nos permite concebir que, si bien por primera vez el sistema mundo ha articulado todo el planeta, esto no significa que el sistema mundo actualice constantemente todas las relaciones posibles entre los diferentes lugares que lo componen. De lo que se desprende que la aceleración es siempre selectiva (involucra sólo algunas zonas o regiones del orbe) y relativa (es estimable sólo en comparación a zonas o regiones que no son aceleradas). El distanciamiento espacio-temporal se vuelve, así, el correlato lógico de la compresión espacio-temporal y ambos son el resultado de una lógica de desarrollo desigual que se encuentra en la base de las dinámicas modernizadoras del capitalismo.

En un plano fenomenológico, la aceleración también se presenta de modo selectivo, por cuanto adopta formas heterogéneas en los niveles de la acción, la interpretación y la imaginación humanas. Se requiere, en consecuencia, prestar atención a este carácter multi-nivel, por cuanto las estructuras espacio-temporales poseen ritmos variables y singulares, y no siempre se presentan de manera sincronizada, tal como señalamos con los ejemplos del amor romántico y el trabajo laboral. De ello desprendemos que la desincronización en la capacidad aceleradora de las relaciones humanas está siempre tensionada por el nivel de la acción y el de la interpretación.

La aceleración social es una propuesta teórica sumamente pertinente para acercarse a la comprensión del mundo contemporáneo. En este texto hemos querido ponerla en diálogo con las nociones de sincronización y desincronización, arreglos y regímenes espacio-temporales, enfatizando el papel que juega la dimensión espacial y la relevancia que tiene considerar los procesos de transformación desde el nivel de la agencia. Con ello esperamos contribuir a producir un retrato más adecuado y realista de las distintas formas de restructuración espacio-temporal que aparecen en la sociedades contemporáneas.

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Sociólogo y urbanista. Doctor en Sociología Universidad de Jena.

Doctor en Sociología, EHESS. Investigador del Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile.

Esta propuesta encuentra bases en la perspectiva analítica del geógrafo suizo Benno Werlen cuando señala: “[el] espacio es un elemento de la acción y no la acción un elemento del espacio, como la mayoría de las aproximaciones geográficas –implícita o explícitamente– todavía claman.” W erlen, Benno (2004), “Regions and Everyday Regionalizations: From a Space-centred Towards and Action-centred Human Geography”, en Bordering Space, Ashgate, Burlington, p. 48. “[el] espacio no es un concepto empírico (Begriff) el cual es abstraído de la experiencia externa […] el espacio es una representación necesaria, y por lo tanto, es a-priori” Werlen, Benno, (1993), Society Action and Space: an Alternative Human Geography, Routledge, London. p. 2.

Augé, Marc (1995), Hacia una antropología de los mundos contemporáneos, Gedisa, Barcelona. p. 25.

Idem.

Durkheim, Emile (2001), La división del trabajo social, Akal, Madrid.

Augé, Marc (1995), op. cit.

Bauman, Zygmunt (2000), Liquid Modernity, Polity Press, Cambridge, UK.

Ibid. p. 9. Traducción de los autores.

Ibid. p. 2.

Rosa, Hartmut, y Jonathan Trejo-Mathys (2013), Social Acceleration: a New Theory of Modernity, Columbia University Press, New York, p.109. Traducción de los autores.

Arrighi, Giovanni (1994), The Long Twentieth Century: Money, Power, and the Origins of Our Times, Verso, London.

Una interesante variante en la idea de siglos que se alargan o encojen, es el llamado “largo siglo XIX” que Eric Hobsbawm analiza en sus tres libros: The Age of Revolution: Europe, 1789–1848 (1962); The Age of Capital: 1848–1875 (1996); y The Age of Empire: 1875–1914 (1987).

Arrighi, Giovanni (1994), op. cit., p. 2. Traducción de los autores.

Braudel, Fernand (1896), La dinámica del capitalismo, Alianza Editorial, Madrid.

Dörre, Klaus (2011), “Capitalism, Landnahme and social time régimes: An outline” en Time and Society, vol. 20, núm. 1, pp. 63-93.

Arrighi, Giovanni (1994), op. cit., pp. 2-3.

