La evolución digital supone una oportunidad para que la oftalmología se adapte a nuevos modelos asistenciales. Este estudio tuvo como objetivo conocer cómo la pandemia ha modificado la práctica clínica y actividades formativas del oftalmólogo especializado en superficie ocular, y analizar tendencias y necesidades emergentes.
Materiales y métodosEstudio realizado mediante encuesta online. Un comité de 3 especialistas diseñó un cuestionario de 25 preguntas estructurado en: 1) Perfil del participante; 2) Impacto de la pandemia en el manejo del paciente y las actividades profesionales; 3) Tendencias y necesidades.
ResultadosParticiparon 68 oftalmólogos clínicos. Hubo un alto grado de acuerdo (90%) en que la pandemia demoró las visitas de seguimiento oftalmológico y el diagnóstico. Los participantes coincidieron en que aumentó la frecuencia de pacientes con enfermedad de ojo seco (75%), orzuelo/chalazión (62%) y blefaritis (60%). Según un 28%, será habitual el teleseguimiento mediante teleconsulta de dolencias como ojo seco, glaucoma, diabetes, conjuntivitis, hiposfagmas, orzuelos, etc., especialmente en población joven. Esto será especialmente relevante en las enfermedades crónicas o leves de la superficie ocular, y en el seguimiento de pacientes tras operación de cataratas y retinopatía diabética.
ConclusionesDurante la pandemia se ha percibido un aumento de la incidencia de ciertas enfermedades de superficie ocular. El seguimiento de enfermedades crónicas o leves de la superficie ocular se vincula a la necesidad de proporcionar formación específica tanto para el paciente como para el profesional que lo atiende, además de protocolos de cribado y derivación que optimicen el flujo asistencial.
Digital evolution represents an opportunity for ophthalmology to adapt to new care models. This study aimed to find out how the pandemic has modified the clinical practice and training activities of the ophthalmologist specialized in ocular surface, as well as to analyze emerging trends and needs.
Materials and methodsThis study was carried out through an online survey. A committee of 3 specialists developed a questionnaire of 25 questions structured in: 1) Participant profile; 2) Impact of the pandemic on patient management and professional activities; 3) Trends and needs.
ResultsSixty-eight clinical ophthalmologists participated. There was a high degree of agreement (90%) that the pandemic has delayed ophthalmological follow-up visits and diagnosis. The participants agreed that the frequency of patients with dry eye disease (75%), stye/chalazion (62%) and blepharitis (60%) has increased. According to 28%, remote monitoring of pathologies such as dry eye, glaucoma, diabetes, conjunctivitis, hyposphagmas, styes, etc., will be common, especially in the young population. This will be especially relevant in chronic or mild pathologies of the ocular surface, and in the follow-up of patients after cataract and diabetic retinopathy interventions.
ConclusionsDuring the pandemic, an increase in the incidence of certain ocular surface diseases has been perceived. The telematic follow-up of chronic or mild pathologies of the ocular surface entails the need to provide specific training for both the patient and the healthcare professional, in addition to screening and referral protocols that would optimize the flow of care.
La COVID-19 ha tenido graves consecuencias sanitarias en todo el mundo1. En España, su impacto en el presupuesto sanitario público (12,3% del gasto sanitario) supera el coste de la esclerosis múltiple, la diabetes y el cáncer2.
La especialidad de oftalmología se ha visto muy afectada por la pandemia. García Lorente et al. investigaron el uso de los servicios de urgencias oftalmológicas durante el confinamiento, y compararon los casos atendidos en el Hospital Universitario de Málaga durante el cierre de marzo a junio del 2020 con los correspondientes al mismo periodo del 2017. El número de casos atendidos se redujo en un 65%, con una diferenciación en función de la etapa de confinamiento3. Durante el confinamiento estricto el número de consultas descendió, siendo la mayoría de los casos graves y urgentes. En la segunda etapa, con medidas de aislamiento más laxas, se detectó un retraso en el diagnóstico de otras enfermedades igualmente graves, probablemente debido al miedo a acudir al hospital por parte de los pacientes. Sin embargo, al mismo tiempo se triplicó el número de pacientes oftalmológicos y prevaleció el diagnóstico de afecciones leves3.
