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Vol. 22. Núm. 4.
Páginas 256-258 (septiembre 1998)
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Artículo original (I): Introducción
Original article (I): Introduction
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JM. Argimón Pallása, J. Jiménez Villaa
a Región Sanitaria Costa de Ponent. Servei Català de la Salut. Barcelona.
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Los artículos que presentan investigaciones clínicas constituyen el tipo de documentos científicos de publicación más frecuente1. Su finalidad es comunicar al lector, de forma coherente, clara y precisa, la investigación llevada a cabo.

Para que un artículo pueda ser considerado científico, debe haber sido escrito y publicado de una forma determinada. En 1968, el Council of Biology Editors definió el concepto de publicación primaria, que se refiere a la primera publicación de los resultados de una investigación original en una forma que permita a los colegas del autor repetir los experimentos y evaluar las conclusiones, en una revista u otra fuente documental al alcance de la comunidad científica y localizable a partir de una búsqueda en alguno de los principales repertorios científicos2.

La forma habitual en que se estructura un artículo original se conoce mediante el acrónimo IMRD, que representa las iniciales de sus apartados: Introducción, Material y métodos, Resultados y Discusión (tabla 1). Además consta del título, el resumen y las referencias bibliográficas.

El propósito general de la Introducción es centrar el tema. Para ello, el autor debe indicar claramente las bases en que se fundamenta el estudio, la laguna de conocimientos que pretende llenar o, en otras palabras, las razones que justifican la realización del estudio y su objetivo específico

La Introducción debe redactarse pensando en realzar la necesidad del estudio y estimular la curiosidad del lector. Una característica importante es la brevedad en la exposición, y se considera que, por regla general, esta sección no debe superar una página y media ­45 líneas­. Debe centrar el tema, no revisarlo. Hay que utilizar pocas citas bibliográficas, de actualidad y bien seleccionadas. Es recomendable que el número de referencias bibliográficas de este apartado no supere la mitad del total.

Hay que evitar realizar una revisión histórica de la enfermedad y explicar lo que se puede encontrar en cualquier texto de consulta. Si un lector ha decidido leer este artículo es porque está interesado en el problema y ya conoce sus aspectos más generales. Por esta razón no debe proporcionársele información genérica, sino la específica del problema concreto que se ha estudiado. Si un lector quiere tener una visión general de una enfermedad, escogerá artículos de revisión o una monografía. Por este mismo motivo, se recomienda no citar libros de texto en la bibliografía.

Es frecuente que los autores inicien el artículo definiendo la enfermedad o problema de salud que se ha estudiado. Esto sólo está justificado si se trata de problemas poco frecuentes o poco conocidos para los lectores potenciales de la revista. No es lógico que todos los artículos que tratan de la diabetes mellitus tengan una Introducción similar, independientemente del aspecto concreto que se aborda. Se supone que los lectores del artículo ya conocen qué es esta enfermedad, y desean que se explique el estado actual de los conocimientos sobre el tema concreto objeto del estudio.

Cuando se concibe una pregunta y planifica una investigación, debe asegurarse que la pregunta que se formula no ha sido contestada previamente o lo ha sido de forma contradictoria. Es frecuente que un investigador novel se desilusione cuando, después de concebir una idea, se dirige a la biblioteca, busca en la literatura y encuentra que ya se ha investigado antes sobre el tema. Siempre hay que pensar qué aspectos novedosos aportará la investigación. Incluso cuando la idea ya ha sido previamente investigada, es útil preguntarse si el método empleado por los anteriores investigadores podría no haber sido el más adecuado, o bien si puede considerarse útil repetirlo en otras poblaciones. Las razones que han llevado a los investigadores a realizar el estudio deben ser comentadas de forma concisa en la Introducción, sin abrumar a los lectores con multitud de datos irrelevantes sobre la trascendencia del problema. Tampoco deben adelantarse acontecimientos, presentando, en este apartado, datos y conclusiones que se derivan del trabajo realizado.

El último párrafo de la Introducción se destina a enunciar el objetivo del estudio. La definición explícita y clara del objetivo facilita la comprensión del artículo, ya que el lector puede identificar con facilidad los aspectos más relevantes del mismo. Squires3 comenta que el problema más frecuente en las publicaciones biomédicas es la descripción inadecuada del objetivo, lo que dificulta, si no imposibilita, determinar si el diseño y los métodos utilizados son los adecuados.

