Puntos clave
La dificultad global del aprendizaje o de alguno de sus campos específicos, así como el bajo rendimiento académico y el fracaso escolar, se ha convertido en uno de los motivos más frecuentes de consulta tanto en atención primaria como en las consultas especializadas de neuropediatría. El bajo rendimiento académico produce angustia y ansiedad paterna, no solamente por las expectativas que tienen los padres para su hijos, sino también porque el fracaso escolar puede originar, de forma secundaria, complicaciones no específicamente académicas que afectan a la autoestima del niño y/o adolescentes y a sus relaciones sociales, pudiendo provocar círculos viciosos complejos con el resultado final de conductas sociales patológicas, abuso de sustancias, etc.1–2.
Según las series, se estima que en torno al 20% de los niños presentan dificultades escolares o no consiguen académicamente todo lo que su potencial les permite1,3-4.
Los pediatras que se enfrentan a un niño con dificultades del aprendizaje encaran un problema sin una frontera claramente definida, que engloba diversas especialidades como educación, pedagogía, psicología, neuropsicología, sociología, psiquiatría o neurología. Además suelen ser, junto con los maestros y los orientadores escolares, los primeros profesionales en ser consultados. Por ello es fundamental el conocimiento de este problema y de sus diferentes etiologías, para una identificación precoz y derivación al especialista más adecuado según el caso. En la actualidad, existe una tendencia generalizada a “medicalizar” los trastornos del aprendizaje y a simplificarlos de tal manera que con frecuencia gran parte de los niños con mal rendimiento académico son derivados a nuestra consulta con la sospecha de déficit de atención. Sin embargo, en realidad es un problema mucho más complejo y puede ser un síntoma secundario a una gran variedad de causas médicas, psicológicas, emocionales, sociales o ambientales (tabla 1). Conocer el contexto clínico gracias a la anamnesis médica detallada de la familia y del niño y la realización de un examen médico adecuado puede ser suficiente para orientar la causa subyacente del problema. A nivel especializado, el examen neuropsicológico, es imprescindible como parte integral del examen neuropediátrico cuando la consulta es por un trastorno del aprendizaje.
Causas de trastornos o dificultades del aprendizaje
Problemas médicos
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Trastornos psicológicos
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Situaciones especiales o emocionales11
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Es un problema complejo que puede ser secundario a múltiples causas (médicas, psicológicas, emocionales y ambientales) y que además se encuentra en la frontera de múltiples especialidades (pedagogía, psicología, neurología, etc.) por lo que en ocasiones es difícil su manejo. Existe en la actualidad una tendencia a medicalizar de forma simple este problema.
El objetivo de esta revisión es presentar algunas causas de dificultades del aprendizaje en situaciones especiales cada vez más frecuentes en nuestra sociedad.
Acoso escolar o bullyingCada vez son más frecuentes los niños que llegan a las consultas de pediatría con cuadros diversos como cefalea, dolor abdominal recurrente, mal rendimiento académico, depresión, etc., que tienen como trasfondo acoso escolar. Se estima una prevalencia según las series publicadas en nuestro ambiente que oscila entre un 20-30%5–6.
Definimos el fenómeno de acoso escolar o bullying como una forma de conducta agresiva, intencionada, perjudicial y persistente, guiada por un individuo o un grupo en edad escolar, dirigida contra otro individuo también en edad escolar que no es capaz de defenderse a sí mismo ante esa situación, y que se desarrolla en el ámbito escolar. El bullying puede ser directo o indirecto (un individuo induce a agredir a un tercero o bien esconde el maltrato a pesar de su conocimiento). Existen distintas formas de acoso escolar: físico (agresiones, incluido el abuso sexual), verbal (insultos, menosprecio), psicológico (amenazas, humillación) y social (aislamiento o exclusión).
Es un fenómeno creciente que sufren por igual ambos sexos, si bien el acosador o bully suele ser con más frecuencia un varón (3:1)5. Un elevado porcentaje de este tipo de alumnos, tanto víctimas como victimizadores, presentan dificultades en el aprendizaje, pues son por lo general alumnos inadaptados con dificultades para pensar y afrontar problemas interpersonales o emocionales, con baja autoestima, formación académica insuficiente y que por lo general presentan patología psiconeurológica asociada como depresión, fobia social, falta de atención, etc., que repercute en la adquisición de nuevos conocimientos. La misión del pediatra es hacer una anamnesis completa y dirigida que pueda identificar de forma precoz el bullying como origen de las dificultades del aprendizaje.