La especialidad de oftalmología suele estar a la vanguardia tecnológica. La teleoftalmología es uno de los campos que lideran la telemedicina e incluye la integración de nuevos dispositivos mediante inteligencia artificial para ayudar a la evaluación y cribado de pacientes a distancia4. Existe una oportunidad sin precedentes para que la oftalmología se adapte con éxito a nuevos modelos asistenciales1.
Este estudio se realizó con el objetivo de conocer cómo la pandemia por COVID-19 ha modificado la práctica clínica habitual y las actividades formativas del oftalmólogo especializado en superficie ocular, así como analizar las tendencias en oftalmología y detectar necesidades emergentes en un futuro.
Material y métodosDiseño del estudioRealizamos un estudio cuantitativo y cualitativo, entre mayo y julio de 2021, sobre el impacto de la pandemia por COVID-19 en la práctica de la oftalmología. Un comité científico formado por 3 especialistas en oftalmología fue el responsable de seleccionar los temas a tratar y de elaborar el cuestionario de 25 preguntas estructurado en 3 secciones: 1) Perfil del participante; 2) Impacto de la pandemia en el manejo del paciente y las actividades profesionales; 3) Tendencias y necesidades de futuro en los próximos 10 años.
En la primera sección se incluyeron 9 preguntas destinadas a caracterizar la cualificación profesional y experiencia de los participantes, con el objetivo de asegurar que cumplían los criterios de selección. La segunda sección constaba de 9 preguntas cerradas para analizar los cambios experimentados en su práctica asistencial y formativa. La última sección contenía 7 preguntas (5 cerradas y 2 abiertas). El cuestionario se programó en una plataforma online que garantizaba el anonimato y la confidencialidad de los datos.
A efectos de este análisis, se entendió por periodo de pandemia aquel comprendido entre el otoño de 2019 y el de 2020.
Selección de participantes y compleción de la encuestaSe invitó a participar a especialistas que cumplieran los siguientes criterios: ser oftalmólogos especialistas, del ámbito público o privado, en segmento anterior, superficie ocular y córnea como dedicación principal o exclusiva, con al menos 5 años de experiencia asistencial en dicha especialidad y que atendieran a más de 40 pacientes/semana con problemas de superficie ocular y córnea.
Análisis e interpretación de los resultadosSe realizó un análisis estadístico descriptivo con el programa SPSS® (versión 26, IBM, EE.UU.). Las variables nominales se representaron mediante tablas de frecuencias, y las continuas mediante medidas de tendencia central y dispersión. Los porcentajes de acuerdo se redondearon a números absolutos. Para interpretar los ítems de la escala ordinal de tipo Likert, las respuestas se agruparon en 3 niveles: 1-3 (desacuerdo/no relevante), 4-6 (neutral) y 7-9 (de acuerdo/relevante). Cuando la puntuación media de una afirmación fue≥7 el ítem se consideró «de acuerdo o relevante», y cuando fue≤3 «en desacuerdo/irrelevante». Las preguntas abiertas se analizaron de forma cualitativa.
ResultadosDe los 74 oftalmólogos invitados accedieron a participar 68, que correspondieron a las comunidades autónomas de Cataluña (25%), Madrid (17,6%), Andalucía (17%), Valencia (8,8%), Castilla-La Mancha (7,4%), Castilla y León (5,9%), Canarias (4,4%), Cantabria (4,4%), Baleares (2,9%), Murcia (2,9%), Aragón (1,7%) y Asturias (1,5%). El 62% de los encuestados eran varones, y en un 47% la edad fue de 30-40 años.