La formulación del objetivo específico de un estudio descriptivo debe incluir el fenómeno que se desea describir ­por ejemplo, la prevalencia, la incidencia, la supervivencia, los síntomas de presentación, la evolución natural...­, el problema de salud y la población objeto de estudio.

Ejemplo: describir la supervivencia de los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica que reciben oxigenoterapia domiciliaria. El fenómeno que se estudia es la supervivencia. En este ejemplo, la población no se define geográficamente, sino que corresponde a los sujetos con un determinado problema de salud y que reciben oxigenoterapia domiciliaria.

Ejemplo: evaluar si la concentración sérica del antígeno prostático específico permite distinguir a los pacientes mayores de 50 años con cáncer de próstata de los que no lo padecen, utilizando como método de referencia el tacto rectal y el estudio anatomopatológico del material obtenido por punción transuretral. Este ejemplo corresponde a un estudio que evalúa una prueba diagnóstica ­concentración sérica del antígeno prostático específico­. En este tipo de estudios, en el objetivo, debe constar la cuestión clínica precisa que se pretende resolver con la aplicación de la prueba diagnóstica, la naturaleza de la población estudiada y el método utilizado como criterio de referencia.

Por otro lado, un estudio analítico evalúa el efecto de una variable que corresponde a la exposición o intervención de interés sobre otra que mide la respuesta. La estimación de este efecto o asociación se realiza sobre una muestra de sujetos. Por lo tanto, la formulación del objetivo específico de este tipo de estudios requiere la identificación de 4 elementos: a) el factor de estudio, que corresponde a la exposición o intervención de interés; b) el factor de referencia, con el que se va a comparar; c) la variable de respuesta o criterio de evaluación, con la que se pretende medir el efecto, y d) la población o conjunto de sujetos a los que se pretende aplicar los resultados del estudio. En la Introducción, basta con una definición genérica de estos elementos, que serán descritos con detalle en el apartado de Material y métodos.

Ejemplo: evaluar si la educación sanitaria grupal produce mejores resultados que la individual en el control metabólico de los pacientes diabéticos tipo II. El factor de estudio es la educación sanitaria grupal, cuyo efecto se comparará con la individual, que actuará como referencia. La variable de respuesta es el control metabólico, mientras que la población corresponde a los sujetos con diabetes mellitus tipo II.

Es frecuente que el objetivo de un estudio esté mal redactado. Ello no implica que el estudio esté mal diseñado, pero un objetivo mal escrito no ayuda a su comprensión. En un artículo se definía el objetivo del estudio del siguiente modo: «El propósito de nuestro estudio radica en el conocimiento de los tumores del sistema nervioso central en el marco de una comunidad autónoma». Este objetivo se expresa en términos demasiado vagos. Debería especificar si se refiere a su epidemiología, características clínicas, pronóstico, factores de riesgo...

Suponga otro estudio cuyo objetivo se define como «determinar los efectos de la vacuna frente al virus de la hepatitis A». Definido de esta forma, no se puede saber qué pretenden los autores. Puede tratarse tanto de un estudio descriptivo de los efectos secundarios de la vacuna como de un estudio experimental que evalúe su eficacia. Además, tampoco proporciona ninguna orientación sobre el tipo de sujetos en que se realiza el estudio.

En otras ocasiones, se incluyen como objetivos de investigación cosas que no lo son. En realidad, un objetivo específico de investigación no es más que una pregunta concreta a la que se pretende responder mediante la realización del estudio. No debe confundirse con los objetivos de un programa sanitario, que consisten en la modificación de un estado de salud en un colectivo.

Suponga un estudio que define sus objetivos como: a) conocer el tipo de reacciones adversas a medicamentos notificadas por los facultativos de atención primaria; b) identificar la posible infranotificación de las mismas, y c) proponer medidas para intentar mejorar dicha notificación. El tercer objetivo corresponde más a recomendaciones que realizan los autores que a un objetivo de investigación, ya que no implica ninguna pregunta a la que el estudio pueda dar respuesta.

En la tabla 2 se resumen los errores más frecuentes que se presentan en la Introducción de un artículo original.

Bibliografía
[1]
Cómo escribir y publicar trabajos en ciencias de la salud. Barcelona: Ediciones Científicas y Técnicas, 1992.
[2]
Cómo escribir y publicar trabajos científicos. Washington: Organización Panamericana de la Salud, 1990.
[3]
Squires BP..
Statistical in biomedical manuscripts: what editors want from authors and peer reviewers..
Can Med Assoc J, 142 (1990), pp. 213-214
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