Divorcio y separación matrimonialSegún el Instituto de Política Familiar Española (IPF), 1 de cada 3 matrimonios acaban en divorcio. Desde la aprobación en España de la ley del divorcio 15/2005 del 2005, más conocida como “ley del divorcio-exprés”, ha aumentado el número de rupturas matrimoniales de manera vertiginosa, produciéndose en los últimos 4 años tantos divorcios como en los 11 anteriores. España se ha convertido, junto con Bélgica, en el país de la Unión Europea con mayor tasa de rupturas/matrimonios (1,5:1 en 2008)7. La disolución del matrimonio es uno de los acontecimientos estresantes de mayor peso en todas las etapas de la infancia y adolescencia. Suele producirse en la etapa de crianza de los hijos y supone la unión de varios factores de riesgo para el niño, como caos doméstico, apuros económicos, relaciones conflictivas entre los padres o el distanciamiento de uno de los progenitores, que van a generar una situación de estrés que puede repercutir en su desarrollo físico, psíquico y en el aprendizaje (tabla 2). Las consecuencias psíquicas (tabla 3) y las dificultades en el aprendizaje son por regla general el principal problema encontrado. Con frecuencia los hijos de padres separados muestran ansiedad por la separación, depresión, falsas creencias de reencuentro (fig. 1), distorsión de la familia (fig. 2), etc. En estudios de seguimiento a largo plazo de hijos de padres separados, se ha visto que a los 10 años del divorcio el 45% de los niños está bien, pero el resto está mal adaptado, tiene fracaso escolar o problemas sociales8. Parece bastante claro que los niños que han sufrido la experiencia de separación de sus padres muestran mayores dificultades en el aprendizaje que los que no. Las áreas más afectadas son la lectura y el lenguaje9. El pediatra en la historia clínica, sobre todo en aquellos pacientes con problemas del aprendizaje o problemas psicológicos, siempre debe preguntar por la marcha del matrimonio y la situación familiar para evitar errores diagnósticos o una mala orientación de los problemas del niño. Como en todos los trastornos del aprendizaje, la valoración neuropsicológica puede sernos de gran ayuda.
Factores de riesgo/protección en divorcio
Riesgo | Protección |
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Confianza mutua | Desinterés |
Sensibilidad y atención | Falta de sensibilidad y comprensión |
Separación amistosa | Enfrentamiento prolongado |
Libre acceso a ambos progenitores | El niño ante el conflicto:
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Consecuencias psicológicas del divorcio/separación parental
Trastorno de ansiedad por separación |
Depresión infantil |
Indiferencia |
Sentido de culpabilidad |
Creencias falsas de reencuentro |
Fobia social |
Fobia escolar |
Trastornos del aprendizaje |
Mal rendimiento académico |
Baja autoestima |
Trastornos de conducta |
Trastornos de la alimentación (anorexia/bulimia) |
Enuresis/encopresis |
Si bien este apartado por apasionante, complejo y desconocido merece un artículo aparte, parece razonable hacer una mención a la superdotación como una causa especial de fracaso escolar. En el año 2000 el Centro de Investigación y Documentación Educativa (CIDE) del Ministerio de Educación y Ciencia en un informe sobre alumnos precoces y superdotados cifraba en 300.000 el número de alumnos con altas capacidades en España.
El 70% de estos alumnos tienen bajo rendimiento escolar y entre el 35-50%, fracaso escolar, por no estar debidamente identificados, evaluados y atendidos10. El 99% de los alumnos superdotados nunca serán identificados. Parece difícil comprender cómo un alumno con altas capacidades puede presentar problemas en el aprendizaje, lo cual dificulta aún más su manejo. Con frecuencia son derivados a la consulta con diagnósticos de sospecha diversos, fundamentalmente trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), pues son alumnos que ante la falta de adaptación curricular, se “aburren” en clase y pueden presentar problemas de conducta similares a los pacientes con TDAH (falta de atención, conflictos de poder con las autoridades, desorganización, dificultades para restringir su deseo de hablar, no hacen las tareas, etc.). Las causas de bajo rendimiento y fracaso escolar son múltiples y dependen de:
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Su personalidad: a veces ocultan su talento para ser aceptados en el grupo (efecto Pigmalión), tienen inestabilidad emocional (síndrome de disincronía) o excesiva autocrítica.
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La familia: en ocasiones en vez de apoyarlos les exigen demasiado, falta de comprensión.
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El colegio: no son reconocidos ni tratados como tal, carecen de adaptación curricular, desconocimiento del tema por parte de los profesores, acoso escolar como víctima o victimizado, etc.
En la historia clínica debemos investigar posibles signos de alerta que nos puedan orientar a su identificación como la adquisición precoz de la lectura, el uso de un vocabulario amplio, la curiosidad insaciable, la habilidad para resolver, plantear problemas y para manejar conceptos abstractos, la presencia de un talento especial en áreas específicas o una gran memoria. Tras la sospecha debemos derivarlo a una unidad específica donde puedan confirmarlo y guiarle para obtener el mejor rendimiento posible de sus capacidades.
ConclusionesLos trastornos o dificultades del aprendizaje escolar son un motivo de consulta cada vez más frecuente tanto en atención primaria como en las consultas especializadas que requieren un amplio diagnóstico diferencial debido a sus múltiples causas. Los pediatras debemos hacer una historia clínica detallada, preguntar por los antecedentes personales y familiares, investigar el entorno sociofamiliar, su situación en el colegio, su conducta y hacer una buena exploración física y cognitiva básica a partir de la cual podremos orientar casi con seguridad el diagnóstico para poder derivarlo al especialista correspondiente. Para el diagnóstico definitivo y tratamiento es preciso un equipo multidisciplinario compuesto por psicólogos, pedagogos, maestros, asistentes sociales, etc.