Un 74% de los participantes eran especialistas en superficie ocular, un 64% en segmento anterior, un 50% en córnea y el 52% se dedicaban además a la oftalmología general. El 53% eran miembros de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) y el 35% de la Sociedad Española de Cirugía Ocular y Refractiva (SECOIR). El 60% de los participantes trabajaba tanto en el ámbito público como en el privado. El 78% atendían a más de 100 pacientes a la semana, con una media semanal de 80 pacientes con dolencias de superficie ocular o córnea.
Impacto de la pandemia en el manejo del paciente en oftalmología y superficie ocularComparando el otoño de 2020 con la misma estación del año anterior, el número medio total de pacientes atendidos en las consultas de oftalmología disminuyó en un 26,8%. Al mes, el número medio de pacientes atendidos mediante visita virtual aumentó en un 121,7%, de forma mucho más acusada en el ámbito público (316,7%), mientras que el número de pacientes atendidos presencialmente se redujo en un 34,6%.
Hubo un alto grado de acuerdo en que la pandemia ha demorado las visitas de seguimiento oftalmológico, con retrasos en el diagnóstico y la monitorización (fig. 1). Se observó un aumento significativo del 96% en el porcentaje de pacientes que cancelaron una visita presencial programada (184% en el sector público y 14% en el privado). En el ámbito público se redujo significativamente la media mensual de pacientes derivados (33,65%).
En opinión de los participantes, el principal motivo por el que se visitaron menos pacientes fue la reticencia por parte del paciente (79 y 94% de los encuestados en el ámbito público y privado, respectivamente). Otras causas fueron el menor número de derivaciones (54 y 26%, respectivamente) y la limitación de horarios de consulta (48 y 37%, respectivamente).
Un 65% de los expertos expresaron que la situación de los pacientes atendidos en las consultas de oftalmología se ha visto agravada tras la pandemia. Se observó un grado de acuerdo neutro-alto (50-66%) en que existe evidencia sobre la relación causal de la COVID-19 y manifestaciones oculares como ojo seco y conjuntivitis. Los participantes coincidieron en que ha aumentado la frecuencia de pacientes con enfermedad de ojo seco (75%), orzuelo/chalazión (62%) y blefaritis (60%) (fig. 2). Se consideró que la incidencia de enfermedad de ojo seco aumentó en los adultos mayores (acuerdo del 77%), mayores de 65 años (75%) y adultos jóvenes (71%). Este aumento se atribuyó a una mayor exposición a pantallas o dispositivos digitales y al uso prolongado de la mascarilla (96 y 87% de los participantes, respectivamente).
Impacto de la pandemia en aspectos profesionales del oftalmólogoEl número medio de congresos atendidos durante 2020 creció significativamente, un 71% respecto a 2019, con una clara tendencia al formato virtual. Igual tendencia se observó en las reuniones profesionales. Un 44% de los participantes estimaron que la pandemia ha afectado negativamente a la comunicación entre profesionales. A pesar del acuerdo en el 84% de los oftalmólogos en la utilidad de las herramientas digitales, un 56% subrayaron que la presencialidad sigue siendo necesaria.
Tendencias de futuro en oftalmología y superficie ocularSe expresaron diversas tendencias de futuro (fig. 3). Con relación a la enfermedad, un 90% coincidió en que aumentará el número de pacientes con enfermedad de ojo seco. Se incrementarán las consultas virtuales, según el 66% de los expertos. En cuanto al número y frecuencia de visitas presenciales, opinaron que se mantendrán como ahora (54 y 52% de los participantes, respectivamente).
El análisis cualitativo reveló que, según un 28% de los participantes, será habitual el seguimiento mediante teleconsulta de pacientes con dolencias como ojo seco, glaucoma, diabetes, conjuntivitis, hiposfagmas, orzuelos, etc., sobre todo en población joven. Esto será especialmente importante en pacientes con enfermedad crónica o no grave de la superficie ocular, y en el seguimiento de pacientes tras operación de cataratas y retinopatías diabéticas. En pacientes con ojo seco, el control telemático podrá ser a través de imágenes online y siempre tras una valoración presencial en la que se haya instaurado el tratamiento. En aquellos con glaucoma, se podrá hacer seguimiento remoto de los controles de presión intraocular o tomografía de coherencia óptica. En los pacientes con retinopatía diabética será posible realizar una tomografía de coherencia óptica macular y retinografía de campo amplio de forma telemática para el control anual.