Rosa, Hartmut (2011), “Aceleración social: consecuencias éticas y políticas de una sociedad de alta velocidad desincronizada”, en Revista Persona y Sociedad, vol. 25, núm. 1, p. 12.

Rosa, Hartmut (2003), “Social Acceleration: Ethical and Political Consequences of Desynchronized High-Speed Society”, en Constellations, vol. 10, núm. 1, pp. 3-33. Rosa y Scheuerman (2009), High-speed Society Social Aceleration, Power, and Modernity, University Park Pennsylvania State University Press, Pennsylvania.

Rosa, Hartmut (2010), Alienation and Acceleration: Towards a Critical Theory of Late-modern Temporality, NSU Press, Malmö, Sweden.

Rosa, Hartmut, y Jonathan Trejo-Mathys (2013), op. cit., p. 104. Traducción de los autores.

Rosa, Hartmut y Jonathan Trejo-Mathys (2013), op. cit., p. 99. Traducción de los autores.

Harvey, David (1990), The Condition of Postmodernity: an Enquiry into the Origins of Cultural Change, Blackwell, Oxford UK.

Ël crítica a la propuesta desterritorializante de la teoría de la aceleración social que encuentra una de sus bases en el trabajo del geógrafo brasileño Rogerio Haesbaert “Decretar una territorialización absoluta o el fin de los territorios sería paradojal. Comenzando por el simple hecho de que el propio concepto de sociedad implica, de cualquier modo, su espacialización o, en un sentido más restringido, su territorialización. Sociedad y espacio social son dimensiones gemelas” Haesbaert, Rogeìrio (2004), O mito da desterritorializacaÞo: do fim dos territoìrios aÌ multiterritorialidade, Bertrand, Río de Janeiro, Brasil. p. 20. “Asimismo, afirmamos que más que una des-territorialización des-enraizadora, se manifiesta un proceso de re-territorialización espacialmente discontinuo y extremadamente complejo” Ibid, p. 214. Traducción de los autores.

A este respecto la teoría de la aceleración toma referencias a los trabajos de David Harvey (1990) o de Marc Augé (1992) para hablar de una aniquilación del espacio a manos del tiempo (ver Rosa, 2011). Así, la comprensión espacio temporal y el surgimiento de los no-lugares en la modernidad tardía serían evidencias de ello. El argumento de Rosa desconoce el carácter selectivo y relacional de ambos procesos. No todo territorio se comprime de igual manera, ni tampoco todo territorio aparece despojado de su carácter histórico, identitario o relacional. Es justamente en las teorías provenientes de la geografía humana donde la discontinuidad del fenómeno en cuestión es explicado de mejor manera. Un buen ejemplo de ello se encuentra en Neil Smith (2008) y su propuesta de un desarrollo desigual.

Smith, Neil (2008), Uneven Development: Nature, Capital, and the Production of Space. University of Georgia Press, Athens United State of America.

Castells, Manuel (1989), The Informational City: Information Technology, Economic Restructuring, and the Urban-regional Process, Blackwell, Oxford, UK.

Harvey, David (1990), op. cit.,

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Traducción de los autores de los siguientes conceptos: “historically specific territorialization” (Brenner, 2004), “time-space distanciation” y “spatio-temporal matrices of globalization” (Jessop, 2005).

Schäfer, Wolf (2005), “Ptolemy's Revenge: A Critique of Historical Cartography”, en Coordinates: Online Journal of the Map and Geography Round Table, American Library Association, serie A, núm. 3, Online Journal.

El autor francés de manera recurrente ofrece la referencia de su concepto economías mundo a la misma noción en lengua Alemana. Los marcos explicativos que propone la noción alemana de Welt y que se repiten consistemente en la ciencias sociales interpretativas y en la fenomenología dan pie a futuras investigaciones.

Un vuelo directo entre Frankfurt y Boston puede tomar alrededor de 8 horas de viaje, mientras que la conexión aérea entre La Paz y Ulan Bator toma más de 70 horas y es sólo posible con un mínimo de dos conexiones intermedias.

Luhmann, Niklas (1984), Soziale Systeme: Grundriss Einer Allgemeinen Theorie, Suhrkamp, Frankfurt am Main.

