To evaluate an alternative approach to tubeless surgery that allows a second percutaneous procedure using the same nephrostomy tract.
MethodsTwenty patients underwent percutaneous nephrolithotomy from September 2012 to May 2013 at our institution. Inclusion criteria were: absence of urinary infection, single puncture and operative time less than 2h. Following the procedure the initially placed ureteral catheter was exteriorized through the working sheath by tying a non-absorbable suture to its end. On postoperative day 1 all patients were studied with non-enhanced CT or X-ray film. If the patient was rendered stone free, the stent was removed along with the urethro-vesical catheter. If a residual stone was present, we recovered the ureteral catheter and used the same nephrostomy tract for a second endoscopic procedure. Patients were assessed for pain, postoperative complications, length of stay, stone free rate, hematocrit and creatinine variations.
ResultsThirteen patients met the inclusion criteria. No major complications related to the stent placement and its exteriorization were seen. Two patients required a second percutaneous procedure successfully achieved recovering the ureteral catheter through the nephrostomy tract.
ConclusionWe present a safe and simple modification of tubeless percutaneous nephrolithotomy, with its well-known clinical benefits but maintaining a safe path for an eventual second look procedure if necessary.
Evaluar una sencilla modificación de la nefrolitectomía percutánea tubeless que permita un segundo procedimiento endoscópico utilizando el mismo trayecto percutáneo.
MétodosVeinte pacientes fueron sometidos a nefrolitectomía percutánea en decúbito supino modificado entre septiembre de 2012 y mayo de 2013 en nuestro centro. Los criterios de inclusión para el estudio fueron: ausencia de infección urinaria, punción única y tiempo operatorio menor de 2h. Al finalizar el procedimiento se instaló una rienda de sutura en el extremo del catéter ureteral, quedando exteriorizada a través del trayecto de nefrostomía para su recuperación en caso de necesidad. Se realizó tomografía computarizada o radiografía simple a todos los pacientes el primer día postoperatorio. Si el paciente estaba «libre de cálculos», el catéter ureteral fue retirado junto con la sonda Foley. En caso de litiasis residual se realizó un segundo procedimiento percutáneo, utilizando el mismo trayecto inicial, exteriorizando el catéter ureteral a través del trayecto de la nefrostomía. En todos los pacientes se objetivaron las complicaciones postoperatorias, la estadía hospitalaria y la presencia de litiasis residual, además de la caída del hematocrito y la creatinina.
ResultadosTrece pacientes cumplieron los criterios de inclusión. No hubo complicaciones mayores relacionadas con la colocación del catéter ureteral y su exteriorización. Dos pacientes requirieron una segunda intervención percutánea, lograda con éxito mediante el uso del catéter ureteral reexteriorizado.
ConclusiónSe presenta una modificación segura y sencilla de la nefrolitectomía percutánea tubeless sin renunciar a la posibilidad de recuperar el trayecto de nefrostomía original.
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