Por otro lado, un 43% de los oftalmólogos anticiparon mejoras diagnósticas gracias a métodos basados en biomarcadores o al diagnóstico telemático por imagen, algo que puede permitir un cribado inicial de pacientes y con ello reducir la carga asistencial. Para ello, serán necesarios protocolos que permitan hacer un uso correcto de estas tecnologías, que pueden incluir nuevas exploraciones con cámara para el glóbulo ocular o el desarrollo de apps que integren cuestionarios subjetivos e imágenes. El 57% de los participantes opinaron que llegarán nuevos tratamientos, y entre ellos destaca la mejora de las lágrimas artificiales.
Necesidades de futuroLa figura 4 detalla las necesidades en oftalmología que deberían cubrirse en un futuro. El desarrollo de dispositivos para hacer seguimiento de los pacientes con enfermedad crónica o de apps para el diagnóstico y seguimiento fueron las necesidades más expresadas. Se formuló la necesidad de disponer de una herramienta sencilla de apoyo a la práctica diaria en atención primaria (AP), así como de aplicaciones para un diagnóstico compartido de casos complejos. Se sugirió establecer protocolos de derivación a atención especializada, implantando canales de comunicación fluidos y capacitando a AP para avanzar en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades más leves.
Se destacó el papel de la inteligencia artificial en oftalmología, que podría vincularse al empleo de imágenes para generar algoritmos o sistemas de ayuda a la decisión médica. Se consideró necesaria la formación tecnológica a profesionales, así como la formación a pacientes en estrategias de autocuidado y comunicación con el profesional sanitario.
DiscusiónNuestro estudio ha permitido conocer la percepción de 68 especialistas españoles en superficie ocular sobre cómo la pandemia por COVID-19 ha modificado la práctica clínica del oftalmólogo. Revela nuevas formas de interacción con el paciente y nuevos retos tecnológicos.
Según ha desvelado nuestro estudio, durante la pandemia la media de pacientes atendidos disminuyó en casi un 27%. Estos datos coinciden con una reciente encuesta realizada a 504 residentes de oftalmología de 32 países. Según la mayoría, la actividad clínica durante la pandemia se redujo en un 50% y la quirúrgica en un 75%5. Esta encuesta analizó los cambios experimentados en términos de actividad clínica, práctica quirúrgica y docencia, además de la percepción sobre el impacto en su formación actual y futura. Más del 50% de los residentes estimaron que la pandemia influyó de forma drástica en su especialidad5.
Los participantes de nuestro estudio coincidieron en que, durante la pandemia, ha aumentado la frecuencia de pacientes con enfermedad de ojo seco, orzuelo/chalazión y blefaritis. Se ha descrito que factores ligados a la pandemia, como el mayor uso de pantallas o de la mascarilla, han podido contribuir al aumento de casos de ojo seco6–8.
Cabe recordar que el interés en la teleoftalmología es anterior a la pandemia. En 2018, el Grupo de Trabajo de Telemedicina de la Sociedad Estadounidense de Oftalmología publicó un posicionamiento sobre el desarrollo e implantación de este formato, incluyendo la validación de un programa de teleoftalmología, distintos requisitos en la adquisición de datos y los dispositivos empleados, la cualificación del personal involucrado y el aseguramiento de la calidad y protección de datos9.
Se han comunicado ejemplos exitosos de teleoftalmología en distintos países para la detección y seguimiento de la retinopatía diabética, la degeneración macular asociada a la edad, la retinopatía del prematuro, o enfermedades del segmento anterior10–14. Según un 28% de los participantes en este estudio, en un futuro será habitual el teleseguimiento mediante teleconsulta de pacientes con afecciones como ojo seco, glaucoma, diabetes, conjuntivitis, hiposfagmas, orzuelos, etc. Más de un 40% anticiparon mejoras diagnósticas gracias a métodos basados en biomarcadores o al diagnóstico telemático por imagen. Con las constantes mejoras en el procesamiento de imágenes e integración con el historial médico del paciente, la teleoftalmología podría ampliar sus aplicaciones clínicas15 y los pacientes podrían beneficiarse de una mejor detección y tratamiento más precoz4.