Rosa, Hartmut y Jonathan Trejo-Mathys (2013), op. cit., p. 101.

Smith, Neil (2008), op. cit.

Ibid,. pp. 4-206.

Para un trabajo empírico que utiliza esta propuesta conceptual, ver Campos-Medina, Fernando (2014), “La escala geográfica de la exclusión en Santiago de Chile. un análisis territorial de la política pública de regeneración barrial y mejoramiento de resultados escolares”, en Revista INVI, vol. 29, núm. 82, Santiago de Chile.

Lo que se quiere argumentar es que la aceleración opera con independencia de la distancia medible entre lugares que buscan conectarse con mayor velocidad. Distancias de cientos o miles de kilómetros son cruzadas con mayor velocidad que distancias de sólo 20 o 30 kilómetros. Lo anterior significa que la aceleración opera con independencia de la distancia física. Pero lo anterior, no ocurre respecto de la construcción histórica de los territorios. No sería difícil demostrar que las conexiones más aceleradas en términos de intercambio económico han sufrido pocas mutaciones en los últimos 200 años. Tomando todo esto en conjunto sostenemos que la aceleración opera con mayor independencia de la dimensión física del espacio que de la dimensión histórica del territorio.

Koselleck en Rosa, Hartmut y Jonathan Trejo-Mathys (2013), op. cit.

Aquí la referencia a al semi-periferia es una alusión sutil a los BRICS, entre los cuales se cuenta a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. En un cálculo muy simple, el tiempo de vuelo entre Nueva York y Tokio vía Londres es de alrededor de 35 horas y 20 minutos, mientras que en el caso de Nueva Delhi y Sao Paulo vía Moscú es alrededor de 55 horas y 35 minutos.

Ibid,. p. 97.

Rosa, Hartmut (2003), op. cit.

Rosa, Hartmut y Jonathan Trejo-Mathys (2013), op. cit., p. 109. Traducción de los autores.

Campos-Medina, Luis (2014), “Les formes de l’amour dans la ville imaginée du Santiago du Chili”, en Revista Sociologie & Sociétés, vol. 46, num. 1, Québec, Cánada.

Cuando se usa la noción de interpretación propia -self-interpretation- en referencia a las tendencias a la aceleración, se intenta abrir un espacio teórico para el diálogo entre las dos corrientes de reflexión propuestas por Rosa –aceleración social e interpretación personal-. Ellas parecieran estar descritas por el autor como opuestas, siendo la aceleración una mirada estructural sobre la vida social y la interpretación personal el acceso de la agencia en los procesos sociales. Lograr un diálogo o una integración de ambas propuestas permanece como un proyecto a ser considerado en futuras investigaciones. Rosa, Hartmut (2004), “Four levels of self-interpretation. A paradigm for interpretive social philosophy and political criticism”, en Philosophy Social Criticism, vol. 30, núm. 5-6, pp. 691-720.

Rosa, Harmut (2003) op. cit., pp. 18-19. Rosa, Hartmut y Jonathan Trejo-Mathys (2013) op. cit., p. 110.

Ibid., p. 11. Traducción de los autores.

Ibid., p. 111. Traducción de los autores.

En este sentido es posible entender el resumen escrito para por Harmut Rosa para su versión en español del artículo: “Aceleración social: consecuencias éticas y políticas de una sociedad de alta velocidad desincronizada” Rosa, Hartmut (2011), op. cit.

Rosa, Hartmut (2005), “The Speed of Global Flows and the Peace of Liberal Democratic Politics”, en New Political Science, vol. 27, núm. 4, pp. 445-459.

Ibid. p. 455.

Ver Elias, Norbert (1989), Sobre el tiempo, Fondo de Cultura Económica, México.

Citado en Martuccelli, Danilo y Francois de Singley (2012), Las sociologiìas del individuo, LOM Ediciones, Santiago de Chile, p. 9.

Berman, Marshall (1984), All that is Solid Melts into Air: the Experience of Modernity, Simon and Schuster, New York, p. 16. Traducción de los autores.

Bernasconi, Oriana (2011), “Negotiating Personal Experience over the Lifetime: Narrative Elasticity as an Analytic Tool” en Symbolic Interaction, vol. 34, núm. 1, pp. 20–37.

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