Este número misceláneo gira en su mayoría en torno a temas de identidad y estudios de la alteridad: no sólo los artículos de investigación, sino también las reseñas, desde los campos de la antropología social, la lingüística y la arqueología. Estuvo a punto de incluirse un artículo de antropología física, pero debido a los límites de espacio, muy a pesar nuestro, tuvo que programarse para el volumen próximo. Deesta manera, sin proponérnoslo, salió un volumen casi completamente temático, algo que claramente refleja el interés de la comunidad antropológica en enfrentar los retos sociales y cognitivos de la alteridad. En un mundo donde la diversidad cultural ya no es concebida como un objeto de análisis en función de un marco referencial considerado como científico y por ende “verdadero”, sino como formas igualmente válidas de concebir el mundo y la sociedad, los antropólogos nos enfrentamos a la necesidad de evaluar nuestras herramientas heurísticas y el peso de nuestra propia formación personal y académica.
Esta problemática se aborda de dos maneras en el presente volumen: por un lado está el estudio de la historia de los conceptos (muy en la tradición de Derrida y Foucault, aunque no se citen): en qué marco sociopolítico surge un concepto y cómo fue modificándose a través del tiempo, adquiriendo matices nuevos a veces francamente desligados de los originales, de acuerdo con los intereses y prioridades de las élites (que son las que últimamente determinan qué versiones del discurso son las que se podrán reproducir). De esta índole son el primer y el último artículo del volumen: uno desde la antropología social otro desde la arqueología. Los siguientes cuatro artículos (así como tres reseñas) abordan aspectos específicos de identidad en sociedades indígenas contemporáneas, tanto en comunidades tradicionales como en grupos insertos en ámbitos urbanos, a través de trabajo de campo etnográfico, combinado en dos casos con estudios lingüísticos. El siguiente es algo distinto, pues aborda una reinterpretación que hacen mestizos de Tlaxcala de la fiesta brava, que se da en el marco de la promoción comercial de la ganadería de lidia. Un artículo hace contrapeso a los demás, por ser de índole francamente procesual: la aportación de la arqueometría geofísica y química en el estudio e interpretación de un conjunto doméstico en el Valle de México antes de la Conquista. Esto demuestra cómo los procesos analíticos no pierden su vigencia como fuente de información relevante.
En el presente editorial abundaremos en torno a las contribuciones desde los estudios indígenas. El primer artículo aborda la noción de persona en Mesoamérica, desde la discusión colonial sobre si los indígenas del Nuevo Mundo deben o no esclavizarse, hasta las teorías de la frenología del siglo xix y el surgimiento del ideal del mexicano mestizo en la revolución, y cómo estos conceptos enmarcaron el discurso de la sociología y la antropología de la primera mitad del siglo xx y se han venido desarrollando hasta la fecha. El trabajo rebasa los límites del concepto de Mesoamérica al poner en perspectiva las nociones en torno a los indios agricultores frente a los discursos paralelos que se desarrollan en torno a los (esclavos) negros y a los salvajes crueles e indómitos chichimecas del norte.
Los siguientes trabaj os son casos de estudio. Uno aborda las nociones de espacio y tiempo entre los rarámuri del norte de la Sierra tarahumara de Chihuahua, desde la experiencia próxima y experiencia distante de Geertz, usando los términos en su idioma que dependen de la ubicación de uno mismo en el espacio e incluye un aspecto temporal. Otro estudia la noción de enfermedad entre los nahuas de ámbito rural del estado de México y su relación con la medicina moderna, más particularmente las enfermedades infantiles que se tratan en el ámbito familiar doméstico, bajo el cuidado de madres y tías, asistidas por comadronas y sólo en casos más complejos por curanderos. Un tercero analiza la noción de negro entre los afrodescendientes de la costa pacífica de México, entre los afamados puertos turísticos de Acapulco y Huatulco, y cómo prácticas culturales y tradición oral están actualmente siendo revalorados como sustento en la lucha política por un reconocimiento identitario.
Sigue la primera colaboración a la revista en idioma francés: un estudio realizado por un grupo de trabajo interdisciplinario de Quebec enfocado a la percepción y la reconstrucción identitaria entre jóvenes de tres etnias indígenas canadienses, tradicionalmente semi-nómadas, que migran a las ciudades en busca de un mejor nivel y calidad de vida; usan una metodología por un lado de entrevistas semi-dirigidas con 33 jóvenes indígenas sobre las causas, edad y dirección de su migración a la ciudad, y por el otro los resultados estadísticos de una encuesta aplicada a cientos de jóvenes tanto indígenas como “blancos” (incluyendo 112 indígenas y 981 no-indígenas de tres regiones del macizo de Labrador), para evaluar los efectos de la movilidad en la construcción identitaria a raíz de los contactos interculturales que se establecen cuando uno abandona su lugar de origen para establecerse en otro lado. En el caso de los indígenas se observan problemas de inserción social debido a una tensión entre un claro reclamo como indígena, basado en cierta idealización de valores tradicionales transmitidos por los abuelos y la adopción de patrones “modernos” en un medio hasta cierto nivel discriminatorio.
El trabajo de arqueología aborda la formación del concepto de “zapoteca” en la arqueología de Oaxaca, que surge en el marco histórico cultural de las investigaciones de Caso, Bernal y Acosta, y a los problemas conceptuales que surgen en las traducciones y adaptaciones a marcos teóricos procesuales en la trayectoria de investigación posterior. Este volumen incluye una nota sobre Alfonso Caso y archivo asentado en la Biblioteca “Juan Comas” de nuestro Instituto de Investigaciones Antropológicas, el cual permite situar en su contexto histórico el impacto de este investigador en la antropología mexicana.
Las reseñas de los libros y una nota reportan otras tantas investigaciones sobre la visión emic del mundo: desde la lingüística de los nombres de moluscos en el mundo de los seris, y de la antropología social las vivencias de los pastores de cabras del altiplano potosino y los símbolos que tejen las mujeres teenek de la zona huasteca en su dhayemlaab, mejor conocido por su nombre nahua de quexquémitl. La nota parte de la lingüística para evaluar las lecturas del inicio del Chilam Balam de Chumayel, donde se plasma el concepto cuadripartita del mundo.
Con todo, se presenta aquí un volumen polifacético sobre un tema de plena actualidad antropológica: la percepción del otro a través del tiempo y del espacio.