Los datos médicos y de estilo de vida recogidos a través de apps se están convirtiendo en la piedra angular del big data y se están utilizando para un diagnóstico y tratamiento individualizados, como ya ocurre con la enfermedad del ojo seco16,17. También podrían servir para predecir la progresión de la enfermedad o la respuesta al tratamiento1,18.
En este campo existen necesidades no satisfechas. Los participantes formularon necesidades como la formación tecnológica de los profesionales o la disponibilidad de apps en AP que permitan un correcto cribado y derivación de pacientes hacia atención especializada. La formación de profesionales de la salud como enfermeras, optometristas y técnicos por parte de oftalmólogos ayudaría a compartir la carga de trabajo de la teleoftalmología, lo cual permitiría destinar los casos más complejos a los oftalmólogos y optimizar el proceso. Este modelo ya ha sido adoptado en varios países12,19–21.
Sin embargo, existen barreras a superar para su adopción generalizada, como la validación de la seguridad y eficacia para los pacientes, la reticencia por parte de los médicos y pacientes, la necesidad de adquirir habilidades tecnológicas, o la normativa legal1,22.
Es fundamental promover una educación sanitaria para concienciar a la población y distinguir los problemas graves que requieran atención urgente de los que no, optimizándose el uso de los servicios médicos. Dado el envejecimiento de la población mundial, la inteligencia artificial y la telemedicina pueden ayudar a paliar la relativa falta de profesionales por aumento del número de pacientes, además de tener la capacidad de transformar el acceso y la forma en que se brinda la atención médica. Confiamos en que los resultados de nuestro estudio contribuyan a avanzar en este sentido.
ConclusionesLos participantes en este estudio han expresado que, durante la pandemia, se ha observado un aumento de la incidencia de enfermedades de superficie ocular como la enfermedad del ojo seco, principalmente por una mayor exposición a pantallas y el uso de mascarilla, tendencia que probablemente prosiga en el futuro.
Aunque se ha constatado un claro incremento del formato virtual, la presencialidad sigue siendo necesaria.
La posibilidad de un seguimiento telemático mediante teleconsulta o seguimiento en remoto de pacientes con determinadas enfermedades crónicas o leves de la superficie ocular se vincula no solo a la necesidad de formación tecnológica, sino también a la inversión en tecnología que lo haga posible, además de protocolos de cribado y derivación desde AP a especialistas en oftalmología para aumentar el diálogo entre ambos. Adicionalmente, se deberá diseñar formación para concienciar al paciente de la importancia de las dolencias de la superficie ocular y tener un mejor manejo de su enfermedad, optimizando así la calidad asistencial.
FinanciaciónEl presente trabajo ha sido financiado por Angelini Pharma España.
Conflicto de interesesJMBC declara haber recibido honorarios por parte de Angelini Pharma España durante la realización del estudio, y por parte de Alcon, Allergan, Brill Pharma, Lumenis, Novartis, Santen Pharmaceutical Spain y Thea.
NAA declara haber recibido honorarios por parte de Angelini Pharma España durante la realización del estudio, y por parte de Alcon, Esteve, Rayner, GSK, Bausch & Lomb, Johnson & Johnson, AJL, Medical Mix y 2Eyes Vision.
IH declara haber recibido honorarios por parte de Angelini Pharma España durante la realización del estudio.
MPF informa de la existencia de un contrato laboral, ya extinguido, con Angelini Pharma España durante el periodo de realización del estudio.
MÁ informa de la existencia de un contrato profesional con Angelini Pharma España y Adelphi Targis para la realización del presente trabajo.