Introducción
La incidencia publicada sobre anomalías coronarias oscila entre 0.1% y 8.4%.1,2 Dentro de éstas, las causantes del mayor número de eventos clínicos son aquellas que tienen su origen en seno de valsalva contralateral y las coronarias únicas.
La arteria coronaria única es una anomalía congénita rara, con una prevalencia descrita en la bibliografía de 0.024%.3 Aunque la mayoría son hallazgos casuales, pueden presentarse como angina, infarto de miocardio o muerte súbita. Es fundamental, por lo tanto, una vez diagnosticada una anomalía coronaria, determinar cuáles deben considerarse como "potencialmente malignas". Se ha descrito una mayor incidencia de muerte súbita en aquellas anomalías con trayecto inter-arterial, aquellas en las que la coronaria anómala es dominante y si presentan clínica a una edad temprana.4,5 El conocimiento exacto del trayecto y de la anatomía coronaria son, por tanto, fundamentales en presencia de síntomas. En este sentido la tomografía multicorte (TMC) es de gran utilidad para caracterizar este tipo de anomalías congénitas, permitiendo realizar no sólo el diagnóstico sino también conocer el trayecto de la coronaria anómala.1,6
Presentación del caso
Hombre de 77 años con antecedentes previos de hipertensión y diabetes mellitus tipo 2, que fue remitido al laboratorio de hemodinámica con el diagnóstico de síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST, de localización ínfero-lateral. En la coronariografía invasiva (Figura 1) se evidenció una arteria coronaria derecha con lesiones significativas en su tercio proximal desde la cual se visualizaban la arteria descendente anterior y la circunfleja. No se logró cateterizar el ostium de la coronaria izquierda. Los hallazgos de la coronariografía convencional sugerían un origen coronario único dado que el árbol izquierdo se rellenaba anterógradamente. Con el diagnóstico final de arteria coronaria única con origen en el seno de valsalva derecho, con lesiones proximales severas se solicitó coronariografía no invasiva mediante TMC para completar el estudio, confirmar el diagnóstico de coronaria única y determinar así con más precisión el trayecto coronario (Figuras 2A, 2B y 2C). De esta manera, se confirmó el hallazgo demostrándose un trayecto antero-infudibular de la coronaria izquierda. Finalmente y dada la severidad de las lesiones en el ostium coronario único, se decidió tratamiento quirúrgico mediante cirugía de revascularización coronaria.
Figura 1. Coronariografía invasiva en la que desde el ostium coronario derecho, se rellenan tanto la coronaria derecha como la arteria descendente anterior y la circunfleja. Se evidencia una estenosis severa en el tercio proximal de la coronaria derecha (flecha).
Figuras 2A y 2B. Imagen de TMC. Reconstrucción volumétrica 3D en la que se observa una arteria coronaria única con origen en el seno de valsalva derecho. 2C. Imagen de TMC. Proyección de máxima intensidad (MIP) en la que se evidencia la enfermedad coronaria significativa en el tercio proximal (flecha) de la arteria.
Discusión
Las anomalías coronarias pueden presentarse como una anomalía congénita aislada o bien asociarse a otras malformaciones cardiacas. Su incidencia varía según las series publicadas y actualmente se clasifican en siete categorías de acuerdo con la clasificación establecida por rigatelli.1,2,7 (Tabla 1). De estas anomalías, y como ya hemos mencionado, las de mayor trascendencia clínica son las que tienen su origen en el seno de valsalva contralateral, incluyéndose aquí las arterias coronarias únicas. La presencia de un trayecto inter-arterial es considerada de alto riesgo para presentar episodios de isquemia miocárdica o muerte súbita.8
La arteria coronaria única aunque tradicionalmente se ha considerado una anomalía benigna, puede producir síntomas si, como en el caso que presentamos, se asocia a la presencia de placas de ateroma a nivel del tronco común de la coronaria única. Puede incluso asociarse con muerte súbita en el caso de existir un trayecto aberrante entre la aorta y la pulmonar (el denominado "trayecto maligno"). En este sentido, si bien la coronariografía convencional permite realizar el diagnóstico, puede ser incapaz de determinar el curso exacto de la coronaria anómala. La TMC aporta, por lo tanto, un conocimiento más preciso tanto de la anatomía coronaria como de su trayecto siendo una técnica de especial utilidad diagnóstica en este tipo de anomalías.9
Por otro lado, las coronarias anómalas no presentan un riesgo aumentado de desarrollar enfermedad ateroesclerótica y en el caso de presentarse esta, como en nuestro paciente, el tratamiento de elección dependerá de la localización y del tipo de lesiones. En este caso se indicó tratamiento quirúrgico por tratarse de una afectación severa del ostium en una coronaria única. Otra eventual indicación quirúrgica sería la presencia del considerado como "trayecto maligno", no presente en este caso.
Conclusiones
La arteria coronaria única es una anomalía congénita infrecuente que puede presentarse clínicamente como angina, infarto o muerte súbita. El estudio mediante TMC permite una descripción detallada de la anatomía y trayecto de las coronarias anómalas, siendo especialmente beneficioso en este tipo de patología.
Correspondencia: María Martín.
Calle Julián Clavería s/n 33006. Oviedo, Asturias. España. Teléfono: 680272042.
Correo electrónico: mmartinf7@hotmail.com
Recibido el 4 de octubre de 2010;
aceptado el 5 de septiembre de 2011.